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martes, 23 de diciembre de 2025
“Una de las grandes tragedias de la humanidad es que la moralidad ha sido secuestrada por la religión. Esto no es un llamado a las armas, sino un llamado a la conciencia: una invitación a recuperar un derecho de nacimiento que hemos entregado con demasiada facilidad.
Hemos sido condicionados a una narrativa que plantea la virtud como derivada de la doctrina y la conducta ética como una concesión de lo divino. Sin embargo, un examen más profundo y riguroso de nuestra historia revela un origen mucho más antiguo e innato. Antes de la construcción de templos, de la inscripción de escrituras o de la invocación de dioses por su nombre, los fundamentos de la moral ya estaban siendo establecidos en la propia trama de nuestro ser.
Este cimiento de la ética no está inscrito en pergamino sagrado, sino en nuestra biología: se manifiesta en el gesto empático de dolor ante el sufrimiento ajeno, en el espíritu colaborativo que nos permite construir sociedades y reparar rupturas, en el amor profundo y desinteresado que impulsa a un padre o a una madre a proteger a sus crías. Estas no son órdenes celestiales; son imperativos terrestres, afinados durante milenios por los mecanismos inexorables y elegantes de la selección evolutiva. Somos criaturas morales no por mandato divino, sino por necesidad social, unidos por la lógica inmutable de un destino compartido.
Esta arquitectura moral innata surgió de las realidades pragmáticas de nuestro pasado profundo. Nuestros ancestros descubrieron que principios como la reciprocidad, la equidad y el altruismo no eran virtudes abstractas, sino estrategias esenciales de supervivencia. Una comunidad que cuidaba a sus miembros más vulnerables, honraba sus acuerdos y mediaba sus conflictos era una comunidad que prosperaba. Ese ethos pre-religioso y empírico es el sustrato fundamental de la ética humana. La religión no inventó este sistema; llegó después para formalizarlo, narrativizarlo y, en última instancia, apropiarse de estos principios evolucionados, presentándolos como revelaciones trascendentes. En un acto magistral de apropiación cultural, se atribuyó un monopolio sobre la virtud, persuadiendo a la humanidad de que nuestras intuiciones éticas más profundas no eran nuestras, sino que dependían de una autoridad superior.
Esto nos conduce a la distinción crucial del filósofo Daniel Dennett: muchas personas operan desde una “creencia en la creencia”. Creen que creer en Dios es lo que les otorga a ellos —y a la sociedad— moralidad. Esta convicción, sin embargo, se ve contundentemente contradicha por la realidad empírica. Como podría observar Dennett, si la religión fuera la única o la principal fuente de freno moral, esperaríamos que su ausencia se correlacionara fuertemente con la criminalidad. Sin embargo, a menudo ocurre lo contrario: nuestras cárceles no están desbordadas de ateos y agnósticos, sino que están pobladas de manera desproporcionada por personas que profesan creer en Dios. Esto sugiere que la moralidad genuina brota de un manantial distinto, más arraigado, que la adhesión teológica.
Por lo tanto, la religión no puede atribuirse haber inventado la misericordia, el coraje o la compasión. A veces los ha codificado; con frecuencia los ha dramatizado; y en ocasiones los ha restringido o distorsionado. Pero no los creó. Afirmar lo contrario implica una profunda degradación de la humanidad: sugiere que, en ausencia de la promesa del paraíso o de la amenaza de la perdición, caeríamos en una depravación básica. Sin embargo, la llama de la decencia se encendió mucho antes de que se alzara el primer altar.
Somos la descendencia de un cosmos vasto, antiguo e imparcial: un universo indiferente a los conceptos de pecado o salvación, pero gobernado por principios implacables de causa y efecto. Nuestra moralidad es una propiedad emergente natural de esta realidad: la comprensión de que nuestras acciones generan ondas en la red interconectada de la existencia humana, que la bondad cultiva resiliencia y que la confianza es el capital indispensable de una comunidad funcional.
Dejemos, entonces, de externalizar nuestra ética a textos antiguos y deidades lejanas. Volquemos la mirada, en cambio, hacia los demás: hacia el proyecto compartido y continuo de la humanidad, y hacia el mundo frágil y magnífico que habitamos en común. Nuestra brújula moral no es un préstamo del cielo que deba pagarse con piedad; es una herencia de la propia tierra: codificada en nuestros genes, validada por milenios y a la espera de nuestra elección consciente de sostenerla.
