Lo que había conseguido recopilar era un batiburrillo de fechas y documentos. Como que la fecha del bautizo era anterior a la supuesta del nacimiento o que en total tenía tres diferentes identidades. Pero Ascensión no se arredró. Supo de la querella argentina contra los crímenes del franquismo y se sumó a ella.
Frente a la opinión de la Fiscalía de Sevilla, algo debió ver la jueza María Servini de Cubría en el relato y en la documentación aportada por Ascensión porque finalmente envío un exhorto a este juzgado andaluz. Así, el jueves pudo contar ante la jueza Alejandra Dodero durante dos horas, en un ambiente en que se sintió escuchada y alentada a expresarse, esa situación de aquella niña desconcertada ante una realidad que la superó entonces y que aún sigue produciendo tristeza y un infantil y dolido asombro.
En el Juzgado Instrucción Nº 1 de Almería le transmitieron las preguntas que la jueza magistrada argentina ha elaborado para todas las víctimas que realizan estas declaraciones ante la justicia española a través de comisiones rogatorias expedidas desde Buenos Aires el 15 de mayo pasado. Se trata de que los jueces españoles cooperen con la justicia argentina, en virtud de lo dispuesto en el Tratado Bilateral de extradición y asistencia judicial en materia penal concertado entre ambos países.
Al terminar, aún le permitieron añadir todo lo que estimó oportuno, además de aportar pruebas documentales para apoyar su el testimonio. Ascensión se deshizo en agradecimientos, tal era su alivio tras haber logrado expresar en público y ante una jueza, la de Juzgado de Instrucción Nº 1 de Almería, la injusticia que aún siente viva y su desazón.
También agradeció a los medios de comunicación locales y nacionales por el interés demostrado, así como el apoyo de su familia y amigos. Y luego a los abogados de la querella argentina, y a la Coordinadora que impulsa esta acción (CEAQUA), por su trabajo.
Y claro, dio las gracias a María Servini de Cubría por proporcionar esperanza. Una esperanza que ha sido necesario encontrar en un país lejano, porque aquí, en España, la justicia no contempla a las víctimas del franquismo. El único juez que lo intentó, recibió su castigo.
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