El FMI aplaude a España: con Sánchez la economía crece más que la
media europea y duplica a Alemania, otro revés para Feijóo
Los datos son incompatibles con el relato
catastrofista que el PP y Vox repiten cada semana como si la realidad
no existiera
ElPlural
MiguelAngel Heredia
Díaz
1-11-25
España se refuerza como la locomotora económica de Europa. Así
lo confirma el Fondo Monetario Internacional (FMI),
que acaba de revisar al alza sus previsiones y sitúa a nuestro país
como la gran economía avanzada que más crecerá del mundo en 2025:
un 2,9% del PIB, más del doble que la media de la eurozona (1,2%) y
muy por encima de Alemania, Francia e Italia.
En 2026, solo Estados Unidos nos superará por una décima. Son datos
contundentes, verificables, y sobre todo, incompatibles con el relato
catastrofista que el PP y Vox repiten cada semana como si la realidad
no existiera.
Si estas cifras se hubieran publicado con un gobierno de Aznar o
Rajoy, los telediarios de la derecha se habrían teñido de euforia y
se hablaría de “milagro español”. Pero como el informe llega
con un presidente socialista en La Moncloa, los mismos que se
autoproclaman patriotas callan, minimizan o directamente niegan lo
evidente: España es hoy un referente económico y político
internacional, con más empleo, más inversión, salarios al alza,
menos déficit y una gestión que la comunidad internacional aplaude.
El FMI no es precisamente un organismo de izquierdas. Su
reconocimiento tiene un valor doble: valida los resultados económicos
y desactiva el mito de que la derecha gestiona mejor. El Fondo
destaca la fortaleza del mercado laboral español,
capaz de absorber la inmigración y seguir creando empleo neto; la
estabilidad de precios, con una inflación del 2,4% en 2025 que
bajará al 2% en 2026; y una deuda pública en reducción. España
crecerá más que Alemania (0,2%), Francia (0,7%) o Italia (0,5%).
Dicho sin rodeos: mientras Europa frena, España acelera.
El FMI mejora incluso las previsiones del propio Gobierno, y
coincide con la OCDE, que hace pocas semanas también revisó al alza
el crecimiento español. Cuando todos los organismos internacionales
coinciden, el relato de la derecha se desmorona. Por eso el
PP y Vox evitan hablar de economía: cada vez que lo hacen,
los datos les contradicen.
La derecha insiste en que subir el salario mínimo, reforzar la
negociación colectiva o aumentar el gasto social son políticas
“irresponsables”. Pero los hechos dicen lo contrario. Desde 2018,
el Gobierno ha elevado el SMI un 54 %, y lejos de destruir
empleo, España tiene 21,2 millones de afiliados a la
Seguridad Social, máximo histórico. Las empresas siguen
invirtiendo y el consumo se mantiene fuerte.
El Gobierno ha impulsado una combinación de políticas
progresistas y gestión técnica eficaz: ha aprovechado los fondos
europeos para transformar el tejido productivo, ha mantenido el
diálogo social con sindicatos y patronal y ha protegido a las
familias en los momentos más difíciles —pandemia, inflación y
crisis energética— sin caer en la austeridad que hundió a medio
país hace una década.
Esa mezcla de protección social y crecimiento es la que hoy
permite a España avanzar en bienestar sin dejar a nadie atrás. Lo
que la derecha llama “intervencionismo” es, en realidad, una
política económica inteligente y moderna: la que impulsa el
crecimiento desde la base, no desde la especulación.
Durante años, el PP repitió que la izquierda solo sabía gastar
y que la derecha “arreglaba la economía”. Pero el FMI, la OCDE y
la Comisión Europea acaban de demostrar lo contrario. Con Pedro
Sánchez en el Gobierno, España lidera el crecimiento
económico y la creación de empleo en Europa, reduce
la deuda, estabiliza los precios y mantiene el Estado del Bienestar.
Feijóo y Abascal, atrapados en su discurso apocalíptico,
reaccionan con negacionismo. Pronostican “ruina” mientras la
economía crece, hablan de “paro masivo” mientras el desempleo
baja, y denuncian “inseguridad jurídica” mientras España atrae
inversión extranjera récord. Es un ejercicio de cinismo político
que bordea el ridículo. Necesitan que al país le vaya mal para
justificar su estrategia, pero la realidad los desmiente una y otra
vez.
El crecimiento del PIB no es solo un número frío. Es empleo,
salarios, consumo y confianza. Cada décima de crecimiento se traduce
en miles de contratos indefinidos, en más ingresos fiscales para
financiar sanidad y educación, y en menos desigualdad. España no
solo crece más: crece mejor.
La reforma laboral aprobada por este Gobierno progresista
consolidó la estabilidad en el empleo. La subida del
SMI reforzó el poder adquisitivo de los trabajadores.
Frente a los recortes de antaño, este Gobierno apostó por la
inversión pública y los escudos sociales, y la economía respondió
con fortaleza. No hay milagros, hay gestión. Todo ello en un
contexto internacional complejo, con guerras, inflación y tensiones
comerciales.
No es casualidad que medios internacionales como The
Washington Post, Politico o Financial
Times hayan destacado la estabilidad y el crecimiento de
España en contraste con la deriva populista o ultraliberal de otros
países. Mientras algunos gobiernos europeos caen en crisis o
bloqueos, España combina estabilidad política, crecimiento
económico y cohesión social.
El FMI reconoce que el mercado laboral español es un ejemplo de
resiliencia. Lo que la oposición llama “fracaso” es, según los
expertos, una de las claves del crecimiento.
Por eso conviene recordarle a Feijóo —tan propenso a hablar de
“inmigración descontrolada”— que el FMI destaca precisamente
nuestra capacidad para integrar y aprovechar el talento migrante como
un activo económico.
Mientras España recibe elogios internacionales, la derecha
española reza por malas noticias. Se alegran de los aranceles de
Trump, de las tensiones en Europa o de cualquier turbulencia que
pueda erosionar al Gobierno. Pero la realidad es terca: la economía
española aguanta, mejora y lidera. Cada revisión del FMI, cada
informe de la OCDE, cada dato del INE les deja sin discurso. Son los
patriotas de hojalata, los que confunden amar a España con odiar a
su Gobierno. Los que nunca celebran una buena noticia si viene
acompañada de la palabra “socialista”.
España no solo crece más: crece mejor, con más empleo, más
derechos y más cohesión. Y mientras la oposición se ahoga en su
propio ruido, el país sigue avanzando. La economía española ha
dejado de ser la “enferma de Europa” para convertirse en su
motor. Y lo ha hecho con políticas de izquierda, con diálogo
social, con inversión pública y con confianza en la gente. El FMI
lo certifica, la OCDE lo confirma y la calle lo percibe. España no
se hunde: lidera. Y esa es la verdad que ni el ruido ni las mentiras
de la derecha podrán tapar.