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viernes, 29 de octubre de 2021

 

Las 454 páginas de la vergüenza

Lo que significa la condena a Bárcenas y al PP por la


 reforma de la sede de Génova

Antonio Ruiz Valdivia

28-10-21

ElHuffPost


454 páginas de sentencia… y un fallo demoledor de la Audiencia Nacional: la reforma de la sede del PP en la calle Génova se pagó en b, por lo que se condena a dos años de cárcel a Luis Bárcenas y al PP por responsabilidad subsidiaria. El Partido Popular, que siempre se ha vendido como el del orden, financió en negro las obras dentro de su propia casa.

Esto significa que la corrupción estaba dentro de la misma sede, con Luis Bárcenas pagando en negro y con una caja B. Sí, una caja B. Es la segunda sentencia de la Audiencia Nacional que reconoce la existencia de la misma. A escasas plantas de los líderes, bajo el mismo techo. La Audiencia ya dio por probada su existencia en el fallo sobre la primera época de Gürtel (que fue el detonante de la posterior moción de censura que echó a Mariano Rajoy de La Moncloa), y lo vuelve a hacer ahora en la pieza dedicada a los papeles del extesorero y las obras en Génova 13.

La sede del PP es ahora mismo el mayor símbolo de la corrupción política. El propio PP lo sabe y, por eso, decidió mudarse tras la debacle de las elecciones catalanas de febrero. Está todavía en ese proceso, no se ha terminado la operación y aún se desconoce cuál será su nueva morada. Pero en esa sede, hoy denostada, hace apenas cinco meses Pablo Casado se asomaba al balcón junto a Isabel Díaz Ayuso.

Este jueves la nueva dirección del PP guarda silencio, como ya avisó que haría, y no piensa dar explicaciones. Dicen que son cosas del pasado, pero allí mismo está sentado Casado ahora mismo y no corresponde a épocas muy lejanas, sino a unas obras entre 2005 y 2010, con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Aunque el actual líder no estuviera entonces en la dirección nacional (entró en 2015) sí formaba parte del núcleo duro del PP de Madrid (fue líder de NNGG, en la primera planta estaba el despacho de Esperanza Aguirre) y además estaba Rajoy, que fue el que le dio esa gran oportunidad unos años después.




Además, supone todo un varapalo para el PP la sentencia, porque ya acumula dos fallos judiciales en el que se le condena. En la sentencia de la Audiencia de 2018 fue condenado (con la posterior ratificación del Tribunal Supremo en 2020) a título lucrativo. En esta, la Audiencia Nacional lo condena como responsable civil subsidiario de 123.669 euros de Luis Bárcenas por el impuesto de Sociedades de Unifica de 2007 (la empresa que hizo la reforma). 

Es decir, se hace esta condena por un tema fiscal cometido ya con Mariano Rajoy como líder del PP (había perdido ya las elecciones de 2004 como candidato y faltaba un año para las siguientes generales). Eso sí, el fallo se queda en Luis Bárcenas (el tesorero entonces), pero constata una cosa: la cúpula del PP no hizo un control adecuado sobre la gestión del gerente y deja en evidencia que las medidas de transparencia y contra la corrupción impulsadas por el PP fueron posteriores a los hechos cometidos.

En la sentencia se hace también una radiografía de cómo funcionaba el sistema corrupto dentro de Génova 13. La Audiencia relata que Bárcenas ejerció de gerente desde 1990 hasta 2008 -cuando pasó a ser el tesorero, nombrado por Mariano Rajoy-. El fallo explica que gestionaba los fondos en metálico que llegaban al PP como donaciones privadas “a través de una contabilidad paralela -contabilidad B- de cuyo ingreso y gasto no se dejó constancia en la contabilidad oficial ni por tanto fueron fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas”. 


Esos ingresos y los consiguientes gastos eran apuntados por Bárcenas en unas hojas que cumplimentaba con anotaciones manuscritas y después en formato Excel. Según la Audiencia, había errores de saldos y no se registraban sistemáticamente las cantidades, pero quedan acreditadas varias cosas: los traspasos a las cuentas de donativos oficiales, entregas de dinero a determinadas personas vinculadas con el Partido Popular o los pagos por las obras de reforma de la sede central.

