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lunes, 31 de enero de 2022

 Esquela



 

Así son las macrogranjas que el PP dice que no existen



Raúl Rejón

11 de enero de 2022 


El Partido Popular no solo ha decidido utilizar como ariete electoral la tergiversación de las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la producción de carne sino que, ahora, asegura por varias vías que "las macrogranjas no existen". Tanto su portavoz parlamentaria Milagros Marcos como el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, han exhibido este argumentario hablando de ellas como una invención, "una cortina de humo".


Macrogranja no es una categoría oficial. El término se refiere a explotaciones grandes de ganadería intensiva. "La palabra la tomamos prestada de los movimientos vecinales que veían desaparecer las granjas tradicionales, sustituidas por explotaciones cada vez más grandes capaces de producir muchos animales en espacios limitados", cuenta Luis Ferreirim, de Greenpeace.

El Ministerio de Agricultura divide las explotaciones ganaderas en grupos según su capacidad: grupo I, grupo II y grupo III. Esa capacidad se mide en Unidades Ganaderas Mayores. No todos los animales cuentan lo mismo. La traducción de equivalencias que realiza el Observatorio Dehesa del Centro de investigaciones científicas y tecnológicas de la Junta de Extremadura para el caso de los cerdos dice que las granjas del grupo I admiten 350 animales para cebar, las del Grupo II hasta 2.000 más 200 hembras reproductoras y las del grupo III 5.500 ejemplares engordando y 750 hembras. La normativa admite que se incremente en un 20% estas dimensiones con una autorización autonómica.

¿A partir de cuánto llamarlas macrogranjas?

La diputada del PP Milagros Marcos ha elegido personalmente la cantidad de 10.000 cabezas para hablar de macrogranjas. En realidad, el único criterio oficial que puede aplicarse es el que obliga a las explotaciones a reportar cuánto contaminan a partir de cierto tamaño. Están obligadas a registrar sus emisiones de metano o amoniaco todas las granjas intensivas con 2.000 cerdos de más de 30 kg o 750 hembras reproductoras. En virtud de su dimensión, la normativa les requiere informar sobre cuáles son sus niveles de contaminación al Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR) del Ministerio de Transición Ecológica. En 2020 había 3.233 instalaciones activas de este tipo

No son granjas sino fábricas. Fabrican comida, que no alimento, para comercializarla: cada vez hay más animales y menos granjas, lo cual, inequívocamente, implica que la producción está cada vez más concentrada"

"Lo más importante no es el tamaño de las explotaciones individuales, sino del modelo industrial: hay municipios, comarcas con decenas de explotaciones industriales que quizás no se considerarían macro pero que, juntas, concentradas en superficie, tienen el mismo impacto que una sola grande", explica la portavoz de Ecologistas en Acción, Elisa Oteros. "No son granjas, sino fábricas. Fabrican comida, que no alimento, para comercializarla: cada vez hay más animales y menos granjas, lo cual, inequívocamente, implica que la producción está cada vez más concentrada", dice. 

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha admitido este martes en Onda Cero que las "desafortunadas" palabras de Garzón han sido "manipuladas". Y luego ha abundado en que "hay una confusión entre ganadería intensiva y extensiva. Aquí no hay conflicto, hay diversidad. España es potencia ganadera. (...) Y luego hay una confusión entre la identificación de la ganadería intensiva con las macrogranjas".



En contra de lo que han dicho los dirigentes del Partido Popular, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) –que llegaron a pedir la dimisión de Alberto Garzón al comienzo de esta polémica– sí ha admitido el concepto de macrogranjas. Y las ha criticado con dureza al achacar a este modelo "daño ambiental", "productos de peor calidad" y empleo pobre, como dejaron por escrito en 2018 al solicitar en Bruselas "la prohibición de las macrogranjas". La UPA insistió en noviembre de ese año que los eurodiputados tenían que "liberar a Europa de esta amenaza" porque "las mega explotaciones ganaderas no están integradas en el entorno natural, como sí lo están las pequeñas y medianas explotaciones familiares, por no hablar del peor nivel que tienen en cuanto a bienestar animal".

