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jueves, 31 de marzo de 2022

 La Justicia







¿Quién juzgará a la Justicia?

 


No quieren que lo sepas': adelanto editorial del nuevo libro de Jesús Cintora

    • Publicamos un extracto de la última

    •  obra del periodista, “Caso emérito,

    •  vergüenza nacional”

ElDiario.es



Los años nos muestran, cada vez más, que hay grupos de presión política y económica que no se presentan directamente a las elecciones, pero van incrementando su poder y riqueza. Hay ciudadanos que deben llegar a fin de mes con mil y pico euros de sueldo, mientras les multiplican el recibo de la luz y hay empresas privatizadas que alcanzan beneficios récord o fichan a ex políticos sin experiencia en el sector, pero con una buena agenda de contactos. Cuando empresas como las eléctricas, las petroleras o la banca baten sus máximos en ganancias y la ciudadanía siente que están abusando de su paciencia, el principal reto para un gobernante es defender el interés general. Los poderes públicos deben poner orden en un incremento de las desigualdades que parece no tocar techo. 

Entre los principales obstáculos están los vínculos que los más poderosos pueden establecer y que pueden poner contra las cuerdas a gobiernos, periodistas críticos o a quien se interponga en su camino. Hay lazos que van desde las grandes empresas estratégicas, a la política, la justicia o los medios de comunicación que muestran el verdadero establishment. Eso es el poder. Ya no es que entre los poderosos puedan protegerse. Es que crean que la democracia son ellos. Redes de intocables. Poderes que pueden levantar un teléfono y determinar lo que debe ser. Con vocación de mejorar nuestra democracia, el libro “No quieren que lo sepas”, de Jesús Cintora, investiga y denuncia aspectos relacionados con la política, la justicia, las redes clientelares, los servicios públicos o los medios de comunicación que muestran focos de privilegio, poderes en la sombra o resistencias a los cambios.

El caso del rey emérito es un paradigma de vergüenza nacional en los últimos años para la democracia española. Durante mucho tiempo se conocían sus andanzas relacionadas con la corrupción, pero no se hablaba de ello, se ocultaba o se pasaba de puntillas. Lo hicieron medios de comunicación importantes. También poderes políticos y económicos. Estaba bien visto codearse con el monarca o hablar de lo campechano que era, no denunciar sus malas prácticas. Con esta complicidad, algunos buscaban obtener réditos. Otros, simplemente no meterse en problemas. Ser cómplice de esa forma no evitó que Juan Carlos I corrigiera su actitud y respondiese ante la Justicia. Ha quedado impune.

A continuación, reproducimos un extracto relacionado con el caso del rey emérito, su inviolabilidad, el archivo de las investigaciones en España y el papel de los medios informativos:

Debatía recientemente con un viejo periodista sobre la inconveniencia de contar las malas andanzas del rey emérito. Él era partidario de callar hasta cierto punto. Por aquello de proteger a la Jefatura del Estado, a la Corona, la convivencia entre españoles, garantizar la estabilidad de España y no sé cuántas cosas más. Mi respuesta fue clara y sencilla: precisamente los que más habéis dañado a la monarquía y todo eso que mencionas sois los que durante tantos años conocíais esos malos hábitos del rey y mirasteis hacia otro lado. El problema no es contarlo, lo problemático ha sido ocultarlo durante tanto tiempo. Eso da una sensación de barra libre, de que todo se puede, de que no hay testigos.

La labor del periodismo también es testificar. Debe contribuir a una sociedad avanzada y plenamente democrática, que debe saber, conocer. El periodista ha de ser, entre otras cosas, quien ejerza también una labor de control del poder a través de algo tan sencillo como contarle al pueblo lo que ocurre. Parece simple, pero saben ustedes que siempre hay quienes lo convierten en algo muy complejo. Algo falla, por cierto, cuando quienes callan son premiados y quienes lo cuentan reciben el castigo. Si se incentiva a quienes ocultan la realidad, optan por edulcorarla, pasan de puntillas o miran hacia otro lado, eso también es un mensaje que se envía al mensajero. Eso cotiza, recibirás recompensa por ello. Está bien visto. A ti te conviene. Sigue así. Te irá bien. Palmadita en el hombro. Es el camino… (…).

