Como he dicho en un párrafo
anterior, la diferencia entre las políticas económicas y sociales del Partido
Popular y las de la coalición PSOE-C’s es que las primeras son la versión
“heavy”, mientras que las segundas son la versión “light”, aunque en áreas de
mercado laboral las propuestas de Ciudadanos, aceptadas en este pacto, son
incluso más duras que las del PP (ver mi artículo “Ciudadanos es la misma
derecha que el PP”, Público, 19.05.15)
¿Por qué el PSOE escoge a Ciudadanos
como principal aliado para formar gobierno?
En contra de lo que hoy
abrumadoramente están indicando los mayores medios de información, el PSOE
tenía y tiene otra alternativa a la alianza con Ciudadanos. Los datos y los
números están ahí para verlo. Lo he explicado extensamente. Aliándose con los
partidos de izquierdas y con el PNV habría podido establecer un gobierno
claramente progresista que hubiera aplicado medidas de aumento de la demanda
doméstica y de creación de empleo en sectores clave para la recuperación
económica, rompiendo claramente con el dogma neoliberal que ha sido enormemente
perjudicial para el bienestar de la población y para el desarrollo equitativo y
eficiente de la economía, hoy en situación deplorable.
¿Por qué no lo ha hecho? Podría
haberlo hecho y no lo ha hecho. Y es de esto de lo que no se habla en los
medios que están intentando culpabilizar a Podemos de la responsabilidad de que
no haya gobierno, abriendo la posibilidad de que una alianza del PP con
Ciudadanos en una próxima legislatura continúe con estas políticas, que es el
sueño del establishment financiero-económico que domina la vida política y
mediática del país.
El que ni siquiera se haya
considerado una alianza con Podemos desde el principio es porque la dirección
del PSOE y de su equipo económico es mucho más cercana a la de Ciudadanos que a
la de Podemos. Sus intereses de clase (categoría que ya ha desaparecido de la
narrativa permitida en la sabiduría convencional) coinciden. Y de ahí que los
intereses de tal aparato están anteponiéndose a los intereses de las clases
populares que todavía los votan. Hoy existía una gran posibilidad de cambiar de
página en la historia de España, y en cambio, los intereses de la minoría que
ha controlado este aparato han predominado. Es no solo una lástima, sino un
enorme error de dimensiones históricas.
Una última observación
Me sorprende que personas a las que
tengo gran respeto y que, por su trayectoria académica y/o política, considero
como personas de izquierdas –como por ejemplo dirigentes de la Fundación
Alternativas, como Nicolás Sartorius e incluso algunos dirigentes de CCOO-
estén apoyando el pacto basado en el eje PSOE-C’s (con Podemos como apéndice),
sin nunca considerar la otra alternativa, la de establecer una coalición
anti-austeridad y anti-neoliberal, rompiendo con las políticas neoliberales que
han causado tanto daño.
Podría entender que prefirieran más
la alternativa “light” a la “heavy” neoliberal si no hubiera otra alternativa.
Pero la hay, lo cual me lleva a preguntarme ¿por qué ni siquiera han
considerado una alternativa al neoliberalismo? Hago la pregunta sin ninguna
intención partidista, aceptando que puede que yo esté equivocado. Pero creo que
la ciudadanía se merece una explicación. ¿Por qué la han rechazado? ¿Ha sido
porque temen que tal alianza llevara a una ruptura de España? Si es así, creo
que están profundamente equivocados. Son precisamente el PP y Ciudadanos los
mayores defensores de las políticas neoliberales, y son también ellos los que
están defendiendo una visión de España que lleva directamente a su ruptura.
¿Qué no ven lo que está ocurriendo en este país? ¿Qué no ven que la cerrazón
del PP y ahora de Ciudadanos (y sectores del PSOE) están llevando al
crecimiento del independentismo en lo que la capital del Reino llama “la
periferia” (ver mi artículo “Los dos grandes y graves problemas que tiene
España”, Público, 07.04.16)? A no ser que se redefina España en las líneas que
la resistencia de las izquierdas contra la dictadura había propuesto, lo que
permitiría el surgimiento de un Estado auténticamente plurinacional, el futuro
de la España uninacional es claramente incierto.

La otra respuesta podría ser que
desconfían que Podemos tenga la suficiente capacidad organizativa para llevar a
cabo su programa electoral. Tal argumento podría tener validez excepto que en
base a la experiencia existente carece de credibilidad. Partidos emergentes que
no existían antes como En Comú Podem, En Marea o Compromís están hoy
gobernando, cuando no existían hasta hace muy poco. Y lo están haciendo mejor
que los anteriores. Por otra parte, en esta coalición habría partidos como IU y
como el mismo PSOE, que tienen una organización que puede, cambiando de
orientación en el caso del PSOE, romper con el neoliberalismo imperante. ¿Cuál
es entonces el problema?

He vivido en muchos países y he
vivido muchas experiencias, pero no creo exagerado que hoy estemos, tanto en
Catalunya como en el resto de España, así como en Europa, en una situación
histórica, llena también de amenazas, pero también de oportunidades. Si ahora
no se aprovechan estas oportunidades, será mucho más difícil poder alcanzar el
nivel de desarrollo democrático y social que el país se merece.

Ruego, y
hago una petición a las fuerzas progresistas, incluyendo a los sindicatos, para
que se movilicen para forzar que el PSOE escoja otros aliados de manera que se
puedan iniciar los cambios por los que tantos han luchado a lo largo de nuestra
historia y que no están entre nosotros (muchísimos de ellos socialistas), para
romper con el neoliberalismo y recuperar aquel precioso proyecto de desarrollo
de una sociedad justa y democrática, en la que se prioricen las necesidades
humanas sobre el afán de lucro y la acumulación de capital, según aquella frase
tan significativa “a cada uno según su necesidad, de cada uno según su
habilidad y capacidad”. Hago un ruego especial a los miembros y simpatizantes
del PSOE para que se movilicen presionando a su dirección para que cambie de
aliados. Con la alianza que el aparato ha escogido es imposible realizar aquel
principio, que se está hoy jugando en la definición de qué tipo de gobierno se
desea. No hacerlo es permitir que continúe la pesadilla que hemos estado
viviendo estos años bajo distinto nombre. Por el bien de las clases populares
de todos los pueblos y naciones de España, espero que así lo hagan.
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