Buscar este blog

domingo, 28 de febrero de 2021

Imágenes del mundo


 

Libro recomendado


 

Foto: Luis Viadel

 

 ¿De verdad vamos a vivir otros felices años 20?


Saliendo de una pandemia, a caballo entre dos crisis y en plena revolución tecnológica: hay paralelismos entre la situación actual y hace un siglo, pero aún hay más matices.


 

SUTEISHI / GETTY CREATIVE

Unas jóvenes recrean una escena de los felices años 20.


No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista”. El refranero patrio, tan sabio, condensa en una línea siglos de experiencia: todo acaba pasando, y también lo hará el maldito SARS-CoV-2. Aún estamos viendo cuándo llegará ese momento y cómo será entonces la vida, pero hay una referencia que recalcan los más esperanzados, la de los “felices años 20” del pasado siglo. 

¿Se repetirá la historia? ¿Viviremos dentro de un dorado Gran Gatsby, oyendo jazz y bailando charlestón? ¿O nos pueden las ganas de soñar?

Los expertos reconocen ciertos paralelismos entre las dos épocas, con un siglo de diferencia, pero echan el freno a tanto optimismo. Primero, porque lo que nos ha llegado de aquella década tiene mucho de idealización. No fue tan luminosa. Y segundo, porque los contextos y las personas nunca son exactamente iguales. 

Hay similitudes, claro. Entonces se venía de una pandemia -la de la llamada gripe española, que mató a 50 millones de personas en 1918-, fue una época valle entre dos guerras mundiales y entre dos crisis territoriales, estratégicas y económicas, y en ambos casos las novedades en tecnología eran revolucionarias para el momento”, explica el americanista Sebastián Moreno

Sin embargo, entiende que no podemos tomar al pie de la letra eso de “años felices”, por lo que ya empiezan los matices en la comparación. “Es innegable que se produjo un estallido de esperanza y alivio, más que de alegría, porque se dejaba atrás un horror importante. Eso se tradujo en mayor ansia de vida, de consumo y de disfrute, sobre todo a partir de 1924 y hasta que los suicidios de Wall Street pusieron el epílogo, con el crack del 29. Pero va por barrios”, afirma gráficamente.

No fue un estado generalizado en el mundo, ni de Occidente siquiera. Europa se ahogaba en su reconstrucción tras la Primera Guerra Mundial y en EEUU se beneficiaban de eso, vía créditos, intereses y contratos. El nuevo centro del poder bursátil era Nueva York. Allí sí existía ya una clase media relativamente firme que podía acceder a una nueva vida, a la democratización del coche propio, los electrodomésticos o el ocio. Esa es la estampa que vemos en las películas y en las novelas”, ahonda. 

Eso es la epidermis de los privilegiados, que cuajó en el llamado sueño americano. Debajo estaban la pobreza y las heridas de los combatientes europeos y los sentimientos ultranacionalistas, fascistas y violentos al alza: son los años en los que se va gestando el nazismo, en los que Benito Mussolini se hace fuerte, en los que Stalin ya castiga con los gulags. 

Desenfreno sexual y derroche económico”

Puestas las cosas en su sitio, ¿nos espera algo parecido a ese renacer, aunque fuera parcial? El sociólogo Nicholas A. Christakis, de la Universidad de Yale, se ha convertido en el autor de referencia en el mundo para responder a esta pregunta. En su libro superventas Apollo’s Arrow: The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live (La flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos) sostiene que sí. “Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI”, sostiene en sendas entrevistas de referencia en la BBC y The Guardian.

Christakis asume que no habrá una inmunidad global en breve, así que plantea varias fases, porque aún estamos “al final del principio”: una primera etapa es para encajar el impacto biológico de la pandemia en el presente 2021; una segunda, de “lidiar” con las consecuencias sociales, físicas, psicológicas, sanitarias y económicas de estos meses -predice que habrá un 45-50% de población vacunada en 2022 y la recuperación socioeconómica será completa en 2023-; y una tercera, que llama “postpandemia”, que no llegaría hasta 2024 y en la que todo se estabilizaría, al fin. Ahí llega la fiesta, aunque quedarán efectos perdurables como la telemedicina, el rediseño de oficinas y el teletrabajo o el contacto físico. 

Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXINicholas A. Christakis, sociólogo, profesor en la Universidad de Yale

María José Campo, psicóloga especializada en crisis, comparte esa “apertura” tras tiempos convulsos, pero con matices. “Los patrones se repiten: cuando vienen mal dadas, crece el miedo y el proteccionismo, se contrae el gasto, se prima el ahorro por lo que puede venir, se limitan los círculos sociales y las relaciones nuevas, con un mayor peso de lo doméstico, e incluso se refuerza la religiosidad, en busca de esperanza, más aún cuando la crisis es de salud”, explica. 

Cuando pasan las peores olas, “hay una marcha atrás” en todos esos comportamientos. Pone ejemplos claros: más paseos, más quedadas con amigos, más apertura de círculos, más viajes, más ocio y restaurantes y discotecas, hasta más manifestaciones. “Es un respiro, es humano, y dejamos de ser tan conservadores y nos inclinaremos al carpe diem”, resume. De nuevo, claro, todo dependerá de lo afortunado que se sea para pasa página, “sea por el dolor del duelo por una pérdida, sea por la situación económica para salir adelante”. 

Moreno y Campo entienden, a su vez, que hay diferencias que determinarán la respuesta de los ciudadanos cuando salgamos del túnel. La primera es la “responsabilidad social”, porque el conocimiento que se tiene en el siglo XXI de lo que ha ocurrido y de la necesidad de que todos colaboremos en mantener las cosas controladas es mucho mayor que hace un siglo. Se le suma la “sensatez” de saber o no vivir por encima de nuestras posibilidades, que diría Mariano Rajoy, o de forma más eficiente. 

También cambia la fortaleza del sistema sanitario, la ciencia y los medicamentos (nunca antes se había hecho un esfuerzo similar para lograr una vacuna), la tecnología (del 5G al big data, pasando por la inteligencia artificial) o las comunicaciones. El papel de la ecología o de las mujeres es un factor nuevo, añade el historiador.

El sociólogo belga Geoffrey Pleyers explica que “lo que está en juego es la oportunidad de remodelar la economía y la sociedad, lo que sin duda tendrá un impacto considerable en la vida cotidiana de millones de personas y en la crisis ecológica”. Hay que ver, dice, cómo se hace la digestión del cambio de rumbo, al menos de palabra, de esos políticos que apostaban por recortes y privatizaciones en la sanidad, por ejemplo, que ahora llaman “héroes” a sus médicos y enfermeros y sostienen que un robusto sistema de salud es clave para un estado fuerte. No hay más que ver las declaraciones del británico Boris Johnson o del francés Emmanuel Macron, señala. 

Pero hay que estar “alerta” ante los restos del naufragio: lo que queda del nacionalismo al alza, de los movimientos reaccionarios enardecidos, del racismo y el populismo, de los que acusan a China de todo el problema, de los que acaparan vacunas porque yo voy primero y valgo más, de los que niegan lo que dice la ciencia. A ello se suman “pesadas herencias”: la superpoblación y el envejecimiento, la crisis climática, el fin de las clases medias clásicas.

Nada de eso había en los felices años 20. 



 Foto: Luis Viadel

Imágenes del mundo


 


 Foto: Luis Viadel

Arte urbano


 


Libro recomendado


 

 Ian Gibson: “Las derechas no han sido capaces aún de asumir la radical criminalidad del régimen franquista”

García Lorca luciría hoy la blanquiverde, pero recordaría que “el chino bueno está más cerca de mí que el español malo”