Esta es la base elegante y profunda de una moralidad madura: no requiere aval divino. Exige únicamente nuestra atención lúcida, nuestra empatía cultivada y nuestro compromiso valiente de actuar con justicia, no por una recompensa en un más allá hipotético, sino por un futuro mejor y más compasivo en el aquí y ahora innegable.”
(Arthur C. Clarke)
La resolución judicial es además muy relevante para todo el sector, indican múltiples fuentes, dado el elevado uso de contratos mercantiles a médicos en la sanidad privada, que en los últimos años está siendo objeto cada vez de más inspecciones de trabajo.
Este caso alcanza a una de las principales compañías del sector sanitario privado, Quirónsalud, y a uno de sus mayores hospitales en la Comunidad de Madrid y en España, el situado en Pozuelo de Alarcón. Fuentes consultadas por este medio indican que este mismo esquema de contratos mercantiles a profesionales sanitarios que la Inspección y dos tribunales han considerado irregular se replica en otras especialidades del mismo hospital y en otros centros de Quirón, que se mantienen en vilo ante este proceso judicial.
Atención 24 horas, honorarios impuestos y exclusividad
La sentencia desgrana el modelo de subcontratación del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid de los últimos 20 años. El Grupo Hospitalario Quirón subcontrató en 2006 esta especialidad al profesional designado como jefe de servicio, “comprometiéndose el médico especialista contratante a realizar, con sus medios y organización, en toda su amplitud”. En 2018, se renovó el contrato de subcontratación, a través entonces de una empresa de la que el jefe de Ginecología –todavía hoy en el cargo– es administrador único, que se denomina Onginex SL.
Los contratos estipulan que el responsable de la subcontratación tenía que atender a los pacientes de Quirón “con sus propios medios y criterios de organización, sin relación de dependencia respecto a la estructura jerárquica y disciplinaria de Quirón, en régimen de exclusividad”. También que “contratará por su cuenta y a su cargo al personal facultativo médico y biólogo de reconocida capacidad y experiencia profesional” para garantizar el servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital. Estos profesionales también están sometidos “a las mismas obligaciones y deberes” que Quirón señala en el contrato con el responsable del servicio, aunque en el caso de la exclusividad se recoge que pueden trabajar en la sanidad pública.
¿Qué es Hakuna, el grupo de jóvenes surgido del Opus Dei que cantará en la Puerta del Sol de Madrid?
La Comunidad de Madrid ha contratado a la banda católica para actuar esta Navidad
Andrea Estañán
21-12-25
ElPlural
La Comunidad de Madrid contará con la banda musical vinculada al Opus Dei ‘Hakuna Group Music’ el próximo 22 de diciembre en la Puerta del Sol, incorporando así al grupo dentro de la programación 'Villancicos de Sol' organizada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid. El concierto se celebrará a las 18:00 horas desde el balcón de la Real Casa de Correos.
Según ha detallado la Comunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso, se espera que el grupo interprete cinco de sus canciones y que quienes deseen asistir puedan hacerlo “hasta completar aforo”.
¿Qué es Hakuna y cuál es su conexión con el Opus Dei?
‘Hakuna Group Music’ se ha consolidado en los últimos años como un grupo de pop católico vinculado al Opus Dei. Nació en el año 2013 como parte de los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en Río de Janeiro. Detrás de este grupo encontramos a su fundador, José Pedro Manglano, un sacerdote que pertenecía en ese momento al Opus Dei.
Dentro de su página web, el grupo explica como siguen un “estilo de vida” el cual se centra en estar “arrodillado ante Cristo en la Hostia”, relatando como aprenden a “vivir arrodillados ante el prójimo, ante la vida y ante el mundo”.
El grupo vinculado al Opus Dei dio sus primeros pasos en la Parroquia San Josemaría de Aravaca, en Pozuelo de Alarcón. Fue en el año 2020 cuando el Opus Dei entregó la dirección de este grupo a su fundador, José Pedro Manglano, quien más tarde dejó esa institución para unirse al clero de Madrid y poder centrarse únicamente en ese proyecto.
En la actualidad, la banda de pop católica funciona legalmente como una asociación privada de fieles, cuyos estatutos cuentan con la aprobación del cardenal Carlos Osoro.
¿Cómo se organiza Hakuna?
La organización de esta banda musical es tan peculiar como la misma, estando liderada por una Junta de Servicio compuesta de siete miembros. Además, Hakuna cuenta con una Asamblea General de socios conocidos como “pringados”, aquellas personas que siguen el estilo de vida definido por Hakuna.
