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lunes, 26 de diciembre de 2022

Discurso del rey Felipe VI por Navidad

Felipe VI es el rey de España porque al general superlativo, genocida y dictador Franco le salió de los cataplines. Extraña democracia en una esperpéntica nación donde eligen a su Presidente con un solo voto.



Una experta en comunicación no verbal lanza una advertencia a la Casa Real tras el discurso del rey


"Ya no son sólo críticas de una republicana".

Redacción El HuffPost

25/12/2022


La experta en comunicación no verbal y especialmente en estética política, Patricia Centeno, ha publicado un extenso análisis sobre el discurso de Navidad del rey Felipe VI, emitido —como ya es tradición— este 24 de diciembre.

Le advierto a Casa Real que la sensación de ‘tostón’ (12.25 minutos dando la chapa cuando todo ello se podía resumir en 4 minutos) y la triste puesta en escena que acompaña al discurso ya no son sólo críticas de una republicana (a mí si el cuento me lo venden bien vestido quizá no lo compre, pero no tengo problema en reconocer un buen trabajo comunicativo. Spoiler: no es el caso)”, ha asegurado Centeno en el primer párrafo del análisis en su blog.

En cuanto al lenguaje corporal del monarca, la experta ha hecho hincapié en el primer plano que ofreció el rey sentado con las piernas abiertas. “Por suerte, ha tenido la consideración de colocarse las manitas delante cubriendo los genitales”, ha apostillado.

Y, aunque ha añadido que solo ocurrió en los primeros segundos, ya que después las piernas no se han visto en pantalla, “debía haber cruzado las piernas”, ha señalado. “Es muy desagradable toparse nada más empezar un discurso navideño con la entrepierna de nadie, por muy majestad y designación seminal en la que se basa el cargo que ocupa”, ha sentenciado.

Gestualmente, ha apuntado, este año ha estado más comedido, que el plano cortaba parte del mensaje de sus manos, por lo que ha tomado más control en sus expresiones faciales y manuales. Sin embargo, “cuando le toca referirse a los sacrificios reales de las familias para llegar a fin de mes (y aunque intentara reflejarlo verbalmente con todo lujo de detalles), al monarca se le escapa un tan sincero y pertinente encogerse de brazos (qué sabré yo). Pues eso, querido, qué sabrás tú de llegar a fin de mes”, ha destacado.

Centeno, además, no ha dudado en asegurar que en “algún momento parecía una parodia de Joaquín Reyes”. “No ayuda el exceso de maquillaje (...), sus contundentes cejas y su esperpéntica dentadura”, ha agregado.

La experta también ha dedicado algunas palabras a la realización de la retransmisión, y se ha quejado de haya tenido que ser el propio monarca el que marcara los cambios de tema en su discurso redirigiendo su cuerpo y cabeza.

Le ha llamado la atención a su vez la escenografía y la presencia de un simbolo como la bandera de España. “El rey es el jefe de Estado y ya es un símbolo como la bandera de España. Colocar dos símbolos que significan lo mismo queda reiterativo y demuestra complejo como nación. ¿Cuándo habéis visto una bandera en el mensaje de Navidad de Isabel II? No tiene sentido”, ha señalado.

Al final se ha convertido en un juego y, visto el despropósito de todo lo demás, casi se me antoja curioso y divertido. Colocar una fotografía en el fondo donde se verá diminuta y los espectadores tengan que esforzarse y dejarse la vista en reconocer qué instantánea es”, ha añadido sobre la fotografía de la cena ofrecida por los reyes a los miembros de la cumbre de la OTAN en el Palacio Real que se vislumbraba tras el rey.


 


domingo, 25 de diciembre de 2022

 

Por qué es importante saber que Jesús no era blanco

Por

The Conversation


16/04/2019





Por Robyn J. Whitaker profesor de Nuevo Testamento en el Pilgrim Theological College, University of Divinity:

Me crié en un hogar cristiano. En la pared de mi habitación colgaba un retrato de Jesús, y allí sigue todavía. Es ñoño y cutre como solo algo de los setenta puede serlo, pero cuando era pequeña me encantaba. En la foto, Jesús se muestra tierno y amable; veo amor en su mirada. Tiene el pelo claro, los ojos azules y la piel muy blanca.