JUAN LUIS VALENZUELA 

Domingo, 28 de febrero de 2021

ElPlural



Ian Gibson, nació en Dublín, pero se enamoró de España, de la figura de Lorca y de Andalucía tras leer el Romancero Gitano y aquí se quedó a vivir. Convertido pronto en gran hispanista de referencia, su vida ha transcurrido entre sus años en La Alpujarra granadina (como Brenan), Málaga frente al Mediterráneo y el Madrid de Lavapiés. Si en una anterior entrevista escribí sobre él que “no es que Ian sea un español-irlandés, es que Gibson es un patriota español con sangre irlandesa, un intelectual que no solo quiere a España, sino que le duele España”, hoy escudriño más mi particular gentilicio y, con la experiencia que me da conocerlo afirmo, no, mejor, aseguro que es el español más patrióticamente andaluz a quien le duele, a la par que le fascina, el Sur. Porque amar, sentir, escribir  y buscar al poeta más universal de Andalucía, es una de las mejores formas con las que se expresa el auténtico amor y sentimiento andaluz.  Inquieto e hiperactivo, Ian acaba de publicar un nuevo libro, “Hacia la República Federal Ibérica”, donde refleja el movimiento iberista. Este ensayo aborda otro de sus sueños y anhelos: la llegada de la República como forma de Gobierno, y la unión con Portugal.

ELPLURAL: En su nuevo libro, 'Hacia la República Federal Ibérica', sobre el movimiento iberista contemporáneo aboga por la llegada de la República, como forma de Gobierno, y la unión con Portugal. Usted ha comentado que es un libro sobre “como querría que fuese España, una república federal ibérica, unida a Portugal, un proyecto que soñaron Saramago, Pessoa, Unamuno, Ortega..." ¿Qué fuentes y testimonios ha utilizado para escribirlo? ¿La pandemia le supuso un obstáculo, ya que su deseo era viajar por Portugal para escribirlo?

IAN GIBSON: Llevo años soñando con la República Federal Ibérica. Quizás desde el momento en que leí el apasionante libro del geógrafo griego Estrabón sobre la península, escrito hace la nimiedad de dos milenios.  Luego tropezar, no hace mucho, con Fernando Pessoa y su concepto de “la madre Iberia” fue fundamental. Me entusiasmó y me entusiasma ¡Madre Iberia! ¡Ibericidad! ¡Ibericidad! El aislamiento de Portugal me duele,  el hecho de que los dos países hayan vivido de espaldas durante tanto tiempo cuando son hermanos que hablan el mismo idioma, o sea el latín puesto al día en distintas modalidades.  República tiene que ser, obviamente, la Península Ibérica. Los portugueses se deshicieron hace tiempo de su monarquía y esta que tenemos en España, además de padecer mal origen, tiene a mi juicio los días relativamente contados. Por lo que le toca a mi país natal, todos los irlandeses eligen cada siete años a su presidente o presidenta, a quien, si no cumple con sus obligaciones, se le puede mandar a freír espárragos, como debe ser. Me gustaría ver esto aquí. En cuanto a mis fuentes, un gran descubrimiento para mí, además de Pessoa, han sido los iberistas catalanes, empezando con Ignasi Ribera i Rovira y Joan Maragall. Ellos soñaban con una República Federal Ibérica. Yo solo retomo el hilo.  

Sobre la pandemia, esta ha sido para mí un grave obstáculo para el proyecto de libro que tenía entre manos y, a la vez, una ventaja (dentro de lo malo).  Me impidió, por ejemplo, como dices, pasar en Portugal la estancia prevista. También buscar en Cáceres el santuario de la diosa celta Ataecina. Pero me inspiró la necesidad de releer a Unamuno, Ganivet y Ortega y Gasset, experiencia que me ha enriquecido.  

E.P.: ¿Qué mejoras conllevaría para ambos países este proyecto ilusionante, pero complejo? ¿Quién ganaría más, España o Portugal? ¿Qué une a los hombres y mujeres de ambos países y qué los diferencia?

I.G.: Creo que la fraternal unión de los dos países, dentro de una República Ibérica Federal, supondría para ambos ventajas enormes a todos los niveles, con el énfasis puesto en primer lugar sobre la cultura y sin olvidar nunca la relación de la península con Iberoamérica. Suelo reflexionar mucho sobre los idiomas que se hablan en este país, todos, menos el euskera, procedentes del latín. Hay una diferencia entre españoles que me llama mucho la atención: la que separa a monolingües y bilingües. Cada vez que estoy con catalanes siento envidia (buena) al constatar la total normalidad con la cual van y vienen entre sus dos lenguas maternas, agilidad que naturalmente les ayuda mucho a la hora de adquirir el francés, el italiano y hasta el inglés. En la Iberia federal se potenciaría, en una Cámara Territorial y en las escuelas, el conocimiento y  el uso de todos los idiomas del Estado. Y así se irían afinando los oídos. Hoy en día, ¿quien lee en Madrid o Badajoz una novela en catalán? ¿Quién en Segovia una portuguesa o brasileña?  Supongo que muy poca gente. Y ello es un empobrecimiento.

