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viernes, 30 de junio de 2023

 


PP y Vox también se ponen de acuerdo para subirse los sueldos en algunos ayuntamientos


Torrelodones, Nàquera, Marbella,


 Cádiz... los nuevos alcaldes


 deciden incrementar de forma


 notable sus salarios en sus dos


 primeras semanas de mandato


Javier Escartín

29-6-23

ElHuffpost


PP y Vox han forjado en estas últimas semanas más de 140 diferentes acuerdos para gobernar juntos en ciudades como Valladolid, Burgos, Guadalajara, Toledo y Ciudad Real. La suma de sus votos ha supuesto, en algunos casos, la expulsión de los consistorios de gobiernos municipales que hasta ahora habían estado bajo el signo de la izquierda. Vox ha dado su apoyo al PP a cambio de sillones, suprimir concejalías "ideológicas" como las de Igualdad o hacerse cargo en decenas de municipios de las áreas de Seguridad. 

Algunos acuerdos entre las dos derechas se cerraron in extremis, como fue el caso de Alcalá de Henares o Gijón, y otros se produjeron con un veloz entendimiento, como ocurrió en Elche. Pero en lo que PP y Vox sí se han puesto de acuerdo muy rápido en algunos de estos consistorios donde ya gobiernan es en subirse el sueldo. De hecho, ese aumento salarial supone, en algún caso, un incremento del 137% con respecto a la anterior legislatura. Y no son pocos los ejemplos. 

El caso más llamativo es el de Torrelodones, un municipio de más de 20.000 vecinos situado en el noroeste de la Comunidad de Madrid.  Sólo seis días después de que se confeccionara el nuevo equipo de Gobierno, en el primer Pleno se aprobó una subida de los sueldos municipales. Si en los últimos cuatro años el total de las retribuciones ascendía a 484.509,37 euros anuales, a partir de ahora serán 1.155.239,43 euros. El nuevo consistorio contratará a siete asesores por algo más de 380.000 euros, y la alcaldesa, del PP, cobrará casi 6.000 euros más al año que su antecesor. Las derechas justifican el incremento en la necesidad de “profesionalizar la política”, ya que buena parte de los concejales tendrán ahora "dedicación exclusiva" a sus funciones.

En Nàquera (Valencia), decisiones del alcalde de Vox como retirar la bandera LGTBI de los edificios públicos o eliminar el concepto de ‘violencia machista’, resultarán mucho más caras para los vecinos. Iván Expósito ha decidido subirse el sueldo 13.000 euros con respecto a su antecesor, pasando de los 31.999 euros anuales que cobraba el anterior alcalde hasta los 45.000 euros. Su pueblo sólo cuenta con 7.700 vecinos.

En Yebes (Guadalajara), el nuevo alcalde del PP, Enrique Quintana, cobrará un 32% más que su predecesor en el cargo, mientras que el vicealcalde, Antolín Muñoz (Vox) ha decidido también subirse el sueldo un 51%. 

En la isla de Mallorca, dos municipios siguen el mismo ejemplo. En Sant Llorenç, el alcalde Jaume Soler (PP) cobrará 52.272 euros al año, un 15% más que su antecesor, y los concejales recibirán 33.323 euros al año, cuando en la pasada legislatura cobraban 22.000. Cerca de allí, en Llucmajor, PP y Vox han dado luz verde a una subida generalizada de sus sueldos de un 11%. La nueva alcaldesa, Francisca Lascolas (PP), pasará a cobrar 55.682 euros anuales, frente a los 51.584 brutos que cobraba el anterior primer edil, el también popular Éric Jareño.

La ronda de subidas no cesa: en Macael, un pueblo de Almería de 5.500 habitantes, el nuevo alcalde del PP, Raúl Martínez Requejo, se ha subido el sueldo en 8.000 euros con respecto a su predecesor, mientras que en Anna (Valencia) el alcalde popular Miguel Marín ha decidido incrementarlo en un 18%.

El PP dispara los sueldos de sus alcaldes en Andalucía

En todo caso, al PP no le hace falta el pretexto de Vox para subir sueldos a sus alcaldes. Y muy especialmente, en Andalucía. Este viernes, el pleno de organización del Ayuntamiento de Cádiz aprobará una subida generalizada de los sueldos de los concejales con dedicación exclusiva, y para los portavoces de la oposición. El alcalde popular Bruno García, que recoge el testigo de Kichi al frente de la ciudad tras conseguir la mayoría absoluta en las elecciones del pasado 28-M, ganará ahora 68.888 euros al año, 30.000 euros más que lo que recibía el representante de Adelante Andalucía. 

