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lunes, 26 de mayo de 2025
Spanish Revolution
Artículo completo | Feijóo, entre el genocidio y el postureo: cuando ni la Iglesia te cubre las vergüenzas
Mientras la UE y hasta los obispos denuncian la limpieza étnica en Gaza, el líder del PP sigue sin mojarse para no enfadar a Ayuso ni a Netanyahu.
LA HEMEROTECA APLASTA A FEIJÓO
Cuando hasta los obispos se plantan y tú sigues callado, es que algo huele muy mal en tu liderazgo. La Conferencia Episcopal acaba de hablar más claro sobre el genocidio en Gaza que Alberto Núñez Feijóo en todo un año. Lo llaman “asedio”, “ocupación” y “limpieza étnica”. Reclaman sanciones y un embargo militar. Mientras tanto, el presidente del PP responde con su habitual gesto de funcionario gris: "Yo no me siento en el Consejo Europeo".
No es un lapsus, es una doctrina. Eludir cualquier posición que incomode a su electorado más ultra o a sus compañeros de bancada. Feijóo convirtió durante meses el infierno palestino en munición contra Pedro Sánchez, repitiendo el argumentario de Tellado, Ayuso y compañía: que si Hamás felicita al Gobierno, que si el reconocimiento de Palestina empodera al terrorismo, que si Sánchez es amigo de Maduro, de los talibanes, de ETA, de Satanás y de los Reyes Magos si hace falta.
¿El resultado? Una política exterior basada en memes y en el miedo a parecer humano. Porque si algo ha demostrado Feijóo es que, ante la masacre israelí, ha preferido repetir la consigna del “equilibrio” mientras caían bombas sobre hospitales, escuelas, bebés. Más de 15.000 niños asesinados. Más de 60.000 muertes totales. Y ni una sola vez ha pronunciado las palabras crimen de guerra, limpieza étnica, genocidio.
Por eso la frase “que la UE haga lo que considere” no es neutralidad, es complicidad. Porque callar mientras se masacra a un pueblo no es prudencia, es cobardía. Y esa cobardía se vuelve obscena cuando la propia Unión Europea decide revisar el acuerdo comercial con Israel por violación sistemática de derechos humanos, y tú solo sabes mirar para otro lado.
ENTRE LA SUMISIÓN Y LA FARSA
Feijóo no ha perdido el rumbo: es que nunca lo tuvo. Lo que hoy parece desorientación, en realidad es la consecuencia lógica de haber construido toda su posición internacional en torno al antiprogresismo de manual. Y en ese manual estaba claro: si Sánchez apoya Palestina, tú te haces israelí hasta las trancas. Si Sánchez exige el fin de los bombardeos, tú hablas de “desproporción” sin cambiar el tono de voz. Si Ayuso se hace una foto en los Altos del Golán, tú no pestañeas.
Pero el manual empieza a romperse. La UE da un giro. Los obispos se rebelan. Hasta Borja Sémper se sale del argumentario. Y entonces Feijóo se queda en pelotas, atrapado entre el discurso apocalíptico de su ala más ultra y la realidad diplomática internacional, que ya no traga con el genocidio israelí.
Porque sí, es genocidio. Lo dicen organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y ahora también la Conferencia Episcopal. Aquí el informe completo del 21 de mayo de Naciones Unidas sobre Gaza: https://www.un.org/.../2025-un-gaza-crisis-humanitarian.../
Y aquí el análisis de The Guardian sobre la responsabilidad directa de Netanyahu: https://www.theguardian.com/.../20/israel-gaza-war-netanyahu
Mientras tanto, el PP sigue votando en contra del embargo de armas a Israel en el Congreso.
Y ahí está la clave: no se trata solo de palabras. Se trata de decisiones concretas. Se trata de dinero, de contratos, de intereses geoestratégicos y de qué lado estás cuando el horror te exige que elijas. Feijóo eligió el lado del negocio. Eligió no incomodar al aparato mediático que blanquea a Israel ni a la extrema derecha europea que lo idolatra como baluarte del “mundo libre”.
Pero lo de ahora no es sólo cobardía. Es estrategia. Una estrategia pensada para dejar que Ayuso grite, mientras él simula moderación. Para que Tellado haga el trabajo sucio, mientras él posa como tecnócrata serio. Para seguir jugando a la equidistancia en medio de una masacre.