El problema es que Jesús no era blanco. Es normal que la creencia habitual sea la contraria si uno se fija en las iglesias del mundo occidental o visita una galería de arte. Pero al no haber una descripción física de Cristo en la Biblia, tampoco hay lugar para la duda: el Jesús histórico, el hombre que fue ejecutado por el Imperio Romano en el siglo I, era un judío de piel oscura procedente de Oriente Medio.

Esta afirmación no es para nada controvertida desde el punto de vista académico. Sin embargo, es un detalle que parecen olvidar los millones de cristianos que celebrarán la Semana Santa estos días.

En Viernes Santo, los devotos peregrinan hasta las iglesias para adorar a Jesús y recordar su muerte clavado en la cruz. En la mayoría de los templos, Jesucristo será representado como un hombre blanco, con rasgos similares a los de un individuo anglo-australiano (o europeo).

Piense por un momento en el apuesto actor Jim Caviezel, que interpretó a Jesús en la película de Mel Gibson La Pasión de Cristo. Exacto, es irlandés-americano.

Recuerde también algunas de las obras pictóricas de mayor renombre que tienen la crucifixión de Jesús como tema central. Rubens, Grünewald, Giotto… en todos los autores se puede apreciar la tendencia europea a representar a Jesucristo como un hombre blanco.

Pero, ¿qué importancia tiene todo esto? Pues mucha, ya que, como sociedad, somos plenamente conscientes del poder de la representación y de la importancia de la diversidad de los modelos de conducta.

Referentes

Lupita Nyong’o saltó a la fama tras ganar el Óscar a la mejor actriz de reparto en 2013. Desde entonces, la intérprete keniana ha confesado en varias entrevistas que cuando era joven tenía un sentimiento de inferioridad debido a que todos los referentes de belleza que veía alrededor eran mujeres de piel clara. No fue hasta que la modelo sudanesa Alek Wek se hizo un hueco en el mundo de la moda cuando Nyong’o se dio cuenta de que siendo negra podía ser igual de hermosa.

Si somos capaces de reconocer la importancia de la diversidad étnica y física en los modelos de conducta que aparecen en los medios, ¿qué nos impide hacer lo mismo con la fe? ¿Por qué seguimos permitiendo que la imagen del Jesús blanco sea la que predomina?

Numerosas iglesias y culturas representan a Cristo como un hombre de piel oscura o, directamente, negro. Los cristianos ortodoxos suelen tener una iconografía que difiere sustancialmente de la que exhibe el arte europeo; de hecho, si visita una iglesia en África, lo más probable es que se encuentre con un Jesús africano.

Sin embargo, imágenes como esa no se ven habitualmente en las iglesias protestantes y católicas de Australia, mi país (ni en las europeas). Esta diferencia supone una importante pérdida, ya que permite a la comunidad cristiana predominante separar su devoción por Jesús de la atención compasiva que conceden a aquellos que consideran diferentes.

Desconexión cognitiva

Me atrevería a decir, incluso, que la representación tradicional de Cristo produce una desconexión cognitiva en la que un individuo puede sentir un gran afecto hacia Jesús y al mismo tiempo demostrar muy poca empatía por una persona de Oriente Medio. Asimismo, la afirmación teológica de que los humanos fueron creados a imagen y semejanza de Dios tiene consecuencias: si Dios siempre es representado como un hombre blanco, por defecto los humanos serán blancos, idea bajo la que subyace un racismo latente.

Históricamente, el blanqueamiento de Jesús ha contribuido a que los cristianos hayan perpetrado algunos de los más terribles actos antisemitas documentados. En la actualidad, se continúa manifestando en países como Australia en la frecuencia con que se trata de etiquetar a los australianos no anglosajones como “los otros”.

Dios negro

Esta Semana Santa no podré evitar preguntarme cómo serían nuestra Iglesia y nuestra sociedad si se aceptara que Jesús tenía la piel oscura; qué pasaría si nos enfrentáramos a la realidad, que no es otra que el cuerpo clavado en la cruz, abatido, torturado y ejecutado públicamente por un régimen opresor, era negro.

Quizá nuestra actitud cambiaría si comprendiéramos que el injusto encierro, abuso y ejecución a los que fue sometido el Jesús histórico tienen más que ver con las experiencias de los indígenas o de los refugiados que con aquellos que ostentan el poder en la Iglesia y que se apropian de la imagen de Cristo.

