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jueves, 14 de noviembre de 2019

¿Por qué se cabrea tanto la derecha?


Por qué están tan enfadados

Cuando un candidato mínimamente sospechoso de izquierdista alcanza el poder, sus opositores en la derecha embarran el campo. Gritan, porque carecen de argumentos
En los últimos tres días, han pasado dos cosas lamentablemente inusuales en la política española. Una dimisión, la de Rivera, y un pacto, el de Iglesias con Sánchez
Asumir responsabilidades es una virtud política. También lo es pactar, y ceder sobre lo que dijiste antes, y asumir el veredicto de las urnas


13/11/19

Las reacciones contra el pacto entre PSOE y Unidas Podemos han sido casi unánimes, y eso que el nuevo Gobierno ni siquiera está constituido. La gran mayoría de los medios y toda la derecha en pleno han recibido el abrazo entre Sánchez e Iglesias con abierta hostilidad, gruesas descalificaciones y un discurso apocalíptico que permite adivinar cómo serán los próximos años. Nos espera la legislatura más crispada de la reciente historia democrática española. Y eso que el nivel ya estaba alto.

Era de esperar. Porque es lo que pasa siempre cuando llega a La Moncloa cualquier presidente progresista. Porque todos los líderes de izquierda son "estadistas" si están muertos o retirados. La misma derecha reaccionaria que en su momento acusó de todo tipo de barbaridades a Zapatero, a Rubalcaba, a Anguita, a Guerra, a Carrillo… Ahora los ponen como ejemplo frente a los líderes actuales. Hoy son modelos a seguir, una buena izquierda sensata y responsable; antes eran el demonio con cuernos, proetarras, radicales, sectarios, guerracivilistas... Porque es una norma no escrita, pero inexorable: para la derecha, el único buen líder izquierdista es el que ya es historia.

Pasa siempre y ocurre en más países. Aunque en España es especialmente virulento. Cada vez que un candidato mínimamente sospechoso de izquierdista alcanza el poder político, sus opositores en la derecha embarran el campo. Gritan, porque carecen de argumentos. Porque solo ganan los peores cuando se impone el discurso del "todos son iguales".


Van a intentar tumbar a este Gobierno con todos los recursos a su alcance. ¿Recuerdan la conspiración del 11M y cuando Zapatero había llegado a La Moncloa por medio de un atentado terrorista organizado en un complot entre el PSOE, ETA y los servicios secretos marroquíes? Pues en esta legislatura es posible que superemos ese siniestro disparate.

Ha pasado siempre, pero ahora será peor. Porque en el Congreso habrá 52 parlamentarios de extrema derecha que desprecian esa cámara y lo que representa: la soberanía popular, la democracia, ese sistema donde todos somos iguales ante las urnas, sin importar su renta. Tienen derecho a estar allí, porque Vox también se lo ha ganado con los votos. Pero exactamente el mismo derecho asiste a quienes la extrema derecha descalifica como "los enemigos de España". Una "antiespaña" que suma una mayoría absoluta, porque entre "sociatas", "podemitas", "indepes", "nacionalistas"... son más de la mitad de los españoles.

Si Pedro Sánchez consigue el apoyo del Congreso –cosa más que probable, por eso la respuesta contra el acuerdo ha sido tan furibunda– será porque la soberanía popular así lo respalda. Y si PSOE y Unidas Podemos han pactado tan rápido es porque, sencillamente, no había otra opción parlamentaria.

La derecha que ahora plantea "una gran coalición" sabe perfectamente que el PP nunca la habría aceptado. Tampoco la quería el PSOE y por parecidos motivos: porque no hay otra vía más rápida para el suicidio político de ambos partidos y sus respectivos líderes.

Quienes critican el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos no lo hacen porque tengan una alternativa mejor. Simplemente no la había. Del Parlamento que han votado los españoles hoy no salía otro Gobierno viable, ni tampoco otro presidente que no fuese Pedro Sánchez.

Habrá tiempo en esta legislatura para criticar al nuevo Gobierno. En eldiario.es sin duda lo haremos, igual que lo hemos hecho antes con el PSOE y con Unidas Podemos cuando han dado motivos para ello. Se puede criticar, en este caso, que no pactaran mucho antes. O la contradicción entre lo que dijeron en campaña y este abrazo. Pero no es criticable que ambos partidos lleguen a un pacto cuando no existen otras mayorías y la única alternativa realista a este acuerdo eran las quintas elecciones en cuatro años.

En los últimos tres días, han pasado dos cosas lamentablemente inusuales en la política española. Una dimisión, la de Rivera, y un pacto, el de Iglesias con Sánchez. Con suerte, en unas semanas tendremos el tercer milagro: un Gobierno que no esté en funciones. Y en unos meses, el cuarto: unos Presupuestos que no sean los de Montoro.

Hubo elecciones, habrá después un Gobierno. Es lamentable que lo más ordinario nos parezca casi milagroso. Es una prueba del deterioro en el que habíamos caído en estos últimos cuatro años.

