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lunes, 8 de marzo de 2021

 POLÍTICA

08/03/2021 

El año para olvidar del rey emérito: sin asignación, exiliado y en el radar de la Justicia

Se cumple un año del histórico comunicado de Felipe VI durante el estado de alarma, rompiendo con su progenitor.

CARLOS ALVAREZ / GETTY IMAGES
El rey emérito, en una recepción de embajadores, en el Palacio Real.

El 15 de marzo de 2020, un día después de que los españoles quedasen confinados tras la declaración del estado de alarma por la pandemia, Felipe VI hizo público un histórico comunicado en que el rompía con su padre el rey emérito, anunciando que le retiraba la asignación y renunciando a toda herencia que pudiera dejarle cuyo origen estuviera alejado de la legalidad. Para Juan Carlos I daba así comienzo un dramático y escandaloso año en el que incluso tuvo que abandonar España y exiliarse en Emiratos Árabes Unidos.

En realidad, los problemas para don Juan Carlos venían de mucho antes y comenzaron a salir a la luz sobre todo tras su abdicación de junio de 2014 y en especial después de que en junio de 2019 decidiera retirarse de la vida pública. Y lejos de estar relacionados con su labor como jefe del Estado desde 1975, tenían más que ver con su vida privada, en especial por su relación íntima con Corinna Larsen.

Don Felipe dio el paso de retirar la asignación a su padre acosado por las informaciones publicadas en la prensa en torno a éste. La gota que colmó el vaso fue la publicación por el Sunday Telegraphel 14 de marzo desvelando un generoso regalo millonario a don Juan Carlos por parte de Arabia Saudí, país con cuya familia real el rey emérito mantiene una estrecha relación.

Lucum y Zagatka

Sin embargo, en marzo de 2019 se habían recibido ya en Zarzuela dos cartas del bufete británico en el que trabaja el abogado de Corinna informando de que don Felipe y la princesa de Asturias figuraban como segundo y tercer beneficiarios de la Fundación Lucum, creada en 2008 por el entonces monarca para ocultar la donación de 100 millones de dólares que le habría hecho Arabia Saudí. Esos fondos permanecieron en una cuenta en Suiza hasta que en 2012 don Juan Carlos transfirió los 65 millones que quedaban a Corina Larssen.

Ante estos hechos, el rey y la princesa de Asturias procedieron a una declaración ante notario el 12 de abril de 2019 en la que renunciaban a cualquier herencia que pudiera legarles don Juan Carlos, si bien no fue hasta marzo de 2020 cuando se hizo pública esa decisión.

Por otra parte, el 2 de marzo de 2019 Álvaro de Orleans-Borbón, primo lejano de don Juan Carlos, negaba en una entrevista en El Paísser el “testaferro” del Rey emérito y aseguraba que los fondos de la Fundación Zagatka, creada en 2003 en Ginebra, eran suyos y que su objetivo era poder ayudar a las familias reales que lo necesitaran.

En el comunicado del 15 de marzo de 2020, Zarzuela aclaraba que don Felipe desconocía “por completo” que fuera beneficiario de la Fundación Zagatka e informaba de que ante notario él y la Princesa Leonor se habían desmarcado por completo de cualquier vínculo que pudiera haber con la Fundación Lucum, de los que en todo caso no tenía conocimiento ni había prestado consentimiento.

Además, se incluyó un mensaje de don Juan Carlos, aclarando que en ningún momento “facilitó información” sobre las dos fundaciones a su hijo y remitiendo al abogado Javier Sánchez-Junco en lo sucesivo para cualquier información relativa a su persona.

Investigación y exilio

A partir de ese momento, la situación se iría complicando cada vez más para don Juan Carlos. El 5 de junio, la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, encargaba al fiscal de Sala del Tribunal Supremo de la especialidad de Delitos Económicos, Juan Ignacio Campos, las diligencias respecto al supuesto cobro de comisiones por el Rey emérito por la concesión del AVE a La Meca a empresas españolas.