Por eso el PP está hoy más cerca del Likud que de Bruselas. Por eso la posición de Ayuso, que defiende los bombardeos israelíes con frases como "no se puede luchar contra Hamás con flores", no es una salida de tono: es el núcleo ideológico de ese partido.
Y por eso duele tanto el silencio de Feijóo: porque ya ni los suyos lo respetan. Ni siquiera los obispos. Porque si la Iglesia católica es capaz de hablar de limpieza étnica, pero tú no, entonces lo tuyo ya no es prudencia. Es indignidad.
Valores del Estado aconfesional y laico
La neutralidad religiosa del Estado en todos los ámbitos, en la enseñanza sobre todo, pasa por la abolición de los privilegios concedidos a cualquier iglesia
ElPlural
Víctor Arrogante
25-5-25
Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones, reza el artículo 16.3 de la Constitución. Lo cierto es que nada es lo que parece ni es lo que debería ser.
Hemos visto como el Estado se entromete en la conciencia personal y colectiva, sin garantizar, como manda la Constitución, los derechos vinculados al libre desarrollo de la personalidad, como son la libertad ideológica, religiosa y de culto. Conocemos como el Estado se entromete en la conciencia personal y colectiva, al dotar de oficialidad la asignatura de religión católica en la escuela. Conocemos como el Estado se entromete, desde un punto de vista religioso, en el derecho a decidir de las mujeres, reformando la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Conocemos como el Estado se entromete en las conciencias, al establecer protocolos religiosos católicos en los actos de Estado. Conocemos como el Estado incumple la Constitución contra la igualdad de los ciudadanos ante la ley y el respeto a su libertad de conciencia.
Los responsables de las instituciones del Estado, no representan a unos u otros, según conveniencia; representan siempre a la totalidad y a los intereses generales, no a grupos, por mayoritarios que estos pretendan decir ser, ni a capillitas ideológicas alejadas de procedimientos democráticos y de las libertades. La libertad ideológica tiene una vertiente íntima, relacionada con el derecho de cada uno a tener su propia visión de la realidad, así como mantener todo tipo de ideas u opiniones, con la posibilidad de compartir y transmitir, en definitiva exteriorizar esas ideas. Pero de esto a apoderarse del patrimonio común, en detrimento de otras alternativas ideológicas o no, como la de ateos y agnósticos, que han visto limitado su derecho a manifestación por las calles de Madrid, en perjuicio del derecho de manifestar ideas y convicciones en libertad.
"España ha dejado de ser católica", decía en las Cortes el Presidente del Consejo de Ministros Manuel Azaña: "el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español". En 1978, el espíritu nacional-catolicismo y del Movimiento estaban vivos y costó incorporar la frase Ninguna confesión tendrá carácter estatal, lo que era como proclamar la aconfesionalidad y neutralidad del Estado en materia religiosa, acorde con los principios de libertad y pluralismo político.
Nos decían que en el desarrollo de la ley orgánica quedaría todo claro, pero no se produjo la real ruptura entre el Estado y la iglesia, que hubiera sido la solución para la necesaria regeneración democrática. Demasiados polvos históricos acumulamos, nos han traído a la situación actual, donde la iglesia, alejándose cada vez más de ser un poder fáctico, se convierte de nuevo en un poder real.
La redacción del artículo 16, durante el debate, fue sinuoso, pero no conflictivo. Hubo más acuerdo de lo que tendría que haber habido. Al derecho a no declarar sobre las creencias religiosas, se le sumó el de no hacerlo tampoco sobre la ideología. El apartado 3 no figuraba en el primer borrador, aunque en el Anteproyecto ya estaba incorporado. La mención a la iglesia católica, se introdujo en el Dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas, por la enmienda presentada por UCD y Alianza Popular (antecesores del actual Partido Popular). Ninguna confesión tendrá carácter estatal, pero la cooperación con la iglesia católica será especial; algo así como todos somos iguales ante la ley, salvo para algunos y algunas cosas.
El valor fundamental de un Estado aconfesional y laico, es el respeto a las creencias de toda la ciudadanía, al derecho de cada persona a pensar según sus propios criterios, a que todo posicionamiento religioso o espiritual no vulnere los derechos ajenos. No es imponer ideas a nadie, es aspirar a que la religiosidad no vulnere la neutralidad ideológica a la que están obligadas las instituciones, y a que todos, profesemos la religión que profesemos o no profesemos ninguna, tengamos cabida, en igualdad de condiciones, en la sociedad plural y tolerante y por tanto democrática.