Foco de contaminación: metano, amoniaco y el agua

Aunque no sea la primera idea que viene a la cabeza, la actividad agroganadera emite gases de efecto invernadero a la atmósfera (causa del cambio climático). En España, este sector lanzó 38.263 kilotoneladas (kt) de estos gases en 2020: el 14% del total, según el Inventario Nacional del Ministerio de Transición Ecológica.

El principal gas causado por la agricultura y la ganadería es el metano (CH4). Este compuesto dura activo en la atmósfera una media de diez años, mucho menos que el dióxido de carbono, pero durante su vida absorbe mucha más energía, es decir, mucho más calor. Es más potente, a pesar de que actúa menos tiempo, mientras el CO2 puede seguir incrementando la temperatura global miles de años.

La Unión de Pequeños Agricultores, que pidió la dimisión de Garzón al comienzo de esta polémica, pidió en 2018 a la UE "la prohibición de las macrogranjas" al achacar a este modelo "daño ambiental", "productos de peor calidad" y empleo pobre

España emitió 23.600 kt de metano en 2020. Unas 16.000 de ellas vienen de la fermentación entérica del ganado (un subproducto de su digestión) y otras 7.175 kt del manejo de estiércol. Dos de cada tres toneladas de gases invernadero del sector agrícola español son metano. Casi todo ese gas (el 98%) proviene directa o indirectamente del ganado.

Otro tóxico que produce la ganadería, sobre todo intensiva y a gran escala, mediante la degradación de desechos es el amoniaco. Un "gas incoloro de olor penetrante, fácilmente soluble en agua y evaporable", según lo define el Registro de Emisiones Contaminantes (PRTR).

España incumple desde 2010 los techos de emisión de amoniaco comprometidos con la Unión Europea. El año pasado lanzó 483 kilotoneladas, por encima de las 467 que marca el umbral máximo en vigor desde 2020. Las macrogranjas de porcino supusieron el 8% de todo ese amoniaco. Estas grandes instalaciones vieron cómo el curso pasado creció un 8% sus emisiones de metano y un 3,4% las de amoniaco, según los datos introducidos en el PRTR.

Por último, los nitratos de los desechos ganaderos y agrícolas han afectado al 40% de los acuíferos españoles. Esta contaminación difusa que daña las aguas se ha convertido en un "problema estructural" en España, según analizó la Comisión Europea en 2019 al comprobar cómo estaban los Estados aplicando la directiva de Agua. Tras los avisos que impone el proceso sancionador europeo, Bruselas ha llevado a España ante el Tribunal de Justicia por no haber solucionado este asunto. El Gobierno ha admitido en sus informes que más de la mitad de los puntos afectados no podrán estar recuperados en el tiempo indicado por la ley.

"El problema es más bien el modelo del que las macrogranjas son el máximo exponente: instalaciones muy mecanizadas con gran capacidad de producción en espacio reducido. Una ganadería sin tierra que depende totalmente de los insumos externos (agua y alimento) y que genera muchas emisiones y residuos", concluye Ferreirim.

Problema reconocido: decreto porcino, avícola y futuro para vacas

El problema ambiental de contaminación del aire y el agua que supone la producción industrial de carne es algo conocido. El Gobierno ha regulado hasta el momento en sendos decretos las normas básicas para las explotaciones de cerdo (en febrero de 2020) y de aves (en julio de 2021). Además, los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha, Aragón, Catalunya y Navarra han regulado –o anunciado que lo harán– el sector para limitar o prohibir la implantación de explotaciones ganaderas intensivas de gran tamaño, es decir, macrogranjas.



En ambas normas estatales hay apartados específicos para el manejo del estiércol y la reducción de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera que, admiten los textos, "se ha convertido en uno de los principales problemas a escala mundial". Nitratos y amoniaco encabezan las preocupaciones del sector ganadero.

Para las granjas de porcino, los requisitos encaminados a rebajar esas emisiones entrarán en vigor en enero de 2023. Para las explotaciones avícolas, serán obligatorias en 2024 si obligan a modificar estructuralmente la instalación. Si no, se exigirán en enero de 2023.

Queda la tercera pata: las granjas bovinas. El decreto está ahora en elaboración. En el actual Registro de Emisiones Contaminantes solo tienen obligación de reportar sus niveles de metano o amoniaco las granjas avícolas y porcinas. Las de vacas, por el momento, están exentas.