Asumir responsabilidades es una virtud política. También lo es pactar, y ceder sobre lo que dijiste antes, y asumir tus debilidades tras el veredicto de las urnas. Sin responsabilidad y sin acuerdo no hay ni política ni democracia.

Quienes se oponen a este Gobierno, y han empezado su demolición antes siquiera de que nazca, solo tenían una esperanza: otra legislatura inane, otra investidura fallida. Forzar otra repetición electoral, a ver si a la tercera ganaba la derecha. Su pronóstico se ha frustrado del todo. Confiaban en que la guerra entre PSOE y Podemos continuase. Y contra su deseo, a la segunda no ha pasado.

Por eso están tan enfadados, tan crispados. Porque el entendimiento de las izquierdas supone la derrota de la derecha.






¿Qué sabes sobre la tercera práctica sexual más extendida en el mundo?


¿Qué sabes sobre la tercera práctica sexual más extendida en el mundo?

Qué es verdad y qué es leyenda sobre el sexo anal.
Después del coito vaginal y el sexo oral, la sodomía es la práctica favorita de los humanos.
Se trata de una práctica tan antigua como puedan serlo las relaciones humanas. 


20/9/15

eldiario.es


Dar por culo, encular, sodomía, amor griego, sexo de puerta trasera... Son incontables los nombres con los que esta práctica sexual ha sido bautizada a lo largo de la historia. El sexo anal, en definitiva, es tan antiguo como el ser humano y aunque ha sido tradicionalmente asociado en la cultura judeocristiana a una relación entre dos hombres, se extiende mucho más allá de las relaciones homosexuales. Existen figuras precolombinas del Perú que muestran a parejas heterosexuales practicando este tipo de penetración, así como vasijas griegas de cinco siglos antes de la era cristiana en las que los soldados se sodomizan unos a otros con alegre camaradería.

Y de la época romana se sabe que era de buen tono entre las clases altas sodomizar a los inferiores y esclavos, así como tener un buen 'padrino' gracias al que ascender socialmente. Julio César sodomizó y se cree que fue sodomizado, sin que se tenga claro si su orientación fue exclusivamente homosexual. Y de Alejandro Magno, el más grande conquistador de todos los tiempos, se cree que era un gran amante del sexo anal pasivo, además de ser más o menos abiertamente gay. El sexo anal, y por ende la homosexualidad, está ligado así a grandes gestas militares, civiles y culturales. 

Pero, ¿es la sodomía una práctica que excluye a las mujeres? ¿Es cierto que ellas ni disfrutan ni forma parte de sus fantasías? ¿Es realmente doloroso? ¿Se trata de un acto desviado y contra natura que no aporta placer sino perversión del orden de las cosas y enfermedad? ¿Se practica con frecuencia en las relaciones de pareja heterosexual? ¿Es bueno para combatir el cáncer de próstata? Vamos a tratar de responder en este artículo estas y algunas otras preguntas.

El sexo anal no interesa a las mujeres


Es una aserción muy relativa, por cuánto que aproximadamente el 50% de las parejas heterosexuales practican eventualmente el coito anal, según varias estadísticas que destacan que un 10% lo hace con cierta regularidad y declarando que la práctica es placentera y satisfactoria. Por lo tanto, parece que mujeres sienten como mínimo curiosidad por esta modalidad de penetración y la mitad se atreven a llevarla a la práctica, aunque solo una quinta parte la incorpore a su costumbrario. 

Por otro lado, algunos estudios muestran que la proporción de parejas heterosexuales que practica el sexo anal aumenta cuanto más bajo es el estrato sociocultural o más pobre es el país. Este hecho se debe probablemente a que la sodomía es una práctica profiláctica en zonas donde no hay otros medios de contracepción. De hecho, en las antes mencionadas figuras precolombinas solo aparece la penetración anal cuando junto a la pareja hay un niño, lo que indicaría que se ha usado desde antiguo para evitar el embarazo. 

El sexo anal duele


Si doliera, no sería una práctica habitual de las parejas homosexuales ni contaría con una proporción significativa de entusiastas entre los heterosexuales, y no solo cuando es el hombre el que penetra. Sin embargo, sí es cierto que al no haber lubricación natural del ano es necesario contar con ayuda sintética para facilitar la penetración. En una plataforma tan convencional como Amazon, por ejemplo, se pueden adquirir numerosos productos destinados a lubricar la penetración anal y hacerla más fácil y menos dolorosa. Son de uso frecuente en relaciones tanto homosexuales como heterosexuales. 

Pero también hay que tener en cuenta que el recto, la parte final del intestino, es un músculo contractor que posee dos válvulas destinadas a contener el paquete fecal antes de expulsarlo. Por lo tanto si el recto está contraído la penetración es dolorosa. Para una relación anal consentida y placentera es necesario que la pareja, sea cual sea su orientación, esté dispuesta y relajada, de modo que el recto no se contraiga. Por supuesto, mejor desterrar la pasión violenta en la penetración anal. 