Puede que suene radical, pero no paro de darle vueltas a qué podría cambiar si fuéramos conscientes de que la persona a la que los cristianos llaman Dios no era blanca, sino que el salvador del mundo fue un judío de Oriente Medio.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

 

NOTICIAS NAVIDAD IGLESIA CATÓLICA AÑO NUEVO


Ni fue el 25 de diciembre ni el año 1: lo que se sabe sobre el nacimiento de Jesús en ¿Belén?


La Navidad que celebra la Cristiandad está basada en arbitrariedades e inexactitudes que lucen como verdades inmutables, de tan asentadas. Pero son más las preguntas que las respuestas.

Carmen Rengel

25/12/2022

ElHuffPost





La Navidad que celebra la Cristiandad está basada en arbitrariedades e inexactitudes que lucen como verdades inmutables, de tan asentadas. Muchos siglos de celebrar el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, muchos de repetir que fue alumbrado en un portal de Belén, muchos hablando de censos, pastores y reyes magos, de Herodes y los inocentes. Pero la Historia, tozuda en los datos, es incapaz de dar por bueno este relato. Es una fiesta levantada sobre parches e los evangelios, calendarios alterados y retazos de paganismo. Verdad a base de fe y de ilusión, eso sí.

Las referencias escritas que constaten lo pasado hace casi 2023 años son escasísimas y confusas. De los cuatro evangelistas, sólo Mateo y Lucas -no Marcos ni Juan-, hablan del momento en que vino al mundo el mesías. Juntos, sus relatos son llamados los evangelios de la infancia de Jesús, pero no pueden entenderse como un cuerpo común, porque las diferencias entre ambos relatos son notables. El historiador sevillano Francisco Díaz recuerda que estos textos fueron escritos entre los años 85 y 90 después de Cristo, un tiempo en el que “no quedaban vivos muchos de quienes conocieron a Jesús de pequeño o escucharon al menos sus andanzas de entonces”. No tienen, pues, “fuentes de primera mano”. Y sostiene que hay investigadores que coinciden en que los capítulos sobre los primeros años de Jesús fueron añadidos cuando ya estaba contado su peregrinar, su muerte y su resurrección. ¿Por qué? “Suele hacerse para completar las historias de los grandes hombres de la Historia, cuando falta. Que se rellenan esos años”, indica.

Tampoco es que aquel tiempo fuera esencial para los primeros cristianos. De Jesús interesaba sobre todo “su mensaje y su sacrificio”, pero el origen era algo secundario, de ahí que no se ahondara en ello. Nadie sabe cómo se celebraba la Navidad tras el año 33 y la muerte de Cristo, pero sí se sabe cómo se recordaba cada Pascua su calvario. Sin embargo, con el paso del tiempo, el interés por la figura toda de Jesús creció y se sintió la necesidad de insistir en el relato completo de su nacimiento. Y comenzaron unos estudios mayores de las escrituras y, también, unas peleas serias entre los expertos para situar la trama correctamente.

¿De dónde viene la fecha del 25?

Nada dicen los evangelistas sobre la fecha del 25 de diciembre. Lucas explica que “había en la región pastores que pernoctaban al raso y de noche se turnaban entre ellos para velar por el cuidado de los rebaños”. Esa referencia ya nos podría, de inicio, fuera del invierno, porque el pastoreo en la zona de Belén se llevaba y se lleva a cabo de primavera a otoño. Cualquiera que haya estado en Cisjordania en diciembre sabe de la dureza de sus noches.

La propia Iglesia católica ha asumido que la fecha del 25, sin base en las escrituras, fue al final fruto del sincretismo, la mezcla de ideas diferentes para crear algo distinto o nuevo. En este caso, se combinaron la festividad pagana de invierno de los romanos y su adoración al sol con un cristianismo al alza que necesitaba asentarse. A festejar a un gran dios sobre el día en que ya se celebraba a otro gran dios, el solar, y Apolo, de quien también se fijaba el cumpleaños ese día. Resultaba bastante común para el pensamiento bíblico antiguo el hecho de establecer que los héroes nacían y morían en la misma fecha, sólo después de haber sido iluminados por dones especiales.

Los romanos festejaban el Dies Natalis Solis Invicti (el Festival del nacimiento del Sol invicto), esto es, que empezaban a alargar los días, que la luz ganaba al periodo más oscuro del año. Era el momento de parar las cosechas, de que campesinos y esclavos descansaran. Tiempo de paz y de regalos, de comidas para encontrarse. Como gran parte de la población romana era ya cristiana, la transición de una festividad a otra fue tranquila. Era un buen momento para hacer ver la luz a Jesús, también.