En España, la Fiscalía concluyó en marzo de 2022 que el Rey emérito ocultó más de 85 millones de euros a Hacienda en distintos paraísos fiscales, pero no se le puede perseguir: por las prescripciones y la inviolabilidad, con la encomiable labor de gobiernos, fiscales, Agencia Tributaria, jueces y paraísos fiscales, como Suiza, donde las autoridades han protegido la ocultación de fondos durante décadas. Exactamente, Juan Carlos I escondió 85.596.266 euros, según estas informaciones oficiales. Defraudó al fisco español al menos 56.097.616 euros. Resumiendo: más de 85 millones ocultos y más de 56 millones de fraude a Hacienda. En los datos oficiales aparecen una serie de cantidades que se denominan “regalos” y varios nombres como intermediarios a los que se llama “amigos”. Uno podría pensar que son testaferros y no obsequios, sino comisiones y otras derivadas de la corrupción, pero entonces sería un mal pensado.

Con Juan Carlos de Borbón en Emiratos Árabes Unidos, se esperaba que le archivaran las investigaciones, porque iba anunciándose poco a poco en distintas filtraciones a la prensa. Así como para ir preparando el terreno ante la opinión pública. Finalmente, el anuncio del carpetazo llegó en mitad de la guerra de Ucrania. El fiscal daba por finalizadas las tres investigaciones sobre el emérito y quedaba archivado. Era el resultado tras años de noticias sobre el rey moviendo dinero por países como Suiza, el trasiego de maletines con billetes, la compra de inmuebles de lujo con la amante Corinna o los viajes y relaciones con los multimillonarios sátrapas del Golfo. (…)

Con lo publicado por la fiscalía general del Estado, un servidor consulta a un inspector de Hacienda y se encuentra con que:

En cuanto a la fundación Lucum y el cobro de 100 millones de dólares, la fiscalía del Tribunal Supremo reconoce que ha apreciado la comisión de delitos contra la Hacienda Pública por el concepto del IRPF de 2008 a 2012 y del Impuesto de Sucesiones y Donaciones de 2008 y 2010. Esto supone la comisión de hasta siete delitos contra la Hacienda pública. No obstante, se consideran no perseguibles, sin reproche penal, por prescripción de cuatro de ellos: el IRPF de 2008 a 2011. No estaría prescrito en el caso del ejercicio de 2012, con el IRPF, por tratarse de una cantidad tan elevada y, por lo tanto, estaríamos ante la posible comisión del tipo agravado del delito fiscal. Lo que supone que tendría un plazo de prescripción mayor, de diez años (prescribiría el 1 de julio de 2023). Aquí, le aplican a don Juan Carlos I de España que es inviolable.

Los importes defraudados con los cinco delitos por el concepto del IRPF suponen un total de cuota no declarada y defraudada de 2.339.553,02 euros. Los dos delitos fiscales del impuesto de donaciones serían con una cuota no declarada y defraudada de 53.758.063 euros. El total defraudado asciende a 56.097.616 euros. Los hechos que suponen ese fraude están relacionados con el “regalo” de 100 millones de dólares recibido en 2008 y los intereses y rendimientos obtenidos por ese dinero en estos ejercicios, que suponen importes muy elevados. Además, la Fiscalía recoge también otro “regalo”, del Sultán de Bahrein en 2010 con el ingreso de 1.895.250 euros en la cuenta de la Lucum.

Además de estos siete delitos, la Fiscalía analiza otros más como posibles. Plantea que el monarca, como autoridad o funcionario público, tiene prohibido aceptar “regalos” de cualquier tipo, por lo que su conducta es susceptible de integrar el tipo delictivo del cohecho pasivo impropio, tipificado en el artículo 422 del Código Penal. Máxime con la cantidad del “regalo” del que hablamos. Lo apunta sobre los dos “regalos” recibidos, tanto en 2008 como en 2010 de los países del Golfo. Se entrega ese dinero por el hecho de ser autoridad y su función. Y lo que supone que, entregar esa fortuna no se hace porque sí, sino “para causar un estado de gratitud en el receptor” que pudiera favorecerle en el futuro. Por lo tanto, sumamos otros dos delitos. Descarta, con los datos que hay, que se pueda demostrar que le pagaran comisiones por la construcción del AVE a La Meca. No obstante, si es un “regalo”, lo hace suyo, por lo que en todo caso debería tributar por ello y por los rendimientos obtenidos.