Se puede estimular el ano con caricias o con la lengua, dado que posee muchos terminales nerviosos, de modo que provoque un primer placer relajante que permita la penetración. Como en toda práctica sexual, los preámbulos son casi más importantes que la culminación. También se venden en Amazon juguetes especialmente diseñados para la estimulación y la penetración anal: consoladores, dilatadores, bolitas chinas, etc., si bien es mejor leer sus instrucciones de uso antes de ponerlos a trabajar. De nuevo, sus consumidores son tanto homosexuales como heterosexuales, puesto que muchos hombres 'heteros' convierten en realidad su fantasía de ser penetrados por una pareja femenina con resultados gratificantes.

Las mujeres no alcanzan el orgasmo con el sexo anal

Se sabe que la penetración entre hombres puede provocar orgasmos intensos si la punta del pene estimula la próstata de la pareja. ¿Cómo funciona en las mujeres si no tienen próstata? Para empezar la zona erógena de las mujeres es mucho más amplia y difusa que la de los hombres. Dependerá de cada mujer, pero el clítoris no es la única fuente de placer femenina, sino que se define en un triángulo entre el cuello del útero, la vagina en sí y el clítoris, según defiende el reputado sexólogo Barry Komisaruk.

Ahora bien, el ano es otra zona con numerosas terminaciones nerviosas que se pueden estimular en la penetración, ayudando como mínimo a intensificar un orgasmo clitorideo o incluso provocando uno local por la cercanía con el cuello uterino. En un estudio llevado a cabo por el sexólogo, y gurú de las relaciones anales heterosexuales, David DeCitore, las mujeres encuestadas aseguraron que el orgasmo anal mientras se les estimulaba el clítoris era más pleno que el orgasmo clitorideo solo.


El sexo anal es sucio


Es cierto, como otras prácticas sexuales, incluyendo el coito vaginal, aunque en este caso el riesgo de infecciones es especialmente alto. Pero eso no significa que no sea lícito ni fuente de placer. Basta con tomar precauciones si una o uno es muy dado o dada a la promiscuidad. En primer lugar si no estamos con una pareja estable y queremos mantener una relación anal, el preservativo es fundamental.

Si estamos con nuestro compañero o compañera habitual, como mínimo es recomendable el uso de lubricantes para evitar las heridas. Hemos de ser conscientes que el sexo anal puede provocar fisuras en el intestino por donde se pueden colar tanto bacterias fecales como otros contaminantes procedentes del pene que nos penetra, entre ellos el VIH, pero también el virus de la hepatitis B y otros. Todos ellos muy graves. 

Por otro lado, es conveniente lavarse adecuadamente tras mantener una relación anal, sobre todo si deseamos penetrar seguidamente a otra persona, ya que en el pene nos quedarán restos de materia fecal procedentes del recto de la pareja a quien hemos penetrado. Por último, conviene evitar los excesivos ímpetus en la penetración anal para no crear daños en el tracto intestinal de la persona penetrada. 


Los gays viven más gracias al sexo anal


La teoría de que la estimulación anal de la próstata mediante el pene la previene del cáncer, viene traída por diversos estudios que aseguran que el aumento de la frecuencia en los orgasmos previene a los hombres de diversos tipos de cáncer. Tomando con pinzas el segundo aserto, pues procede de unos pocos estudios, la primera afirmación es totalmente falsa. Si los homosexuales viven más, desde luego no es por tener sexo anal.

Al contrario, los estudios citados muestran que el riesgo de cáncer se dispara entre los hombres que han sido penetrados por numerosas parejas a lo largo de su vida, sin que se conozca el motivo. Se especula con que podría tener que ver con lesiones en la próstata al ser reiteradamente estimulada por un pene, pero los mismos investigadores subrayan que son solo hipótesis sin confirmación.  

Por otro lado, se ha alegado que el semen, que se sabe que aporta diversas hormonas euforizantes a la mujer penetrada vaginalmente, se absorbe también vía anal, incluso mejor. Además se dice de este modo un hombre penetrado recibe adicionalmente selenio, un regulador fundamental de nuestra fisiología. Se trata de un elemento antioxidante que estimula el sistema inmunológico e interviene en el funcionamiento de la glándula tiroides. 

Diversas investigaciones realizadas desde los años setenta del siglo pasado sugieren la existencia de una correlación entre el consumo de suplementos de selenio y la prevención del cáncer en humanos. Pero aun siendo así, lo cierto es que estos hombres ya poseen selenio en su propio semen, además de poder absorberlo de numerosos alimentos. No parece, por otro lado, que una relación anal sin protecciones, con los peligros que entraña, sea la mejor vía para tomar un suplemento de selenio.


El sexo anal es inmoral


Lo es para la moral judeocristiana, que lo llama “el vicio nefando”. Pero en otras culturas mediterráneas, como las antiguas griega y romana, no tenía connotaciones de inmoralidad sino de estatus social y de dominación. En algunas culturas árabes occidentales parece haber una mayor tolerancia tradicional hacia esta práctica, aunque también es condenada en muchas otras y en países como Qatar se paga con la pena de muerte. Pero sin ir tan lejos, la sodomía no fue totalmente legal en los Estados Unidos hasta el fallo de la Corte Suprema de 2003 en el que se legalizó la penetración anal.