Según explicó la Fiscalía General del Estado, la investigación asumida por Campos se derivaba de las diligencias abiertas en diciembre de 2018 por Anticorrupción para aclarar el destino de 80 millones de euros que según Corinna Larsen se habrían repartido entre otros don Juan Carlos por la citada adjudicación en 2011.

Entretanto, entre bambalinas la Casa del Rey y Moncloa comenzaron a trabajar en una salida para el antiguo monarca. Descartada la posibilidad de que se trasladase a vivir fuera de Zarzuela, por la dificultad de encontrar un emplazamiento adecuado y que no dependiera de Patrimonio Nacional, finalmente la idea del exilio fue cobrando fuerza.

El anuncio de que don Juan Carlos abandonaba España llegó el 3 de agosto. Zarzuela publicó la carta que el rey emérito había dirigido a su hijo informándole de su decisión de salir del país “para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad”.

Sin embargo, no sería hasta dos semanas después cuando se conocería su destino: Emiratos Árabes Unidos. Aquí, al amparo del príncipe heredero de este rico país del Golfo, Mohamed bin Zayed, sigue residiendo desde entonces y es donde le han visitado sus hijas, las infantas Elena y Cristina, así como algún que otro amigo.

Suma y sigue

Su situación volvió a torcerse en el mes de noviembre, ya que en el lapso de solo tres días, la Fiscalía del Tribunal Supremo anunciaba dos nuevas investigaciones al rey emérito.

La primera de ellas relativa al uso por parte de don Juan Carlos y otros familiares de tarjetas de crédito opacas con cargo a cuentas en las que ninguno de ellos figuran como titulares los años 2016, 2017 y 2018. Según la Fiscalía, dado que los gastos, al superar incrementos de renta no declarados por encima de los 120.000 euros, podrían constituir delito fiscal.

La segunda está relacionada con la existencia de una cuenta con 10 millones de euros a nombre del Rey emérito en la isla de Jersey, un paraíso fiscal.

Regularizaciones fiscales

En un intento por resolver su particular viacrucis, don Juan Carlos procedió el 9 de diciembre a una regularización fiscal por 678.000 euros en relación al uso de tarjetas bancarias con fondos opacos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, uno de los tres asuntos investigados en su contra.

Y a una segunda regularización el 25 de febrero. En esta ocasión, casi 4,4 millones de euros por rentas no declaradas durante varios ejercicios que suman más de 8 millones de euros de pagos en especie y que tienen que ver “determinados gastos por viajes y servicios realizados” por el Rey emérito a costa de la Fundación Zagatka.

Según especificó su abogado, la regularización se ha hecho sin requerimiento previo lo que, a priori, entraría dentro de las denominadas excusas absolutorias y le permitiría quedar exento de incurrir en delitos fiscales por este asunto. Para poder subsanar esta cantidad, don Juan Carlos ha recurrido a préstamos de amigos.

Los pagos se habrían realizado hasta 2018, con posterioridad a la abdicación, y el Rey emérito aparecería como beneficiario de Zagatka hasta el pasado mes de junio, cuando la fundación modificó sus estatutos y suprimió a Don Juan Carlos y a sus tres hijos como beneficiarios. En este sentido, Álvaro de Orleans-Borbón ha vuelto a reivindicar que la fundación es suya y que no ejerce de “testaferro”.

La segunda regularización fiscal, que según se ha apuntado sería la definitiva, ha generado un terremoto de reacciones y críticas por la conducta del antiguo monarca y también de especulaciones sobre la posibilidad de que el rey emérito se disponga a regresar a España.

Así, algunos medios han asegurado que su vuelta sería inminente, aunque con carácter temporal, mientras que otros apuntan a que Don Juan Carlos no prevé regresar hasta que no esté más despejado su panorama judicial.