La Fiscalía también apunta la posibilidad de la comisión del delito de blanqueo de capitales del artículo 301 del Código Penal, reconociendo “actos susceptibles de integrar alguna de las conductas” de este delito, que en todo caso cesarían en 2012 con la prescripción. Apunta certeramente al hecho que supone el blanqueo en ese año, cuando se produjo la transferencia de la totalidad del dinero recibido en las cuentas de Lucum a la cuenta de Solare de Corinna. Hablamos, por lo tanto, de un total de hasta nueve delitos cometidos y queda la puerta abierta a otro de blanqueo. La ausencia de reproche y persecución penal, además de la prescripción, se basa en que en toda esa acción delictiva concurre la aplicación del artículo 56.3 de la Constitución española, que la Fiscalía interpreta de acuerdo a la doctrina del Tribunal Supremo (…).

La Fiscalía reconoce que ha cometido un mínimo de nueve delitos y que no se le puede perseguir por no haberse investigado en plazo los prescritos y, fundamentalmente, por estar protegido por la inviolabilidad. Igualmente llama la atención el concepto de “regalo”, que, de ser cierto, el Rey no integró en Patrimonio Nacional, sino que lo hizo suyo y sin pagar impuestos por ello.

¿Realmente el Rey emérito recibió todos esos “regalos” de amigos, primos y demás y fue de forma altruista? El monarca aparece en muchas publicaciones como titular de una amplía fortuna. ¿Dónde está ese dinero?, ¿no gastó nada? Es una cuestión fundamental saber si realmente, en definitiva, estamos hablando de mecanismos de ocultación del dinero, de su origen y de su titular. Puede que alguien decidiera que se pagaran unas pequeñas cantidades regularizadas, antes que reconocer que esa fortuna era completamente suya y se ha obtenido también durante los años en los que el rey era inviolable. Estamos una sucesión hechos susceptibles de actividades corruptas. Y, si contemplamos la hipótesis de la fortuna oculta, esta produce importantes beneficios en forma de intereses y similares. Igual que cualquier español declara sus intereses del banco, cabe preguntarse, ¿qué también pasa con las rentas e intereses que produce una gran fortuna como esta? 

La regularización respecto a Zagatka puede no ser veraz ni completa. Tanto por lo que estamos presentando como hipótesis del afloramiento de la gran fortuna, como por un hecho mucho más conciso: no queda acreditado que en este caso la tributación por IRPF sea la procedente y pueda serlo el Impuesto de Donaciones, al encontrarnos ante nuevos “regalos”, como ha declarado en repetidas ocasiones el conocido como “primo” del rey, el señor de Orleans.

Y, al margen de las explicaciones técnicas, resulta un escándalo que un “rey emérito” se haya librado de todas las andanzas descritas. Más otras que muy probablemente no conozcamos.


 


El divertido lapsus de Margallo que crea un nuevo personaje político: "Isabel Núñez Feijóo"

Son tiempos de cambio en el PP y esto puede llevar a confusiones como el lapsus que ha tenido el eurodiputado popular José Manuel García Margallo. Durante una entrevista en El Ágora de Hora 25, Margallo creó un nuevo personaje político: Isabel Núñez Feijóo.

Mientras analizaba la victoria de Feijóo en el congreso popular, Margallo se hizo un lío con las caras principales de su partido: "Los centristas de extremo centro estamos muy confortados con la llegada de Isabel Núñez…".

Sin quererlo, Margallo introdujo en el imaginario popular una idea muy poderosa, ¿cómo sería la fusión entre Ayuso y Feijóo? Como si de Bola de Dragón se tratara, una fusión con los pendientes mágicos o una danza ridícula que crea un nuevo personaje político. El político del PP definitivo: Isabel Núñez Fejóo. El carisma de Ayuso y sus conocidas declaraciones pero en un gallego chapurreado, la fotografía de Feijóo en la lancha de un narco pero en el Manzanares o la sanidad precarizada definitiva podrían ser el resultado.

El error de Margallo no sólo provocó las carcajadas en el estudio de la Ser, también entre los tuiteros y alguna sospecha por la traición del subconsciente. También hay un viajero temporal que predijo este error antes de que ocurriera.


martes, 29 de marzo de 2022

 


Las 50 palabras más bonitas del español (por orden alfabético)


Estas son las 50 palabras más bonitas del español, aquellas que nos hacen sentir, soñar, que tienen una pronunciación armoniosa o un extraño y llamativo origen.


