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viernes, 31 de octubre de 2025

 



Marian Fz Okariz 


Egunones a montones

A LOS QUE JUEGAN CON LA VIDA Y CON LA VERDAD

A las nueve y media de la noche, cuando el agua ya se había llevado a decenas de personas, Feijóo todavía no había llamado a Mazón.

Ahí están los registros, las pruebas, los horarios.

Y sin embargo tuvo la cara de decir que lo sabía “en tiempo real”.

En tiempo real, si,en tiempo real de su mentira.

Mientras tanto, Mazón

comia en un restaurante, ajeno al desastre, al barro y al miedo.

La gente gritaba pidiendo ayuda, el agua arrastraba cuerpos, y él,estaba “desconectado”.

Esa es la palabra: desconectado del pueblo, de la realidad, de la vida.

Y luego está Ayuso, la de los “abuelos que no se tocan”,

pero que firmó el protocolo de la vergüenza,aquel que impidió derivar a miles de ancianos a los hospitales durante la pandemia.

Murieron solos, aislados, en residencias convertidas en morgues,

mientras ella se hacía fotos vendiendo libertad.

Bonilla, por su parte, recortó el cribado de cáncer de mama en Andalucía.

Miles de mujeres quedaron sin diagnóstico precoz.

Algunas se enteraron tarde, cuando ya no había remedio.

Y todavía tiene el valor de llamarlo “eficiencia sanitaria”.

Todos cortados por la misma tijera:

Feijóo, Mazón, Ayuso, Bonilla…Y Abascal que gobierna con ellos en algunos casos .

Una derecha de salón, de plato de televisión,

que solo pisa la calle cuando hay cámaras,

que vive del dolor ajeno y lo convierte en propaganda.

Y mientras tanto, hablan de “vida”, de “familia”, de “patria”.

Pero lo suyo no es amor a la patria, es amor al poder.

Y lo de la familia solo les importa cuando da votos o contratos.

No hace falta un fusil para matar.

Basta con una firma, un recorte, una llamada que no llega a tiempo.

Eso también mata.

Y eso también deja cadáveres.

La gente tiene que abrir los ojos.

Porque votar a quienes mienten, abandonan y manipulan es votar contra la vida.

Contra la verdad.

Contra uno mismo.

Ya está bien de que nos tomen por tontos.

Ya está bien de que nos hablen de libertad mientras privatizan, recortan y se lucran.

El pueblo está cansado de ser usado, engañado y enterrado en silencio.

La dignidad no se vota cada cuatro años se defiende cada día.

Y esa defensa empieza con la memoria, con la palabra y con la verdad.


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