El secretario de Participación Interna de Podemos, Luis Alegre, ha sido el primero en intervenir ante un público entregado. “Hoy es un día histórico, esta foto se va a ver en todos los libros de texto”, ha dicho eufórico Alegre, quien se ha mostrado orgulloso de “ver así la Puerta del Sol”.
“Estamos aquí empresarios y autónomos (…) Y estamos aquí con un objetivo común, dejando claro que ya no necesitamos tutelas de nadie”, ha advertido el secretario de Participación Interna de Podemos.
Tras Alegre, ha sido el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, el encargado de dirigirse a las miles de personas que han secundado la manifestación convocada por Podemos. Lo hace en un momento en el que su liderazgo está muy cuestionado después de que ELPLURAL.COM desvelase que había facturado 425.150 euros en dos meses con una empresa que creada para tal efecto.
“La democracia no la trajo el Rey ni Suárez ni Fraga. La trajisteis vosotros, que tenéis canas”, ha asegurado el secretario de Programa de Podemos. Acto seguido, Monedero ha afirmado que su partido es la “alternativa” a quienes dicen que no se puede cambiar nada y ha añadido: “cómo no nos van a tener miedo si a su odio ponéis la fuerza imparable de vuestra sonrisa”.
“Salimos a ganar, sí se puede”, ha concluido el dirigente de Podemos, tras mostrarse dispuesto a pagar “el precio del peaje” para conseguir el cambio. En su opinión, ya no caben “más mentiras” ni “más amenazas”, porque el pueblo “ya no tiene miedo”.
Pese a ello, ha explicado que la clase política no sólo asusta, amenaza o expulsa al pueblo, si no que dicen que no hay alternativa. En este contexto se ha preguntado: “¿Entonces qué hacemos aquí?. Nosotros somos la alternativa”.
Finalmente, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha tomado la palabra para replicar a quienes llaman al cambio “experimento o caos” (desde Podemos lo llaman “democracia”) y garantizar que se toman “muy en serio” los sueños de la gente por recuperar las instituciones.
Entre gritos de “presidente, presidente”, Iglesias también ha advertido que “Podemos va a ganar las elecciones al Partido Popular”. “¿Quien decía que no se puede?, ha concluido.
Hoy, sin embargo, ese vació que dejaron los partidos de la segunda restauración borbónica en Marga lo ha llenado Podemos. O eso, al menos, afirma al periodista. Ella es una de esas personas que ha cambiado el cabreo por la sonrisa. Su vida no ha cambiado en nada. Salvo en una cosa: “La ilusión”. “Sé que algún le diré a mi hija que yo estuve en esta marcha, que hice 800 kilómetros para estar aquí y que lo hice por ella”, sentencia.
Días para construir mitos
Así, Octavio, de 54 años y profesor de Secundaria, decidió venir a la manifestación después de que sus alumnos de Historia le compararan el Pacto de San Sebastián, que sentó las bases de la II República, con la manifestación de hoy. “Sé que exageran, pero también te digo que los acontecimientos se transforman por cómo los recuerda la gente y si la generación de mis alumnos quiere construir de este día un momento histórico no tengo duda de que lo harán. Todos necesitamos días clave para construir mito”, explica.
“Ufff. Me siento… Me siento. No sé. Como un niño en un desfile de los Reyes Magos. Siento el frío, pero me dan arrebatos de calor. Estoy calmada, pero me imagino locuras… ¡como que el Gobierno dimite al ver a tanta gente en la calle! En fin, no sé, me siento orgullosa. ¡Eso es! ¡Orgullosa de mi gente que está aquí en las calles diciendo que somos nosotros los que mandamos!”, sentencia.
Más apartado, en un lateral de la calle Alcalá, avanza a duras penas Joaquín, en silla de ruedas. “Estoy cansado de escuchar que si son ETA, que si son Venezuela o que si son estalinistas. Pues óigame bien. Diga a todo el mundo que Joaquín Lara es ETA, es Venezuela y es Stalin. Si ellos lo son, yo también”, afirma convencido.
Manuel, con restas hasta mitad de la espalda y fumando un cigarro aromatizado con hierbas naturales, prefiere retirarse antes de meter codo y entrar en la Puerta del Sol. “Vine porque mi compañero de piso me dijo que me arrepentiría de no estar aquí dentro de unos años. No sé si será para tanto. Pero yo ya puedo decir que estuve aquí y me fumé uno a su salud”, bromea Manuel, que mira asustado a la gente que aprieta el paso para poder entrar en Sol.
“¿Usted es de Público?”, pregunta a empujones Ángela de 67 años, que trata de entrar como puede a la Puerta. “Pues diga, diga bien alto que no tenemos miedo y que vamos a ganar. El cuento vuelve a empezar y esta vez lo vamos a contar nosotros”, sentencia.
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