Ya como president de la Generalitat y al término de su discurso ante Les Corts, Ximo Puig ha anunciado en el propio hemiciclo que mañana a las doce se conocerá la composición del nuevo gobierno autonómico, pactado entre PSPV-PSOE y Compromís. El acto en el parlamento autonómico arrancó con la promesa del nuevo presidente sobre la Constitución y el Estatuto de Autonomía y ha continuado con la lectura de una “Proposición”, que resume los principios de actuación de su futuro gobierno.
Ha dicho que quiere que su mandato suponga “un cambio fundamental: la recuperación del poder por parte de los ciudadanos y un gobierno al servicio de las personas” y, para ello, ha dicho que estará presidido por la regeneración ética, la lucha contra la desigualdad, una cultura potente y un “nuevo contrato social que modernice la educación, la sanidad y los servicios sociales”.
Puig, que ha alternado su discurso en valenciano y castellano, ha asegurado que su gobierno estará presidido por “el avance” hacia un nuevo modelo productivo, con turismo, industria agroalimentaria y reindustrialización como principales ejes, y que además garantizará “la creación de trabajo de calidad”, la “igualdad entre hombres y mujeres” y la lucha contra la violencia de género. También ha apostado por una política “potente, plural, moderna, que cuide nuestras señas de identidad y nuestra lengua y nos sitúe en la vanguardia del conocimiento”, además del diálogo entre partidos y universidades, ONG, asociaciones empresariales y sindicales y sociedad civil, a las que convocará para alcanzar Pactos de la Generalitat.
Ha cambiado al castellano para decirle al ministro García-Margallo que el nuevo Consell estará presidido por una relación con el Gobierno central “exigente, leal y solidaria”. ”La Comunitat no puede aguantar ni un día más. Detesto el victimismo pero más la injusticia”, ha señalado, a la par que ha incidido en que “la lealtad entre españoles tiene que ser en los dos sentidos: de la Comunitat al resto de España y del resto de España a la Comunitat”. ”No toleraré ninguna discriminación más ni en financiación autonómica ni en inversiones”, ha sentenciado y ha señalado que quieren “diálogo, respeto y soluciones”.
Ha asegurado que será un presidente “honrado” y “dialogante”, el presidente de “un pueblo valiente contra las injusticias” y que trabajará “para unir y no para separar”. Puig ha cerrado su discurso con las palabras de Jaime I en su testamento, “Amar y proteger a todas las personas y el pueblo, hacer reinar la justicia y velar para que los grandes no opriman a los pequeños”, y ha dicho que “ese es el mandato de esta presidencia”.
Han sido testigos de su toma de posesión el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el exministro Ángel Gabilondo, así como la familia (mujer e hijos) del presidente.
Después del acto, el presidente autonómico se ha desplazado andando al Palau de la Generalitat, donde le esperaba el expresidente Alberto Fabra y centenares de personas que querían acompañarle y hacerse fotos con él en esta jornada que ha confesado es de “extraordinaria emoción y muchísima responsabilidad”. Ha estado acompañado por Mònica Oltra, su socia de gobierno, y el presidente de Les Corts, Francesc Colomer, en su lento recorrido hasta el Palau, que se ha desarrollado bajo un intenso calor y donde a los ciudadanos se les ha repartido zumo de naranja y horchata.
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