El laicismo defiende la separación entre el Estado y las iglesias u organizaciones religiosas; el laicismo garantiza la libertad de conciencia, contemplada en la Constitución, y avala el cumplimiento del respeto a la libertad de pensamiento y a la libre elección de la moral privada. Por lo tanto, el laicismo no impone, defiende los derechos ciudadanos ante la imposición, dice Coral Bravo, miembro de Europa Laica: laicismo es tolerancia, el laicismo garantiza la hermandad y la concordia. El laicismo nada tuvo que ver con el nazismo, sino todo lo contrario, y el laicismo no sólo no conduce al fin de ninguna democracia, sino que, justamente, ninguna democracia es tal si no es laica, si no respeta la libertad de creencias de la ciudadanía.
Hay que terminar con la influencia de la iglesia en la escuela, así como con la simbología religiosa en las instituciones del Estado, prohibiendo que los cargos públicos, como tales acudan, representando al Estado, a los actos religiosos. Hay que desvincular los actos de Estado a las ceremonias de la iglesia y poner fin a la financiación pública de de la iglesia católica
Para establecer un Estado auténticamente laico, tenemos la obligación de romper con la iglesia católica por decencia y dignidad. Es una institución que participó activamente en la represión franquista, sin que haya dado muestra alguna de perdón o reconocimiento hacia las víctimas. No es una institución ejemplar, es opaca y antidemocrática, alejada del principio de igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Sin romper con esta institución, que oprime conciencias y controla gobiernos, jamás entraremos en la era de modernidad que necesitamos para el mayor bienestar.
El ateismo es un valor de referencia en la organización de mi vida personal, familiar, social y política. Para encontrar la armonía con el pensamiento, es vital la consecución de un Estado verdaderamente laico, en la defensa de los derechos civiles y las libertades ciudadanas, con una idea, una ética, una moral, unos valores sociales y unas normas de convivencia.
El ateismo es la representación de la defensa de la libertad de pensamiento y expresión, la pluralidad y el derecho a la difusión de todas las ideas y creencias (siempre que éstas sean respetuosas con las personas y sus derechos). La neutralidad religiosa del Estado en todos los ámbitos -en la enseñanza sobre todo-, pasa por la abolición de los privilegios concedidos a cualquier iglesia o confesión religiosa y supresión de toda discriminación por motivos religiosos; y promover el progreso, la justicia social y la solidaridad entre todos los ciudadanos.
Soy ateo, no creo en ningún ser sobrehumano, ni sobrenatural, que controle los destinos de los seres vivos y muertos aquí en la Tierra, ni fuera de ella; que imparta castigo y justicia divina, ni nada por el estilo; siendo respetuoso con las personas que profesan alguna religión.
domingo, 25 de mayo de 2025
Apoyo masivo en redes a Jesús Cintora y Javier Ruiz tras anunciar el Consejo de Informativos de RTVE la apertura de una investigación por "falta de pluralidad"
Cientos de internautas convierten a los periodistas en trending topic con mensajes en defensa de sus programas
ElPlural
24-5-25
Esta semana el Consejo de Informativos de RTVE anunció el inicio de una investigación a "a dos programas de actualidad de contenido informativo" que emite la cadena pública: Malas lenguas y Mañaneros 360, que presentan Jesús Cintora y Javier Ruiz, respectivamente.
En una nota interna enviada a los trabajadores se indica que "esta acción se inicia tanto de oficio como, también, por las numerosas quejas que hemos recibidos de los profesionales de la información de RTVE".
El texto apunta que "los programas de contenido informativo de RTVE tienen que cumplir con varias normas: la Ley de radio televisión pública de titularidad estatal, su Mandato marco, el Estatuto de la información de RTVE, nuestro Manual de estilo, la Ley general de comunicación audiovisual y la propia Constitución".
Aunque en los últimos tiempos en redes sociales la ultraderecha parece haber copado el espacio, lo cierto es que en este caso el número de mensajes de apoyo a estos dos programas ha sido tal, que téminos como Cintora se han convertido en trendig topic en la jornada de este sábado.