¿Por qué esta inquina? Es posible que intervenga la identificación de sexo anal con homosexualidad y su consiguiente inversión de los roles convencionales, cosa que molesta a quien los sigue. Las minorías nunca son bien vistas ni toleradas porque ponen en duda las convicciones de la mayoría. También puede intervenir el hecho de que es un acto que, sin las debidas precauciones, puede ser vector de algunas enfermedades graves, como ha ocurrido con el VIH o las diferentes formas de hepatitis. 

Pero quizás el motivo más profundo sea que el acto anal conlleva inconscientemente una imagen de agresión de un inferior por parte de un superior. El intento de monta entre machos es frecuente en animales, incluso domésticos como los perros, y tiene como fin marcar el estatus. En la antigua Grecia, mientras que el sexo anal homosexual era sinónimo de amor y amistad, el heterosexual era de desprecio hacia la mujer. Y la situación en Roma no era menos inquietante, según refleja Pascal Quignard en su ensayo El sexo y el espanto, que analiza la sexualidad grecorromana. 

El trabajo del escritor francés es fruto del material que recogió durante varios años en las ruinas de Pompeya, Herculano y otros pueblos sepultados bajo la gran erupción del Vesubio a principios del siglo I de nuestra era. De él deduce que la sexualidad no se dividía en hetero y homosexuales sino en activos y pasivos, de modo que el activo era el dominaba y penetraba al inferior, ya fuera por la vagina, el ano o la boca.

Los activos eran en general los hombres libres de posición, mientras que los pasivos eran las mujeres, los esclavos y algunos jóvenes de posición inferior que sin embargo, podían obtener protección dejándose sodomizar y así escalar socialmente. En este sentido, la revolución filosófica cristiana que acabó con la esclavitud en Roma, podría haber querido desterrar esta práctica tan humillante para los esclavos, por el motivo de que muchos eran forzados a ella, obviando que para otras personas tenía connotaciones completamente distintas. 

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Un abrazo histórico


Un abrazo histórico, una enorme oportunidad

El abrazo entre Sánchez e Iglesias simboliza mucho más que un simple pacto. Si sale mal, será un desastre histórico para todas las izquierdas y sus votantes. Si sale bien, será un ejemplo para el mundo.  


12/11/19

eldiario.es


A la segunda, 48 horas han bastado. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han pactado el primer Gobierno de coalición de la reciente historia democrática española. Ambos se comprometen a dejar atrás los reproches y trabajar juntos, "codo con codo", en un Gobierno progresista que garantice el trabajo digno, que defienda los servicios públicos, que blinde las pensiones, que luche contra el cambio climático, que apueste por el feminismo y que defienda la dignidad de las personas. Ojalá hubiera sido antes. Pero bien está lo que bien acaba.

El acuerdo aún tiene que pasar por una votación de investidura, pero dudo que vaya a fracasar en ese intento. En el Congreso hay una mayoría simple de la izquierda sobre la derecha. También hay una mayoría absoluta de diputados que prefieren un gobierno progresista a unas nuevas elecciones donde vuelva a crecer la extrema derecha. El PSOE no quiere cerrar ningún acuerdo con los partidos independentistas. Pero aún así, lo más probable es que el nuevo Gobierno esté listo antes de fin de año. 


Para la izquierda, es una oportunidad enorme. Y no solo porque sea la primera coalición en La Moncloa, o porque termine con el bloqueo político. También porque este acuerdo cierra una etapa y abre otra. Acaba con un periodo de cuatro años de inestabilidad y pone en el Gobierno a un ejecutivo que solo suma 155 escaños, pero que tiene la capacidad para articular mayorías parlamentarias mucho más amplias. También cuenta con el respaldo de la mayoría absoluta de los votantes progresistas: con diez millones de votos directos. Un apoyo popular que ningún otro gobierno ha tenido en casi un lustro, a pesar de las repeticiones electorales.


Desde el 20 de diciembre de 2015, cuando Mariano Rajoy perdió su mayoría absoluta y murió el bipartidismo, la ausencia de mayorías en la derecha y la falta de entendimiento en la izquierda abrieron un periodo de crisis política que hoy empieza a cerrarse. Fueron cuatro elecciones sin resolución, ni a izquierda ni a derecha. Todo empezó a cambiar con la moción de censura y hoy, con este pacto, cambia del todo.

PSOE y Unidas Podemos han logrado, esta vez, mantener la discreción en las negociaciones. Ese secreto y el cambio en los negociadores ha ayudado a que salieran adelante. El lunes, a primera hora, el jefe de gabinete del presidente en funciones, Iván Redondo, hizo la primera llamada. Habló con Pablo Gentili, el jefe de gabinete de Iglesias. Y ahí empezó el deshielo. 

A primera hora de la tarde, el mismo lunes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se vieron en La Moncloa. Fue una conversación larga, alrededor de una hora, donde pactaron las líneas generales. Después Adriana Lastra e Irene Montero remataron los detalles. Más tarde Redondo pulió el texto de un pacto que no es solo de investidura. "Es un acuerdo para cuatro años, un acuerdo de legislatura", explicó durante la firma Pedro Sánchez antes de fundirse en un abrazo con Pablo Iglesias.