Dentro de estos “pringados” encontramos a laicos, seminaristas y sacerdotes que colaboran con el grupo de música. Estos miembros toman honor a su nombre debido a que son los más comprometidos en la vida comunitaria y en la misión religiosa de Hakuna.
Otro de los niveles de organización de este grupo son los coordinadores regionales y padrinos, los cuales se encargan de acompañar a los grupos locales. También encontramos sedes principales como “El Estudio” en Las Rozas de Madrid, el convento de Nuestra Señora de Belén en Cifuentes (Guadalajara) y, por último, el convento de Santa Clara en Molina de Aragón (Guadalajara). Además, se plantea también la posible apertura de un colegio y una universidad.
Encontramos también una lista de países en los que están implantados, en esta circulan un total de 25 países de Europa, América y Asia. En España, tienen una fuerte implantación en más de 25 diócesis, destacando las ciudades de Madrid, Barcelona y Valencia.
En la capital española, además, han ofrecido ya varios conciertos ante grandes audiencias, siendo recibidos con gran éxito por los jóvenes católicos.
¿Cuáles son sus actividades?
En su día a día el grupo religioso realiza actividades de formación y voluntariado, tales como:
Horas Santas: Charlas semanales seguidas de una hora de adoración
Revolcaderos: Grupos pequeños que se reúnen quincenalmente para crecer en la fe
Compartiriados y Escapadas: Acciones sociales y misiones tanto en España como en el extranjero
Soul College: Cursos de formación en antropología y teología
‘Huracán’, su éxito viral
El éxito de Hakuna, que ha editado ya varios álbumes, se consolidó con su tema ‘Huracán’, en el cuál hablan de una profunda búsqueda espiritual y el deseo de encontrar a Dios. “Y un huracán romperá el cielo desde mi garganta gritándote: ¿dónde estás cuando me haces falta?”, cantan en él. La canción se popularizó entre los grupos de jóvenes católicos a través de las redes sociales, volviéndose viral en TikTok.
La historia del maquis y la guerra silenciada
Cómo la guerrilla antifranquista mantuvo vivo el conflicto durante la posguerra
Suren Gasparyan
22-12-25
ElPlural
La Guerra Civil no terminó en 1939. Al menos no para quienes se echaron al monte cuando la victoria franquista hizo imposible cualquier otra forma de resistencia. Mientras el régimen proclamaba la paz, en sierras y montes de toda España continuaba una guerra silenciada: la del maquis, la de quienes se negaron a aceptar la derrota como destino.
Para esos hombres y mujeres, el final oficial del conflicto no trajo reconciliación ni normalidad, sino persecución. Muchos habían combatido en el Ejército republicano; otros eran militantes políticos, enlaces, sindicalistas o simplemente vecinos señalados. Regresar a casa significaba exponerse a la cárcel, la tortura o el fusilamiento. Subir al monte fue, en innumerables casos, una huida antes que una elección ideológica. El maquis nació así, como una respuesta desesperada a una represión que no se detuvo con la firma del último parte de guerra.
Durante los años cuarenta, la guerrilla antifranquista se extendió por amplias zonas rurales: Asturias, León, Galicia, Aragón, Cataluña, el Maestrazgo, Andalucía. No era un ejército regular ni un movimiento homogéneo. Eran grupos dispersos, mal armados, dependientes del apoyo de enlaces y de una población civil sometida a una presión constante. Vivían en la intemperie, con hambre, frío y miedo, siempre vigilados por una Guardia Civil que convirtió la lucha antiguerrillera en una prioridad del Estado.
El franquismo entendió pronto que admitir la existencia del maquis equivalía a reconocer que la guerra seguía viva. Por eso negó su carácter político y lo redujo a un problema de orden público. Los guerrilleros fueron rebautizados como “bandoleros”, “malhechores” o “forajidos”, una operación lingüística que buscaba deslegitimar su lucha y justificar la represión. No había resistencia, decía el régimen: había delincuencia. El lenguaje volvió a ser un arma.
Pero la guerra existía, y se libraba también contra la población civil. Familias enteras fueron castigadas por ayudar —o por sospecha de ayudar— a la guerrilla. Detenciones arbitrarias, palizas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y represalias colectivas formaron parte de una estrategia destinada a aislar al maquis y quebrar cualquier red de apoyo. Los pueblos aprendieron a callar. El miedo se convirtió en norma. La posguerra fue, en muchas zonas, una guerra sin frentes visibles.