Pienso cada día en Granada, en la Vega, la Sierra, mi archivo en Fuente Vaqueros. Me gustaría terminar mis días en una casita cerca de las olas mediterráneas. La costa atlántica de Andalucía me fascina, Doñana y Tarifa, pero me tira especialmente la del Mare Nostrum”  

E.P.: Hoy celebramos los andaluces nuestro gran Día, el 28-F. Usted, sin duda, es desde hace tiempo un andaluz enorme que eligió, tras venir de su país natal, nuestra comunidad para vivir, sentir y trabajar al igual que Brenan eligió las Alpujarras granadinas. En 1991 se instaló en El Valle, un pequeño municipio situado entre Granada y el Mediterráneo. Luego se afincó durante un año en una casa frente al mar en Málaga. Ahora desde Lavapiés, barrio que define como su nuevo “pueblo” y al mismo tiempo capital del mundo ¿qué sensaciones tiene de ese tiempo y de su vida en el Sur? Como sentiría un gallego ¿tiene “morriña”?

I.G.: Sí, siento morriña del Sur, y mucha. Nostalgia, saudade. Pienso cada día en Granada, en la Vega, la Sierra, mi archivo en Fuente Vaqueros. Me gustaría terminar mis días en una casita cerca de las olas mediterráneas. La costa atlántica de Andalucía me fascina, cómo no, con Doñana Tarifa, pero me tira especialmente la del Mare Nostrum. La añoro profundamente y no olvido nunca que Málaga fue el puerto de mar de la Granada nazarí.    

Con Vox en la Junta veo difícil que Moreno Bonilla encabece una iniciativa para localizar a García Lorca”
 

E.P.: El presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, dijo hace más de un año que había que buscar a Lorca “porque es de todos, no de rojos ni azules”. Sin embargo, a usted, la persona que más ha hecho por encontrar sus restos, le veo pesimista, es más, sé que ha comentado que la presencia de Vox en Andalucía no ayudará a buscar al poeta. ¿Se han confirmado esos negros augurios sobre la búsqueda de nuestro más universal escritor? ¿Qué haría hoy Federico con la bandera blanquiverde? ¿La colgaría en su balcón?

I.G.: Me pone muy triste que todavía no haya sido posible localizar los restos del poeta. Y me alegro de que Nieves García Catalán siga, con la ayuda del abogado Eduardo Ranz, en su empeño de conseguir el apoyo judicial necesario -en Europa si hace falta- para buscar los de Dióscoro Galindo González, el maestro republicano fusilado al lado de Lorca. Desenterrar a todas las víctimas de Franco sigue siendo el gran reto de la democracia, y el autor de Bodas de sangre es el desaparecido más llorado del mundo, el que representa a todos ¿Su familia? Nunca he entendido su falta de cooperación. Lorca es de todos los que amamos al hombre y su obra y sentimos la imperiosa necesidad de saber qué hicieron con él y dónde están sus restos. No se le ha buscado bien y sigo pensando que hay que llevar a cabo en el Parque Federico García Lorca de Alfacar una investigación rigorosa con todas las garantías judiciales. Con Vox en la Junta veo difícil que Juan Manuel Moreno Bonilla encabece una iniciativa en este sentido, iniciativa que le honraría. En cuanto a la bandera de Andalucía, claro que Lorca la colgaría en su balcón, aunque recordando lo que dijo en una ocasión: “El chino bueno está más cerca de mí que el español malo”.        

E.P.: Como apasionado ornitólogo, ¿le sigue desagradando el cuervo marino porque le recuerda a “ciertos clérigos que se meten donde no debían” o piensa que hay otros ´pájaros` y ´pajarracos` en la fauna de este país sin plumas y bípedos?