En el siglo III, la iglesia comenzó a celebrar los llamados Días de Epifanía, entre el 25 de diciembre y el 6 de enero. Epifanía significa “visión milagrosa”; los Días de Epifanía son por lo tanto los días en que la imagen de Jesús fue revelada a los hombres. La primera documentación real que menciona el 25 de diciembre está datada en el año 354 y proviene de un documento conocido como Calendario Filocaliano. Se trata en realidad del Diario de Furio Dionisio Filócalo (que vivió en la segunda mitad del siglo IV), un estudioso que dejó registro de las fiestas más importantes celebradas en su tiempo. “El 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”, constata.

Hay otra fuente más antigua que apunta a esta temporada del año, de forma indirecta: Sexto Julio Africano (160-240), un escritor pagano converso, publicó en el 221 su Chronographiai, donde afirma que la Anunciación a María tuvo lugar el 25 de marzo, de lo que se deduce que nació nueve meses después, el 25 de diciembre, día arriba, día abajo.

El Concilio de Nicea, auspiciado por el emperador romano Constantino El Grande y celebrado en 324, fue el que dio formalidad a la celebración. Natividad de Cristo, la llamó. Este primer concilio de la Iglesia católica y la ortodoxa, clave en la historia porque se aprueba la cristiana como religión oficial del Imperio, estableció la fecha con solemnidad. Y, pese a ello, los doctores de la Iglesia seguían discutiendo una horquilla que va desde el 6 de enero al 25 de mayo. Hasta el papa Fabián tuvo que mediar y poner paz. Al final, en la elección de esta fecha influyeron personajes como el papa Julio I (337-352), San Juan Crisóstomo (que fue arzobispo de Constantinopla del 398 al 404) o Gregorio Nacianceno (arzobispo de Nacianzo, 329-389). Furio Dionisio Filocalo, en 354, hablaba ya en su almanaque del nacimiento del “Christus in Betlem Judeae” y lo fecha en el “VIII Calendas Januaris”: el 25 de diciembre.

Pero no toda la Cristiandad toma ese día. La pascua ortodoxa, por ejemplo, retrasa un poco el momento. ¿Por qué? Muchos Padres de la Iglesia pensaron que en el episodio de los pastores Lucas relataba la Anunciación. En vez de “os ha nacido” traducían un “os ha sido concebido”; la noticia estaba en el embarazo, no en el alumbramiento. Si Jesús nacía nueve meses después de la época de pastoreo, nos poníamos en el 6 de enero y esa es la fecha que aún hoy respeta la Iglesia Oriental. En la Occidental la pasaron al 25 por lo ya explicado y por cuestiones de corrección astronómica. Ciudades con presencia de ambas ramas, como las santas Jerusalén y Belén, celebran ambas fechas.

El primer belén, la primera representación física que fija en figuritas del relato que hoy tenemos amortizado, se sitúa en 1223 en una cueva cercana a la ermita de Greccio (Italia) y .fue colocado por San Francisco de Asís

¿Cómo se calcula el año?

En este caso, hay un poco de consenso, porque tanto Lucas como Mateo dan en sus evangelios un dato común: el nacimiento de Jesús se produjo en el reinado de Herodes el Grande, que vivió del 74 al 4 antes de Cristo. Si se toma como referencia esta última fecha, y teniendo en cuenta que ambos evangelistas dicen que el bebé tuvo que escapar a Egipto por la matanza de los inocentes del bárbaro monarca, hay algo que no casa. “Jesús debió nacer unos años antes de la era cristiana”. ¿Jesús nació “antes de Cristo”? Francisco Díaz se ríe. “Las cuentas dicen eso”, afirma este profesor e investigador, habitual en los Santos Lugares.

Hay que explicar primero cómo se medía el tiempo. Dionisio el Exiguo (470-544) es un monje que decidió cambiar el calendario y hacer nuevas sumas y restas. Hasta ese momento, se fechaba todo según la era del emperador romano Diocleciano, que fue uno de los más recios perseguidores de los cristianos. Enervado por tener que seguir lo dispuesto por un enemigo de su fe, decidió cambiar las cosas y establecer el año 1 en el momento del nacimiento del mesías. Fijó que ese momento tuvo lugar el año 753 ab urbe condita, que significa antes de la fundación de Roma. Por lo tanto, el año I de la era cristiana empieza el primero de enero del 754. Es entones, en el siglo VI ya, cuando que se empieza a hablar de antes y después de Cristo.

