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jueves, 2 de mayo de 2024

 El espionaje en el PP de Madrid (I): “Planeaban la utilización de personas con fines sexuales para conseguir lo que querían”

Nueve miembros del PP de Madrid denuncian prostitución, espionaje, maltrato, y tráfico de drogas dentro del partido

ElPlural

J.M.G/S.G

2-5-24



En el corazón político de Madrid, una serie de acusaciones han surgido desde las filas del mismo Partido Popular (PP), sacudiendo los cimientos de la organización y poniendo en tela de juicio la integridad de sus prácticas internas. Un miembro del partido, que prefiere mantenerse en al anonimato por miedo a represalias, ha levantado la voz, denunciando una cultura de “bullying, xenofobia y machismo”, así como el uso de “alcohol, drogas y prostitución” como herramientas para ganar influencia y manipular a los militantes.

Las Nuevas Generaciones (NNGG) del PP de Madrid, según las confesiones recogidas por ElPlural.com, se han convertido en un escenario donde el ansia de poder y control se manifiesta en su forma más oscura. En este sentido, uno de los testimonios más impactantes proviene de H.R., quien describe a Alberto González, concejal de José Luis Martínez Almeida y secretario general del partido de los 21 distritos de la capital, como una figura que, lejos de representar los valores del partido, ha ejercido “amenazas” y comportamientos “violentos” hacia otros miembros.

Así, en el relato de H.R., González emerge como un personaje dispuesto a sabotear campañas políticas y a utilizar cualquier medio para asegurar su posición de poder, incluso si eso significa perjudicar las posibilidades electorales de figuras como Alberto Núñez Feijóo. “Unos meses antes [de las elecciones], Alberto González me decía que me tenía que preparar para una guerra futura en el partido a nivel nacional. Se queda ahí la cosa, pero cuando llega la campaña, González hace lo indecible para que no se haga ningún tipo de campaña por Feijóo. Es más, lo que quieren es que Feijóo pierda las elecciones”, subraya.

Unas acusaciones que se extienden a actos de violencia y discriminación. H.R. recuerda cómo González amenazó violentamente a un cargo de NNGG y cómo se refería despectivamente a colaboradores sudamericanos, llamándolos "panchitos" o "putos sudacas": “No se cortan nada, y los propios sudamericanos denunciaban que los echaban directamente de la sede cuando terminaban los actos porque ya les sobran allí”.

Asimismo, más allá de las agresiones verbales y físicas, se denuncian también prácticas de espionaje y seguimiento a miembros del partido, así como la planificación de actos para captar jóvenes utilizando alcohol y drogas. “Planeaban la utilización de personas con fines sexuales para conseguir lo que querían, o con cualquier otro fin que fuera necesario […] No había límites de ningún tipo, hasta el punto de animar a compañeros a prostituirse. A una compañera la llamaron también a prostituirse a cambio de conseguir un favor mío, que yo me quedé alucinado”, denuncia H.R.

Unas prácticas mafiosas que también incluyen grandes dosis de machismo. “Se intentó espiar a altos cargos del partido mediante prácticas sexuales para sacar información de lo que hiciera falta. Yo ya había oído comentarios como que las mujeres solo servían para sexo y para fregar, y eso ya era habitual, pero también fueron capaces de llegar al punto de utilizar la prostitución para obtener información”, denuncia este. “Y eso está pasando actualmente en el partido”, sentencia.




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