Mientras, la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo (PP), también ha hecho valer su mayoría absoluta para subirse el sueldo un 4%. Y en Motril (Granada), el grupo municipal del PSOE denuncia que Luisa García Chamorro (PP) pretende subirse el sueldo de 53.000 euros a 72.000 euros brutos al año. 

Otro caso muy significativo es el de la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, que se ha puesto como sueldo 92.928,03 euros al año. Una cifra incluso superior a la que cobra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o el presidente de la Junta andaluza, Juanma Moreno. 

Por último, ya en el norte, el nuevo alcalde del PP en Ferrol (La Coruña), José Manuel Rey Varela, va a pasar a cobrar 47.280 euros, un 18% más que el anterior primer edil.

Feijóo y Abascal abogan por reducir el "gasto político"

Este incremento de salarios de alcaldes y algunos concejales choca con los discursos de austeridad y reducción de gasto público que los líderes nacionales del PP y Vox han ido proclamando en estos últimos meses. 

Alberto Núñez Feijóo señalaba la pasada semana en Onda Cero que si alcanza la Moncloa "hará un ajuste muy importante del gasto político". Dichas declaraciones se produjeron días antes de que se haya conocido que el líder del PP cobra un 'sobresueldo' de más de 50.000 euros anuales como presidente del partido. Una cifra que se añade a los más de 70.000 euros que gana como senador desde su entrada en la Cámara Alta en mayo de 2022. 

Por su parte, Santiago Abascal llegó a calificar hace unos meses como "obscena" la última subida salarial del 3,5% para los diputados. "En los tiempos difíciles, cuando la gente sufre miseria y privaciones, en su mayor parte causadas por el gobierno, resulta insultante que los gobernantes aumenten sus retribuciones", escribió en Twitter.

Los alcaldes que se bajan el sueldo

Aunque pueda parecer difícil, algunos alcaldes - en lugar de escudarse en la inflación o en la "dedicación plena" para subirse el suelo - han decidido bajarse los salarios. Es el caso del alcalde de Puertollano (Ciudad Real), el popular Miguel Ángel Ruiz, que se ha reducido el sueldo un 10%.  El nuevo alcalde de Villafranca de los Barros (Badajoz), el socialista Francisco Jiménez Araya, también ganará 2.640 euros menos de lo que tenía asignado su antecesor. 




 


Todas las veces que María Guardiola dijo que no gobernaría con Vox en Extremadura


La futura presidenta de la Junta de


 Extremadura aseguró en reiteradas


 ocasiones que no pactaría con una fuerza


 "que niega la violencia machista" o


 "deshumaniza a los inmigrantes"

Javier Escartín

30-6-23

ElHuffpost

¿Cuánto vale la palabra de un político? La líder del PP en Extremadura, María Guardiola, juró y perjuró en numerosas ocasiones que jamás gobernaría con Vox en su región tras las elecciones del 28-M. "No puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes deshumanizan a los inmigrantes, a quienes tiran a una papelera la bandera LGTBI. (...) Tampoco voy a entrar en batallas culturales que están superadas; se trata de solucionar el futuro de los extremeños", señaló. 

Un mes después de las elecciones, tras las fuertes presiones internas para pactar con Vox y no 'erosionar' con su órdago la carrera hacia las generales de Feijóo, el PP y los de Abascal han acordado un Gobierno de coalición en Extremadura en el que Vox tendrá una consejería, la de Gestión Forestal y Mundo Rural.

Además, ambos partidos han alcanzado un acuerdo programático de 60 medidas que, según un comunicado conjunto, se centrarán en las "prioridades de las familias extremeñas y en combatir el paro, la pobreza, la falta de oportunidades y la despoblación".

Hasta este pacto, María Guardiola había sostenido que no gobernaría con consejeros de Vox, un compromiso que asumió durante la campaña electoral y mantuvo durante las negociaciones pese al peligro de llegar a nuevas elecciones. En un primer momento, Feijóo respaldó a su 'baronesa'. Sin embargo, poco después, el mismo líder del PP le instó a lograr un Gobierno de cambio "rápido" para Extremadura.