Ese abrazo simboliza mucho más que un simple pacto. Ahí está la verdadera casa común de la izquierda, el fin de las dos orillas, la posibilidad de un entendimiento basado en la lealtad mutua y la generosidad que, hasta ahora, no ha existido. Si sale mal, será un desastre histórico para todas las izquierdas y sus votantes. Si sale bien, será un ejemplo para el mundo.  

En los próximos cuatro años, la izquierda se juega mucho. Toda ella. La de "la experiencia", como definió Iglesias al PSOE, y la de "la valentía", que surgió en las plazas del 15M y ahora va a entrar en el Gobierno. 

La coalición que hoy da sus primeros pasos tiene por delante una legislatura que puede cambiar España. Porque viene una desaceleración económica –si no es una crisis–, y hay que demostrar que la única receta contra ella no son los recortes. Porque hay que buscar una salida al conflicto catalán, y tiene que pasar por el diálogo. Porque la crisis climática no puede esperar más. Tampoco los derechos de las mujeres. O la lucha contra la pobreza.

El futuro Gobierno de coalición aún no ha terminado de nacer y ya tiene enemigos declarados, que no le van a dar ni cien días. No le gusta a la patronal, que ya se ha llevado las manos a la cabeza. No le gusta a la mayoría de los medios de comunicación, que van a atacarlo sin cuartel, porque tampoco le gusta a sus dueños. No le gusta a la derecha, que lo ha recibido pidiendo "la dimisión de Sánchez–a los dos días de que haya ganado las elecciones– y no le gusta a la extrema derecha, que se llena la boca con la palabra España, pero prefería el caos, y que no hubiera gobierno para los españoles. 

Sí le gusta, y mucho, a una amplia mayoría de los españoles. A la gran mayoría de los votantes de PSOE y de Unidas Podemos. A los sindicatos. A las organizaciones sociales. A muchos de los que no llegan a fin de mes porque, aún teniendo trabajo, siguen estando en precario. A los jóvenes que tuvieron que irse al extranjero. A muchos pensionistas. A tantas mujeres que sufren el machismo. 

Por todos ellos, por todos nosotros. Pedro y Pablo: no nos falléis.




El franquismo sigue vivo en España 40 años después de la muerte de Franco..

lunes, 11 de noviembre de 2019

España cañí


Un partido de izquierdas convoca elecciones y hace triunfar a la extrema derecha


Que no den una tercera oportunidad a la extrema derecha

Sánchez tiene que sentarse a negociar con Iglesias, dejar atrás los reproches y pactar lo antes posible una investidura y un Gobierno
La repetición electoral no ha traído buenas noticias ni para España ni para la izquierda. El partido ultra de Santiago Abascal es el gran ganador. Hace un año era una formación extraparlamentaria. Hoy cuenta con 52 escaños y no para de subir


11/11/19

eldiario.es

El PSOE ha ganado las elecciones. Pedro Sánchez vuelve a ser el más votado y también el único presidente posible. En porcentaje de votos, retrocede unas décimas. En escaños, pierde tres. La izquierda sigue siendo el bloque más amplio en el Congreso, pero con menos margen que en abril: siete escaños menos. El PSOE pierde la mayoría absoluta en el Senado. Y la extrema derecha se ha convertido en la tercera fuerza del país.

La repetición electoral no ha traído buenas noticias ni para España ni para la izquierda, algo que ya era evidente meses atrás. Solo queda el consuelo de que podría haber sido mucho peor y una enorme incertidumbre: si Vox tendrá una tercera oportunidad.

El partido ultra de Santiago Abascal es el gran ganador de esta noche electoral. Hace un año era una formación extraparlamentaria. Hoy cuenta con 52 escaños y no para de subir. Ha pasado del 10% al 15% de los votos: cinco puntos muy rentables porque se traducen en 28 diputados más, gracias a las carambolas de la ley electoral.

El crecimiento de Vox nace de un desplome histórico: el de Ciudadanos, que queda por debajo de ERC y es duda incluso que pueda mantener el grupo parlamentario –no lo tendrán si se aplican las mismas normas que Ciudadanos pedía hace no tanto para los demás–. En apenas dos años, Albert Rivera ha pasado de liderar las encuestas a un castañazo monumental, que deja a su partido herido de muerte. Pierde más de la mitad de sus votos –de 4,1 millones a 1,6– y se queda en una quinta parte de sus escaños. Con todo, parece que Rivera va a intentar aguantar.

El Partido Popular mejora desde el desastre. El de este domingo fue su segundo peor resultado de los últimos treinta años, por mucho que Pablo Casado lo quiera festejar. Mantiene la segunda posición con algo más de margen, pero se enfrenta a un rival, Vox, que ataca los cimientos de su base electoral, que amenaza su hegemonía en algunos territorios clave y que puede ser mucho más difícil de derrotar de lo que fue Ciudadanos.