Pero es que Dionisio debió equivocarse con los cálculos, entre cuatro y siete años respecto a cuando dató el reinado de Herodes. Eso hizo que pusiera el nacimiento de Jesús en el año 753 ab urbe condita. Si ponemos que el rey murió en el 750 y tomamos las referencias de las matanzas de los inocentes, nos sale que hay un desfase de cuatro, cinco o seis años. Y, sin embargo, ese fue el calendario que se perpetuó en Occidente”, indica. También hay otras lecturas que indican que el monje se aproximó a la fecha real y eligió la que le convenía por cuestiones de número sagrados y astrología variada. “Ninguna fuente es fiable en extremo”, asume.

¿De Nazaret o de Belén?

El tercer punto polémico en esta tradición navideña tiene que ver con el dónde nació ese niño al que festeja gran parte del mundo. Siempre fue conocido como Jesús de Nazaret pero, en cambio, las referencias lo hacen nacer en Belén. De nuevo, las lagunas de la historia quedan sepultadas por el relato y la tradición, porque hay demasiadas dudas sobre lo ocurrido.

Mateo, en su evangelio, sitúa a José y María residiendo ya en Belén, por lo que el alumbramiento debería haber tenido lugar en su residencia habitual. Lucas, en cambio, dice en su texto que el carpintero y su mujer viven en Nazaret y se trasladan a Belén porque los romanos estaban realizando un censo de la población palestina y obligaban a José a empadronarse en este municipio, que es donde había nacido. En este caso entran en juego el humilde portal, el pesebre, los animales, el parto de urgencia. Marcos y Juan, los otros dos evangelistas, sólo hablan de Jesús de Nazaret.

Díaz entiende que, “pese a la preciosa tradición de Belén y la Natividad y el portal con la estrella de plata que marca el lugar exacto del nacimiento”, hay “más visos de verdad en la opción de Nazaret”. “Es la lógica, por familia y raigambre”, incide. Belén, sin embargo, tiene un aura especial para quien aspira a ser mesías. Si Jesús nacía allí, sí que se cumplía la profecía de la Biblia que señalaba que el salvador del mundo sería nacido en Belén y descendiente del mítico rey David. El linaje debía crecer en esa ciudad, no en otra. Es “factible”, dice el investigador, que conforme Jesús creció y tomó importancia “se impuso la necesidad de exponer sus conexiones con esa profecía y se extendió esta historia”, de la que no hay pruebas documentales.

No obstante, deja la puerta abierta a “cualquier opción”, porque subraya que es “importante” la tradición oral que sitúa en la ciudad cisjordana el nacimiento de Cristo, en un punto tan concreto como la Basílica de la Natividad, levantada en 327 por decisión del emperador Constantino y de su madre Helena, que se desplazó a Tierra Santa para ubicar los lugares de la vida y muerte de Jesús y logró fijar itinerarios que duran hasta hoy, por más que su fiabilidad sea “frágil”.

Esos relatos, que ya estaban en Lucas, se reafirmaron en el siglo II por Justino Mártir, que contaba cómo la familia había tenido que buscar refugio a las afueras de Belén, y el filósofo griego Orígenes, quien ahondó en la idea de cueva y pesebre. Y así nos han llegado, hasta hoy, cuando la escena se replica en iglesias, casas, mercadillos típicos y centros comerciales y, también, en una ciudad cercada por un muro, que cada 24 de diciembre, en lo alto de un cerro, recuerda sobre una cueva recubierta de cuero y plata que nació un niño que traía, como todos, esperanza al mundo.

martes, 20 de diciembre de 2022

domingo, 18 de diciembre de 2022

 

Ayuso analfabeta funcional





El currículum y los negocios familiares siembran de dudas el nombramiento de Ayuso en el PP

Reconstrucción al por menor y por capítulos de la

 biografía no oficial de la trumpista de Chamberí

LOS GENOVESES

Miércoles, 7 de diciembre de 2022


En los próximos días la inquilina de la Puerta del Sol acumulará 1216 días, es decir, 3 años y 6 meses, en el cargo de Presidenta de la Comunidad de Madrid y desde mayo de este año Presidenta Regional del PP.