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domingo, 30 de enero de 2022

 



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Fríoooooo...en Ukrania


 

 

Iglesia católica y mujer

8 de diciembre, Día de la (in)maculada Concepción

 9 Dic, 2019

Kaosenlared




Por Santi Ochoa

No debe pasar esta festividad de la (In)Maculada Concepción como una más, sin señalar lo patético y retrógrado que resulta hoy día la afrenta de la Iglesia Católica de exaltar como modelo femenino a la virgen María, cuando su relación con las mujeres a lo largo de la historia es tan despiadada como se muestra a continuación.

MUJER – MATRIMONIO – ABORTO

Para el cristianismo la mujer no tuvo alma hasta el año 585, en el segundo sínodo de Macon, salvo la Virgen María, que siempre ha habido clases.

Hasta 1215 (sesión 24 del Concilio de Letrán) el matrimonio católico no era ningún sacramento y hasta 1563 (Concilio de Trento) el matrimonio no era ni monógamo ni indisoluble. La Iglesia Católica en España hasta el siglo 16 permitía no solo el aborto, sino el infanticidio hasta la primera semana de vida, que es cuando el neonato debía ser bautizado. Hasta entonces se suponía que no tenía alma. Con la expansión colonial y la abundancia de guerras de la época se optó por la prohibición del infanticidio dada la evidente necesidad de mano de obra y carne de cañón.

INDULGENCIAS

La «Taxa Camarae» es una tarifa promulgada en el año 1517 por el papa León X con el fin de vender indulgencias, eso es perdonar las culpas a todos cuantos pudiesen pagar unas buenas libras al pontífice. No había delito, por horrible que fuese, que no pudiese ser perdonado a cambio de dinero. De sus 35 artículos, listamos un resumen de los abusos y crímenes contra las mujeres que se perdonaban pagando:

Malos tratos a su mujer, 4 sueldos.
– Matar a tu mujer, 15 sueldos. + si es para casarse con otra, 9 sueldos.
– Pecado con mujer contra natura o de bestialidad, 15 sueldos.
– Desflorar a una virgen, 8 sueldos.
– Religiosa entregada a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, 15 sueldos.

CONDENAS PAPALES

La Iglesia Católica se ha pasado toda su vida condenando cualquier progreso; aparte de las condenas más actuales de la masturbación, el divorcio, el preservativo, el aborto, la homosexualidad, la investigación con embriones y la muerte digna, aquí van unas cuantas menos conocidas:

Gregorio XVI, en 1834 condenó a la sociedad protectora de animales (no tienen alma) y los cubitos de hielo (terminarán fabricando sangre…) le siguió Pío IX, que después de establecer el dogma de la Infalibilidad del Papa, o sea de él mismo, condenó la anestesia (parirás con dolor) y el pararrayos (vienen del cielo). El siguiente, san Pío X, ya en el siglo XX como era santo, prohibió el tango (por lascivo), las patatas (bajo tierra-infierno) y el tabaco, cosa que no hacen ahora, aunque en 2005 Joseph Ratzinger ya condenó a Harry Potter.

En el siglo 19 la Iglesia católica perdió a la clase obrera por colocarse al lado de los patronos y condenar las revoluciones que luchaban por una sociedad más justa.
En el siglo 20 perdieron a los jóvenes e intelectuales por adoptar posturas filosóficas y culturales integristas y antimodernas.
En este siglo 21, si no abandonan la senda patriarcal perderán también a las mujeres, su último reducto.




 Imágenes urbanas




 

Las terribles historias de los niños violados por “sacerdotes depredadores”

ABUSOS SEXUALES





Un sacerdote obligó a un niño de 9 años a tener relaciones

sexuales orales y después enjuagó la boca del niño con

agua bendita

AGENCIAS

15/08/2018

Un sacerdote violó a una niña de 7 años mientras la visitaba en el hospital después de que le operaran de las amígdalas. Otro sacerdote obligó a un niño de 9 años a tener relaciones sexuales orales y después enjuagó la boca del niño con agua bendita. Otro niño se vio obligado a confesar que el sacerdote abusó sexualmente de él.

