El PP ha pisoteado al trabajo y a los trabajadores, dando el visto bueno a la mal denominada reforma laboral del año 2012. ¿Reforma? ¡No, recorte! Veamos. El despido será más barato, con menos requisitos y que, como norma general, será procedente. Y da así más facilidades al empresario. La derecha apoya, como siempre, a los más fuertes. Mientras tanto, no protege a los más débiles.
Escribió Don Mariano, poco antes de ganar y de llegar al Palacio de la Moncloa, lo siguiente: “Persigo lograr una economía cada día más dinámica y competitiva, capaz de sostener un modelo de bienestar social avanzado. Y me comprometo con un futuro solidario en pensiones, en la sanidad, frente a la enfermedad, la vejez, el desempleo y la pobreza o la marginación”.
También escribió sobre la corrupción y de esta manera: “Contra la corrupción hay que ser contundente”. Y a partir de ahí, pelotas fuera inmediatamente por parte del presidente del PP y, más tarde, también presidente del Gobierno de España.
Es una certeza que la corrupción popular existe sin duda alguna. No es ésta una cuestión menor –desde luego- que hayamos sabido que la corrupción del PP empezó a moverse durante treinta años.
Sin embargo, tanto José María Aznar como ahora Mariano Rajoy Brey, han sido condescendientes con unos y otros, que son muchos: muchísimos y muchísimas. No han hecho apenas nada para evitar la sangría de la corrupción. Los han protegido ante la Justicia.
No se recuerda otro terremoto de chorizos en Europa, desde la caída de la democracia cristiana en Italia. Los democratacristianos se evaporaron. Aquí continúa la mayoría en sus casitas y a seguir creciendo ¡Crecer, que son dos días!
No hay comentarios:
Publicar un comentario