Porque María Guardiola no se opuso a gobernar con Vox ni una, ni dos, ni tres veces, sino en múltiples ocasiones. "Tengo un compromiso de gobierno en solitario y no voy a gobernar con nadie. Pero aceptaré el apoyo VOX si desean lo mismo que yo, que entiendo que desearán un cambio en esta tierra. Quien vote a VOX entiendo que es porque no está de acuerdo con las propuestas socialistas caducas", dijo a El Periódico de Extremadura días antes de la llamada a las urnas. 

Justo después de conocer que la suma numérica de PP y Vox daba para apartar al socialista Vara de la Junta de Extremadura, Guardiola se reafirmaba en su propósito de gobernar en solitario: "Va hacer falta que Vox me apoye, pero no va a hacer falta que Vox entre en el gobierno", dijo.

Una vez que Vox se negó a facilitar la investidura de Guardiola sin entrar en el gobierno, Guardiola inflamó su discurso en contra de los de Abascal. Como célebre quedará su comparecencia ante los medios del pasado 20 de junio donde dijo literalmente: "Yo no puedo dejar entrar en el gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera la bandera LGTBI (...) Ahora mismo no es el poder lo que está en juego. Es la dignidad de esta tierra. Ellos han antepuesto sus ansias de poder y esa soberbia al cambio. En Vox sólo he encontrado zancadillas, desunión y ansia. Todo se ha teledirigido desde Madrid porque... ¿qué importa Extremadura? No le importamos nada. Hoy se ha presentado el capataz del señor feudal. Hoy ha venido el líder de Vox a decir los extremeños qué tenemos qué hacer y qué no. Me parece una vergüenza y un bochorno"

Un día después, en una entrevista en ABC, Guardiola insistía en que "en el PP caben todas las sensibilidades, pero no Vox, están en otro sitio". Y añadió: "Yo no quiero que nadie me diga: '¿Por qué nos ha mentido tanto, presidenta?'. No quiero que nadie me acuse de cabalgar contradicciones", señalaba.

Guardiola quería dormir "tranquila" por las noches, y para eso necesitaba que Vox no entrara en el gobierno. Ni aunque eso significara no llegar nunca a ser presidenta de Extremadura. "Lo que está en juego no es mi futuro. Yo tengo una vida muy feliz, lo tengo todo. Estoy trabajando por intentar mejorar la vida de los demás. Y si eso pasa por que yo no esté, no estaré. Pero estaré tranquila porque habré hecho en conciencia porque creo que es lo mejor para mi tierra. Es el ejemplo que quiero dar a mis hijos", dijo a Antonio García Ferreras en el programa "Al rojo vivo" de LaSexta.

En el programa "Hora 25" de la SER, Aimar Bretos también le preguntó si se comprometía a que, incluso después de las elecciones generales, en ningún caso va a meter a Vox en su gobierno. "Me comprometo. Claro que sí. No voy a gobernar con Vox", fue su respuesta.

Unas palabras que ahora son papel mojado y que dañan para siempre la credibilidad de María Guardiola. La semana pasada comenzó la marcha atrás tras la reunión mantenida en Génova y la supuesta bronca que Esperanza Aguirre le echó en la investidura de Ayuso, cita a la que Guardiola acudió como invitada. La propia presidenta madrileña fue también tajante a lo hora de pedirle el acuerdo con Vox en Extremadura. "Sería una gran pérdida no conseguirlo", dijo Ayuso en El Mundo

Sólo entonces, Guardiola comenzó a cambiar su discurso hasta llegar a decir este pasado lunes que esperaba poder negociar con Vox, ahora "un partido constitucional". El acuerdo se ha materializado finalmente este viernes con una consejería, un acuerdo programático y el fin de la figura mediática de Guardiola como la 'heroína extremeña anti-Vox'.


jueves, 29 de junio de 2023

Libro recomendado 


 Estampas callejeras



Foto: Luis Viadel 

 


Libro recomendado


 

 

Orgullo justo y necesario


No podemos perder de vista que, no hace

 tantos años, nuestro país era de los que

 castigaban la homosexualidad


Susana Gisbert

27/06/2023

ElPlural




-Como cada año, llega junio y además del calor, las vacaciones escolares y las funciones de fin de curso, se conmemora el día del orgullo LGTBI. Una celebración que empezó siendo una reivindicación y ha ido evolucionando hasta la gran fiesta que conocemos ahora. Al menos en nuestro entorno porque, por desgracia, en muchos países del mundo, la homosexualidad sigue estando no solo proscrita sino también castigada con durísimas penas.

