Un objetivo difícil, si se tiene en cuenta que cada vez son más los católicos que denuncian las presuntas prácticas acometidas por Hazte Oír. Prueba de ello se encuentra en el libro El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos (Editorial Amanecer), recientemente publicado por el periodista especializado en información religiosa, Santiago Mata.
En esta obra, Mata recopila testimonios de católicos con importantes responsabilidades públicas que acusan a Hazte Oír y a algunas de sus asociaciones afines como Derecho a Vivir de tener entre sus objetivos la “captación de menores y jóvenes”. “Lo hacen -expone el autor-, en colegios, universidades, y muy especialmente en realidades eclesiales y movimientos religiosos (actividades parroquiales, Javieradas, Camino de Santiago, Congregaciones Marianas). Su actividad es clandestina y se ha centrado en colegios del Opus Dei, Jesuitas y Marianistas entre otros, donde los responsables de los centros educativos no consiguen muchas veces neutralizar la infiltración”.
Acusación que Santiago Mata respalda incluyendo en El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos algunos testimonios como los emitidos por Inmaculada García, hija del director general del Foro de la Familia: “Cuando conocí la organización por primera vez y empezó mi afiliación tenía 15 años y cuando entré como miembro 16. Captaron primero a mis hermanos y a través de mis hermanos, a las novias de estos chicos que estaban con mis hermanos. Nos exigían juramento por escrito y verbal de no revelar a mis padres ni a terceras personas mi pertenencia al Yunque (…) También teníamos que pagar, creo recordar que mensualmente, no sé si semanalmente, unas cuotas como miembros del Yunque (…) Cuando les decía que no podía pagar la cuota porque era estudiante me decían ‘Pues cógeselo a tus padres del bolso o de la cartera’”.
Presuntas prácticas que son conocidas por la Conferencia Episcopal Española. Así lo admite el mismísimo obispo de Getafe, José Rico Paviés, quien junto con el de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, se han posicionado entre los prelados más combativos contra Hazte Oír y Derecho a Vivir (prohibiéndoles, incluso, utilizar sus diócesis para promover cualquiera de las actividades o iniciativas que organicen en el futuro). Según afirmó José Rico Pavés: “Es de todos conocidos que miembros de la directiva de Hazte Oír han tenido alguna vinculación con el Yunque”.
El obispo de Getafe también solicitó un informe sobre las prácticas del Yunque que “se puso en conocimiento de la secretaría general de la CEE y que ella determinara el uso que se le fuera a dar. Así se hizo, se entregó al secretario general, entonces Juan Antonio Martínez Camino, y lo puso a disposición de todos los obispos que lo han querido consultar”.
A diferencia de Rico Pavés, Braulio Rodríguez Plaza, u otros prelados como José Ignacio Munilla (quien les pidió públicamente que dejaran de existir como sociedad secreta) o Ricardo Blázquez (quien en el verano de 2014 se negó a recibir o colaborar con las actividades de Cross Roads, “la asociación de captación para el Yunque de los jóvenes que peregrinan a Santiago de Compostela”); otros miembros de la jerarquía católica han apoyado y todavía siguen respaldando a Hazte Oír.
“El motivo para que los obispos no quiera entrar a matar en lo del Yunque es, entre otras cosas, que tienen problemas mucho más explosivos, en concreto, el estado moral del clero”, justifica Mata en su obra, reconociendo así que “El Yunque es justificado y apoyado por algunos altos responsables de la jerarquía eclesiástica: Monseñor Cañizares, que lo defiende de forma pública, Monseñor Martínez Camino, y el cardenal [Antonio María] Rouco Varela [presidente de la Conferencia Episcopal durante 12 años] , que lo ha hecho de forma más discreta y de quien se asegura que ha matizado algo su opinión”.
De hecho, en un pasaje de El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos se afirma -apoyándose en el testimonio de un testigo protegido-, que “es posible que la tolerancia (inicial) que (desde el Yunque) encontraron en Rouco Varela no fuera solo por simpatía, sino porque le pudieron haber chantajeado con la información que manejaban, diciendo: ‘Como nos condenes, decimos que tienes un vicario que vive con otro’”.
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