Desde el Gobierno, el presidente, Pedro Sánchez, no ha ocultado su malestar por las “conductas incívicas” del rey emérito pero ha insistido, como se ha venido haciendo todos estos meses desde Moncloa, en que la decisión de regresar es “personal”, como también lo fue la salida. Mientras, en Zarzuela, guardan silencio.

 

Los grandes avances del feminismo en los últimos 20 años

En política, en el trabajo o en la lucha contra violencia... Así ha transformado el feminismo a la sociedad española.

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Manifestación del 8-M en 2020.

El feminismo está cambiando el mundo. Así, en gerundio. Porque aunque durante el año del coronavirus este movimiento ha pasado más desapercibido, no ha cesado en sus reivindicaciones. Hasta el punto de que hoy es difícil que alguien discuta que los hombres y las mujeres deban ser iguales. 

De momento, en un 8-M en el que habrá menos reivindicaciones en la calle y en el que los balcones volverán a desempeñar un papel importante como altavoz - aunque esta vez para reclamar los derechos de las mujeres-, merece la pena hacer un repaso de las cosas que sí se han conseguido desde la primera manifestación, en el año 2000, hasta hoy. Dos décadas de lucha feminista en las que se ha conseguido concienciar a más de la mitad de la población (un 58%), que se declara afín a las ideas de este movimiento, según una encuesta de 40db que se realizó en 2018.

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Manifestación del 8 de marzo en 2019 en Madrid.

Manifestaciones 375 veces más grandes

En Madrid, en el año 2000, apenas 1.000 personas se concentraron una pequeña plaza del centrosegún los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid facilitados en 2019 a Maldita.es. En 2019 el número de asistentes era alrededor de 375.000 y se cortaron dos grandes aristas de la capital para que todo el mundo pudiese marchar, se tiñendo medio Madrid de morado. En 2020 y pese al temor al coronavirus tras los primeros casos en España, se reunieron cerca de 120.000 manifestantes. 

PHOTO GALLERYLas imágenes del 8-MSee Gallery

El punto de inflexión se produjo en el año 2017, cuando acudieron a la manifestación de Madrid unas 40.000 personas, 35.000 más que el año anterior. Hasta entonces (excepto en 2015), la participación rondaba entra las 1.000 y las 5.000 personas. Ese año comenzó con la peor cifra de mujeres asesinadas en casi una década - con, al menos, 15 asesinadas los primeros 60 días del año- y meses antes se había producido La Manada. Fue entonces cuando el feminismo español cogió impulso y el 8-M pasó de consistir en puñado de concentraciones minoritarias a ocupar titulares internacionales. 

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Una joven sujeta una pancarta en la manifestación en Madrid en 2017.

En el trabajo: una brecha profunda, aunque cada vez menos 

Una de las reivindicaciones históricas de estas manifestaciones es la de acabar con la brecha salarial y laboral entre hombres y mujeres. A pesar de que hace alrededor medio siglo, con la llegada de la Democracia y la muerte de Franco, las mujeres se unieron al mercado laboral en España, actualmente las españolas tendrían que trabajar al menos diez años más que sus compañeros para ganar lo mismo, según un informe de UGT. 

Aunque la cifra en sí es indignante, ha mejorado a lo largo del tiempo. Entre otras cosas, debido a la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres aprobada en 2007. La norma, que ha supuesto un antes y un después en la historia feminista de España, establece medidas concretas en favor de la igualdad en las empresas y sobre los procesos de selección, transparencia garantizada, la implantación de informes de impacto de género y de protocolos antiacoso, el reconocimiento de los permisos paternales o las listas paritarias en las formaciones políticas. La ley aprobada por Zapatero recibió alabanzas de la ONU y sirvió de inspiración a otros países. 

Ni la crisis económica de 2008 ni la del coronavirus han paralizado los grandes avances gracias a esta legislación. El Global Gender Gap 2020 del Foro Económico Global situaba a España en la octava posición de 153 países analizados en igualdad de género. Pero aunque se han dado avances en términos de paridad en los puestos de trabajo, aún hay brechas en los salarios, ingresos y la presencia de mujeres en puestos directivos.