A pesar de la dureza del contexto, el maquis mantuvo durante años la esperanza de un cambio internacional. La derrota del fascismo en Europa alimentó la expectativa de una intervención aliada que nunca llegó. Algunos guerrilleros cruzaron la frontera francesa y regresaron armados; otros se integraron en estructuras políticas clandestinas que confiaban en una caída inminente del régimen. Esa espera prolongó la lucha, pero también la hizo más trágica. El aislamiento internacional del franquismo se rompió antes de que la resistencia pudiera transformarse en alternativa real.
Con el inicio de la Guerra Fría, el destino del maquis quedó sellado. El anticomunismo convirtió a Franco en un aliado incómodo pero útil para las potencias occidentales. La guerrilla pasó de ser una anomalía de posguerra a un estorbo político. Sin apoyo exterior y con una represión cada vez más eficaz, los grupos fueron desarticulados uno a uno. Muchos combatientes murieron en emboscadas; otros fueron capturados y ejecutados tras consejos de guerra sumarísimos. La guerra se fue apagando sin reconocimiento, sin épica y sin final oficial.
La derrota del maquis no trajo memoria, sino silencio. Durante décadas, su historia quedó fuera de los libros de texto, de los relatos familiares y del espacio público. En los pueblos, los nombres se susurraban; en las ciudades, directamente se olvidaban. La dictadura impuso una narrativa en la que la resistencia armada no tenía lugar, y la Transición heredó en parte ese vacío. El maquis no encajaba en el relato del consenso: recordaba que la democracia no llegó sola, que hubo quienes siguieron luchando cuando todo estaba perdido.
Ese silencio tuvo consecuencias. Al borrar al maquis, se borró también la violencia estructural de la posguerra. Se reforzó la idea de un país pacificado desde 1939, cuando en realidad la dictadura se consolidó mediante una guerra prolongada contra su propia población. Nombrar al maquis obliga a revisar esa cronología cómoda y a reconocer que la paz franquista se construyó sobre la represión continuada.
También obliga a complejizar la memoria. El maquis no fue un mito heroico ni una caricatura criminal. Fue una experiencia humana atravesada por contradicciones, errores, decisiones límite y derrotas inevitables. Hubo acciones discutibles y consecuencias dolorosas para terceros. Contarlo no implica idealizarlo, sino asumir su complejidad histórica y su contexto. Negarlo, en cambio, es aceptar el relato del vencedor.
En los últimos años, la recuperación de fosas, archivos y testimonios ha permitido reconstruir parte de esa historia. Han reaparecido nombres, trayectorias y lugares que habían quedado sepultados por el miedo. Esa recuperación no busca reabrir una guerra, sino cerrarla de verdad. Porque no se puede dar por terminado un conflicto mientras una parte de quienes lo vivieron siga fuera del relato.
Ibarra, el ex del PSOE en Extremadura, propone un acercamiento al PP. Eso estaría muy bien si este PP estuviese muy alejado de VOX; entonces se podría pensar que era factible echar a VOX del tablero político, como se está haciendo —o al menos se pretende— en muchos gobiernos de Europa. Pero, si uno profundiza, no se encuentra ninguna diferencia entre uno y otro.
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Que alguien me explique la diferencia que hay entre Ayuso y Abascal. Incluso, y debido a la presión a la que está sometido precisamente por Ayuso, Feijóo pretende ser la balanza entre ambos, ya que, en su intento de ser presidente de todos los españoles, lo haría a cualquier precio… y el precio de Feijóo para cambiar de postura es de calderilla.
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Aquí lo que hay que hacer es ponerse a trabajar muy duro en lo que escribo a continuación: hacer políticas valientes que nos despeguen totalmente de la derecha en los temas que preocupan a todos aquellos que están situados en la parte baja del tablero político, es decir, personas vulnerables, jubilados y trabajadores; una política que luche por la igualdad entre hombres y mujeres y fulmine a todo aquel que tenga cualquier causa que dañe a la izquierda.
Ahí entran los traidores, los golfos, los machistas y toda esa fauna que lo único que crea es malestar entre los simpatizantes y afiliados de la izquierda. Llamar puerta a puerta de cada partido y preguntar cuál es su propuesta para poder ir todos juntos.
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En la España de hoy, el ruido, la mentira y la manipulación han vencido por goleada a la verdad, la razón y el sentido común. Desde esta perspectiva, es necesario sentarse y analizar qué se puede hacer para romper este círculo vicioso.