I.G.: Sigo pensando que el mayor problema de este país es que las derechas no han sido capaces hasta ahora de asumir la radical criminalidad del régimen franquista. Si Pablo Casado pudiera entonar una mea culpa sincera por lo que ha dicho de “la fosa del abuelo” y de la necesidad de no “reabrir heridas”, estaríamos en el buen camino. No quiero creer que en el fondo sea mala persona, de modo que espero con ilusión que recapacite. 

sábado, 27 de febrero de 2021

 27/02/2021 

"Firmado, Juanito": La carta de Juan Carlos I a su primo después de que la Justicia suiza bloqueara sus cuentas

'El País' publica la misiva del emérito a Álvaro de Orleans.

Redacción El HuffPost




El diario El País ha publicado este sábado la carta que el rey emérito, Juan Carlos I, escribió en septiembre de 2018 a su primo lejano Álvaro de Orleans, semanas después de que la Justicia suiza bloqueara sus cuentas. 

Orleans es la persona a cuyo nombre está la fundación Zagathka, que pagó durante 11 años vuelos en jets privados con un coste de ocho millones de euros, de los que el emérito ha regularizado 4,3 millones ante la Agencia Tributaria. 

Querido Álvaro”, escribe Juan Carlos I, “salgo antes de una hora para Nueva York y con este vuelo me doy cuenta de que sin darme cuenta me has invitado a muchos más vuelos de los que yo pensaba haber realizado (me habrías podido avisar)”. 

El País asegura que este fue el último vuelo que el emérito hizo en los jets privados pagados por la fundación de Orleans. 

En la misiva, Juan Carlos de Borbón recordaba la unión entre su familia y la de su primo: “Siempre nuestra familia ha estado unida desde siglos y yo no puedo olvidar situaciones históricas donde la ayuda fue decisiva, no tengo más que palabras de agradecimiento a tan prolongado gesto... Un fuerte abrazo de tu primo que te quiere y admira. Firmado Juanito”. 

Semanas antes, indica El País, el fiscal suizo Yves Bertossa había registrado el despacho en Ginebra del gestor Arturo Fasana y encontrado los movimientos bancarios de las fundaciones Zagatka y Lucum, que tenían cuentas en bancos suizos. 

Además, el rotativo afirma que cuando el emérito envió esta misiva, el fiscal había bloqueado las cuentas suizas de la fundación Zagatka y las de Álvaro de Orleans.

El País recuerda que dos meses antes se habían publicado las cintas grabadas por el excomisario Villarejo en las que Corinna Larsen acusaba a Juan Carlos I de cobrar comisiones por las obras del AVE a La Meca y señalaba como su testaferro a Orleans. Larsen, dice El País, habría utilizado también los servicios de jets privados. 


Libro recomendado


 

    Foto: Luis Viadel
 


      Arte urbano

 26/02/2021 

A qué juega Juan Carlos I

El rey emérito alega un incremento injustificado de patrimonio en su regularización, una “contradicción absoluta”, según el exdirector de Hacienda.




  • Javier Portillo

El HuffPost


La última regularización fiscal de Juan Carlos I genera más preguntas que respuestas. El rey emérito ha alegado un incremento injustificado de patrimonio para presentar a la Hacienda de todos los españoles los casi 4,4 millones de euros que ha eludido pagar. Pero, según analiza a este diario el exdirector de la Agencia Tributaria Ignacio Ruiz-Jarabo, se trata de “una contradicción absoluta”.

Para entender el porqué de tal incoherencia, Ruiz-Jarabo recuerda que el contribuyente siempre conoce el origen de su patrimonio: “No puede decir incremento injustificado, porque se conoce de dónde ha venido”. La cuestión, según el exresponsable de Hacienda, es cómo justificaría el rey, si no, esos ingresos en la declaración.

Una regularización es una declaración de Hacienda, ni más ni menos. “Los ingresos son rendimiento de trabajo o de actividad profesional y claro, Juan Carlos I no ha podido tener rendimientos de actividad profesional o del trabajo porque la pregunta que nos haríamos todos sería: ¿Y qué trabajo ha desarrollado para esa fundación? Entonces, parece que les habría dado vergüenza ponerlo así y lo han metido en un epígrafe, el de incremento injustificado, que es absurdo porque el contribuyente sabe de dónde le ha llegado el dinero”.

