Soy
la trabajadora sexual mejor pagada de Estados Unidos y así es mi
vida
No
soy víctima de ninguna experiencia trágica. Tuve elección y escogí
ser trabajadora sexual legal. Sí, porque quise.
Alice
Little
30-05-19
EdlHuffPost
Me
describo a mí misma como la trabajadora
mejor pagada de Estados Unidos en
el oficio más antiguo del mundo, lo que significa que gano más
dinero que cualquier trabajador sexual de cualquier burdel legal de
Estados Unidos.
Insertar
aquí cejas alzadas, miradas despectivas y otras críticas no tan
sutiles. También suscito una gran curiosidad, porque soy una
novedad. Todo el mundo tiene ideas preconcebidas sobre el aspecto, la
forma de hablar y la forma de actuar de un trabajador sexual, pero yo
no encajo en esos estereotipos. Soy una mujer irlandesa pequeña de
solo 1,42 metros. Me educaron bien y hablo correctamente. No soy
víctima de ninguna experiencia trágica. Tuve elección y escogí
ser trabajadora
sexual legal.
Sí, porque quise. Pese a que es un trabajo muy estigmatizado, a mí
me encanta porque ayudo a la gente a redescubrir sus vínculos
personales y su intimidad.
No
crecí deseando ser una señora de la noche. Probé muchos otros
oficios, incluso jinete de caballos, pero no encontraba nada que
combinara mi querencia por la interacción humana y algo que me
hiciera sentir pasión. Nunca me he sentido tan realizada como me
siento trabajando en un burdel legal. Encajo perfectamente.
Probé
muchos otros oficios, pero no encontraba nada que combinara mi
querencia por la interacción humana y algo que me hiciera sentir
pasión.
Como sapiosexual que
soy, no tardé en descubrir que me atrae la mente de la gente
independientemente de su físico. No me avergüenza ni lo más mínimo
mi sexualidad, probar cosas nuevas o sentirme atraída por más de
una persona al mismo tiempo. También ayuda el hecho de que soy capaz
de disfrutar de múltiples relaciones sexuales al mismo tiempo. Hace
tres años, entré a trabajar en el mundialmente famoso burdel legal
Moonlite Bunny Ranch (¿alguien recuerda el documental Cathouse de
HBO?) cerca de Carson City, en Nevada. Al principio solo pretendía
quedarme un par de meses, pero aquí sigo.
Los
burdeles legales de Nevada tienen su propia jerga. Los clientes
vienen, ven una alineación y
eligen el
tipo de experiencia que quieren vivir.
Algunas trabajadoras, como es mi caso, solo estamos disponibles con
cita previa. Todas las mujeres que estamos allí trabajamos como
autónomas, de modo que somos nosotras las que elegimos qué
servicios ofrecemos, establecemos nuestras tarifas y rechazamos
cuando queremos por el motivo que sea. Según la legislación de
Nevada, solamente es legal decidir las actividades que vamos a
realizar y las tarifas en persona. Después, el burdel gestiona los
pagos y se lleva el 50% de lo que hayamos pactado.
Debido
a la cantidad de solicitudes que recibo, mis reservas no suelen bajar
de los 2000 dólares. Quizás te sorprenda saber que trabajo entre 60
y 80 horas semanales, ya que también soy educadora sexual.
Escribo artículos
de educación sexual,
publico reseñas de juguetes sexuales en mi canal de YouTube, tengo
un podcast sobre
asuntos de la intimidad y mucho más.
Aunque
nuestro mundo digitalizado nos permite estar conectados con un simple
clic, nuestro cuerpo y nuestra mente siguen deseando el contacto
humano.
¿Por
qué me gusta estar tan ocupada? Basándome en mis tres años de
experiencia en este trabajo, pienso que los estadounidenses están
pasando por una crisis de intimidad y creo que la soledad es la
epidemia que más está creciendo en Estados Unidos. Las
investigaciones demuestran que
la soledad es tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos
al día. La soledad está desgarrando nuestro tejido social. La gente
apenas pasa tiempo fomentando la intimidad de sus relaciones. Aunque
nuestro mundo digitalizado nos permite estar conectados con un simple
clic, nuestro cuerpo y nuestra mente siguen deseando el contacto
humano. Es tan importante que si
nos falta, restringe nuestro
crecimiento emocional, mental y espiritual.