El español puede ser una lengua difícil de aprender, con nuestros verbos irregulares y nuestras polisemias. Pero lo que es indiscutible e indudable, es que nuestra lengua es bella y recoge en su diccionario palabras preciosas, que pueden llegar a conmovernos y hacernos sentir de mil formas distintas.

Por eso, cuando nos preguntamos cuál es la palabra más bonita del castellano no es imposible responder solo una. Hay tantas y tan especiales, que es imposible decantarnos por una. Porque, ¿cuál elegir? ¿La más rara? ¿La más extravagante? ¿La más evocadora?

No, en su lugar hemos decidido recopilar tan solo 50 de ellas, las más bonitas del español, acompañadas con las definiciones del Diccionario de la Real Academia Española. Y ha costado elegir entre tantas. Pero aquí tienes esas 50 palabras que, bien sea por la forma en la que se pronuncian, por su escritura, por su significado o su origen, bien se merecen el título de la palabra más bonita de nuestra lengua.

1. Apapachar

1. tr. Hond. y Méx. Dar apapachos a alguien.

Apapachar, que tan dulce suena entre los labios, es el verbo de dar un apapacho. Etimológicamente, esta palabra deriva de la voz náuhatl patzoa, que podría traducirse como apretar o apachurrar. Es decir, cuando abrazas a alguien con fuerza, apretándolo contra ti, estás apapachándolo.

2. Ademán

1. m. Movimiento o actitud del cuerpo o de alguna parte suya con que se manifiesta disposición, intención o sentimiento. Con ademán decidido. Hizo ademán de huir, de acometer.

2. m. pl. modales.

Esta palabra tiene su origen en el árabe hispano al-adhamán, que podríamos traducir como la garantía y dhaman, que sería aseguranza o garantía. Según su origen, un ademán no es otra cosa que un gesto que garantiza un movimiento y que, sin embargo, no suele concluir.

3. Ataraxia

1. f. Fil. Imperturbabilidad, serenidad.

La palabra ataraxia, que hace referencia a un estado imperturbable de tranquilidad y serenidad, proviene del griego ἀταραξία. La palabra está compuesta del ἀ- (a = sin) + ταραχή (taraji = turbación, perturbación, agitación).

4. Acendrado

1. adj. Dicho de algo como una cualidad, una conducta, etc.: Puro y sin mancha ni defecto.

El origen de esta palabra es muy curioso. Proviene del romance "cendrar", que procede a su vez del latín vulgar cinare. Este es un verbo derivado de cinis, cineris que significa ceniza. Por tanto, acendrado es aquello que no tiene ceniza, que no está cubierto de ella y, en consecuencia, está inmaculado y libre de mancha.

5. Arrebol

1. m. poét. Color rojo, especialmente el de las nubes iluminadas por los rayos del sol o el del rostro.

2. m. colorete (‖ cosmético).

3. m. pl. arrebolada.

En este caso, quedémonos con esa primera definición que evoca en nuestras mentes una imagen tan bonita. Esta palabra procede de rubor, que a su vez proviene de rubio. De mono que el arrebol no es otra cosa sino el rubor de las nubes, que se tiñen de tonos rojizos al atardecer.

6. Aurora

1. f. Luz sonrosada que precede inmediatamente a la salida del sol.

2. f. Principio o primeros tiempos de algo.

3. f. Hermosura del rostro, y, por ext., el rostro sonrosado.

4. f. Bebida compuesta de leche de almendras y agua de canela.

5. f. Canto religioso que se entonaba al amanecer, antes del rosario, y con el que se daba comienzo a la celebración de una festividad de la Iglesia.

Aurora es una palabra que procede del latín aurora, y significa alba o madrugada. Su raíz se encuentra en el indoeuropeo *aus-, que significa brillo del sol naciente, y que nos ha dado palabras como Australia, Austria o austral.

7. Beldad

1. f. cult. Belleza o hermosura, especialmente la de las personas y más particularmente la de la mujer.

2. f. cult. Persona notable por su belleza, especialmente una mujer.

Una bella palabra para hablar de la belleza. Proviene del latín bellitasbellitatis, forma sustantiva de bellus que en castellano sería bello.

8. Bonhomía

1. f. Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento.