Obviamente, otro de los factores que han contribuido a la llegada de la mujer en al mundo laboral ha sido la necesidad de emancipación económica de la mujer ha tenido que ver en esta evolución. El número de mujeres afiliadas a la Seguridad Social en España ha aumentado en un millón dede 2009 hasta 2021, a pesar de que han sido las más afectadas por las crisis. 

Un cambio radical en la Política

Tampoco en términos políticos, España tiene mucho que envidiar a otros países. En 2018, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez hizo historia estar compuesto por el gabinete con más presencia femenina de la Democracia. Sánchez siguió así los pasos de uno de sus predeceso socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, que en 2004 formó el primer gabinete paritario de España. Con Rajoy se rompió esta tendencia. 

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La coalición de Gobierno en enero de 2020.

El Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos formado en 2020 también es paritario, aunque ellas ya no son mayoría. De las 23 personas que forman el Ejecutivo, 11 son mujeres. También hay una importante representación femenina en los cargos de vicepresidencia: Carmen Calvo; Nadia Calviño y Teresa Ribera. Pero todavía queda la asignatura pendiente de que España cuente con una presidenta del Gobierno.

El número de mujeres en el Parlamento ha crecido un 100%, pasando de 77 en la legislatura que terminó en el año 2000 a las 154 actuales del total de 350 diputados del Congreso. La tendencia, además, ha sido, en general, ascendente. 

Otro de los hitos feministas en España  fue la creación en 2008 del primer Ministerio de Igualdad liderado por Bibiana Aído. La cartera desapareció en 2010, integrándose en el Ministerio de Sanidad. Pedro Sánchez ha revivido el ministerio con Irene Montero al frente. “El feminismo es un movimiento de una enorme capacidad transformadora”, explicó Montero tras su nombramiento, antes de comprometerse a crear “una poderosa alianza feminista que haga que España sea un país más justo, más equitativo, más digno y con más derechos”.

Violencia: nunca será suficiente, pero se ha hecho mucho

Pero sin duda, la lacra más pesada del machismo ha sido y es la violencia de género. La punta del iceberg. En el año 2004, José Luis Rodríguez Zapatero hizo que este tipo de violencias pasasen de ser un problema de ámbito privado a uno público. Aprobó entonces la Ley de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género, que abarca aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales, sanitarios y penales de la violencia machista. Fue aprobada con todos los votos a favor en el Congreso de Diputados, convirtiéndose en la primera y única ley integral contra la violencia de género en Europa. 

 En el año 2017 se aprobó en España el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, del que aún hay muchas medidas que no se han puesto en marcha. Una de las novedades era la de reconocer como víctimas de violencia de género en casos donde el agresor no ha sido necesariamente pareja de la víctima. 

En 2020 hubo 45 mujeres asesinadas por violencia de género, diez menos que el año anterior. Pero la experiencia dice que esta tendencia no tiene por qué ser ascendente y que en otros momentos de la historia, la cifra ha disminuido para crecer más el año siguiente, como ya pasó en 2009 y 2010. 

Durante los últimos años se ha puesto el foco en la violencia sexual, sufrida por casi tres millones de mujeres en España, tanto dentro como fuera de la pareja. Ante este problema, el Ministerio de Igualdad ha impulsado la ley del ‘solo sí es sí’, que se basa en la idea del consentimiento expreso. 

Pero, aunque se hayan dado pasos agigantados, no hay avance en el feminismo que se pueda considerar un éxito completo cuando siguen asesinando cada año a decenas de mujeres y una de cada dos sufre violencia machista a lo largo de su vida.

domingo, 7 de marzo de 2021

 LOS GENOVESES

33 entrega : Incunables genoveses

5 documentos claves sobre Bárcenas, Aznar, Villarejo, Abascal y PP Madrid

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 Foto: Luis Viadel

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