Imagínate
que eres un adulto que carga con la vergüenza social de ser virgen o
estás recuperándote de la pérdida de un cónyuge. O que estás
aprendiendo a lidiar con un problema médico como disfunción
eréctil, cáncer de mama o pérdida de un miembro. Estoy
especializada en servicios sexuales terapéuticos para ayudar a mis
clientes a recuperar la confianza; les doy la oportunidad de aprender
a establecer vínculos y les enseño técnicas sexuales para superar
las limitaciones físicas. Si eres hombre y te aterra hablar con
mujeres, quizás te aterrorice salir por ahí. ¿No sería genial
salir a cenar con una chica con la que no solo puedes ser romántico,
sino también pedir consejos para aumentar tu confianza? Tener a
alguien a tu lado animándote puede marcar la diferencia.
Aunque
ofrezco estos servicios individuales, me consideran también una
experta en parejas.
Estoy
especializada en servicios sexuales terapéuticos para ayudar a mis
clientes a recuperar la confianza.
En
mi adolescencia, presencié cómo se desmoronaba el matrimonio de mis
padres. Mientras se enredaban en el proceso de divorcio, mi familia
acabó destruida y yo me sentí impotente. Me costaba entenderlo,
pero a medida que fui creciendo, me di cuenta de que su divorcio se
debía, en gran medida, a su falta de intimidad y romanticismo.
Las
parejas estadounidenses trabajan entre ocho y nueve horas diarias. Se
despiertan cuando suena la alarma y salen de la cama para ir al
trabajo. Acaban enterrados detrás de las pantallas en vez de
mantener conversaciones cara a cara. Este fue uno de los problemas
que deterioraron el matrimonio de mis padres: la simple falta de
comunicación y conexión. Desde entonces, he utilizado su ejemplo
como fuente de empoderamiento para otras parejas que están pasando
por problemas similares.
A
menudo buscan mis servicios parejas para redescubrir su intimidad,
mejorar la comunicación en el dormitorio, explorar de forma segura y
cumplir sus fantasías. Pienso que acudir a una trabajadora sexual
legal cuando tu relación necesita unos ajustes es como llevar el
coche al taller cuando necesita unas reparaciones. Me encanta
trabajar con parejas por la química especial que existe entre ellos.
Es un desafío para mí pensar cómo puedo encajar en su ecuación y
ayudarles a mejorarla. Me encanta que me den su confianza y me
concedan el privilegio de ayudarles a mejorar su relación.
Acudir
a una trabajadora sexual legal cuando tu relación necesita unos
ajustes es como llevar el coche al taller cuando necesita unas
reparaciones.
Sin
embargo, el consentimiento entre ambos miembros debe quedar claro
antes de hacer nada. Eso implica que ambos accedan de mutuo acuerdo y
se impliquen de igual manera en el proceso. Esto me ofrece un espacio
de trabajo seguro para tratar sus problemas íntimos sin que sientan
celos y otras emociones negativas. Muchas personas se sienten más
tranquilas al saber que una trabajadora del sexo no tiene intención
de “robarles” a su cónyuge. (Así como los canguros te devuelven
a tu hijo al acabar la jornada, los trabajadores sexuales no tienen
ninguna intención de “quedarse” con tu cónyuge). Las clases de
interacciones que tendrán lugar se negocian de antemano y hay una
transparencia total con los límites establecidos. Así, los clientes
tienen la libertad de explorar en un ambiente cómodo, seguro y
controlado.
Cuando
trabajo con parejas, hablo sobre sexo de formas que quizás no han
probado. Tratamos temas incómodos y nos hacemos preguntas complejas.
¿Están todos los miembros cumpliendo sus necesidades sexuales? En
el caso de que no sea así, ¿qué podemos hacer para cumplirlas?