¿Cómo eran esos pagos? El dinero se movía siempre en efectivo, sin control del departamento de contabilidad y del cajero del partido y se guardaba en una caja fuerte ubicada en el despacho de Bárcenas en Génova.

El tribunal da por probada esa caja B, que siempre han negado los dirigentes del PP. Los propios Mariano Rajoy y José María Aznar rechazaron la existencia de esa contabilidad en b durante sus comparecencias como testigos -por videoconferencia- ante la Audiencia. Pues los tribunales dicen lo contrario y constatan que el sistema sí estaba implantado en Génova. De ahí ese reproche de la Audiencia de que no se controló a Bárcenas -que estuvo en la sombra y promocionado por los dos expresidentes-.

El grado de corrupción llegaba a muchos estamentos del PP, como se demuestra con otras piezas como Púnica o Lezo. Pero, es que además sigue abierto el caso Kitchen en la Audiencia, cuya instrucción acaba de finalizar Manuel García-Castellón, y que es una derivación de Gürtel. Es decir, y ha quedado comprobado por el juez, que desde el Ministerio del Interior se ordenó una misión a policías para captar al chófer de los Bárcenas y robar posibles pruebas para obstruir la labor de la Justicia que investigaba la corrupción de los populares.




La Audiencia Nacional también se introduce sobre la veracidad de los papeles de Bárcenas, que siempre han sido negados por el Partido Popular. Con la siguiente conclusión: algunos son veraces. Para el tribunal: “Si bien como documento contable carece de valor en su integridad, sí ha de entenderse que recoge algunos acontecimientos que son reales o verosímiles en tanto han sido corroborados con otras pruebas”. No tienen por qué ser todo verdad o todo mentira: “Cabe otra opción, y es que sea verdad alguna anotación”. “Esto es lo que ha ocurrido aquí, que determinados apuntes o anotaciones de salida han quedado corroborados con otras pruebas, lo que nos lleva a concluir que los papeles recogen acontecimientos que en una parte sí son reales”, ratifica el tribunal.

La sentencia dictada por la Audiencia Nacional viene a sumarse a la anterior sobre Gürtel y constituye un terremoto con una corroboración oficial: la corrupción estaba dentro de la propia Génova 13, cuya reforma de despachos fue pagada en b, desde una caja fuerte.


 ¿Democracia? ¿Quién los ha elegido?




 

jueves, 28 de octubre de 2021

 Hemeroteca

Albert Solé: "Muchos pederastas lavan su conciencia cada domingo con Dios"

El director estrena en Netflix 'Examen de conciencia',


una serie documental que muestra la verdadera


dimensión de los abusos sexuales a menores por parte


de la Iglesia en España.

Paula M. Gonzálvez

ElHuffPost

22-1-19


Una de las imágenes de 'Examen de conciencia'


Hay enfermos que van al médico y otros que recurren a Jesucristo. Esa es una de las frases que Joaquim Benítez, el exprofesor que confesó haber abusado sexualmente de varios alumnos cuando trabajaba en los Maristas de Sants-Les Corts (Barcelona), utiliza para justificarse. El pederasta habla de sí mismo como una víctima, al relatar que él pasó por algo similar durante su infancia, y a la vez como un hombre con "una debilidad" en Examen de conciencia, la serie documental sobre los abusos sexuales de la Iglesia en España que Netflix estrena este viernes 25 de enero.



A lo largo de tres capítulos, Examen de conciencia relaciona los casos, los reúne y demuestra cómo en todos se aplica el mismo manual de instrucciones por parte de los abusadores, cómo se utilizan las mismas técnicas de encubrimiento y cómo las víctimas viven el proceso traumático de una forma parecida. Eso es lo que no se ha hecho hasta ahora y que aporta este documental, según el director Albert Solé. De hecho, mientras que en otros países se ha apuntado mucho más alto, como hizo el equipo de investigación de Spotlight, en The Boston Globe (Estados Unidos), en España hemos dado la callada por respuesta. Aquí ni siquiera hemos empezado "a sacar la punta del iceberg", explica el director en una entrevista con El HuffPost.