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En la prensa no se puede confiar: está del lado del ruido. El ruido vende más que la información veraz. De la justicia estamos comprobando, en algunos casos, que no es igual para todos, y los poderes nunca se han apartado de sus verdaderas intenciones: situarse del lado de quien puede proporcionarles toda clase de privilegios y pingües beneficios. Por lo tanto, invierten en sus propios intereses, que no son, ni de lejos, los de un ciudadano de a pie.
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Llegados a este punto, toca reflexionar y actuar, y hacerlo ¡YA!. Es imprescindible movilizar a la izquierda. Tras el resultado de Extremadura, la izquierda corre el riesgo de desunirse aún más. ¿Por qué digo esto? Porque Podemos e IU irán por un lado, y Sumar y Más Madrid por otro, por nombrar a los más significativos. Esto lo arregla una figura que sea capaz de conjugar no solo estas dos tendencias —la blanda y la dura—, sino todas las que puedan darse. Para ello se necesita una persona idónea, y nos debería dar igual que fuese Pepito o Antoñita. Yo pienso en Rufián: hay que bajarlo del pedestal de los tuits y hacerle coger el toro por los cuernos. Esto no se arregla solo con tuits acertados y contundentes.
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El resultado de Extremadura no es tan malo como aparenta. Me explico: el candidato del PSOE, por muchas circunstancias —que casi todos veíamos venir—, ha sido un lastre en lugar de alguien que sumara. Me duele decirlo, pero es así. El problema está, sobre todo, en la abstención. Ahí es donde hay que trabajar para ser capaces de movilizar a toda esa izquierda que se queda en casa. ¿Por qué se queda?
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No sabemos vender todo aquello que hacemos bien. En parte, porque los medios no le dan publicidad debido a intereses que todos conocemos; en parte, también hay que decirlo, porque no sabemos dar con la tecla que conecte con el gran público. Por eso, la izquierda tiene que aplicar políticas más agresivas para llegar a ese público. Si eso va a significar un paso atrás en nuestra economía, ese paso atrás debe servir para coger más impulso, ya que muchos intentarán desestabilizar el auge que ha experimentado la economía.
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Además, estamos jugando contra un equipo de derechas al que, haga lo que haga su árbitro —en este caso, sus seguidores—, nunca le castigan. Mientras tanto, a nosotros cualquier error, por pequeño que sea, nos penaliza en exceso, debido a nuestra propia idiosincrasia izquierdista. El árbitro que tenemos nosotros —nuestra propia gente— nos pita penalti a la mínima.
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Es necesaria una reflexión profunda e hilar muy fino en cada hecho, en cada decisión, en cada discurso y en cada propuesta. Porque, si no espabilamos, corremos el riesgo de tener derecha otros cuarenta años, con consecuencias catastróficas para quienes estamos en la parte baja del tablero político-social.
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El Bellotero
La jueza de la DANA apunta que Mazón debió pasar en el Palau un tiempo "escasísimo"
Los pasos del expresident el día de la catástrofe siguen siendo una incógnita que marca el proceder del tribunal
P.R.
23-12-25
ElPlural
La jefa de servicios del Palau de la Generalitat no tendrá que acudir a declarar al Tribunal de Instancia número 3 de Catarroja. Así lo ha decidido la titular Nuria Ruiz Tobarra, quien ha desestimado la petición de la acusación popular, con la que se buscaba esclarecer cuanto tiempo pasó el ex president valenciano, Carlos Mazón, en la sede del Govern el pasado 29 de octubre de 2024, día en el que la DANA arrasó el territorio y se cobró 230 vidas.
La principal justificación de la magistrada para desestimar esta petición es el escaso tiempo que Mazón, contrariamente a lo que defendió en sus primeras versiones, estuvo en la sede del Govern. "Atendiendo a la secuencia temporal de dicha tarde, el tiempo que pudo pasar el president de la Generalitat en el Palau debió de ser escasísimo”, apunta la jueza. Y es que, según se van conociendo más detalles sobre la ruta seguida por el que fuera barón del Partido Popular (PP) el día de la catástrofe, más tiempo parece que pasó ajeno a sus responsabilidades.
Mazón llegó a su comida con Maribel Vilaplana en El Ventorro en torno a las 15:00 horas y no salió de allí hasta cuatro horas más tardes. La periodista pagó el resguardo del aparcamiento a las 19:47 horas y el ex president asegura que fue hasta el Palau andando y en solitario. Teniendo en cuenta que llegó al CECOPI sobre las 20:28 horas, el tiempo que pudo pasar en la sede del Govern es muy escaso. No obstante, contrariamente a lo que cree la jueza, la acusación popular considera vital esclarecer ese intervalo temporal y explicar por qué se borraron las cámaras.