Son muchos los usuarios que hablan del nicio de una persecución a estos espacios por su trabajo de destapar bulos y piden que se les apoye y mantenga.
Entre quienes han mostrado su apoyo a los Malas Lenguas y Mañaneros 360 se cuenta también la periodista Rosa Villacastín, que subraya en un mensaje en su cuenta oficial de X que Televisión Española "ha ganado mucho con programas como el de Cintora, Ruz y Broncao" y pide: "No dejéis de seguirles". Excelentes datos de audiencia
Muchos de quienes han salido en defensa de ambos programas han subrayado el éxito de audiencia que están teniendo los mismos. " Son algunos de los comentarios que pueden leerse al respecto,
Lo cierto es que, tanto Malas lenguas como Mañaneros 360 están registrando récords de audiencia. El renovado espacio matutino inició su andadura con 9,6% de cuota y 292.000 espectadores y el 12 de mayo lograba máximo anual en La 1 gracias a un 12,2% de share, que se traduce en una media de 363.000 telespectadores ante la pequeña pantalla y en una suma de más de 1,9 millones de usuarios únicos, que sintonizaron el espacio en algún momento de la emisión.
Este mismo lunes volvió a superar sus cifras, marcando nuevo récord, con un 13,5% de share. El espacio de La Cometa congregó a una media de 418.000 espectadores ante la televisión y una suma de más de dos millones de espectadores únicos en algún momento, lo que lo convirtió en la segunda opción de su franja de emisión.
En horario vespertino, Malas lenguas también está cosechando grandes resultados para La 2. El programa de Cintora se estrenó el pasado 9 de abril con una emisión simultánea en La 1 y La 2 que hizo un promedio de un 11,8% de cuota de pantalla, 908.000 televidentes.
Este espacio contra la desinformación también logró máximo de audiencia el pasado 12 de mayo tras anotar un 4,2% de cuota, o lo que es lo mismo, 329.000 televidentes y 1,6 millones de espectadores únicos.
Esta semana han seguido las buenas noticias. Volvió a firmar máximo histórico con el 5,2% de share, lo que supone un 52,2% por encima de la media de La 2. El programa de El Terrat y La Osa Producciones Audiovisuales conquistó a 401.000 televidentes de media y conectó con más de 1,5 millones de usuarios únicos.
Gómez, Sánchez y García: tres causas judiciales bajo sospecha
Imposible obviar el hedor a parcialidad en los casos de la mujer de Pedro Sánchez, el hermano de Pedro Sánchez y el Fiscal General nombrado por Pedro Sánchez
ElPlural
Antonio Avendaño
25-5-25
A la profesión que más se parece la profesión de juez es a la de médico porque, llegado el caso, nuestras vidas están en sus manos; también se parece a la de policía, pero solo en las autocracias y dictaduras, no en las democracias. Para cualquier sociedad es vital que sus médicos sean buenos y sus jueces sean justos, pues le va en ello su propia supervivencia.
Naturalmente, ni todos los médicos ni todos los jueces rozan la excelencia, pero habrá que convenir en que la mayoría de ellos intentan hacer bien su trabajo: si no fuera así, se sabría de inmediato porque el escándalo sería mayúsculo ante la insoportable cantidad de damnificados judiciales y sanitarios. Los casos en los que cabe sospechar mala praxis en estas profesiones de tan alto voltaje ético existen, ciertamente, pero son raros. Y más raro aún que, cuando existen, sean simultáneos; cuando tal cosa sucede, saltan las alarmas: alarmas sanitarias si se descubre una concentración inusual de malos médicos en un territorio, alarmas democráticas si se detecta una concentración inusual de causas judiciales insuficientemente fundadas cuyo nexo común es, pongamos por caso, un presidente del Gobierno de quien las derechas piensan que es un maldito autócrata que está llevando al país a la quiebra democrática y la bancarrota territorial.
El ‘Perro’ y la rabia
La coincidencia en el tiempo de tres casos judiciales que afectan al presidente Pedro Sánchez ha disparado las alarmas en dirigentes y ciudadanos que simpatizan con la izquierda. No así, en cambio, en quienes simpatizan con la derecha, cuya fe en la ambición, el cinismo y la maldad del presidente es tan ciega e inquebrantable que consideran perfectamente legítimo transitar cualquier camino que conduzca a su defenestración, pues ‘muerto el Perro, se acabó la rabia’.
