El diario recuerda que si se confirmara que Ingrid Jeanne Sartiau es hija del Rey Juan Carlos podría hacer uso del apellido de la Familia Real y reclamar el derecho a una parte de la herencia del exjefe del Estado, ya que la Constitución no establece distinciones entre los hijos legítimos y los ilegítimos. Algo que, sin embargo, no ocurre en otras monarquías, como en Bélgica y Mónaco, donde este aspecto ya está previsto.
“Esta circunstancia supone un argumento más, de los muchos existentes, para reclamar que el Gobierno tome por fin la iniciativa política”, afirma el editorial de El Mundo, que resalta la conveniencia de que el Rey Juan Carlos acepte someterse a la prueba de paternidad, porque “sería un paso que acabaría de raíz y sin ningún género de dudas con la polémica, pues la fiabilidad de este test es del 99%”.
Por otra parte, destaca que un cambio legislativo en las cuestiones de la Corona permitiría modificar aspectos como la supremacía del varón sobre la mujer en el orden sucesorio, impropio de estos tiempos en los que vivimos.
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