Estos niños están entre las víctimas de aproximadamente 300 sacerdotes católicos romanos de Pensilvania, que abusaron sexualmente a más de 1.000 niños, y posiblemente muchos más desde la década de 1940. Así lo ha revelado un extenso informe de más de 1.300 páginas de la Corte Suprema del estado de Pensilvania.

Abusaron sexualmente a más de 1.000 niños

El “número real” de niños maltratados y sacerdotes abusadores podría ser mayor, ya que algunos registros secretos de la iglesia se perdieron y algunas víctimas nunca lo confesaron, aseguró el jurado.

Los sacerdotes estaban violando a niños y niñas, y los hombres de Dios, que eran responsables de ellos, no sólo no hicieron nada, sino que lo ocultaron todo”, redactó el jurado. Los principales funcionarios de la iglesia han sido protegidos en su mayoría y muchos han sido ascendidos, explica el jurado, y añade que “es demasiado pronto para cerrar el libro sobre el escándalo sexual de la Iglesia Católica”.

Es demasiado pronto para cerrar el libro sobre el escándalo sexual”

El jurado explica en el documento que la mayor parte de las víctimas fueron varones, aunque también hay chicas, y entre ellos adolescentes y muchos preadolescentes. Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, algunos vaginalmente, algunos analmente”, denuncia el texto.

El informe acusa al cardenal Donald Wuerl, exobispo de Pittsburgh que ahora lidera la archidiócesis de Washington, de ocultar los casos. El jurado ha examinado las acusaciones de abusos en la diócesis de Pensilvania, que administra a más de la mitad de los 3,2 millones de católicos de todo el estado. El informe alude a investigaciones anteriores de la iglesia sobre casos de abusos generalizados por parte del clero en todo Estados Unidos.

Algunos fueron violados oralmente, algunos vaginalmente, algunos analmente”



 

Manual de la Iglesia Católica para encubrir la pederastia


Kamchatka

PabloMM

20-8-18

Ocurrió sistemáticamente desde 1947. Unos 300 sacerdotes de seis diócesis de la Iglesia Católica en Pensilvania (EE.UU.) abusaron sexualmente de más de 1.000 niños. Así lo confirma un extenso informe del Tribunal Supremo del estado que durante más de dos años ha llevado a cabo una investigación de la que ahora se conocen los detalles más escabrosos.

Entre los incidentes descritos existe la confesión de un sacerdote que violó a 15 niños o el caso de una infante de siete años que fue abusada en el hospital cuando su agresor fue a visitarla tras ser operada de amigdalitis. Un cura limpió con agua bendita la boca de un niño después de obligarle a practicarle sexo oral y otro hizo que su víctima posara desnudo como Jesucristo crucificado mientras le fotografiaba con una Polaroid. Después, les entregaban a sus víctimas un colgante con una cruz dorada; así sabían que esos niños ya habían sido violados.

El informe denuncia la existencia de una "red pornográfica" donde los sacerdotes se intercambiaban decenas de fotos y videos de los abusos, que incluían, en ocasiones, prácticas fetichistas con "fustas, violencia y sadismo", todo ello, con el consentimiento de los líderes de la iglesia católica de Pensilvania. Pero, ¿cómo lograron ocultarlo?

El Tribunal considera probado la existencia de unos patrones de conducta elaborados por la jerarquía eclesiástica para evitar que las agresiones salieran a la luz pública, una especie de manual para proteger a los agresores y silenciar a sus víctimas. Nunca se hablaba de violación o abuso, sino que se utilizaban eufemismos como "contacto inapropiado"; no se realizaban investigaciones con personal especializado e independiente, sino con sacerdotes que sacaban conclusiones parciales favorables al agresor; para dar una apariencia de integridad enviaban a los curas a centros psiquiátricos administrados por la propia iglesia donde se elaboraban informes basados únicamente en los testimonios de los religiosos;  si finalmente decidían apartar al sacerdote alegaban como excusa una falsa enfermedad o un problema nervioso; aun sabiendo a ciencia cierta que se estaban cometiendo abusos, las diócesis seguían sufragando los  gastos de los agresores, incluso cuando utilizaban esos recursos para continuar con sus prácticas pederastas; cuando un caso trascendía los límites de la privacidad se trasladaba al religioso a otra parroquia donde los fieles desconocían su pasado, y por último; nunca se daba parte a la policía.