El abogado de Compromís, parte de la acusación, entiende que la jefa de servicios debería testificar para detallar si las cámaras "fueron borradas respecto del contenido existente ese día" y “si dicho borrado se produjo por la superación del plazo legal o por otro tipo de mandato. “Pero sobre todo si hay alguna forma de obtener dicha información a pesar del supuesto borrado, con el objetivo de que pueda ser obtenida a través de un requerimiento con causa justificada", reclama la acusación.
Pregunta a la Abogacía y a País Vasco
La jueza de la DANA ha rechazado citar a la jefa de servicios del Palau, pero si que ha acometido otras actuaciones reclamadas por las acusaciones. En otro de los autos citados este lunes, la magistrada, en contestación a escritos presentados por las acusaciones que ejercen Acció Cultural del País Valencià (ACPV) y Compromís, ordena requerir a la Dirección General de la Abogacía General de la Generalitat Valenciana para que informe sobre "las consultas verbales o escritas que se evacuaron por altos cargos de la entonces Conselleria de Justicia e Interior, o de Medio Ambiente, o de Presidencia" con indicación de su "objeto" y de "las respuestas emitidas".
La jueza quiere saber si los responsables de la emergencia, poniendo especialmente el foco en el entonces secretario autonómico de Presidencia de la Generalitat, Cayetano García, se interesaron por "alguna valoración jurídica, intervención o dictamen en relación con las medidas a adoptar" ante la catástrofe. Además, también se dirige a otra institución del País Vasco en otra resolución.
Concretamente, acuerda solicitar, tras la petición de ACPV, a la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología (DAEM) del Gobierno vasco que presente un informe sobre las llamadas recibidas en el teléfono 112 de Euskadi por derivación del 112 Comunitat Valenciana el día del temporal, así como la conservación de las grabaciones de esas llamadas para su futura incorporación al procedimiento, previo consentimiento de las personas implicadas.
En este auto, la jueza instructora rechaza otras diligencias solicitadas por esta parte relativas a una llamada telefónica y un mensaje de Whatsapp entre el lehendakari y el entonces presidente de la Generalitat Valenciana, pues esos contactos, explica la jueza, se produjeron "fuera del momento temporal en que habían de adoptarse decisiones para salvaguardar a la población".
El Alborada, colegio del Opus denunciado por abusos sexuales a decenas de niños, protegió al presunto violador durante todo un curso
Profesores habrían alertado de comportamientos "extraños" o "inadecuados" alrededor de septiembre, ocho meses antes de la expulsión definitiva del trabajador
23-12-25
ElPlural
Rubén Rozas/Javier Pardo
El caso de presuntos abusos sexuales a decenas de niños de entre tres y seis años del Colegio Alborada, en Alcalá de Henares (Madrid), esconde tras de sí ominosos capítulos e interrogantes destapados durante las diligencias practicadas por la Justicia. ElPlural.com ha podido acceder a mails internos de este centro concertado -vinculado al Opus Dei tanto por los terrenos de su edificación como por su vinculación a la Fundación Tajamar (obra corporativa de la prelatura)-, numerosas denuncias ante la Policía Nacional e incluso testificales de familiares de las víctimas, personal docente y testigos unidos a la causa.
En mayo de este mismo año, hace ya ocho meses, una profesora del colegio -cuyo nombre se reserva este periódico por respeto a la privacidad de la docente- denunció actitudes impropias de un cuidador con un nutrido grupo de menores a su cargo, comprendidos entre los tres y seis años y en algunos casos diagnosticados con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Para ello, esta profesional documentó su denuncia con vídeos que demostraban gráficamente cómo este cuidador practicaba tocamientos y se relacionaba de forma sexual con algunos de los niños inscritos en El Alborada.
No obstante, y pese a que en aquel momento el propio centro apartó al cuidador, interpuso una denuncia, fue detenido y se le impuso una orden de alejamiento del colegio y de algunos de los niños cuyas familias denunciaron los hechos, ahora, las familias, cansadas de la desprotección que sienten tanto del colegio como de la Justicia y las instituciones, han querido romper su silencio y desmontar cómo desde el centro se esperó demasiado para actuar, llegando a proteger al presunto abusador cerca de un curso completo sin actuar.
