La reunión se llevó a cabo dentro de las dependencias policiales de la DAO a media mañana del lunes. Según describen a Público testigos que se encontraban en el edificio, “los primeros en llegar fueron el comisario Eugenio Pino y su mano derecha, el inspector José Ángel Fuentes Gago, que a pesar de estar destinado en Holanda cobrando 10.000 euros de dietas al mes, se pasa el día en Madrid. Después llegó Eduardo Inda y, a los pocos minutos, el comisario José Manuel Villarejo”.
Las informaciones difundidas por Eduardo Inda sobre Podemos, que no forman parte de una investigación de la UDEF ni de ningún juzgado, como desveló Público, contienen datos bancarios que, explican a este medio fuentes policiales, “sólo pueden haber sido consultadas por el Servicio de Prevención y Blanqueo de Capitales (Sepblanc), aunque esta unidad de la Policía no puede acceder a esos datos privados libremente. Tendría que ordenarlo un juez, algo que en este caso aún no ha ocurrido”.
El propio medio de Eduardo Inda se quejaba este miércoles en un editorial titulado ¿A qué espera la Fiscalía? de que las autoridades judiciales no han abierto diligencias contra Podemos ni contra Pablo Iglesias: “Ahora que la UDEF ha descubierto sus corruptelas, la cuestión que subyace es cuánto tardará en intervenir la Fiscalía y si será tan diligente como, por ejemplo, en los casos de Gürtel o Bárcenas”. Es decir, que reconoce que la Policía ha actuado sin que ninguna autoridad judicial le ordenase investigar.
De hecho, las informaciones que contiene el supuesto dossier de la UDEF, ya conocido como "informe fantasma", son desmentidas tajantemente por Podemos. Por ejemplo, acusan a la productora de Pablo Iglesias de recibir en 2012 dinero de Irán a través la televisión Hispan TV y también de Rusia. Sin embargo, el programa Fort Apache no comenzó a emitirse en dicho medio hasta 2013.
La misma tarde del 14 de enero en la que Público desveló que, en realidad, las pesquisas eran un encargo de la Secretaría de Estado de Interior a la cúpula policial y que ningún juez ni fiscal tenía abierta una investigación --por lo que no podía ser un informe de la UDEF--, la cúpula de la Policía remitió su informe fantasma a la Fiscalía Anticorrupción y a Hacienda, sin que aún se hayan abierto diligencias ni ninguna investigación legal. Sin embargo, dos días antes Eduardo Inda ya había comenzado el Irángate para desprestigiar a la formación morada y a sus dirigentes.
Es más, el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se lamentó de lo publicado por Eduardo Inda --y otro periodista de otro medio-- y lo tachó de “supuesta investigación” de la UDEF, dejando en entredicho la legalidad del informe fantasma.
En 2012 Eduardo Inda y su entonces compañero Esteban Urrieztieta convencieron a la ex de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, de que Villarejo era un periodista de El Mundo, de nombre Javier Hidalgo, que les ayudaba en sus investigaciones. Inda y Urrieztieta fueron después los receptores de la filtración de otro supuesto informe de la UDEF sobre los Pujol que, en un primero momento, negó también el Ministerio del Interior
Las diligencias se abrieron después de la filtración, cuando el sindicato de extrema derecha Manos Limpias interpuso una querella basándose en lo publicado por estos periodistas. Según desveló El País, el comisario Villarejo negoció con uno de los hijos de Pujol frenar esta supuesta investigación a cambio de que ellos acabasen con el proceso independentista.
Los nombres de Inda y de Villarejo se juntan también en el caso del pequeño Nicolás, por la grabación ilegal de una conversación entre el CNI y los investigadores del caso —el comisario Marcelino Martín Blas Aranda y el inspector Rubén López—; y en el de la doctora Elisa Pinto y el consejero delegado de OHL, Javier López Madrid, en el que Villarejo cita a Inda a declarar como testigo para que corrobore que estuvo con él reunido a la hora en que presuntamente el comisario apuñalaba a la doctora, según ella denuncia y consta en el sumario.
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