Bonhomía es una palabra prestada del francés, derivada de bonhomie. Fue en 2001 cuando se registró por primera vez en el diccionario español. Es el resultado de unir la sencillez con la bondad.

9. Caleidoscopio

1. m. Tubo ennegrecido interiormente, que encierra dos o tres espejos inclinados y en un extremo dos láminas de vidrio, entre las cuales hay varios objetos de forma irregular, cuyas imágenes se ven multiplicadas simétricamente al ir volteando el tubo, a la vez que se mira por el extremo opuesto.

2. m. Conjunto diverso y cambiante. Un caleidoscopio de estilos.

Aunque ahora, al decir caleidoscopio, nos refiramos a ese artilugio con los que jugamos de niños, el origen de esta palabra la hace preciosa por definición. Y es que es la forma compuesta de las palabras griegas kalós ‘bello’, eîdos ‘forma, figura, aspecto’ y skopein ‘mirar’ . En conclusión, la palabra significaba "mirar una imagen bella".

10. Compasión

1. f. Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien.

Esta palabra, que tan cerca y tan lejos se encuentra de la pasión tal y como la entendemos en nuestra lengua, comparte con ella origen. Proviene del latín compassio, que se compone del prefijo con- (convergencia, reunión), patior (padecer, sufrir) y -ción (acción y efecto). Por tanto, la compasión es el efecto de reunir nuestros padecimientos, de sentirlos juntos.

11. Complicidad

1. f. Cualidad de cómplice.

Aunque ahora usemos, a menudo, esta palabra para referirnos a la sincronización entre dos personas, su origen es claramente delictivo. Proviene del latín complicitas, que podría traducirse como "asociación para cometer un crimen". Se compone de con- (todo, junto), plexus (plegado, entrelazado) y el sufijo -dad (cualidad). Es, por tanto, la cualidad de estar entrelazados.

12. Desenlace

1. m. Final de una acción o de un suceso. El desenlace DE la reyerta fue trágico. Esperan el desenlace DE la intervención quirúrgica.

2. m. En una obra dramática, narrativa o cinematográfica, final en el cual se resuelve la trama.

3. m. eufem. Fallecimiento de una persona.

4. m. p. us. Acción y efecto de desenlazar (‖ hacer que algo deje de estar enlazado).

Esta palabra está formada por dos prefijos (des- y -en-) y un sufijo (-e, que refleja acción y efecto). Su palabra central es lazo, que proviene del latín laqueus. El desenlace no es otra cosa que aquello que resulta de soltar los lazos de una historia o un suceso.

13. Esperanza

1. f. Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea.

2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.

3. f. Rel. En el cristianismo, virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido.

Esta palabra proviene del latín sperare, que es esperar o tener esperanza. Es decir, la esperanza es la capacidad de esperar, confiando en lo que vendrá después.

14. Etéreo

1. adj. Perteneciente o relativo al éter.

2. adj. poét. Perteneciente o relativo al cielo.

3. adj. poét. Vago, sutil, vaporoso.

Para comprender el significado de esta misteriosa palabra, que siempre utilizamos en el sentido de aquello que es intangible o poco definido, debemos hablar primero de la palabra éter. Esta proviene del griego aither, que significa aire puro. Por tanto, lo etéreo es aquello que es como el aire, prácticamente indetectable pero presente.

15. Elocuencia

1. f. Facultad de hablar o escribir de modo eficaz para deleitar, conmover o persuadir.

2. f. Eficacia para persuadir o conmover que tienen las palabras, los gestos o ademanes y cualquier otra acción o cosa capaz de dar a entender algo con viveza. La elocuencia de los hechos, de las cifras.

La palabra elocuencia viene del latín eloqui, que significa explicarse o exponer. Esta, a su vez, está compuesta del verbo loqui y el prefijo ex-, que indica hacia afuera. La elocuencia es, por tanto, la habilidad de hablar hacia afuera, de expresarse o explicarse.

16. Efímero

1. adj. Pasajero, de corta duración.

2. adj. Que tiene la duración de un solo día.

Esta palabra, que usamos para hablar de algo breve o de poca duración, proviene del griego bizantino ‘ephḗmeros’ (ἐφήμερος), cuya traducción literal es "de un día". Este vocablo proviene, a su vez, de la palabra hemera, "día", y el prefijo epi-, que indica alrededor o sobre.