ElPlural.com, tras esta voz de alarma, ha accedido a testificales de parte del profesorado y a sus aportaciones a la causa. Estos profesionales, como ha comprobado y leído de primera mano este periódico, denuncian que habrían informado al centro, concertado y adscrito al Opus Dei, de lo que estaba ocurriendo varios meses antes –“aproximadamente” en septiembre de 2024-. Además, y ante las dudas lógicamente devenidas de sus palabras, especifican que la dirección del Alborada, al conocer los indicios, “no activó ningún protocolo” ni “dio aviso al trabajador”. No fue hasta mayo, después de la denuncia interpuesta por la profesora por un comportamiento que venía percibiendo desde el 22 de abril, cuando el colegio despidió al acusado. Es decir, ocho meses más tarde de la primera voz de alarma.
Este periódico también se ha puesto en contacto con el colegio para conocer su versión tras estas evidencias. La directora de infantil, Pilar Bada, ha sido quien, preguntada al respecto, ha negado las acusaciones de su propio profesorado: “No tuvimos constancia previa". “Cuando salió la noticia, en el momento en que una persona nos comunica lo que ha visto y lo que puede haber ocurrido, lo que ella considera, se acude a la Policía”, indica en declaraciones a este medio.
Una versión totalmente opuesta a la que figura en las denuncias del profesorado e incluso en la percepción de los familiares de algunos de las decenas de niños presuntamente abusados por este cuidador. Para ello, tal y como ha podido confirmar este periódico a través de varios mails intercambiados entre el colegio (también la APA) y los familiares, El Alborada quemó todos los cartuchos: reuniones con las familias, ‘terapia’ o charlas para padres y madres y algo más individualizadas para alumnado, la opción de unas pocas herramientas de apoyo psicológico externo y, sobre todo, la insistencia por convencer a la parte afectada de que no denunciaran, de que lo solucionarían desde dentro.
lunes, 22 de diciembre de 2025
El
gran fracaso de Guardiola
Adelantó
elecciones para librarse de Vox y acabó reforzándolo
María Guardiola adelantó las elecciones autonómicas del 22 de diciembre de 2025 con un objetivo claro: romper su dependencia de Vox y desbloquear la legislatura. El resultado ha sido exactamente el contrario. El PP gana, pero no gobierna sin la extrema derecha y, además, la consolida como actor central del poder en Extremadura.
La derecha sale reforzada. PP y Vox suman el 60,7% de los votos, mientras la izquierda no alcanza el 36%. Vox es el gran vencedor: pasa de 5 a 11 diputados y suma 40.000 votos más que en 2023. El PP apenas crece en escaños, de 28 a 29, pero pierde más de 9.000 votos. La mayoría absoluta está en 33. No hay emancipación posible.
Guardiola celebra una victoria “incontestable”. Los números dicen otra cosa. Gobernar dependerá de un Vox crecido, envalentonado y dispuesto a poner precio político a su apoyo. Santiago Abascal ya lo ha dejado claro: si el PP necesita a Vox, o pasa por el aro, o repite elecciones. No hay margen para la ambigüedad.
Este adelanto no desbloquea nada. Normaliza la extrema derecha y desplaza el eje político aún más a la derecha, como ya ocurrió en 2023. Lo que se vendió como una operación de estabilidad ha sido una palanca para reforzar a Vox.
En la izquierda, el contraste es brutal. El PSOE se hunde en su peor resultado histórico: pierde 10 diputados (de 28 a 18) y 108.000 votos. Tras 36 años de hegemonía, Extremadura deja de ser un feudo socialista. No hay autocrítica inmediata ni dimisiones. Solo tiempo ganado.
La única noticia positiva llega desde Unidas por Extremadura. La coalición de Podemos, IU y Alianza Verde logra su mejor resultado histórico: sube del 6% al 10%, pasa de 4 a 7 escaños y suma 17.000 votos. La unidad funciona, incluso en un contexto adverso.
El mapa es claro. La derecha gana, Vox manda más y el PP gobierna con menos margen. El adelanto electoral no fue una salida del bloqueo. Fue una cesión estratégica.
El gran fracaso de Guardiola no es no ganar lo suficiente. Es haber convertido a Vox en imprescindible y llamarlo responsabilidad política.
Únete a nuestro proyecto: donorbox.org/aliadas
Dos parejas, dos justicias: de Oltra a Ayuso
Cuando
el apellido decide si la justicia investiga, archiva o mira hacia
otro lado
Hay comparaciones que incomodan porque desnudan el sistema. La diferencia entre cómo actuó la justicia con la pareja de Mónica Oltra y cómo lo hace con la pareja de Isabel Díaz Ayuso no es un matiz técnico. Es una grieta democrática. En ambos casos hay hechos, responsabilidades indirectas y consecuencias políticas posibles. Solo en uno de ellos hubo imputación, dimisión forzada y seis años de castigo judicial.