A pesar de la crudeza de los hechos,  Josh Shapiro, Fiscal General del Estado, reconoce que la mayoría de los asaltantes nunca serán juzgados. Más de cien ya han fallecido mientras que los que siguen vivos se verán beneficiados por la legislación actual. En Pensilvania, las víctimas menores de edad sólo tienen hasta los 30 años para interponer demandas civiles y hasta los 50 para presentar cargos criminales. Así las cosas, un gran número de agresiones ya han prescrito. Si bien parece que la tarea del Tribunal Supremo apenas acarreará consecuencias penales, el mismo ha servido para volver a situar los abusos sexuales en la iglesia en el centro del debate público.

Todas las miradas apuntan ahora al cardenal Donald Wuerl, arzobispo de Pittsburgh (Pensilvania) durante 18 años y que en la actualidad ejerce la misma función en Washington, donde llegó tras la renuncia de su predecesor, precisamente, tras ser acusado de abuso sexual. Aunque Wuerl ha negado cualquier implicación en los hechos y descarta dimitir, resulta difícil creer que el máximo responsable de la iglesia en Pensilvania durante casi dos décadas no supiera nada de lo que sucedía entre las bambalinas de su negociado.

La otra pata de este banco es el Vaticano, cuyo nombre sale mencionado hasta en 43 ocasiones en el informe elaborado por el Tribunal Supremo. Los investigadores sostienen que la Santa Sede tuvo conocimiento de lo que estaba sucediendo al menos desde 1963 y que se mostró "tolerante" con algunos casos.

El primer episodio del que tuvieron constancia fue el relativo al cura Raymond Lukac, de la diócesis de Greensburg. A principios de los años 60, Lukac había sido acusado en tres ocasiones por tocamientos inapropiados a menores de edad y la violación de una niña de 11 años. Además, mantuvo una relación con un organista de 18 años, contrajo matrimonio estando en el ejercicio del sacerdocio y tuvo un hijo con una adolescente a la que conoció cuando ella tenía 17 años. Cuando se percató de lo que estaba aconteciendo, el obispo de Greensburg, inmediato superior de Lukac,  se lo comunicó al Vaticano, que decidió apartarle en un centro religioso a las afueras de Chicago. Sin embargo, poco tiempo después, la Santa Sede autorizó que volviera a retomar todas sus funciones como párroco.  

Tras conocerse las duras revelaciones del informe, la conferencia episcopal estadounidense ha reaccionado a través de un comunicado en el que califica lo sucedido de "catástrofe moral" y apunta al "fracaso del liderazgo episcopal" como una de las raíces del problema. Danel DiNardo, máximo responsable de la institución que aglutina a los obispos de los Estados Unidos, solicita una mayor transparencia a la hora de responder a las constantes acusaciones de abusos sexuales en el seno de la iglesia y apunta al Papa como el único capaz de poner en  marcha los mecanismos necesarios para atajar de una vez por todas una problemática que está corroyendo los cimientos de la Iglesia Católica en todo el mundo.

El Pontífice se ha manifestado en las últimas horas con una carta abierta donde asume que "no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas". Francisco califica los hechos ocurridos en Pensilvania como "un crimen que genera hondas heridas de dolor e importancia" y concluye aseverando que "nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado".


 

INFOBAE

El FBI detalla el "manual de jugadas" de la Iglesia Católica para encubrir abusos sexuales de 300 sacerdotes en Pensilvania

El proceso era el mismo: llegaba la denuncia a una diócesis de

 Pensilvania y empezaban los siete pasos para gestionar su

 encubrimiento

15 de Agosto de 2018




El Fiscal General de Pensilvania, Josh Shapiro, en la rueda de prensa del martes en la que reveló la investigación más profunda en la historia de la Iglesia Católica en Estados Unidos. (Foto: AP/Matt Rourke)

Más de mil menores han sido identificados como víctimas de abusos sexuales durante los últimos 70 años en diócesis de Pensilvania. El Gran Jurado del Estado dio a conocer el martes los detalles de una investigación que incluye a 300 sacerdotes de la Iglesia Católica que violaron, manosearon e incluso ayudaron a abortar a menores de edad..