Mientras la extrema derecha esté tan fuerte, el PP lo tiene muy difícil para poder gobernar. No solo por la competencia en ese flanco: también por lo difícil que le resultará sumar más socios parlamentarios, en este escenario multipartidista, si el principal apoyo de la derecha está en Vox.

Unidas Podemos vuelve a caer. Se deja un punto y medio de sus votos –del 14,4% al 12,9%–, pierde siete escaños y no recupera la tercera posición. Desde 2016, la coalición liderada por Pablo Iglesias no ha parado de retroceder: ha perdido más de un tercio de los votos y la mitad de los escaños. Sin embargo, sus diputados siguen siendo imprescindibles para la investidura de Pedro Sánchez, que tendrá que reabrir una negociación que nunca debió fracasar.

Iglesias vence en su pulso contra Íñigo Errejón. Su ex número dos entra en el Congreso, pero con solo tres escaños: un resultado muy inferior a sus expectativas y a los votos que obtuvo en las autonómicas y municipales de mayo. Más País ha logrado en toda España casi los mismos votos que Manuela Carmena consiguió solo en la ciudad de Madrid. Su candidatura se presentaba en 18 provincias. Solo ha conseguido escaños en dos. La mitad de sus votantes se ha quedado sin representación.

Un dato relevante: entre Más País y Unidas Podemos tienen 34.500 más votos que Vox, pero 14 escaños menos. La ley electoral es así de cruel. Aunque, por bloques, es la derecha la más perjudicada, por el castañazo de Ciudadanos, que es quien más votantes deja sin representación. Ambos bloques prácticamente empatan en votos –43,99% en la izquierda frente 43,55% en la derecha–. Pero la izquierda tiene seis escaños más.

La calculadora de posibles pactos es bastante clara. La repetición electoral deja un Congreso con solo dos opciones de Gobierno e investidura. La primera, un acuerdo de izquierdas que sigue necesitando al PNV y a los independentistas –o a lo que quedó de Ciudadanos– para poder sumar. La segunda, una gran coalición entre PSOE y PP, que dudo mucho que vaya a ocurrir porque no interesa a ninguno de los dos. El PSOE solo la quiere para la investidura y si es gratis, y gratis no va a ser. Con la ultraderecha tan fuerte, Pablo Casado no parece tener margen para facilitar un acuerdo así.

Volvemos, por tanto, al mismo escenario de hace unos meses: a una negociación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que puede ser tan frustrante como lo ha sido hasta hoy. Porque el PSOE se ve más fuerte e insistirá en un gobierno en solitario. Y no parece que Pablo Iglesias tenga intención de dar su brazo a torcer.

Ambos tienen por delante una responsabilidad histórica: evitar que la extrema derecha tenga una tercera oportunidad. La paciencia de los votantes tiene un límite.  Sánchez tiene que sentarse a negociar con Iglesias, dejar atrás los reproches y pactar lo antes posible una investidura y un Gobierno. Nadie entendería que desaprovechasen esta segunda oportunidad.




¿Recuerdan cuando Rivera criticaba a "los que se agarran al sillón"?




sábado, 9 de noviembre de 2019

Izquierdas y derechas.


“Las izquierdas se dividen por ideas. Las derechas se juntan por intereses”

José Mujica 
(Expresidente de Uruguay)

¡Votad, votad...malditos!!!!


Si suman, el próximo Vice-Presidente del gobierno será Santiago Abascal






Las siete preguntas clave sobre las elecciones del domingo

El consenso en las encuestas no pinta demasiado bien para Pedro Sánchez: volverá a ser el candidato más votado, pero con un escenario de pactos más complicado, con el bloque de la izquierda más débil, con la ultraderecha más fuerte

Si la derecha suma, el futuro vicepresidente del Gobierno no será Pablo Iglesias ni Irene Montero ni Carmen Calvo ni Nadia Calviño: será Santiago Abascal


8/11/19

eldiario.es

 

1. ¿Hasta dónde caerá Ciudadanos?

Hace medio año, Ciudadanos competía con el PP por el liderazgo de la derecha. Hoy las dudas son otras: si al menos mantendrá el grupo parlamentario, si Albert Rivera dimitirá en la misma noche electoral, si caerán a menos de un tercio de sus escaños o será solo a la mitad, si lograrán más escaños que ERC...

Entraron mal en la campaña. Han salido de ella aún peor. No les ha salvado el perro que "huele a leche". Tampoco el adoquín.

No hay una sola encuesta que no apunte a una debacle solo comparable con la que sufrió UCD o, en otra escala, UPyD. Su única victoria posible es que la derecha sume y puedan gobernar con la extrema derecha: como el socio más irrelevante de un gobierno del PP con Vox. Porque con el PSOE, esta vez, la llave no la tendrán.

La gran pregunta es otra. Esos votos, ¿dónde irán? Porque la mayor parte de los indecisos –siguen siendo dos millones– votaron a Ciudadanos en abril.

2. ¿Cuánto subirá Vox?

