Su ridículo numerito en la tarde de hoy ratifica que el líder de la derecha es políticamente un desastre continuo. El Mundo, entregado de nuevo al Partido Popular, ha tratado de mejorar la situación actual. Sostiene el citado periódico que Rajoy asumió sus errores y tomó las riendas del partido. Pero eso no se lo cree nadie. No ha movido ficha alguna, salvo la de algunos caídos de segunda división.
Entre los ministros, todo igual. Es decir, cada vez peor. La movida ha humillado a los dirigentes del partido y no a los ministros del Ejecutivo, que siguen en sus poltronas. El presidente del Gobierno ha eludido referirse de verdad a la corrupción. Hemos oídos las frases hechas e inútiles de don Mariano. Ha cargado contra el PSOE y de este modo subió el volumen de su ira. El pacto evidente entre PSOE y Podemos le saca de quicio. La izquierda barre, que ya tocaba.
Y que Mariano Rajoy haya nombrado director de campaña a Jorge Moragas, y a Pablo Casado de número dos, viene a confirmar que está llegando la moda de los pijos. Por algo será. Pero lo cierto es que, con pijos por el medio, el PP no vencerá a la izquierda. Tiempo al tiempo.
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