¿Cuáles son sus fantasías más íntimas? ¿Qué posturas les
gustan más? Se trata de ayudar a las parejas a encontrar lo que les
falta. El objetivo es proporcionarles nuevas destrezas comunicativas
para que mejoren la calidad de sus relaciones.
También
les enseño técnicas para mejorar el sexo. Muchas parejas recurren a
mis servicios para descubrir nuevas posturas y juguetes, aprender a
manejarse cuando entre sus cuerpos hay mucha diferencia de altura o
de otro tipo y más cosas. Uno de mis objetivos fundamentales es
enseñar a mis clientes a complacerse a sí mismos y a su pareja.
Una
fantasía común entre las parejas casadas es hacer un trío, pero
pocas veces la realizan, a menudo por miedo. Del mismo modo, a muchas
parejas les intrigan algunas perversiones y el BDSM,
pero no prueban nada porque les faltan conocimientos, herramientas y
experiencia. Este tipo de experimentación presenta grandes desafíos,
ya que una mala experiencia puede reducir las ganas que tenga una
persona de volver a intentarlo. Los trabajadores del sexo legales son
capaces de quitarte los miedos a probar nuevas experiencias.
Acudiendo a una experta como yo aprenderás mucho sobre azotes,
ataduras, juego de roles o dominación para incorporar algo de
emoción a tu vida sexual.
También
te puedo enseñar la mejor manera de evitar la transmisión de
enfermedades y a dominar los aspectos técnicos básicos para que te
concentres en lo verdaderamente importante. Al igual que los
profesionales en muchos otros sectores, los trabajadores del sexo
seguimos unos protocolos para garantizar la seguridad y la higiene.
Nos hacen pruebas de ETS con frecuencia para que no pongamos a nadie
en peligro.
Mi
objetivo es proporcionarte las herramientas adecuadas y la educación
que necesitas para mejorar tu intimidad.
Algunas
parejas solamente buscan un servicio educativo sin nada de sexo
porque, sinceramente, el sistema educativo de Estados Unidos deja
mucho que desear. Más de la mitad de los estados del país imparten
una educación sexual basada en la abstinencia o simplemente no la
imparten en las escuelas públicas. Ahí es donde encajamos los
trabajadores del sexo.
Como
profesional, tu comodidad es siempre mi máxima prioridad. Mi
objetivo es proporcionarte las herramientas adecuadas y la educación
que necesitas para mejorar tu intimidad. Puedo estar en la misma
habitación facilitando el placer mutuo entre parejas o puedo salir
de la habitación y volver cuando acabéis para analizar cómo ha
ido. Elijáis lo que elijáis, recurrir a la ayuda de un profesional
ayuda a las parejas a conseguir una nueva perspectiva de los
problemas que sufren.
El
meollo de mi trabajo es favorecer la comunicación abierta entre las
parejas. Es un aspecto en el que la mayoría tienen problemas,
independientemente del tiempo que lleven juntos. En mi experiencia,
las parejas que no son capaces de comunicarse abiertamente son las
que más riesgo tienen de acabar cortando. Si un matrimonio está
naufragando, ambos miembros tienen que estar dispuestos a pedir ayuda
y ponerse manos a la obra. Simplemente plantear la idea de visitar a
un trabajador del sexo puede ayudar a una pareja a embarcarse en ese
nuevo trayecto de comunicación para recuperar la intimidad y
satisfacer las necesidades sexuales mutuas.
A
algunas personas les cuesta o les da miedo acudir a un trabajador del
sexo, mientras que otras arden en deseos de hacerlo. Sea cual sea el
caso, mi trabajo es apoyarles y fomentar una comunicación sana y
abierta. Es la base para lograr el cambio positivo que puede salvar
un matrimonio en peligro o mejorar uno que ya funciona bien. Elegí
esta profesión porque quería ayudar a la gente a conectar entre sí
en profundidad. Seguí en esta profesión porque me encanta cambiar
los hábitos de la intimidad de las personas, una a una.
Este
post fue
publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido
traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.