Procesalmente, la primera denuncia se presentó ante el juzgado de instrucción de El Escorial el 20 de Noviembre de 2012 y a continuación las siguientes. Todas ellas fueron inadmitidas. Las decisiones fueron recurridas ante la audiencia Provincial de Madrid, ante el Tribunal Constitucional que inadmitió considerando que no se había vulnerado ningún derecho Fundamental.
El último paso ante la justicia fue el Tribunal Europeo de Derecho Humanos que archivó estos casos considerando que no reunían las consideraciones necesarias del convenio Europeo de Derechos humanos. Por ello ahora las familias acuden a otra instancia europea, el Comité contra las desapariciones forzadas, dependiente de Naciones Unidas, cuya sede se encuentra en Ginebra. Los demandantes que están recorriendo este largo camino son Francisco Casado Blesa; Maribel Luna Baragaño y Sagrario Fortea Herrero.
Francisco Cansado acude a la ONU en nombre de su abuelo José Cansado Lamata y de Antonio, su hermano. José nació el 24 de agosto de 1893 en Ateca (Zaragoza). Era jornalero – agricultor y fue desaparecido en el Ayuntamiento de Ateca el día 22 de septiembre de 1936, donde fue requerido para prestar declaración. Su muerte está fechada el 30 de octubre de 1936. Iguales fueron las circunstancias de su hermano Antonio, sin afiliación política conocida.
Se sabe que tras acudir al Ayuntamiento, ambos hermanos fueron detenidos y trasladados al mercado de abastos de Calatayud formándose el grupo conocido como “los 12 de Ateca”. Y que ese fatídico 26 de octubre de 1936, les llevaron fuertemente custodiados con destino desconocido y en dirección a Zaragoza en teoría para prestar de nuevo declaración. Apenas habían viajado 30 kilómetros cuando el camión fue desviado de la vía principal adentrándose en un camino de tierra. A los detenidos les obligaron a cavar su propia fosa.
Sagrario Fortea relata en su escrito al Comité de la ONU, lo ocurrido a su abuelo Manuel Herrero Martínez natural de Torrijo de la Cañada (Zaragoza) donde nació el día 18 de agosto de 1893. También su profesión era el campo. A Manuel le hicieron desaparecer el día 28 de octubre de 1936 en Munébrega (Calatayud) tras irle a buscar a su casa. Antes de eso había sido condenado a cinco años de inhabilitación absoluta y al pago de la cantidad de 50 pesetas por el Juzgado de Responsabilidades Políticas (Exp. 5120).
Pero si la condena preveía esa pena, alguien decidió que no era suficiente así que se lo llevaron y fue asesinado junto con otros diez vecinos más de su pueblo. Fueron enterrados en una fosa común ubicada en una finca de labranza del término Municipal de Munegra (Zaragoza). En su expediente se le definía así: “Concejal del frente Popular, vocal de Izquierda Republicana, marxista y gran propagandista. Elemento peligroso. Casado. Deja cinco hijos de entre 3 y 16 años”. Y añade de forma enigmática: “Desaparecido no creyéndose en zona roja”.
La tercera denuncia ante la ONU es la de Maribel Luna, que quiere recuperar los restos de su abuelo Aquilino Baragaño Montes, nacido el 1 de mayo de 1910 en Candaneo (Asturias), y que fue desaparecido el día 22 de marzo de 1937. Según los papeles que han recopilado parece que la madrugada del 21 de marzo de 1937 hubo un combate en el que Aquilino resultó herido y al que el ejército sublevado llevó al hospital de Salas. Allí murió. Le enterraron en el cementerio de La Barrosa.
En los tres casos, el procedimiento fue el mismo: “En cumplimiento con las órdenes cursadas por el Ministro de la Gobernación Camilo Alonso Vega mediante Circular de mayo de 1958 a los Gobernadores Civiles Provinciales, se procedió el 3 y el 4 de abril de 1959 a la exhumación y traslado de los restos mortales a El Valle de los Caídos con motivo de su inauguración”.
“Llegaron al Valle de los Caídos el 8 de abril de 1959, tal y como consta en el Registro de Inhumaciones de la Abadía Benedictina del Valle”, relata Eduardo Ranz. “Los restos de Calatayud son inscritos como correspondientes a 81 personas desconocidas y son depositados en nueve cajones o columbarios de madera de pino forrada de tela negra a las que además se les incorpora simbología religiosa e inscripciones con un número de entrada y el lugar de procedencia”, indica el escrito a la ONU.
Se realiza un minucioso relato al comité de desapariciones forzadas de Naciones Unidas sobre la localización concreta de todos ellos en base a la relación de inscripciones del extracto de los libros de registro de inhumaciones del Valle de los Caídos. Todas estas informaciones han sido inútiles ante los jueces españoles. Por eso las familias acuden este miércoles 1 de julio a Ginebra a ver si consiguen que los abuelos vuelvan a casa.
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