La práctica totalidad de los electores madrileños que en mayo del 2019 decidieron votarla apenas tenían referencias de su familia, sus estudios, sus amigos, su recorrido dentro del PP de Madrid y de su trayectoria laboral. Lo mismo les sucedió aquellos que optaron por otros candidatos.

Ayuso tenía entonces 41 años y solo se sabía que su elección como cabeza de lista del PP a la Asamblea de Madrid había sido una decisión unilateral del entonces su amigo Pablo Casado, elegido meses antes Presidente Nacional del PP en sustitución del dimitido Mariano Rajoy.

El caso es que desde que en agosto del 2019 consiguió formar gobierno con el apoyo de Vox y Ciudadanos, deprisa y corriendo, se fueron publicando parcialmente algunos detalles de su biografía. Una potente maquinaria propagandista, financiada con fondos públicos, en un tiempo récord, bajo la protección del publicista y populista Miguel Ángel Rodríguez (MAR) y con una pandemia de fondo que logró convertirla en su aliada, triunfó el 4M ante los electores de la derecha madrileña sacándola del anonimato, consolidándola al frente del Gobierno regional y reforzando su proyección nacional, reforzada tras desplazar al destierro a su examigo Casado y pasar a tutelar a su sustituto Feijóo.

Y en estas estamos cuando nos hemos hecho la misma pregunta que seguramente se han hecho otros muchos que ven con preocupación como sus apoyos mediáticos, financieros, lobistas y judiciales pretenden convertirla, a la mínima de cambio, en la sustituta del expresidente de la Xunta de Galicia.

Parece una obviedad que llegado a este punto hay que aceptar que “algo” se nos ha pasado a la hora de pulir su trayectoria. Las razones pueden ser varias, pero probablemente sea la más sencilla que no es otra que deliberadamente ella y su séquito han decidido ocultar o pasar de puntillas sobre algunos de sus peripecias y atajos menos transparentes.

Y es a partir de esta pregunta y en la búsqueda de respuestas documentadas cuando hemos vuelto a repasar todas sus etapas desde que naciera en Madrid un 17 de octubre de 1978. Y para ello nada más lógico que comenzar esta primera entrega por su entorno familiar y su etapa formativa, que acaba en 2002 con su licenciatura en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM.

Ayuso pertenece a una familia de clase media, sin estanterías, instalada en el barrio de Chamberí (Madrid) con veraneos en Sotillo de la Adrada (Ávila), formada por unos padres “emprendedores”, económicamente con muchos altibajos y un hermano mayor formado en la escuela de su padre con sus variopintos negocios.

Comenzamos la saga por su madre, Isabel Ayuso Puente (Mabel para los amigos). Durante años fue acompañando en el registro mercantil a su marido, Leonardo Díaz Álvarez, fallecido en el 2014. En la actualidad está jubilada.

Sobre las vicisitudes de los negocios de su padres con Aval Madrid, sobre el presunto tráfico de influencias, el posible alzamiento de bienes a favor de sus bambinos (Isa y Tomás) y los contratos negociados sin publicidad que recibieron algunas de sus empresas, en este enlace se puede consultar y contrastar la documentación disponible.

También se puede echar un vistazo a los trabajos de la Comisión de Investigación que quedó constituida el 22 de octubre del 2019. Como es natural, sus exsocios de gobierno de Ciudadanos impidieron su comparecencia y aprobar las conclusiones.

El clan lo completa su hermano mayor Tomás Díaz Ayuso (1974), divorciado y nuevamente casado con una empleada del ayuntamiento de Ugena (Toledo). Sus negocios con la Comunidad de Madrid, durante los peores momentos del COVID, están siendo objeto de investigación por parte de la fiscalía europea. El intento por aclarar las comisiones que bajo mano se llevó de la Comunidad de Madrid le costaron el puesto a Pablo Casado. Aquí se puede encontrar toda la información.

Aunque sea unos de sus secretos mejor guardados, se da la circunstancia que coincidiendo con su etapa de asesora de Aguirre, IDA estuvo casada durante más de 3 años, entre 2007 y 2011, con Sergio Hernández de la Torre, empresario ligado al golf y administrador de una sociedad dedicada, entre otras cosas, a la organización y promoción de eventos y espectáculos culturales, musicales, deportivos y relacionados con el ocio.