El iceberg, apunta Solé, es de "dimensiones muy considerables, y aún no se ha hecho nada. Algún caso puntual aquí y allá. En algunos se ha conseguido tirar de la manta, como el caso de Maristas en Barcelona". Sin embargo, el director tiene el convencimiento de que hay ejemplos así en cada ciudad española y de que en España se debería hacer lo mismo que hizo Spotlight, "mirarlo como un sistema y no como el problema de una escuela, de una ciudad o de una parroquia".

Aquí no podemos hablar de cifras, pero sí podemos hacer una comparativa. Tal y como revela el documental de Netflix, en países no católicos como Estados Unidos, Australia o Alemania en los que se han destapado casos de abuso sexual a menores por parte de la Iglesia, la cifra de casos de curas con prácticas pederastas asciende al 7%. "Nada indica que en España tenga que ser menor, al contrario. En países católicos la Iglesia tiene un poder muy superior y están protegidos por el concordato, como en España. Es más que presumible que estemos hablando de ese 7% como mínimo", analiza el periodista.

Si se sometiera a la justicia civil cualquiera de estos presuntos criminales estaría pagando más de 100 años de cárcel".

Vestir sotana hace "que se vayan de rositas", apunta Solé: "En España seguimos escondiendo todo debajo de la alfombra. Si se sometiera a la justicia civil cualquiera de estos presuntos criminales estaría pagando más de 100 años de cárcel". Prueba de que se sigue mirando hacia otro lado es que el 90% de los padres de las víctimas que aparecen en la serie decidieron taparlo cuando sus hijos se lo contaron.

Que la Iglesia no castigue a estos presuntos pederastas contrasta con el discurso del Papa, que ha declarado en varias ocasiones que hay que tener tolerancia cero con ellos. A pesar de ello, Solé pone de relieve en Examen de conciencia que, al menos, las víctimas que escriben ahora al Vaticano reciben contestación, algo que no ocurría antes. Esa respuesta "impersonal" del Papa Francisco que recibieron dos de las víctimas que aparecen en el documental hizo que por lo menos sintieran que había alguien al otro lado y que pensaran que por fin alguien les escucha, apunta.

"¿Qué pasa? Que el Vaticano manda un mensaje lleno de cariño y comprensión, envía la comisión rogatoria compuesta por miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe [el órgano de la Santa Sede que custodia la correcta doctrina católica en la Iglesia] y siempre llegan a la misma conclusión: llegan allí, investigan y vuelven a Madrid con un informe que dice 'no da lugar', 'el demandante no está en su sano juicio' o 'las pruebas no son concluyentes' y le dan carpetazo. Los mensajes llegan, pero lo que se devuelve es impunidad", explica el director. Por tanto, llega a la conclusión de que algo ha cambiado, pero es insuficiente.

Lo único que puede hacer el Papa es empezar a citar el nombre de la bestia, pero no tiene fuerzas para deshacerla".

El tamaño del problema es tan grande que lo único que puede hacer el Papa, de momento y como mínimo, según Solé, "es empezar a citar el nombre de la bestia, pero no tiene fuerzas para deshacerla". Por ello menciona también el fracaso del Comisión Antipederastia, al que se ha acusado de ser un paripé. "Cuatro personas de confianza del Papa han tenido que dimitir por estar involucradas en casos de pederastia", apunta. El problema es tan profundo que solo puede enfrentarlo una sociedad democrática en la que no haya concordarto entre Iglesia y Estado, "como la americana o la australiana, en la que el poder civil puede enviarles a la cárcel. Aquí no pasa".