Josh Shapiro, fiscal general del Estado, dio a conocer los detalles de la investigación de dos años en la que participaron el FBI y las propias diócesis estadounidenses. Los documentos ocupan 1.356 páginas repletas de detalles que desmantelan el encubrimiento sistemático por parte de los líderes religiosos en coordinación con el Vaticano. La mayoría de casos son demasiado antiguos para ser perseguidos judicialmente, por lo que quedarán impunes.

Tal y como detalla el informe, existió un "manual de jugadas" con las prácticas a seguir cada vez que las diócesis de Pensilvania recibieron una denuncia por abusos sexuales contra menores de edad. El Código de Derecho Canónico requiere mantener un archivo con todas esas denuncias, y a partir de ahí el Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos, un departamento especializado del FBI, analizó los documentos y sacó siete conclusiones con las prácticas habituales que se siguieron para encarar dichos casos.




sábado, 29 de enero de 2022

 

Sociedad

ABUSOS SEXUALES IGLESIA CATÓLICA

Alejandro Palomas denuncia los abusos sexuales de un religioso: "En esa sala entré niño y salí superviviente"


El escritor y ganador del Premio Nadal de 2018 denuncia los


 abusos sexuales que sufrió cuando era niño a manos de un


 religioso





https://youtu.be/9ScbUozTUq0


Cadena SER

27-1-22


Madrid

Alejandro Palomas es escritor. Ganó el Premio Nadal en 2018 por su obra 'Un Amor'. Hace dos años relató en una columna escrita que un religioso abusó de él cuando era niño y desde entonces no había hablado de ello. Hoy ha decidido ponerle voz a su testimonio; relatar las vejaciones a las que fue sometido y la huella imborrable que ha quedado en él. Lo ha denunciado, íntegro, en 'Hora 25'.

"Nos remontamos al año 75. Tenía unos ocho años. Yo estudiaba en el colegio 'La Salle Premiá de Mar' y tengo mal recuerdo de mi infancia. Viví una infancia muy triste. Era un niño muy introvertido, muy solitario, hipersensible. Era un niño diana", comienza Palomas. El escritor advierte: "No tendremos tiempo de contar todo lo que me pasó", pero he aquí su cruda denuncia.

"Yo fui acosado, abusado y agredido sexualmente. Pasé por las tres fases. Cuando uno es agredido es violado. Por un religioso, docente, del colegio de La Salle y esto fue desde finales de curso de EGB, durante las colonias entre cursos y hasta más o menos poco antes de Semana Santa de quinto de EGB. Es difícil contarlo rápido porque es un proceso lento", explica. 

"Vamos a llamarlo 'hermano L', prefiero no decirte su nombre ni si es su inicial real. No te digo que no. El 'hermano L' era un tío como muy popular. Era muy extrovertido, muy afable, era como el gran papá y yo era un niño muy vulnerable (...) Empezó la historia porque yo empecé a enfermar. Empecé a enfermar cuando estaba en el colegio, tenía mucha amigdalitis y enfermaba muy rápido. El proceso era llamar a casa, me llevaban a casa y el que me llevaba era él. Y durante esos viajes ahí empezaron los abusos", señala Palomas. 

El infierno de Alejandro Palomas comenzó en esos viajes a su casa cuando enfermaba. "Él me estiraba en el asiento trasero del coche, estaba muy débil. Con la mano derecha me iba manoseando mientras conducía. Me bajaba los calzoncillos, me hurgaba y me metía mano. Intercalaba eso mientras se masturbaba (...) Temía ponerme enfermo porque temía estos viajes. Mis padres lo querían mucho", relata.

"Hubo una vez que lo que hizo fue parar el coche. Paramos en una especie de riera, entró en la parte de atrás, me incorporó, me puso la cabeza en sus piernas y a partir de entonces me bajó los pantalones, los calzoncillos, intentó masturbarme. Al mismo tiempo que él se masturbaba. Ahí ocurrió algo y él terminó, eyaculó, entiendo y cuando pasó esto se enfadó muchísimo porque él tenía momentos de violencia. Cambios de humor mientras ocurría esto. De repente me echó a un lado y cuando bajó del coche me dijo una frase que se repitió mucho", denuncia Palomas, que ha confesado la frase: "¿Ves lo que me haces hacer?".

