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domingo, 28 de diciembre de 2025

 

Qué es realmente la 'lista Epstein' (y qué no es)

Una guía para interpretar los documentos judiciales sin caer en conclusiones erróneas

Andrea Estañan

28-12-25

ElPlural




Estar presente en la conocida como 'lista Epstein' no implica ser culpable de la comisión de ningún delito, ya que no se trata de un documento oficial. Muchas de las personas que figuran en estos registros aparecen en la agenda de contactos de Jeffrey Epstein, lo que indica que pudieron haber tenido algún tipo de relación o cercanía con el acusadosin que ello suponga necesariamente una implicación criminal.

Jeffrey Epstein fue un multimillonario estadounidense, magnate financiero, acusado de delitos sexuales y tráfico de menores. Su nombre es el eje central de la denominada 'lista Epstein'. Epstein falleció en 2019 tras ingresar en prisión mientras esperaba juicio. En la actualidad, las víctimas denuncian la escasa profundidad de algunas investigaciones relacionadas con posibles implicados en su red.

¿Qué documentos existen?

Entre los documentos vinculados al caso destacan, en primer lugar, los registros judiciales. Estos incluyen demandas civiles presentadas contra Jeffrey Epstein por delitos relacionados con la pederastia y su entorno. Especial relevancia tienen los archivos del caso de Virginia Giuffre y Ghislaine Maxwell, en los que las demandas se apoyan en testimonios, correos electrónicos y otras pruebas documentales.

Los testimonios de las víctimas también forman parte de las pruebas del caso, ya que muchas de ellas han declarado formalmente ante los tribunales o han concedido entrevistas públicas. En algunos casos, estos testimonios mencionan a terceros, aunque no siempre van acompañados de pruebas judiciales que respalden dichas acusaciones.

Asimismo, existen registros de vuelos del avión privado de Epstein, conocido como el “Lolita Express”. Estos documentos incluyen listas de pasajeros que indican quién viajó y en qué fechas. Dichos registros han sido incorporados a distintos procesos judiciales.

Por otra parte, en la agenda de contactos de Epstein figuran teléfonos, direcciones y nombres de miles de personas con las que mantuvo algún tipo de relación. La aparición de un nombre en esta lista no implica la comisión de un delito, sino únicamente que existió algún tipo de contacto. En España, han aparecido nombres de personajes públicos, como el hijo del expresidente José María Aznar o la actriz Ana Obregón.

Uno de los aspectos clave para comprender este caso es diferenciar entre los conceptos de contacto y delito. Figurar como contacto en esta lista no implica conocimiento ni participación en los delitos atribuidos a Epstein. Por tanto, carece de valor penal y solo evidencia una relación social, profesional o circunstancial con el acusado, o incluso la coincidencia en un evento concreto.

En cambio, el término delito dentro del caso Epstein se refiere a la existencia de pruebas, acusaciones formales o investigaciones judiciales ante un tribunal. Lo cierto es que son pocas las personas que han sido procesadas en relación con este caso. El concepto de delito implica la existencia de pruebas verificables y conlleva consecuencias legales, a diferencia de la simple aparición como contacto.

Qué dice (y qué no dice) la justicia estadounidense

La interpretación de estos documentos, por tanto, exige una lectura especialmente cuidadosa y contextualizada. La justicia estadounidense ha sido clara en un punto fundamental: la aparición de nombres en archivos vinculados al caso Epstein no equivale, en ningún caso, a una imputación penal. Muchos de los documentos hechos públicos proceden de procesos civiles o de decisiones de desclasificación judicial, cuyo objetivo es reforzar la transparencia, no señalar culpables. En ellos pueden aparecer referencias, testimonios o menciones circunstanciales que nunca han sido contrastadas en un juicio penal.

Esta diferencia es clave para entender el alcance real de la llamada 'lista Epstein'. Buena parte de la confusión pública surge de no distinguir entre procedimientos civiles y penales. Las demandas civiles impulsadas por algunas víctimas tienen un umbral probatorio distinto y no persiguen condenas penales, sino el reconocimiento del daño sufrido o responsabilidades económicas. Aun así, los jueces han autorizado la publicación de nombres cuando estos aparecen en declaraciones, correos o documentos aportados a la causa, incluso cuando las personas mencionadas no han sido investigadas ni acusadas formalmente por el Department of Justice.

Lo que la justicia estadounidense no ha hecho —y ahí se concentra una parte importante de las críticas— es profundizar de forma sistemática en posibles responsabilidades más amplias dentro del entorno de Epstein. Más allá de casos concretos, no se han abierto investigaciones penales contra la mayoría de las personas mencionadas en estos documentos, ni se han presentado cargos basados únicamente en testimonios indirectos. Esta falta de avances judiciales alimenta la frustración de las víctimas y el debate público, pero también subraya un principio básico del Estado de derecho: sin pruebas verificables ni una investigación formal, no puede hablarse de delito ni de culpabilidad.


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