Examen de conciencia muestra las dos caras de la moneda: el sufrimiento de la víctima y el discurso del abusador, al que pone voz Joaquim Benítez. El título de la serie hace pensar inevitablemente en el arrepentimiento. Solé tiene claro cómo lo afrontamos: "En España hemos tenido siempre la posibilidad de redimir nuestros pecados pasando los domingos por misa. Muchos de estos criminales lavan su conciencia cada domingo con Dios. Una de las personas de la serie dice que era abusador porque se ponía semanalmente crecepelo. El nivel de cinismo es inimaginable. Por eso, Benítez es como mínimo un personaje que articula un discurso coherente, obviamente bastante dudoso, pero no deja de ser alguien justificándose con un discurso racional". Solé le ofreció la cámara para pedir perdón en público, como mínimo.


El director Albert Solé.


Y por si fuera poco, el problema en España va más allá. Las víctimas sienten que no se logra entender la magnitud de que "profanen tu niñez", como dice uno de ellos en una imagen de archivo que esta serie rescata. El documental ha incomodado a muchos antes de su estreno. El Twitter de Solé se llenó de insultos de gente preguntándose por qué no ha hecho "lo mismo con los musulmanes" cuando Netflix publicó el tráiler. "La sociedad española y todas las que tienen este problema se tienen que mirar al espejo y cuestionarse qué están haciendo mal para que haya ese nivel de monstruosidad", relata el periodista.

El peso de la Iglesia sigue siendo muy grande. La institución tiene en sus manos el 33% de la educación y la protección del concordato con el Estado, que regula la relación entre ambos y permite, por ejemplo, que no pague impuestos o que tenga un sistema de justicia propio, por lo que ellos juzgan sus propios casos y si lo consideran necesario trasladan el caso a la justicia civil. Pero "cuando lo hacen siempre ha prescrito", asegura el director.

Después de haber rodado estos tres capítulos de Examen de conciencia, Albert Solé ha llegado a sus propias conclusiones sobre qué hay que hacer con la Iglesia en España: "Lo mismo que con todos los problemas que nos afectan como sociedad. Mirarnos al espejo y decir 'esto existe, enfrentémonos a ello porque debajo hay mucho dolor'. Hay miles de víctimas, nosotros hemos sacado algunas, pero si cruzamos estas cifras y lo comparamos con otros países estamos hablando de muchas decenas de miles de víctimas, gente que está sufriendo en silencio. Hay que ayudarlas y luego preguntarnos qué hemos hecho mal y qué podemos hacer para que no vuelva a suceder". Por eso espera que esta serie tenga valor en España y en otros muchos países que también se enfrentan a "este monstruo".


 Hemeroteca

Bélgica y la pederastia en la Iglesia: una historia de escándalo, dolor y reconocimiento

Se han probado más de mil casos y, desde 2012, se han


pagado 4,13 millones de euros en compensaciones a las


víctimas.

Carmen Rengel

ElHuffPost

2-7-17




AMBERES (BÉLGICA)IrlandaAustraliaBoston y su archidiócesis... Son localizaciones tristemente emparejadas con la pederastia y los abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia CatólicaBélgica no se suele citar con tanta frecuencia en esa lista de la infamia y, sin embargo, el país está haciendo un verdadero exorcismo al respecto: redactando informes, homenajeando a las víctimas, pagando reparaciones.

Hizo falta que hace siete años se destapase el mayor escándalo del país para que comenzase a investigarse lo que había pasado y, en mucha menor medida, seguía pasando en determinados rincones negros de parroquias, conventos y escuelas. Según informa el colectivo De Werkgroep Mensenrechten en Kerk (Derechos Humanos en la Iglesia), en 2016 se pagaron 218.000 euros en compensaciones a las víctimas de casos que han prescrito y no se pueden perseguir ya en los tribunales. En total, desde que Bélgica vivió aquella catarsis y comenzaron a documentarse los casos se han abonado más de 4,13 millones de euros, una cifra insólita en el mundo. Cada pago oscila entre los 5.000 y los 25.000 euros.

En 20 años han salido a la luz cerca de 1.050 casos absolutamente confirmados, un centenar sólo en el último año. Una quincena de religiosos han sido condenados a penas de cárcel por sus actos.