Pero, como suele pasar con los derechos, hay que cuidarlos. Nunca hay que dar el partido por acabado, ni suponer que la victoria es inamovible. Siempre hay que estar alerta porque lo conseguido con muchos años de lucha puede desaparecer en un instante. Y no podemos consentirlo.

Cuando llegan estas fechas, es tiempo de celebrar, pero también es tiempo de reflexionar. No podemos perder de vista que, no hace tantos años, nuestro país era de los que castigaban la homosexualidad. Poco a poco, se ha ido arañando porciones de libertad hasta llegar a la igualdad casi completa que hoy contemplan nuestras leyes.

Pero no es suficiente. El papel es muy sufrido, pero de poco sirven las leyes sin una realidad que haga juego. Y la realidad la creamos las personas, no las leyes. Y ahí es donde todo el mundo tiene que arrimar el hombro.

No podemos negar que el riesgo de regresión existe. Ha sucedido en otros países y podría suceder en el nuestro. Por eso no podemos bajar la guardia.

Cada día se cometen actos de discriminación a personas o grupos de personas por razón de su orientación sexual. Y cada día hay víctimas que callan porque no saben si no va a sr peor contarlo que mantenerse en silencio.

Esta semana saltaba la noticia de un ayuntamiento valenciano que prohibía desplegar banderas LGTBI. No hace mucho, un obispo hablaba de esta misma bandera diciendo que desfiguraba el símbolo bíblico del arco iris con ideas “contra la naturaleza”. Y también hace poco que un futbolista era objeto de burlas por el simple hecho de portar un bolso. Solo son algunos ejemplos de las cosas que pasan a diario, la punta de lanza de una realidad que todavía existe, aunque hayamos avanzado mucho.

Es día de celebrar, sin duda. Pero aun no ha llegado el día en que no haya que reivindicar derechos y luchar por ellos. Ojalá llegara pronto, pero temo que aun quedan muchos armarios cerrados. Y ese es un trabajo para los 365 días del año

SUSANA GISBERT
Fiscal (twitter @gisb_sus)



 


La bandera arcoíris

El 28 de junio se celebra el Día del Orgullo LGTBI

Manuel Francisco Reina

28/06/2023 

ElPlural


Los símbolos son importantes. Lo sabemos todos los que trabajamos con las palabras y con las imágenes, o, por ser más preciso, con las imágenes que sugieren las palabras y las ideas y conceptos que se leen en los símbolos. Por eso, que algunos estén empeñados en borrar, hacer desaparecer o no hacer visibles la bandera arcoíris, es una manifestación política de una ideología clara, fascista, homófoba y discriminadora. No me voy a andar por las ramas. Quienes hemos sufrido el insulto, la amenaza, la estigmatización o la agresión en la calle, en nuestro ámbito profesional o familiar por el hecho de ser, por nuestra orientación sexual, sabemos que en esto no hay matices posibles. Cuando un padre o un hermano te insulta, te acosa o te agrede por lo que eres, no hay tibiezas, por mucho que los jueces actúen, cuando lo hacen, con tanta compresión para los maltratadores homófobos. Cuando tu condición sexual, con las palabras marcadas, se convierte en demérito de tus capacidades laborales y profesionales, no hay lugar a dudas.



Dice el señor Santiago Abascal que “no celebro el Orgullo Gay, supongo que porque soy heterosexual” y que ”muchos homosexuales que no celebran este día que no reducen su personalidad y su ser simplemente a su querencia sexual”. Lo transcribo textualmente a pesar de que su español tan español en un prodigio del anacoluto y la falta de organización sintáctica. Yo celebro el día de la Constitución y no fui uno de sus padres, pero, supongo, que tampoco es demasiado contradictorio en alguien que dice estar contra las diputaciones y las autonomías y se está matando por entrar en coalición de gobierno en todas. Por otra parte, confunde, condición sexual con “querencia sexual”, pero si es lo único en lo que está confundido no tenemos que preocuparnos por encontrárnoslo en alguna aplicación de contactos, como a algunos de esos “discretos” votantes gais suyos, muy heterosexuales, muy masculinos, muy como dios manda, de puerta a la galería y según sus estereotipos, pero que después buscan lo que buscan, donde lo buscan…Por cierto, yo soy un agnóstico metódico, pero conozco muy bien la Biblia y a algunos de los padres de la Iglesia. Hasta el propio San Agustín, luego padre de familia y uno de los Doctores de la Iglesia, habla de sus experiencias homoeróticas en sus Confesiones, en sus días de juventud en Cartago. Y acuña una frase maravillosa: ama el quod vis fac (ama y haz lo que quieras). No sé yo si, a todos estos tan creyentes homófobos se les olvida que no debieran poner en duda la omnisciente sabiduría de la obra de dios al hacernos como somos. A menos que Dios se equivocara y entonces, claro, ya no sería Omnipotente, ni omnisciente…