Lo cierto es que lo que ha hecho Juan Carlos I “es habitual en aquellos que son conscientes de que no han pagado en su momento lo que tenían que pagar”, según el exdirector de la Agencia Tributaria, quien tiene claro que detrás de ese movimiento del exjefe del Estado está el objetivo de “librarse de una condena por delito fiscal”. El revuelo que ha provocado la regularización ha sido tal, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha salido al paso del asunto este viernes en Moncloa reconociendo la “incívica” conducta del monarca.


No puede decir incremento injustificado, porque se conoce de dónde ha venido 
Ignacio Ruiz-Jarabo, exdirector de la Agencia Tributaria.

Juan Carlos I se librará de esa condena, aclara Ruiz-Jarabo, siempre que lo que ha presentado cumpla los requisitos legales: “Espontaneidad, veracidad y que sea completa. Si en lo que ha presentado ahora ha metido todo lo que no declaró en su día y es correcto, pues se librará de una condena. Pero eso es lo que tiene que comprobar la Agencia, si ha declarado todo y de forma veraz”. 

No obstante, para quien dirigió Hacienda entre 1998 y 2001, el movimiento de Juan Carlos I genera más dudas: “Me ha llamado la atención una cosa: que todo lo que ha declarado ahora y lo único que ha declarado ahora es que le pagaron 8 millones de euros en vuelos. ¿Y no recibió nada más que quede pendiente de declarar? ¿No ha recibido nada más en estos años? Esa es la incógnita”.

La percepción en la opinión pública es que Juan Carlos I regulariza su situación una vez ha trascendido su supuesto entramado de ocultación fiscal. “Parece que es verdad que si no hubiera salido nada estos meses, probablemente hubiera seguido sin declarar y sin pagar. Eso es posible. Pero una cosa es el comportamiento de él, que es poco edificante, y otra que sea culpa de Hacienda. La Agencia está libre de culpa”, justifica Ruiz-Jarabo.

Si Juan Carlos I regulariza todo el dinero que pueda tener oculto, podría volver a España, algo que, según El Confidencial, ya estaría preparando el monarca junto con Zarzuela y Moncloa, aunque fuentes oficiales de la Casa Real no entran a valorar esa hipótesis y evitan posicionarse: “No estamos entrando día sí y día también a opinar sobre cuestiones como esas”.

Él está voluntariamente fuera, puede que aconsejado, pero en términos legales podría estar aquí. Eso sí, en términos de las conversaciones que haya tenido con su hijo y con el Gobierno, no lo sabemos”, dice Ruiz-Jarabo. Aunque según Sánchez, que Juan Carlos I vuelva o no a España, es “una decisión personal”.

Por el momento, la cantidad que ha regularizado Juan Carlos I, y que le han prestado amigos y empresarios españoles según la Cadena Ser El Mundo, llega a las arcas públicas en concepto de cuotas impagadas por el IRPF durante varios ejercicios. El montante, procedente de la Fundación Zagatka que gestiona su primo Álvaro de Orleans, estaba oculto al fisco. Y el objeto del fraude son los vuelos privados del rey emérito que costeó la fundación de De Orleans, supuesto testaferro del monarca.

El primo lejano del rey, de 73 años, está en el ojo del huracán. Él mismo reconoció que ha pagado muchos vuelos a Juan Carlos I, pero que no es su testaferro. Sin embargo, las pesquisas de la Justicia española y suiza parecen indicar lo contrario. De Orleans era, supuestamente, el gestor de la fortuna que el rey atesoró en Suiza procedente de supuestas comisiones ilegales por su intermediación en la adjudicación a un consorcio español de las obras del AVE del desierto en Arabia Saudí. 

El problema para la credibilidad del monarca, según el exdirector de Hacienda, es que esa incoherencia en la forma en que ha justificado la regulación “alimenta la duda” de que, en realidad, el dinero que le dio la fundación para pagar los vuelos sí era suyo y no una ayuda, como defiende De Orleans. “Es decir, alimenta la sospecha de que lo que se ha contado estos meses es verdad: que Álvaro de Orleans es su testaferro. Reconocer que una fundación le paga 8 millones de euros en vuelos y meterlo luego en la declaración así…”, cuenta Ruiz-Jarabo.