Todas las encuestas son unánimes. Los trackings de estos días –que se siguen haciendo y, en teoría, no se pueden publicar– también lo son. Vox va a ser el gran beneficiado de la repetición electoral. Ya iban hacia arriba desde hace semanas. Desde el debate del lunes, su subida ha sido aún mayor. Es muy probable que acaben siendo la tercera fuerza, un puesto que hoy disputan con Unidas Podemos.

Muchas encuestas pronostican que Vox puede ser el principal beneficiado del hundimiento de Ciudadanos: ese partido supuestamente centrista cuyos votantes ahora hereda la ultraderecha.

Los sondeos auguran para el partido de Santiago Abascal hasta el 15% de los votos. Pero en ese porcentaje, cada punto arriba o abajo –y cómo se reparta entre las distintas provincias– hace oscilar muchísimos escaños. Con cinco puntos más en votos, el número de escaños de Vox se podría duplicar.

En el sistema electoral español, con el multipartidismo actual, hay dos escalones claros: el del 15% y el del 30%. Ambos suponen, en número de diputados, un enorme punto de inflexión, un premio en escaños. El 15%, más aún si eres tercera fuerza, te suele permitir entrar en todas las provincias donde se reparten más de cuatro escaños.

A partir del 30%, más aún si eres la primera fuerza, el número de diputados también tiene un impulso mayor. Es un plus al que aspiraba el PSOE. No está nada claro que lo vaya a lograr.

3. ¿Qué va a pasar con el PSOE?

El consenso en las encuestas no pinta demasiado bien para Pedro Sánchez. Sí, volverá a ser el candidato más votado. Pero con los mismos o menos escaños de los que logró el 28 de abril, con un escenario de pactos aún más complicado, con el bloque de la izquierda más débil, con la ultraderecha más fuerte y sin lograr que la gobernabilidad deje de depender de los partidos independentistas. Si se cumple este pronóstico, mayoritario en las encuestas, el resultado sería pésimo: repetir elecciones, después de ganarlas, para ir a peor.

En La Moncloa aún confían en un milagro final: que la mayoría de los indecisos provocados por el derrumbe de Ciudadanos, se decanten en el último momento a su favor. Toda la estrategia de esta campaña se ha basado en esto: de la vicepresidencia para Nadia Calviño al giro sobre Catalunya. Ganar entre ese votante menos ideológico al que se asimila con el centro. Lograr un porcentaje de voto superior al 30%, igual que hizo Rajoy en junio de 2016.

Las encuestas en aquella repetición electoral daban de media al PP un 29% y unos 120 escaños. Al final obtuvo el 33%: 137 escaños.

4. ¿Qué resultado tendrá Unidas Podemos?

Probablemente la gran diferencia entre Rajoy y Sánchez es que el líder del PP, entre una repetición y otra, no se movió. Rajoy mantuvo exactamente la misma posición. Sánchez no. Y en el cambio de discurso de estas elecciones, a la caza del votante de Ciudadanos, el PSOE ha descuidado el flanco izquierdo. A un votante que, según las encuestas, permite a Unidas Podemos aguantar con más fuerza de lo que, hace unos meses, podría parecer.

Algunos sondeos dan a Unidas Podemos un leve repunte. Otros, una pequeña bajada. Todas las horquillas les sitúan en cifras muy similares a las de abril.

En las encuestas, la candidatura de Íñigo Errejón, Más País, obtiene representación. Pero con horquillas mucho más modestas de las que apuntaban los sondeos de hace un mes, por debajo de ese objetivo de 15 escaños en el que aún dicen confiar. Si se cumplen los pronósticos, Errejón queda lejos de esa cifra y Podemos aguanta, el triunfo es doble para Pablo Iglesias: saldría reforzado frente al PSOE y derrotaría a su exnúmero dos.

5. ¿Qué pasará en el Senado?

La inusual derrota de la derecha en el Senado es otra de las victorias de la izquierda que, con esta repetición electoral, está en juego. En abril, la división del voto de la derecha y el sistema de reparto de escaños dio al PSOE la mayoría absoluta que ahora está en cuestión.

Hay dos factores que pueden ayudar mucho al PP: el desplome de Ciudadanos –que aquí también se notará, porque la división de voto será menor– y especialmente la decisión de Vox de presentar solo un candidato al Senado por provincia, en vez de tres. Son dos cambios, nada menores, que pueden influir mucho en el resultado final por las peculiaridades del sistema electoral en el Senado que expliqué en este artículo.

6. ¿Cuánto crecerá la abstención?

En las elecciones de abril, la participación llegó al 75,75%, la más alta en 15 años. Esta vez no se va a repetir, como demuestra el número de solicitudes para el voto por correo: un 30% menos en esta ocasión.

El voto de los residentes en el extranjero, por el contrario, ha subido. Aunque es por un motivo distinto a la movilización: porque quienes ya realizaron los complejísimos trámites del voto rogado en abril, en esta ocasión, no ha hecho falta que los volvieran a hacer.

En la repetición electoral de 2016, la participación fue del 69,83%. Y para el domingo las encuestas pronostican una participación de entre el 70% y el 72%. Aunque la clave, más que la abstención, es saber quién se abstendrá más: si la derecha o la izquierda. Y, por ahora, en las encuestas, la movilización de la derecha es mayor.