A rebufo de estas políticas y actitudes, que van además contra la Declaración Internacional de Derechos Humanos, está el aspirante a presidente de España y líder del PPAlberto Núñez Feijóo, cuya principal propuesta electoral es la conjugación del verbo “derogar”. Entre otras, la llamada “ley Trans”. No me sorprende cuando, durante años, el PP que le precedió, tuvo recurrida la ley del matrimonio igualitario en el Constitucional, y eso que, casi los primeros en casarse fueron algunos de sus dirigentes. Parece mentira que, los presuntos liberales de boquilla, no respeten derechos civiles reconocidos por todos los más democráticos, avanzados y referenciales organismos internacionales, y sigan siendo rehenes de morales religiosas y contrarias a cualquier realidad social y científica. Les traiciona, como a Abascal, el subconsciente, cuando deslizan términos como “tolerancia”, inapropiadamente repetido por periodistas e incluso gente del colectivo. Tolerar, según el Diccionario de la Real Academia en sus distintas acepciones es “llevar con paciencia” o, en su segunda entrada, “Permitir algo que no se tiene por lícito”. No me parece casual ni el matiz, ni el desliz. Años llevo reivindicando que abolamos en este contexto esa palabra. La ley y nuestros derechos civiles, cuando no ya el sentido común y la ética, debe hacernos exigir respeto. Respetar, y no tolerar. Yo tolero a los fascistas, los llevo con paciencia, porque soy más civilizado que ellos y quiero que se les aplique la ley, no que se les mate de una paliza como ellos han hecho con gais y trans en la calle. Hasta hace muy poco, la construcción y legitimación de determinadas identidades, como son las LGTBIQ+ han estado proscritas, y aún siguen estándolo, en la mayoría del mundo. Incluso en el llamado primer mundo, los últimos años, con el auge de los populismos de extrema derecha se ha observado, estadísticamente comprobable, un aumento de las agresiones y violencia homófobas o tránsfobas. Un setenta por ciento más de agresiones sexuales se han denunciado el año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística. Los delitos de odio han aumentado más y el caso del asesinato de Samuel Luyz, por poner un ejemplo trágico, no deja  lugar a dudas.  En Israel, por ejemplo, donde la ciudad de Tel Aviv es un referente y un oasis en todo oriente medio para la comunidad, se han intensificado las agresiones y ataques contra la comunidad, por parte tanto de los musulmanes ortodoxos como por los judíos ultraortodoxos.  No es una broma, es ideología. La discriminación de las personas LGTBIQ+  es la misma que se ejercía en tiempos presuntamente superados, contra judíos, negros, y todos aquellos que por razón de ideología, orientación, sexo, raza, etcétera, han sido perseguidos, y criminalizados. Allá quien quiera asumir esa responsabilidad.   No hay trabajo más importante, nos lleva una vida y algunos no lo logran, que alcanzar a conocer lo que somos y asumirlo, proyectando en los demás y en el mundo lo mejor de nosotros. Esto es lo que debe llenarnos de orgullo. La bandera arcoíris es un símbolo de esa lucha y, por eso, más que nunca, allá donde unos la quiten, otros la llevaremos y la pondremos.


miércoles, 28 de junio de 2023

 

28-6-23



 


Miguel del Arco: "Franco sigue siendo un sitio muy complicado"

El dramaturgo estrena 'Las noches de Tefía', un drama sobre la memoria ambientado en el campo de concentración para homosexuales de la dictadura

