Felipe VI, un rey comprometido con el terror
saudí.
Público
12 enero,
2017

Desgraciadamente,
si Felipe VI se presenta como el adalid contra el terror y la forma de
defendernos de este es adquiriendo más submarinos que no flotan, me temo
que vamos apañados. Y vamos apañados porque aunque flotaran, ni todos los
submarinos del mundo, añadidos a todos los carros de combate y aviones
existentes nos defenderían del terror. Mucho menos harían este país más
seguro para las familias, tal y como afirma Cospedal. El terrorismo no se
combate con armamento ni se combate fomentando y reforzando el miedo. Se
combate con educación, sanidad y progreso, se combate no invadiendo países por
intereses económicos o geopolíticos y se combate con la integración de los
inmigrantes
Pero eso no da dinero ni
comisiones como la venta de armas (que le pregunten a Corinna). Así que, Felipe VI, vestido de
militar, nos anunciaba su inquebrantable compromiso contra el terror y
lo hacía sin saber o sin querer saber que acababa de comprometerse a luchar
contra sí mismo.

Si
analizamos el reinado de Felipe VI podremos comprobar que este demostró
sentirse muy cómodo con los sauditas y su brutal campaña de decapitaciones,
por motivos tan ‘terroríficos’ como el adulterio o la homosexualidad, la cual suma ya 350 decapitados en 3 años. Ello lo pone de manifiesto que
Felipe VI visite por segunda vez a semejantes salvajes y lo haga con la
connivencia generalizada de la sociedad. Sin embargo, y por desgracia, hay algo
mucho peor en esta ocasión que el terror saudí contra sus
propios ciudadanos: Yemen. Es innegable que los Borbones siempre fueron de
mercadear entre cadáveres, de hacerse hueco entre cabezas
cercenadas para hacer negocios o de apoyarse en cunetas para
recuperar coronas, solo hay que revisar la historia, pero la complicidad con la
matanza de Yemen es absolutamente intolerable.

Arabia Saudí
y varios países más llevan años de cruel enfrentamiento con Yemen y los
cálculos no pueden ser más siniestros: más de 10.000 fallecidos (en las cifras ‘oficiales’ más
optimistas). Es cierto que queda mucho para ser tan ‘terroríficos’ como la
OTAN, la cual cuenta los muertos por millones (más de 4 millones de muertos
solo en Afganistán, Irak y Pakistán y solo desde 1991), pero más de 10.000
fallecidos no son una tontería. Así pues, viajar a Arabia Saudí para
intentar vender cinco fragatas por valor de 2.000 millones de euros es una
enorme perversidad, por muchos precedentes que existan (Arabia Saudí es nuestro principal
cliente), y máxime
cuando ya sabemos que han aparecido armas
españolas en Yemen. Es más,
creo, como muchas organizaciones, que estas ventas constituyen un delito de
complicidad con crímenes de guerra.

Así pues,
Felipe VI tiene un compromiso firme con el terror y los terroristas (difícil
catalogar a los sauditas de otra manera), con los crímenes de guerra y con los
negocios ensangrentados.
Y yo no
puedo más que avergonzarme, como ciudadano, de un viaje tan sanguinario y
emético como el que pretende realizar (aunque se haya suspendido en dos
ocasiones durante 2016), al igual que me avergüenzo de mi país mientras siga participando de
regímenes que practican el terror y los crímenes de guerra como Arabia Saudí.
Por lo visto soy de los pocos, pues el personal parece más que
acostumbrado a la carnicería, lo que supongo que se debe a que las cunetas
españolas siguen repletas de cadáveres y nuestros monarcas son herederos
de un sanguinario terrorista como Franco.
.
En cualquier
caso, rogaría que en el próximo discurso nuestro monarca fuese
así de sincero: “Yo, Felipe VI, estoy comprometido con el terror saudita,
intentaré venderles armas para que sigan asesinando a miles de
yemeníes y, con suerte, parte del armamento vendido terminará en
manos del Estado Islámico para que sirva a los intereses occidentales contra
Siria o termine siendo utilizadas en atentados contra nosotros. De esta manera,
podremos seguir justificando la venta de armas hasta el infinito y más
allá. Añadir, por último, que disfrutaré de un viaje de lujo sabiendo que
los sauditas han decapitado a más de 350 adúlteros, homosexuales y
otros peligrosos terroristas en los últimos años”… Dicho o
escuchado así, por lo menos nos ahorran el cinismo.
Aunque pueda
parecer increíble, hay una parte de la diatriba real de la Pascua
Militar con la que estoy plenamente de acuerdo con Felipe VI:
Ciertamente, Majestad, usted “pone en peligro nuestra sociedad, desprecia
nuestros valores democráticos, es un enemigo de la humanidad que ataca sin
escrúpulo alguno en cualquier lugar y son muchas las naciones cuyas sociedades
sufren con frecuencia su vileza y ensañamiento”.
Si Felipe VI
piensa que no merece estas palabras, sus palabras por otra parte, solo tiene
que pasarse por Yemen y preguntar, presiento que para ellos el terrorista
es él.
Luis
Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.
En la
actualidad sobrevivo gracias a las ventas de Código rojo, ¡CONSÍGUELA AQUÍ FIRMADA Y DEDICADA!.
“Código rojo no deja títere con cabeza. Se arriesga, proclamando la verdad a
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