17. Flébil

1. adj. poét. Digno de ser llorado.

2. adj. poét. Lamentable, triste, lacrimoso.

Esta palabra tan lastimosa procede del latín flebilis, que podría traducirse como afligido

18. Glosolalia

1. f. don de lenguas (‖ capacidad sobrenatural de hablar lenguas).

2. f. Psiquiatr. Lenguaje ininteligible, compuesto por palabras inventadas y secuencias rítmicas y repetitivas, propio del habla infantil, y también común en estados de trance o en ciertos cuadros psicopatológicos.

Esta palabra, cuyos significados parecen tan opuestos entre sí, proviene de una frase del griego, glōssais lalō, que procede a su vez de dos palabras, γλώσσα (glossa = lengua), y λαλεῖν (laleín = hablar).

19. Gentileza

1. f. Gallardía, garbo y bizarría.

2. f. Urbanidad, cortesía.

3. f. Obsequio o patrocinio económico. Este libro es una gentileza de la editorial.

Gentileza procede de la palabra latina gentil, que significa amable o delicado. Por tanto, la gentileza es la virtud de ser gentil, ya que el sufijo -eza expresa siempre cualidad.

20. Hipérbole

1. f. Ret. Aumento o disminución excesiva de aquello de que se habla. Era u. t. c. m.

2. f. Exageración de una circunstancia, relato o noticia.

Esta figura literaria proviene del griego ὑπερβολή (hyperbole), que está formada por el prefijo ὑπερ (hiper- = sobre, por encima de) y βολή (bole= lanzamiento, acción de arrojar). Es decir, "tirar encima". Por ello la hipérbole no es otra cosa más que una exageración, lo que en castellano diríamos tirar por alto.

21. Inefable

1. adj. Que no se puede explicar con palabras.

La palabra inefable proviene del latín ineffabilis, que a su vez está formada por cuatro partes. In- (prefijo de negación) ex- (que por asimilación se muda en ef-), -fa- (del verbo fari, que significa decir) y el sufijo -bilis (que significa "capaz de"). Por tanto, algo inefable es, literalmente aquello que no es capaz de decirse.

22. Inconmensurable

1. adj. No conmensurable.

2. adj. Enorme, que por su gran magnitud no puede medirse.

Esta palabra, que hace referencia a aquello que no tiene mesura (medida) proviene del latín incommensurabilis. Esta voz está formada por el prefijo in- (no), el verbo metiri (medir) y el sufijo -bilis (que puede).

23. Iridiscencia

1. f. cult. Reflejo de colores distintos, generalmente como los del arco iris.

Iridiscencia es una palabra compuesta de distintas raíces latinas. Sus componentes léxicos son iris (la parte coloreada de nuestro ojo), el verbo esse (ser) y el sufijo -encia, que expresa cualidad de un agente. Por tanto, la iridiscencia es la cualidad de ser como el iris, lleno de colores.

24. Imprescindible

1. adj. Dicho de una persona o de una cosa: De la que no se puede prescindir.

2. adj. Necesario, obligatorio. Para entrar, es imprescindible identificarse.

Imprescindible es la forma negativa de prescindible, palabra que proviene del verbo latino praescindere. Este estaba compuesto por el prefijo prae- (antes) el verbo scindere (contar) y el sufijo -bilis (de posibilidad pasiva). Por tanto, aquello prescindible es con lo que contamos antes que nada, y lo imprescindible aquello con lo que no contamos antes que nada.

25. Inexorable

1. adj. Que no se puede evitar. El inexorable paso del tiempo.

2. adj. Que no se deja vencer con ruegos.

La palabra inexorable proviene del latín inexorabilis, que podríamos traducir de manera literal como "aquel al que no se le puede suplicar ni convencer".

26. Jitanjáfora

1. f. Texto carente de sentido cuyo valor estético se basa en la sonoridad y en el poder evocador de las palabras, reales o inventadas, que lo componen.

Este recurso literario, que tan bien encaja en nuestro artículo de hoy, fue creado por el escritor cubano Mariano Brull. Y como no podía ser de otra forma, es una palabra inventada a raíz de palabras carentes de significado, pero de gran sonoridad.

27. Koala

1. m. Mamífero marsupial arborícola parecido a un oso pequeño, propio de los eucaliptales australianos.