LUIS MARTÍNEZ

ElMundo

Jueves, 22 junio 2023 -

«No podemos cambiar el pasado... al menos recordémoslo». La frase, entre pomposa y solo resignada, se escucha en La caja de música, la película de Costa-Gavras que enfrentaba a una hija ante la incómoda, salvaje y muy desconcertante posibilidad de que su adorado padre fuera en verdad un asesino. Pero no uno de ésos arrastrados por unos oscuros y muy bajos instintos que señalan de forma incluso mítica al victimario. No, su padre fue quizá en el pasado un funcionario del régimen nazi que mataba por puro oficio en el margen estricto de la jornada laboral. Las noches de Tefía, la serie de seis episodios creada por el dramaturgo (además de director de escena, cineasta, guionista y tipo extremadamente inquieto) Miguel del Arco, se mueve en el mismo registro y, a su modo, hace suya la frase del principio, pero con vehemencia antes que solo resignación. De repente, en la normalidad de una vida satisfecha, ligeramente aburrida y debidamente ordenada, un hombre descubre que el pasado no sólo pasa sino que además pesa. Ese vecino, que además es adorable padre y entrañable abuelo, también fue un represor, su represor. La novedad es que ahora no se trata de un drama judicial estadounidense sobre una barbarie extraña, sino que todo ocurre aquí, y muy aquí, en Fuerteventura, en España, en nuestro presente, que es también nuestro pasado.

«Tengo la impresión de que el asombro más grande sobre los hechos que relatan la serie tiene que ver con el desconocimiento absoluto de lo que se narra», dice Del Arco. Recuerda que ni siquiera cuando fueron allí, al lugar en el que ocurre todo, nadie sabía nada. «Después de mucho preguntar di con un hombre que había trabajado con su padre en el recinto. Cuando lo localicé y hablé con él, me pedía una y otra vez que bajara la voz. Aún hoy», añade. Y concluye: «El franquismo no sólo anuló todo tipo de disidencia política y sexual sino que forzó a interiorizar la represión con una ley del silencio que sufrimos todavía en el presente. Y lo más doloroso es que sobre ese silencio, lo queramos o no reconocer, está edificada nuestra democracia».

Pero un momento, ¿de qué estamos hablando? Hablamos de una serie de televisión que se estrena en cines el jueves 22 antes de llegar a Atresplayer Premium, pero sobre todo de uno de los dos centenares campos de concentración hábiles durante la dictadura franquista. Más en concreto, hablamos de probablemente el más singular de todos ellos. Por cruel. La Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía de Fuerteventura, así se llamaba por aquello de la falta de pudor, estuvo activa entre 1954 y 1966 y sirvió para «la reeducación de homosexuales varones» por designio de la llamada Ley de vagos y maleantes. La serie, inspirada lejanamente por la novela de Miguel Ángel Sosa Machín Viaje al centro de la infamia, imagina desde el presente el encuentro de una víctima con su represor (personajes interpretados por Jorge Perugorría y Roberto Álamo) y viaja al pasado para reconstruir lo que fue aquello de la mano de los actores Marcos Ruiz, Patrick Criado, Miquel Hernández o Raúl Prieto. Pero hay un bucle más en el tiempo, en la imaginación y en la memoria:Del Arco hace soñar a los presos con la posibilidad de una vida digna con música, con glamour y sin dolor en un espacio ficticio, el music hall Tindaya, donde se baila, se canta, se folla, se vive. Es un truco imaginario para sobrevivir, pero también lo es para libertad. «El sentido del humor», reflexiona el cineasta, «no sirve sólo para aliviar el sufrimiento, forma parte del mecanismo de supervivencia»

La serie se sitúa justo en medio, en la frontera de casi todo, entre la realidad y la ficción, entre la escena y el cine, entre la parte más salvaje de la dictadura autárquica y el momento en el que el turismo obligó a mirar hacia fuera, entre la tragedia más evidente y la comedia más necesaria, entre el pasado y el presente. Y ahí, en ese lugar casi sin nombre, funda un mundo. «Lo que me llama la atención es que Franco sigue siendo hoy un sitio complicado». Pausa. «Pienso en esa serie que han cancelado a Sorogoyen, el director ahora mismo más respetado, porque quería contar la Guerra Civil». Pausa. «Pienso en esa obsesión por echar en cara al cine español que sólo se ocupa de precisamente la Guerra Civil y que no haya ni una sola película sobre los campos de concentración. Sí, sin duda, creo en la responsabilidad de los que contamos historias». Pausa. «Pienso en la película Argentina, 1985 donde se cuenta la dignidad de un pueblo que dice: "Sí, fuimos torturados, asesinados, pero sentamos en el banquillo a los represores". Somos una sociedad, la sociedad española, donde no se reconoce plenamente ni la dictadura como tal ni que hubo siquiera un golpe de Estado». Pausa. «Pienso en mi sobrina de 14 años y medio alemana que cuando vio la serie no se lo podía creer, no entendía que eso hubiera pasado y que no supiera nada. Ella, que vive en Alemania, y donde la memoria del Holocausto forma parte de la primaria». Pensando.

