La ministra Delgado y las hienas de Casado
Mordisquean con una conversación
de hace 9 años con la titular de Justicia y unos protagonistas entonces de
menor importancia, grabada por un delincuente preso
Martes, 25 de septiembre de 2018
Ahora,
en cambio, una conversación de hace nueve años,
en la que participa la actual
ministra de Justicia, Dolores Delgado, cuando la media
docena de protagonistas que la mantuvieron tenían una entidad menor, grabada por
un delincuente hoy preso, el ex comisario José Manuel Villarejo,
troceada y utilizada cuando al PP le ha venido bien, es motivo de reprobación,
de difamación e infundios y exigencias de dimisión.
Apeados del Gobierno por la moción de censura que
sobrevino a la condena Gürtel,
las huestes de Casado se revuelven intentando volver a sus sillones, a sus
prebendas
Apeados del Gobierno
por la moción de censura que sobrevino a la condena
Gürtel, las huestes de
Casado se revuelven intentando volver a sus sillones, a sus prebendas. Son
millares los que se encuentran ahora desprotegidos, pagando coches de alta
gama, chalés o divorcios sin el colchón de un puestecito
en la administración, sin la garantía de una subvención para sus asuntos
empresariales o periodísticos. Luis fue lo suficientemente fuerte para que
Rajoy aguantara, pero la realidad se impuso a las bambalinas desmoronando el chiringuito. Ahora
andan a la desesperada y arremeten como pueden. De ahí el espectáculo
dantesco que estamos presenciando de acoso y derribo de una excelente
profesional de la Justicia a través de la cual que continúan intentando socavar
al gobierno. Dan igual las formas. ¡Y vaya formas!
De la
naturaleza se aprende mucho. Cuando no tienen alimento, las hienas entran en
las poblaciones y comen todo tipo de basura. Son muy cobardes cuando la presa
se les enfrenta. Si consiguen hacerla correr se envalentonan y la persiguen en
grupo. La separan de la manada, le mordisquean las patas. Cuando ya su objetivo
no puede más y cae al suelo cansado y desangrado, se tiran encima en tropel y
lo destrozan. Consciente de esas verdades, Rajoy mantuvo ahítas a sus hienas.
Ahora Casado las ha dejado sueltas. Hay que hacerles frente con dignidad.
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