Esta palabra, como casi todas las empiezan por K o W, proviene de otra lengua. Es un préstamo lingüístico. En este caso, del darug, una lengua aborigen de Australia. Además de ser una palabra llena de sonoridad que hemos tomado prestada y hemos adaptado desde otra lengua, hace referencia a un animal de lo más adorable.

28. Lilaila

1. f. Tela fina de lana o seda.

2. f. coloq. Astucia, treta, bellaquería. U. m. en pl.

Esta extraña palabra, de significados tan dispares, proviene del árabe clásico lā ilāha illā llāh, que significa no hay más dios que Alá. ¿Cómo habrá acabado adquiriendo estos significados tan distintos?

29. Luminiscencia

1. f. Propiedad que tienen algunos cuerpos de emitir luz sin elevación de temperatura. La luminiscencia de las luciérnagas.

2. f. Luz emitida por luminiscencia.

La palabra luminiscencia está compuesta por distintas raíces latinas. Sus componentes léxicos son lumen (materia combustible encendida) -sc- (sufijo que indica proceso) y -encia (cualidad del que hace la acción). Por tanto, es la capacidad del lumen de encenderse.

30. Melancolía

1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que quien la padece no encuentre gusto ni diversión en nada.

2. f. Med. Monomanía en que dominan las afecciones morales tristes.

3. f. desus. Bilis negra o atrabilis.

El origen de esta palabra es la palabra latina melancholia y el vocablo griego melankholía, que significa bilis negra o mal humor. Era una palabra que utilizaba la medicina antigua para diagnosticar este mal.

31. Melifluo

1. adj. Que tiene miel o es parecido a ella en sus propiedades.

2. adj. Dulce, suave, delicado y tierno en el trato o en la manera de hablar. U. m. en sent. peyor.

Como ya habrás podido adivinar, la palabra melifluo tiene raíz en la miel. Proviene de la palabra latina mellifluus, que significa "que destila miel". Es decir, algo melifluo es algo tan dulce, que parece que está cubierto de miel.

32. Nefelibata

1. adj. Dicho de una persona: Soñadora, que no se apercibe de la realidad.

Esta palabra, que proviene del griego, no fue registrada en el DRAE hasta 1984., y se cree que fue Rubén Darío quien la acuñó. La palabra está formada por las formas griegas νεφέλη (nephele = nube), y βάτης (bates), nombre de agente, de βαίνω (baino = yo ando). Por tanto, un nefelibata es una persona que camina sobre las nubes.

33. Nostalgia

1. f. Pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos.

2. f. Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.

La palabra nostalgia proviene del griego νόστος (nostos = regreso) y ἄλγος (algos = dolor). Es, por tanto, el dolor que causa el regreso cuando aún no se ha concretado.

34. Origami

1. m. papiroflexia.

Esta palabra, que hemos tomado prestada del japonés, está en nuestra lista por la suavidad con la que suenan sus sílabas entre los labios. Está compuesta por las palabras japonesas oru (plegar) y kami (papel), por lo que es, literalmente, el arte de plegar papel.

35. Olvido

1. m. Cesación de la memoria que se tenía.

2. m. Cesación del afecto que se tenía.

3. m. Descuido de algo que se debía tener presente.

La palabra olvido proviene del latín oblitus, que significa pérdida de la memoria de un suceso. Esta, a su vez, proviene de la palabra livisci, que significa ponerse denso u oscuro. Por tanto, el olvido es aquello que sucede cuando nuestra memoria se pone oscura.

36. Palíndromo

1. m. Palabra o frase cuyas letras están dispuestas de tal manera que resulta la misma leída de izquierda a derecha que de derecha a izquierda; p. ej., anilina; dábale arroz a la zorra el abad.

Palíndromo es una palabra de origen griego, que proviene de la formación palin dromein. Su traducción literal sería volver atrás o recorrer a la inversa. Y eso es precisamente lo que hace especial a los palíndromos, que pueden leerse a la inversa sin encontrar dificultad.

37. Primavera

1. f. Estación del año que, astronómicamente, comienza en el equinoccio del mismo nombre y termina en el solsticio de verano.

2. f. Época templada del año, que en el hemisferio boreal corresponde a los meses de marzo, abril y mayo, y en el austral a los de septiembre, octubre y noviembre.

La palabra primavera proviene de la forma latina ver primum, que significa la entrada del verano o la estación previa al verano. En latín, se conocía como primaevitas, que también significaba la edad primera o, según Virgilio, "que está en la flor de la edad".