En la repetición de 2016, el precedente más cercano, también fue la izquierda quien se abstuvo más.

7. ¿Puede gobernar la derecha?

Todas las encuestas dicen que no. También lo decían en las elecciones andaluzas de hace un año y, contra pronóstico, la derecha gobernó. Apoyada en el enorme empuje de la extrema derecha.

En las generales, la derecha lo tiene más complicado. Porque no le vale con sacar más escaños que la izquierda –que es posible que los tengan–.  Necesitan sumar 176, y es una victoria que ninguna encuesta pronostica hoy.

Aun así, el triunfo de la derecha no es una hipótesis imposible. Tampoco tan improbable. Aunque ningún encuestador lo admita en público, y muestren la máxima confianza en sus números, en privado reconocen que la repetición de las elecciones, el hundimiento de Ciudadanos, el empuje de Vox y la abstención de la izquierda es una coctelera que hace más difícil los pronósticos. Y que las encuestas pueden fallar más de lo habitual. Más aún si durante la jornada de reflexión el movimiento independentista se moviliza y monopoliza el debate público, como ocurrió con los disturbios en Barcelona.

Si la derecha triunfa, el problema para la izquierda es que, esta vez, será mucho peor. Y no solo por el fracaso histórico de una derrota tras haber logrado ganar. Porque Vox no se conformará con ser un mero apoyo parlamentario. Si cuentan con los escaños suficientes, la extrema derecha querrá gobernar. Y dudo que Pablo Casado les vaya a cerrar la puerta a una coalición.

Si suman, el futuro vicepresidente del Gobierno no será Pablo Iglesias ni Irene Montero ni Carmen Calvo ni Nadia Calviño: será Santiago Abascal.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Qui paga impostos mediambientals a Espanya?


Qui paga impostos mediambientals a Espanya?

Catalunya, el País Valencià i les Balears recapten el 60% dels impostos verds a Espanya

BARCELONA 03/11/2019





Un estudi del Consell d'Economistes d'Espanya sobre fiscalitat mediambiental torna a posar sobre la taula no només la diferència sideral que hi ha entre comunitats autònomes, sinó la soledat de Catalunya a l'hora d'implementar pràcticament en solitari unes polítiques que són reclamades per la Unió Europea com una peça fonamental de la lluita contra el canvi climàtic. Les dades són eloqüents: Catalunya recapta ella sola un terç del total d'impostos autonòmics sobre el medi ambient que es paguen a l'estat espanyol. Recordem que Catalunya representa un 16% de la població i un 19% del PIB; per tant, hi ha una desviació important, una sobrecàrrega impositiva sobre els ciutadans i les empreses catalanes.

Si es miren les dades amb deteniment, hi ha una dada que crida poderosament l'atenció. Resulta que l'autonomia que menys recapta en concepte de fiscalitat verda és la Comunitat de Madrid, on l'administració governada pel PP des de fa dècades no ha posat en marxa pràcticament cap impost mediambiental, només el de residus. Només així s'explica que Madrid recapti la xifra irrisòria de 2,7 milions d'euros per aquest concepte, un 0,2% del total; és a dir, 200 vegades menys que Catalunya, que ingressa 546,6 milions, la gran majoria, 503, a través del cànon de l'aigua. No hi ha millor exemple del dúmping fiscal que practica Madrid per atreure empreses i ciutadans amb recursos, i que s'estén a altres figures com l'impost de successions o el tram autonòmic de l'IRPF.

Es pot adduir que es tracta de l'exercici de l'autogovern i que els governs de dretes tenen dret a rebaixar els impostos i fins i tot a eliminar-los. Aquest principi, tractant-se de la Comunitat de Madrid, és una gran fal·làcia, perquè és un territori que es beneficia de l'anomenat efecte capital i, per tant, es pot permetre el luxe de renunciar a ingressos que per a altres administracions, com la catalana, són absolutament imprescindibles per quadrar els números.

Però el problema més greu és que la fiscalitat verda no pot ser una cosa opcional, sinó que es tracta d'un dels pilars de la lluita contra la crisi climàtica, que no coneix fronteres. L'estat espanyol no pot permetre que hi hagi zones exemptes de contribuir, amb els seus recursos, a afrontar aquesta batalla, que és, recordem-ho, per la pròpia supervivència. I menys encara pot permetre que el 60% del pes de la recaptació verda recaigui només sobre Catalunya, el País Valencià i les Balears, curiosament tres dels territoris amb més dèficit fiscal global.

En la seva deriva neoliberal, el PP vol convertir Madrid en un paradís fiscal i en un territori mediambientalment insolidari, en contra del que estan fent els països més avançats del planeta i del que dicta el sentit comú. Si és la seva decisió, endavant. Però el que no pot ser és que això derivi en un avantatge competitiu i en un greuge (un més) per a les empreses catalanes i la resta de ciutadans de l'Estat. I la solució no és en cap cas igualar a la baixa, sinó fixar uns mínims a tota la Unió Europea.




Ramiro García de Dios en TV3