La pregunta es simple: ¿qué hace la justicia cuando el delito toca el entorno íntimo del poder? La respuesta depende de quién gobierne.
UNA PAREJA CONDENADA, UNA POLÍTICA CASTIGADA
El exmarido de Mónica Oltra, educador social, fue denunciado en 2017 por abusos sexuales a una menor tutelada de 14 años. Fue condenado a cinco años de prisión, sentencia confirmada por el Tribunal Supremo en 2023. El delito existió. La responsabilidad penal quedó probada. El agresor está en prisión.
Hasta aquí, el funcionamiento normal del Estado de derecho.
El problema empezó cuando la acusación —impulsada por la ultraderecha— decidió estirar el caso hasta la conselleria que dirigía Oltra. No porque existieran pruebas nuevas, sino porque la acusada era ella. El foco dejó de estar en el delito y pasó a estar en la política.
El 1 de abril de 2022, Oltra fue imputada por un presunto encubrimiento. Dos meses después dimitió como vicepresidenta de la Generalitat Valenciana. No hubo juicio, no hubo condena, no hubo pruebas concluyentes. Hubo imputación. Y eso bastó.
Durante tres años, dos jueces de instrucción y la Fiscalía revisaron correos, documentos y testimonios. Conclusión unánime: no hay indicios de delito. Las decisiones administrativas fueron “desacertadas” o “mejorables”, pero no delictivas. Tres archivos judiciales lo confirman.
Y, aun así, la causa sigue viva por la insistencia de la Audiencia Provincial de Valencia. El castigo ya está cumplido: Oltra fuera de la primera línea política, su carrera truncada y su nombre asociado durante años a una acusación falsa.
Una pareja condenada, una política destruida.
UNA PAREJA INVESTIGADA, UNA PRESIDENTA PROTEGIDA
En el otro extremo está el caso de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Aquí no hablamos de un delito sexual juzgado y condenado. Hablamos de fraude fiscal, facturas falsas y uso de empresas pantalla, según la investigación abierta por la Fiscalía.
La pareja de Ayuso está imputada. Hay documentación. Hay indicios económicos. Hay un procedimiento en marcha.
¿Consecuencias políticas para Ayuso? Ninguna.
¿Dimisión? No.
¿Imputación por encubrimiento, colaboración o beneficio indirecto? Tampoco.
La reacción institucional fue la contraria a la de Oltra. Cierre de filas, ataque a la jueza, acusaciones de “operación de Estado”, victimismo desde el poder y una campaña mediática de descrédito contra la Fiscalía. La justicia avanzó con extrema cautela. Sin prisas. Sin presión política. Sin exigir responsabilidades.
A Ayuso no se le aplicó la doctrina Oltra.
No se consideró que la imputación de su pareja afectara a su cargo.
No se entendió que existiera responsabilidad política alguna.
No se activó el mecanismo del desgaste.
Una pareja investigada, una presidenta blindada.
LA DIFERENCIA NO ES JURÍDICA, ES POLÍTICA
La comparación es devastadora porque rompe el relato de neutralidad. En un caso, la justicia actuó como ariete político. En el otro, como muro de contención. Y no es casualidad.
Oltra representaba un proyecto que revirtió privatizaciones, tocó intereses empresariales y cuestionó redes de poder en la Comunitat Valenciana. Ayuso encarna esos intereses. Eso cambia el umbral de tolerancia.
En el caso de Oltra, la imputación fue suficiente para forzar la dimisión, pese a que el delito no existía.
En el caso de Ayuso, la imputación de su pareja no genera ni siquiera una exigencia de explicaciones, pese a existir una investigación sólida.
La justicia fue implacable con una mujer de izquierdas e indulgente con una dirigente conservadora en ejercicio de poder.
Esto no va de relaciones personales. Va de cómo se usa la justicia para ajustar cuentas o para proteger al poder. Va de quién paga un precio político por hechos ajenos y quién no paga ninguno por hechos cercanos.
Oltra probablemente será absuelta de todo. Para entonces ya dará igual.
Ayuso seguirá gobernando mientras su pareja es investigada. Y nadie le pedirá responsabilidades.
Dos parejas. Dos respuestas judiciales.
No es un fallo del sistema.
Es el sistema decidiendo a quién sacrificar y a quién preservar.
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