"En aquel momento yo no sabía que lo que estaba viviendo era horrible. No sabía si era horrible por mí, no sabía hasta qué punto yo tenía la culpa de eso. Era un niño que buscaba protección e inconscientemente pensaba que era el precio que tenía que pagar", dice.

"El gran punto de inflexión físico fue la violación. La violación ocurrió en la casa de colonia. Verano, entre cuarto y quinto. Estaba jugando un partido de tenis. Alguien me tiró una piedra y me fue a dar en el ojo, me reventó el cristal de las gafas y tenía todos los cristales incrustados en el ojo. Me llevaron a la enfermería y el encargado era el 'hermano L'. Estuvieron durante mucho rato quitándome los cristales de los ojos. Me quitaron la ropa y me quedé solo en calzoncillos. Él decidió que tenía que quedarme ingresado 24 horas, en observación. Me tumbaron, me pusieron una sábana y ya. A la hora de dormir vino él y lo que hizo fue decirme que como tenía tanto miedo de que yo me hiciera daño, lo que hizo fue atarme las manos (...) Me puso de lado y se fue. A partir de ese momento llegó la noche más larga de mi vida de niño. Entré niño y salí superviviente", cuenta. 

"Durante las siguientes dos semanas no me bañé en ninguna piscina, ni me puse el bañador ni nada. Tenía miedo de que me llevaran al médico o que alguien pudiera ver que sangraba", explica el escritor. "No sé cómo conseguí no contárselo a mis padres. Yo me di cuenta de que era algo super vergonzoso (...) Terminó el verano, volvimos al colegio. En quinto de EGB el 'hermano L' era mi tutor. Yo era muy bueno en la creación literaria. A él le encantaba todo eso y lo que hizo fue decirme que me iba a dar clases particulares para sacar todo mi rendimiento. Durante el recreo de la comida me daba esta clase extra que suponía ir a su habitación. Se sentaba conmigo y repasábamos la redacción. Duraba tres minutos el máster y luego empezaba el infierno (...) Al final lo que quería era sentarme encima de él y masturbarse contra mí. Intentó dos veces que le hiciera una felación", afirma Alejandro Palomas.

"Él está vivo, pero nunca he vuelto a ese pueblo. Nunca he vuelto a ese colegio. Me parece imposible", explica. Añade además que los delitos "están prescritos". "Él es un nombre, uno de muchísimos. Creo que de alguna manera, yo, el Alejandro que tiene cierta relevancia, puede poner un poco de cara a esto. Porque hay muchos 'hermanos L' los hubo y hay. Hay muchos hombres que además han visto mermada su masculinidad. De esta parte nadie habla", sentencia.

"Uno siente que está manchado por dentro, como esas manchas que no salen nunca. O tiro el suéter o me acostumbro a la mancha y no la veo. Vives con esa mancha y piensas que te la van a ver y que la has creado tú, por mucho que la gente te diga que no. Siempre creí que no me querrían por esto", dice finalmente.

Alejandro Palomas narra en 'Hoy por hoy' cómo se lo contó a sus padres

Este viernes ha querido explicar en 'Hoy por hoy' cómo fue el proceso de explicarle a sus padres lo que estaba sufriendo. Y el contexto en el que se produjeron los hechos. Todo después de recibir críticas en las redes sociales sobre por qué su familia no puso en conocimiento de las autoridades judiciales los delitos cometidos por el religioso. Considera Alejandro Palomas que este aspecto es quizá lo más importante del relato. Y por eso ha querido compartirlo con los oyentes de la SER.

Alejandro cuenta cómo fue la reacción de su madre. "Le dijé que el hermano L. me hacía cosas y que me hacía mucho daño. Entendió entonces de qué estaba hablando y me dijo que no me preocupara, que no iba a pasar más. Se lo contó a mi padre, fueron juntos al colegio que dijo que no volvería a pasar. Y que lo resolverían como una cuestión interna del colegio y pidieron discreción", ha contado.