38. Perenne

1. adj. Continuo, incesante, que no tiene intermisión.

La palabra perenne viene del latín perennis, que está formado con el prefijo per- y la raíz annus. Es decir, aquello que perdura por años o a través de los años.

39. Quimera

1. f. En la mitología clásica, monstruo imaginario que vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón.

2. f. Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo.

Esta palabra tan especial proviene del griego Χιμαιρα (Khimaira). Era un ser monstruoso con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente. Algo difícil de entender y que, pese a que muchos lo imaginaban, era del todo imposible en la realidad. De ahí su significado derivado, el que ahora utilizamos para referirnos a cosas poco probables que se veían bien en nuestras mentes.

40. Rocambolesco

1. adj. Dicho de una circunstancia o de un hecho, generalmente en serie con otros: Extraordinario, exagerado o inverosímil.

Rocambolesco es una palabra que debemos al vizconde Pierre-Alexis Ponson du Terrail, que en 1854 dio forma a su criatura literaria Rocambole y cuyas características dieron forma a este adjetivo.

41. Resiliencia

1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.

Esta palabra proviene del verbo latino resilio, que podría traducirse como saltar hacia atrás o rebotar. Es un término que la física usó para hablar de materiales que podían resistir un impacto y que, por su significado evocador, acabó formando parte del vocabulario culto.

42. Reanudar

1. tr. Renovar o continuar el trato, estudio, trabajo, conferencia, etc. U. t. c. prnl.

La palabra reanudar proviene del latín nodus, nudo. Es, literalmente, la acción de volver a anudar. Es decir, volver a realizar los nudos que te llevaron a la situación original, sea esta un trato o un proceso que se había pausado.

43. Reciprocidad

1. f. Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra.

2. f. Gram. Cualidad de recíproco (‖ que tiene como antecedente otros argumentos del mismo predicado).

Esta palabra proviene de la forma latina reciprocus, que significa igual uno que para otro. Es decir, es la cualidad de hacer que algo sea igual para uno que para otro.

44. Serendipia

1. f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia.

Esta curiosa palabra la hemos tomado prestada del inglés serendipity, que a su vez lo tomaron prestado de Serendip, la transcripción inglesa del nombre persa de la isla del índico pacífico que hoy conocemos como Ceilán y cuyo nombre oficial es Sri Lanka.

El motivo de su significado se encuentra en una fábula persa, llamada Los tres príncipes de Serendip, que cuenta la historia de tres príncipes que resuelven sus problemas por medio de descubrimientos accidentales y afortunados.

45. Superfluo

1. adj. No necesario, que está de más.

La palabra superfluo proviene del latín superfluus, que significa excesivo. Es, por tanto, aquello que sobra, que rebosa.

46. Sempiterno

1. adj. Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

Aunque a simple vista puedo parecer que esta palabra está formada por "siempre" y "eterno", es así. La palabra proviene de sempiternus, que a su vez se deriva de la raíz latina semper, que significa eterno.

47. Trampantojo

1. m. coloq. Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es.

Trampantojo es una palabra técnica del mundo del arte que se ha formado al unir las palabras que forma la expresión "trampa ante ojo".

48. Ternura

1. f. Cualidad de tierno.

2. f. Sentimiento de cariño entrañable.

Esta palabra tan adorable proviene del latín ternus (tierno). Con el prefijo -ura, que indica actividad o resultado, se convierte en el resultado de aquello que es tierno.

49. Ukelele

1. m. Instrumento musical de cuerda, popularizado desde el archipiélago estadounidense de Hawái, parecido a la guitarra, pero de menor tamaño.

La palabra ukelele la hemos tomado prestado del hawaiano, aunque lo cierto es que el instrumento es de origen portugués. Significa, literalmente pulga (uku) saltarina (lele = saltar). Quizá por el sonido que hacen sus cuerdas o por la forma en la que se mueven los dedos para tocarlo.

50. Vorágine

1. f. Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los ríos o de los lagos.

2. f. Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos.

3. f. Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento.

Esta palabra proviene del latín voragovoraginis, que hacía referencia a un remolino o al abismo. Pero, a su vez, proviene de vorare, que significa tragar y dio origen a palabras como devorar o voraz. Por tanto, la vorágine es aquello que se lo traga todo.