Tras la ruptura relativamente pacifica, su vida privada apenas la comparte con algunos de sus compañeros de NNGG y del PP. Salta a la actualidad cuando en 2018, poco antes de ser designada por Casado candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, aparece en escena un desconocido peluquero: Jairo Alonso Esteban, un amigo de su adolescencia que conoció en el pueblo de su padre, Sotillo de la Adrada. Su presentación como pareja se hizo a lo grande con reportajes y entrevistas. Tras dos años de convivencia en noviembre del 2020 pactaron “calculadamente” su separación. El hecho cierto es que a su exnovio las cosas le han ido francamente bien en el plano laboral. De hecho, en muy poco tiempo pasó de cortar el pelo que era su profesión a relaciones públicas de un grupo gastronómico libanés para acabar en noviembre del 2021 contratado como jefe de operaciones y manager de desarrollo de negocio de Asseco, una empresa de servicios informáticos que, mira por dónde, tiene como cliente a la propia Comunidad de Madrid. Aquí se pueden consultar los detalles.

Pero como no hay dos sin tres, Isabel buscó y encontró, a través de su fratelo Tomasso, a su actual pareja. En esta ocasión, el agraciado responde al nombre de Alberto González, técnico sanitario, divorciado y padre de tres hijos. Tras darle a conocer a los medios de comunicación y a la espera de acontecimientos ha vuelto a la clandestinidad institucional.

Estudios, cursos y cursillos

Sus hagiógrafos, que también los tiene, sostienen que estudió, sin pena ni gloria, en un colegio de monjas concertado de su barrio en Chamberí. Pincha aquí para situarte. Repitió 1º de BUP. Tras este éxito acabó dando tumbos en un colegio privado denominado Éfeso, ubicado en una esquina del selecto barrio El Viso, que los mal pensados sostienen que si se matriculaba y si se le pagaba religiosamente, se podía tener acceso a la universidad.

Esta es la reconstrucción cronológica de su actividad académica:

1997-2002. Facultad de Periodismo de la UCM.

1997-2004. Doctorando en Periodismo, Comunicación Política. Universidad Complutense de Madrid. Ningún experto consultado sabe descifrar este jeroglífico. Sin acreditar

2002–2004. Diploma de Estudios Avanzados, Periodismo, Comunicación Política. UCM. Sin acreditar

2003-2004. Máster en Comunicación corporativa. Instituto Séneca. La denominación del título varía según necesidades. Sin acreditar

2011–2012. Programa de Liderazgo para la Gestión Pública- PLGP IESE Business School - University of Navarra, gestionada por el Opus Dei. Sin acreditar

2014-2014. Directora. I Curso superior de estrategias de comunicación para equipos políticos. URJC

2013-2015: Comunicar en Política. Sin acreditar.

  • Directora

  • Nombre de la empresa: Comunicar en Política

  • Fechas de empleo: sept 2013 – feb 2015

  • Duración del empleo: 1 año y 6 meses

  • Ubicación: Madrid

  • I Curso superior de estrategias de comunicación para equipos políticos.

Como algún lector podrá deducir, al menos, los tres últimos de la lista lo perpetró compatibilizándolos con su condición de diputada con dedicación exclusiva y retribuida en la Asamblea de Madrid.

La conclusión provisional que se puede extraer de su trayectoria académica se concreta cada vez que toma la palabra. Mire por donde se mire es una analfabeta funcional que carece de la más mínima formación para presidir la Comunidad de Madrid. Tal cual.

Ella lo sabe y sus asesores y patrocinadores mucho más y mejor.


sábado, 17 de diciembre de 2022

 

Los asombrosos vencejos, los


 pájaros que vuelan durante


 diez meses sin posarse y


 duermen en el aire





Una de las más increíbles especies de aves voladoras es Apus apus, comúnmente conocida en español como vencejo. Se parece mucho a las golondrinas y, en ocasiones, observadores poco atentos pueden (podemos) llegar a confundirlos. No es raro, pues ambas especies tienen similitudes aunque no estén relacionadas, al haber desarrollado soluciones evolutivas convergentes similares.

Los vencejos son ligeramente más grandes y poseen unas largas alas que en vuelo asemejan una media luna. Son de plumaje negro o parduzco, con una mancha blanca o grisácea en la garganta. Machos y hembras son similares y difícilmente distinguibles externamente. El vencejo es un ave migrante de larga distancia, algo para lo que está perfectamente preparado anatómica y físicamente, siendo capaz, con sus 40 gramos de peso medio, de hazañas reservadas a un selecto grupo de criaturas.