Reflexiona Del Arco que quizá la serie llegue en un momento que de puro oportuno... «ni aposta». Lo dice por la Ley de Memoria Democrática sobre la que pesa amenaza de derogación y, ya puestos, por todo lo demás. Y aquí, el inminente día del Orgullo. «Hay que salir a manifestarse, pero conscientes de donde venimos», comenta. Las noches de Tefía es serie y es memoria. «No podemos cambiar el pasado... al menos recordémoslo».


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Penitenciaria de Tefía fue un campo de concentración durante la dictadura franquista, ubicado en la aldea de Tefía, perteneciente al municipio de Puerto del Rosario de la isla de Fuerteventura. Activo entre 1954 1966 servía para la reclusión de presos comunes y políticos, y para la reeducación de homosexuales varones.

La represión de la homosexualidad, conducta que el franquismo consideraba indeseable, fue legalizada por la modificación de 1954 de la Ley de vagos y maleantes,​ a través de la cual se persiguió a las personas en razón de su orientación sexual real o presunta, y que permitía la reclusión de uno a tres años de personas homosexuales,​ que eran considerados un peligro social.​ Bajo la norma de 1954, homosexuales y transexuales fueron confinados en los denominados "centros de trabajo" y "colonias agrícolas penitenciarias", auténticos campos de concentración de trabajo forzado, en los que eran sometidos a condiciones inhumanas, trabajo hasta el agotamiento, palizas y otros castigos corporales y hambre.​

La Colonia Agrícola-Penitenciaria de Tefía fue establecida mediante la orden ministerial del 15 de enero de 1954, en un antiguo cuartel de la Legión, cuyo terreno había sido un aeródromo durante la Guerra civil. La apertura de las instalaciones se realizó el 11 de febrero.​ No solo albergó entre 80 y 100 homosexuales durante su existencia,11​ sino también estaban internados algunos presos comunes y también presos políticos.​

Los terrenos alrededor del lugar son un desierto pedregoso.​ La vida en el campo de trabajo fue dura, desde labores agrícolas hasta mano de obra forzada​ e instrucción militar, pasando por torturas, hambre y represión sexual. Durante su existencia fue dirigido por un carmelita castrense de Vitoria. A los confinados se les hacía trabajar hasta la extenuación y eran sometidos a maltratos habituales por parte de los funcionarios.

En 21 de julio de 1966 se clausuró por una Orden del Ministerio de Justicia, debido al bajo número de reclusos en sus instalaciones. Los últimos fueron traslados a la prisión de Barranco Seco en Las Palmas de Gran Canaria.​

En 2006 se publicó la novela coral Viaje al centro de la infamia, escrita por el historiador Miguel Ángel Sosa Machín. Está ambientada a mediados de la década de 1950 y recrea literariamente la Colonia Agrícola-Penitenciaria de Tefía, prisión en la que, durante el franquismo, se quiso reeducar a los homosexuales a través de trabajos forzados, especialmente del picado de piedra.

En 2018 el director barcelonés Ferran Navarro-Beltrán señaló que tiene en proyecto llevar al cine la historia de la colonia de Tefía.

En 2019 Juan Sepúlveda, Antonio Santos y Marina Cochet publicaron la novela gráfica El Violeta cuya trama está inspirada en los testimonios de Octavio García, uno de los supervivientes del campo de concentración de Tefía.​

En 2020 Ismael Lozano Latorre publicó la novela Vagos y Maleantes​ en la que uno de sus protagonistas, un anciano con alzhéimer, relata cómo fue su juventud en el campo de concentración de Tefía, en el año 1955, y cómo llegó hasta él.

En junio de 2023 se estrenó Las noches de Tefía, drama televisivo producido por Buendía Estudios junto a Atresmedia, y que recrea el campo de concentración.​