EL HORROR SALE A LA LUZ

Fue en 2010 cuando Bélgica tuvo que mirar su peor cara en el espejo. Ese año, el antiguo obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, dimitió de su puesto tras admitir que había abusado de uno de sus sobrinos desde que tenía cinco años y hasta los 13; más tarde tuvo que rectificar y asumir que fueron dos los familiares acosados.

"Decir que fue un mazazo es quedarse muy corta. Es como si la tierra se hubiera abierto a nuestros pies, porque conocíamos lo peor de la persona que había sido nuestro guía espiritual", reconoce Vera Bosch, una de sus parroquianas, psicóloga de profesión, fiel a Vangheluwe incluso tras su autoinculpación y quien, con los años, se ha convertido en una asesora esencial sobre abusos en colegios religiosos de la zona. "No lo podía creer, lo defendí al principio, pero la realidad me estalló en la cara: salieron más casos próximos... y una de las víctimas es de mi familia. Fue la revelación definitiva". No da más detalles.

El escándalo de Brujas hizo que la Iglesia local decidiera lanzar entonces una investigación interna para esclarecer aquellos hechos, comandada por un especialista de la Universidad Católica de Lovaina. Lo que empezó con un caso concreto se había convertido en apenas cinco meses en un dossier con 476 testimonios de abusos, acoso, persecución y encubrimiento en centros católicos de todo el país en las últimas cinco décadas. La mayoría habían tenido lugar en los años 50 del pasado siglo, con un repunte importante en los 60, para ir descendiendo y prácticamente desaparecer en los 80.

Podemos afirmar que ninguna diócesis de ningún rincón de Bélgica escapa a los abusos sexuales a menores por parte de uno o varios miembros de la Iglesia'Informe Dutruox' de la Iglesia Católica, 2010

Los estamentos religiosos dijeron que se habían visto "inundados" de pruebas. "Podemos afirmar que ninguna diócesis de ningún rincón del país escapa a los abusos sexuales a menores por parte de uno o varios miembros de la Iglesia", confirmaron. Tan grave era todo que acabaron por conocer el texto como el informe Dutroux de la Iglesia Católica, en referencia a Marc Dutroux, el pederasta más famoso de Bélgica, condenado en los años 90 por haber secuestrado, torturado y abusado de seis chicas de entre los ocho y los 19 años; a cuatro de ellas las mató. Algunas víctimas de las recogidas en el informe no pudieron salir de la negrura: 13 se suicidaron y seis más lo intentaron.

Desbordadas, las diócesis crearon entonces diez puntos de contacto para que las víctimas pudieran denunciar sus casos y donde, en el caso de que su abuso hubiera ya prescrito como delito, también podían pedir una compensación económica, asesoramiento gratis mediante. Se añadió un tercer propósito: el de crear una especie de comisión "para transformar la injusticia del pasado en derecho por un futuro".

A petición del parlamento belga, se abrió además en 2011 una comisión que ha sentado las bases del arbitraje que ahora se aplica en el programa de compensaciones económicas, algo único en las cámaras de representación europeas. "La implicación política es una cuestión solidaria pero también obligada, porque en Bélgica el estado aún paga salarios y pensiones del clero, mantiene los edificios religiosos y da apoyo a escuelas y misiones", matiza Bosch.

CHICOS, DE 12 AÑOS, ESTUDIANTES

Según la investigación formal de la Iglesia, el 89% de las víctimas detectadas en este tiempo tenían menos de 18 años en el momento de los hechos y un 23% tenían menos de diez años. Hacia los 12 años era cuando más se concentraban los abusos y decaían con la pubertad, a los 15 o 16 años. El 71% de las víctimas eran chicos y el 95% de los pedófilos, hombres. De los agresores, casi la mitad ya habían fallecido en el momento de llegar al fondo de la investigación.

Habitualmente los atacantes, además obviamente de tratar con sus víctimas en las aulas, las salas de catequesis, el coro, las convivencias, los retiros espirituales o en misa, tenían un estrecho lazo con las familias de los chicos, lo que complicaba la posibilidad de delatarles.