Pasa los inviernos en latitudes cálidas de África, sobre todo al sur del ecuador, mientras que en primavera comienza a migrar hacia el norte y se los puede ver en grandes bandadas surcando los cielos del sur y el centro de Europa. Llaman especialmente la atención sus maniobras de vuelo, en las que pueden alcanzar velocidades de 200 kilómetros por hora en espectaculares picados.

Es precisamente entre mayo y agosto la estación reproductiva, con el fin de que las crías tengan tiempo suficiente para sumarse al viaje de invernada. Las parejas de vencejos se suelen asociar durante varios años, manteniéndose una fidelidad monógama. Sin embargo solo se juntan para la reproducción y la cría, y de hecho muchas no llegan juntas al lugar de cría sino a intervalos de unos 10 días.

El cortejo y la cópula tienen lugar en el aire (siempre que haga buen tiempo), a unos 80 metros de altitud. Como durante el acto no pueden batir las alas, empiezan a perder altura por lo que deben separarse al cabo de entre dos y cuatro segundos, si no quieren correr el riesgo de precipitarse contra el suelo.

Anidan en colonias, buscando cavidades oscuras en las que crear el nido. Los materiales para su construcción los recogen sin posarse y su recolección depende mucho del viento. Los polluelos, cuando tienen un mes de edad, empiezan a realizar movimientos típicos del vuelo, preparándose para el volantón, que se produce pocos días después.

Abandonan el nido en solitario, en ocasiones cuando ya sus padres han emigrado de regreso a África. Salen volando y nunca regresan. A partir de ahí se pasarán los diez meses siguientes en el aire, sin posarse prácticamente en ningún momento, alimentándose de mosquitos que cazan en vuelo llevando siempre el pico abierto, y alcanzando velocidades de más de 100 kilómetros por hora en línea recta, solo superados en esto por los murciélagos molósidos.


Dormirán igualmente en vuelo, dejando descansar una mitad del cerebro cada vez, volando despacio contra el viento y dejándose llevar hacia atrás por vientos fuertes, de modo que al despertar deben volar para regresar a su punto de partida. Pasarán el invierno en África, y volverán a Europa en primavera para reiniciar el ciclo. Así, pueden llegar a alcanzar los 20 años de edad.

Nadie sabe por qué, pero todos los días justo unos minutos antes del amanecer y unos minutos antes del atardecer los vencejos se lanzan ascendiendo frenéticamente durante media hora, hasta que alcanzan los 2.000 o 3.000 metros de altitud. Sorprendentemente por las mañanas el ritmo de descenso es el doble de rápido que el ascenso, mientras que al atardecer es al revés, el descenso dura el doble que el ascenso, tomando una hora aproximadamente.

Hay algunas teorías al respecto. Se sospecha que los vencejos utilizan ese proceso ascenso-descenso para calibrar su sentido magnético. O quizá para obtener una buena visión del panorama meteorológico y las condiciones atmosféricas, la dirección del viento y la temperatura a diferentes alturas.

Uno de los motivos por los que raramente se posan son sus pequeñas patas, poco aptas para el aterrizaje y el movimiento en tierra. Si por cualquier razón caen al suelo o tienen que posarse, se sostienen sobre las garras y las articulaciones de los talones, caminando de manera parecida a los lagartos. No obstante sus garras les permiten trepar fácilmente, colgarse de ramas o postes, pero no sentarse en ellos.

De ahí deriva su nombre científico Apus (del griego άπους, sin patas), pues son tan pequeñas que no son visibles durante el vuelo.

Muchas personas creen que una vez que un vencejo se posa en tierra ya no es capaz de remontar el vuelo, y está abocado a la muerte. Sin embargo, si tiene suficiente espacio para el despegue puede impulsarse con las patas, o incluso trepar a una zona alta desde la que lanzarse al aire. Pero si cae en un espacio reducido lo tiene difícil, ya que no es capaz de elevarse batiendo las alas. Razón de más para no dejar de volar.

Fuentes

Mike Unwin, La vuelta al mundo en 80 aves| Edmond Lorot, Oiseaux d Europe John Gould Vol. 2 Les Passereaux |Commonswift Worldwide  Asociación Alemana para la Protección de Vencejos  Wikipedia