Configuran este irrepetible triunvirato judicial el caso de la mujer de Pedro Sánchez, el caso del hermano de Pedro Sánchez y el caso del Fiscal General nombrado por Pedro Sánchez. Los encausados tienen, claro está, sus propios nombres y apellidos, pero es difícil sustraerse a la sospecha de que estarían siendo investigados por la justicia no por llamarse Begoña Gómez, David Sánchez o Álvaro García, sino por tener la vinculación que tienen con el presidente del Gobierno.
Aunque desde la derecha gustan de empaquetar en el mismo fardo el caso del exministro José Luis Ábalos, aquellos tres y este son diametralmente distintos: los indicios de corrupción y/o corruptelas son inequívocos en quien fuera hombre de confianza del presidente, mientras que resultan irrelevantes, inconsistentes, inverosímiles o directamente imaginarios en los casos de Gómez, Sánchez y García.
Un plus de respetabilidad
Todavía es pronto para tener la certeza de que los instructores de estas tres causas estén teniendo un comportamiento abiertamente parcial, pero no lo es para albergar la enojosa, la descorazonadora, la persistente sensación de que ninguno de ellos aprobaría un examen de apariencia de imparcialidad. Tal vez sean imparciales, pero desde luego no lo aparentan.
Algunos jueces están dilapidando el plus de respetabilidad que por definición ostenta -todavía- el Poder Judicial, un plus simétrico, por cierto, al plus de irrespetabilidad que, no siempre con justicia, pesa cada día más sobre los poderes Ejecutivo y Legislativo. El sistema puede, hasta cierto punto y ya veremos hasta cuándo, soportar el descrédito de unos gobernantes y legisladores que siempre pueden ser sustituidos por otros, pero difícilmente puede sobrevivir si la gente deja de confiar en la imparcialidad y rectitud de unos jueces a quienes, por definición, bendita definición, nadie puede sustituir por otros.
A la ciencia jurídica le ocurre un poco como a la técnica periodística o a la praxis arbitral, que nunca es del todo exacta, aunque eso en absoluto significa, como por desgracia cree demasiada gente, que este país esté lleno de jueces, periodistas o árbitros deshonestos. Aunque no siempre lo consigan, casi todos intentan hacer bien su trabajo. Son raros los casos de praxis profesional sospechosa porque un juez instruya su caso pensando no en la justicia sino en los telediarios, un periodista escriba su artículo pensando no en la verdad sino en las ventas o un árbitro pite un penalti pensando no en el reglamento sino en el mercado de apuestas.
Ángulos ciegos
En la justicia como en el periodismo hay gente que decidido ha explorar -y explotar- a fondo los ángulos ciegos en cuyo invisible arco es posible una praxis profesional blindada por la impunidad: hay ‘fake news’ que lo son, sí, pero no tanto como para que su autor pueda ser condenado por la justicia o expulsado del oficio; hay autos, providencias, indagaciones judiciales que obedecen a espurios móviles políticos o emocionales, sí, pero no tanto como para que el juez de turno pueda ser formalmente acusado de prevaricación.
Lo que ahora le está ocurriendo o parece estarle ocurriendo al secretario general de los socialistas ya le ocurrió en su día a dirigentes y altos cargos de Podemos, Compromís o los Comuns, sin que la deficiente praxis judicial tuviera consecuencias ni disciplinarias ni, por supuesto, penales para los jueces que incurrieron en ella. Es difícil, por otro lado, encontrar casos de hostigamiento o investigaciones judiciales prospectivas cuyas víctimas hayan sido dirigentes o altos cargos de la derecha.
Y aun así, los partidos políticos y los sectores más conservadores de la judicatura no cesan de rasgarse las vestiduras proclamando que en esta España sanchista la justicia está no meramente amenazada, sino AMENAZADA, así, en mayúsculas, tal como figuran en el enfático título del libro que acaba de publicar el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. Ciertas derechas recuerdan un poco a esos dirigentes del Barcelona convencidos de que el Real Madrid tiene comprados a los árbitros, pese a que los únicos indicios contrastados e inequívocos de que un club haya pagado a un dirigente arbitral son los que señalan… al Barcelona.