Para empezar, recordemos una información que publicó este periódico el pasado mes de marzo. Se titulaba “El Tribunas de Cuentas condena al ministro Alonso y al actual alcalde de Vitoria a pagar 496.000 euros por irregularidades” .
La historia pasó desapercibida.., o al menos tuvo menos notoriedad de la esperada. Como pasó con otra decisión muy controvertida de Alonso nada más ser nombrado ministro de Sanidad. Nombrar Secretario General de Sanidad y Consumo a Rubén Moreno, que ya estaba trabajando en el ministerio con Ana Mato como portavoz, y que había alcanzado notoriedad, como les informábamos el pasado mes de octubre, cuando este ‘medico-político’, miembro del Opus Dei, cargó contra la enfermera infectada mientras disculpaba los errores del protocolo decidido por Sanidad. Pero que en realidad ya antes se había significado en la prensa por sus intereses en empresas del sector sanitario mientras había ocupado cargos en la Consejería de Sanidad de su comunidad de origen, Valencia.
Pero volvamos al propio Alonso. Durante sus ruedas de prensa, mientras era portavoz del Grupo Parlamentario Popular, solía sistemáticamente echar balones fuera, cuando se le preguntaba por la Gürtel, o por los sobresueldos, precisamente exculpándose en que él no tenía responsabilidades en el PP Nacional en ‘los tiempos Bárcenas’.
Nadie es responsable de las vidas y las acciones de parientes. Especialmente si se trata de antepasados. Pero, para acabar, y teniendo en cuenta la querencia del presidente por las herencias genéticas y el determinismo biológico, sólo recordar que Alfonso Alonso, una de las nuevas caras que Rajoy pretende para el PP, tiene también una familia con un notable papel en el franquismo.
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