Los números del PP con Carlos Mazón: Catalá, calienta que sales
Feijóo y sus acólitos defienden en público a Mazón mientras internamente afilan los cuchillos
ElPlural
Loreto Ochando
20-11-24
La DANA que ha asolado Valencia ha dejado 219 fallecidos y miles de personas damnificadas. Miles de personas que están, como poco, muy cabreadas con el Gobierno valenciano en general y con su presidente, Carlos Mazón, en particular. La negligente actuación de Mazón el día de la riada, así como su nefasta gestión posterior le van a costar muy caros al partido del charrán en unas futuras elecciones autonómicas, pero si el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no da un puñetazo encima de la mesa, será él quien acabará pagando electoralmente en unas generales esa falta de liderazgo.
Así, si Feijóo no actúa rápido, quien terminará pagando la ´cuenta´ la inutilidad de Mazón será él. En Génova no son tontos, y saben que Valencia es una plaza que no pueden siquiera soñar con perder si aspiran a llegar a la Moncloa, pues la cantidad de escaños que reparte (33) han sido, son y serán fundamentales para conseguir la tan ansiada presidencia del Gobierno de España. Es en ese, en el de Feijóo en su intimidad siendo sincero sobre su propio futuro, cuando llega el momento donde un nombre propio salta a la palestra, el de la actual alcaldesa de Valencia, María José Catalá.
Una Catalá que, además, cuenta con un padrino dentro del Partido Popular con mucho peso interno, ni más ni menos que el eurodiputado Esteban González Pons, quien ha sido su más flamante caballero de brillante armadura dentro del partido. De hecho, lector, no estoy contando nada que quien conoce al PP no sepa porque, González Pons y Catalá, son el quivalente político a la capacidad de atracción del campo gravitatorio de un agujero negro una vez traspasado el horzonte de sucesos. O dicho en cristiano: que no los separas ni con agua caliente.
La realidad de Feijóo
Explican los que conocen a los populares desde dentro, que la caída de Mazón es un hecho incontestable e irremediable, que la única pregunta es cuándo se producirá. Así, aseveran que no va a depender ni de la reconstrucción, ni mucho menos de la presión mediática, sino de las encuestas internas que manejan en Génova 13.
Suena muy duro decirlo así, pero la realidad es que a Feijóo y a los suyos el desastre, la desesperación o el dolor de los valencianos les importan bien poco. De lo contrario Mazón ya estaría en su casa. A ellos solo les importan los números y sacar a Sánchez de la Moncloa. Si no fuera porque los motivos reales son indecentes, resultaría hasta gracioso ver cómo Feijóo y sus acólitos defienden en público a Mazón mientras internamente afilan los cuchillos. Nada nuevo en el horizonte, pues cualquiera que conozca la política sabe que estamos viviendo el ABC de la caída de un líder.
Otro de los motivos por los que el actual presidente de la Generalitat se sabe fuera de la política es por el hecho, incontestable, de que no va a poder tener un discurso más allá de lo sucedido el pasado 29 de octubre. Ahora mismo, y probablemente hasta la eternidad, sus políticas solo se van a poder circunscribir a la reconstrucción, lo que deja fuera de juego cualquier otro logro que consiga el resto de la legislatura. Ahora ya no cuentan las bajadas de impuestos tan valoradas por los conservadores, o conseguir que una multinacional desembarque en Valencia. Ahora solo cuenta capear un temporal incapeable políticamente hablando.
La suerte de Catalá
Ahora volvamos a la afortunada, si con este desastre se le puede llamar así, porque el patio político que va a dejar Mazón es fino. Dos cosas la hacen salir con ventaja con respecto al resto. La primera es su valedor interno González Pons, quien desde el día uno la ha posicionado como la mejor de las mejores del Partido Popular en la Comunidad Valenciana.
La segunda es que si Mazón dimite, todo lo que huela al actual presidente sale de la ecuación y, además de que las listas del PP en las pasadas elecciones autonómicas no tienen ningún referente, la gestión de Catalá de la DANA en la parte de Valencia ciudad, que ha estado gestionada por ella, no ha generado ni un solo titular, que parece una tontería pero no lo es, más teniendo en cuenta la nefasta gestión del actual presidente. Así que lo dicho: Catalá, calienta que sales.