Un 43% de los abusos se cometieron en colegios, un dato que ha sacudido a la sociedad belga. Como explica Bosch, "estos centros gozan de una gran influencia" en las ciudades del país -sobre todo en la zona de Flandes-, "tienen muy buena imagen y son elegidos incluso por familias no religiosas por sus buenos datos académicos". "Es donde se conocieron los casos de niños más pequeños, donde su voluntad se quebraba más fácilmente. Ha costado recuperar la confianza de los padres de alumnos", reconoce.

De los padres y de los creyentes en general: los escándalos de pederastia hicieron que las apostasías crecieran en el país de 66 en 2008 a 1.700 en 2010, una media que ha bajado sólo ligeramente con los años.

JUSTICIA Y REPARACIÓN

Los católicos de Bélgica, golpeados, han decidido levantarse pero sin tapar las vergüenzas de lo ocurrido. Pasó y hay que buscar justicia, reparación y transparencia. Para no repetir nunca tal atropello. El 8 de abril se declaró día nacional en memoria de las víctimas de abusos sexuales, con especial enfoque en los casos de religiosos, y se han instalado esculturas y placas de recuerdo en Amberes, Brujas y Bruselas.

En la capital europea, la víctima más antigua conocida -su caso data de 1949- descubrió hace pocas semanas el último homenaje en la basílica de KoekelbergEsse est percipi, "Ser es ser percibido", se llama, en homenaje a la máxima del filósofo irlandés George Berkeley. La escultura, pagada por las víctimas y sus familias, es una especie de ropa bautismal, blanca y pura, que también tiene aires de mortaja, símbolo del daño pero también de la esperanza.

Desde el Arzobispado de Amberes explican que su "empeño" en estos últimos años va más allá de símbolos como estos. "Tenemos que reconocer el daño, pedir perdón y reparar a las víctimas", resumen en su gabinete de relaciones externas. Frente a la cultura del silencio y el encubrimiento sistemático de la jerarquía eclesiástica de buena parte de los abusos, responden con su "voluntad de superar esos errores" y abrir el camino de la "reconciliación".

"Creo que hicimos lo que pudimos en estos últimos años. ¿Quiere decir esto que el trabajo está acabado? No, porque el sufrimiento de las víctimas tampoco ha acabado", alertó en el acto de Koekelberg el obispo amberino, Johan Bonny. "No debemos olvidar lo que ha pasado y lo que todavía puede suceder", añadió el arzobispo bruselense Jozef de Kesel.

Linda Opdebeeck, presidenta del grupo de Derechos Humanos en la Iglesia, estaba en aquel acto junto a otros 150 asistentes, y subió al altar en el momento de descubrir la frágil escultura. Escuchó aquellas palabras con "agradecimiento" pero insistiendo en su denuncia: "es imposible que no supieran lo que le estaba pasando a tantos chicos". Por eso insiste en la necesidad de visibilizar lo sucedido, de no desistir, aunque "afortunadamente los casos ahora son mucho menos".

Sabe de lo que habla. A ella le pasó en un colegio de Auderghem, donde un profesor religioso que le daba Francés abusó de ella varias veces por semana entre los 13 y los 17 años. "Al daño de cualquier acoso se suma el de que te lo infringía una persona que, además, te estaba traicionando, porque confiabas en su compromiso con la fe y con Dios y la Iglesia. Aún tenemos que gritar que nos duele y no renunciar a ese derecho hasta que los culpables paguen y los que sufrieron sean escuchados y compensados", indica.

Habla con respeto de los religiosos que "pelean" por erradicar a las malas yerbas-almas de entre sus filas, pero denuncia aún la tibieza de instituciones como el Vaticano. Su pelea, dice, es "global", y por eso están en contacto con otros grupos de víctimas de Europa y América Latina para encontrar mecanismos comunes de batalla. "Todos partimos de lo mismo, de una vida rota que hay que recomponer. Aquí vamos, creo, por el buen camino, pero queda mucho dolor por encauzar aún", concluye.