De Orleans es el hombre que había pasado desapercibido hasta que se desvelaron las conversaciones grabadas de Corinna Larsen, la examante del rey, quien afirmó que era “el hombre de paja” de Juan Carlos I. El primo era, según la aristócrata alemana, la persona que tenía ocultas bajo su identidad las cuentas en Suiza del monarca. 

La Fundación Zagatka habría abonado los vuelos privados del rey durante 11 años en los que le acompañó la propia Larsen, además de estancias en hoteles londinenses que también sufragó, por error, otro supuesto testaferro: el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause. Además, esta fundación, con cuenta en varios bancos suizos, fue supuestamente el refugio de 7,9 millones de euros a disposición de Juan Carlos I, aunque llegó a administrar alrededor de 14 millones. 

Las comisiones ilegales son el supuesto origen de los fondos de Zagatka, pues según algunos medios, alrededor de 4,6 millones de dólares (3,3 millones al cambio de la época) ingresaron en 2019 en la fundación gracias a un cheque de Huaribe, una empresa filial del grupo constructor español OHL presidido por Juan Miguel Villar Mir.

La cuenta de Zagatka, de la que Juan Carlos I era tercer beneficiario, estuvo operativa hasta agosto de 2018, más de cuatro años después de su abdicación

Álvaro de Orleans alegó que el montante se trataba de sus honorarios por una intermediación en un desarrollo urbanístico en plena Riviera Maya. Pero en octubre de 2018, De Orleans, interrogado por la Fiscalía suiza, fue incapaz de concretar en qué habían consistido sus servicios para la constructora de Villar Mir.

La cuenta de Zagatka, de la que Juan Carlos I era tercer beneficiario, estuvo operativa hasta agosto de 2018, más de cuatro años después de su abdicación y después de perder la inviolabilidad que le otorgó la Constitución mientras fue jefe del Estado. Y esa, la inviolabilidad, es otra de las claves que apunta el exdirector de Hacienda cuando se le pregunta por la diligencia de la Agencia Tributaria en la apertura de una investigación. 

Rompo una lanza por ella. El delito fiscal es un medio intimidatorio para que la gente pague, pero no es un objetivo. El objetivo de Hacienda no es que la gente sea condenada y vaya a la cárcel. La Agencia lo que hace, con criterio de eficiencia, es comprobar los ejercicios que están a punto de prescribir. Y ningún ejercicio posterior a la inviolabilidad ha prescrito. Con lo cual, la Agencia no ha actuado incorrectamente. Es decir, no ha dejado prescribir ningún ejercicio”, dice Ruiz-Jarabo.


La Agencia Tributaria no es responsable


El lapso para que un delito fiscal prescriba es de 5 años —10 a partir de la última reforma del código penal—, pero el mínimo son 5. Y el plazo para la prescripción del ejercicio fiscal de 2015, el primero en que Juan Carlos I ya no estaba protegido, empieza a contar en junio de 2016, por lo que ese ejercicio no prescribe hasta junio de este año. “En el 2014 era jefe de Estado y era inviolable. Por eso, a la Agencia no se le puede hacer esa acusación”, apostilla el exdirector de Hacienda.

Según la versión que dio De Orleans a este diario a finales del año pasado, es falso que la Fundación Zagatka, propiedad suya, “sea una sociedad pantalla o instrumental o esté acusada de serlo”. Y aclaró que la Fiscalía Anticorrupción de Ginebra investiga la Fundación Lucum, cuyos fondos y gestión “son totalmente ajenos” a él. 

Además, De Orleans aseguró que Zagatka se constituyó “con el objetivo de gestionar a nivel administrativo y financiero” una parte de su patrimonio y “tenía como finalidad materializar su ayuda a la casa real como parte del legado transmitido por su padre, Álvaro de Orleans-Borbón y Sajonia-Coburgo-Gotha, y su abuelo, Alfonso de Orleans y Borbón, específicamente a Juan Carlos I”. “Es completamente falso que la Fundación o sus cuentas hayan albergado dinero del Rey emérito. De este modo, cualquier acusación de ‘testaferro’ o ‘fiduciario’ es completamente falsa y carece de razón y fundamento”, zanjó.