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lunes, 14 de noviembre de 2022

 

ÁPunt



La televisión autonómica valenciana emite un espacio titulado “Terra viva” del que ya se han cumplido los 1.000 programas. Dentro del mismo existe un apartado dedicado a los animales domésticos dirigido por el veterinario Germán Cervera Baviera al que conocemos desde hace muchos años, cuando empezó montando la primera clínica. Mi gran amigo Pedro, “El Republicano” de Villena, un día me regaló un pastor alemán que llevamos a Germán para las vacunaciones y así permanecimos durante años con todos los perros que fuimos teniendo.

Nos llamó porque estaban preparando él y Claudia, la periodista que conduce el espacio, un programa especial dedicado a conocer las sensaciones de la gente cuando se mueren las mascotas y también sus reacciones. Aceptamos encantados que viniesen a rodar y lo hicieron el pasado 8 de noviembre. Nos llamarán para decirnos el día que se emitirá.

Parece ser que mucha gente no quiere volver a adoptar cuando se les muere la mascota por el sacrificio que conlleva mantenerlos en los hogares. Y no olvidemos aquellos que los abandonan cuando se van de vacaciones porque evidentemente son un estorbo. No les importa el lugar, que puede ser en su misma calle o en la primera gasolinera que reposten. Si lo hacen con los ancianos...

Contaba Germán que en cierta ocasión un individuo le preguntó si existía alguna forma para deshacerse de un perro porque su mujer se había hartado: una inyección, algún alimento...que no le produjese dolor. Evidentemente lo echó a cajas destempladas. La casualidad hizo que pocos días después se volviesen a encontrar en la calle y antes de que Germán le saludase le espetó: ¿Sabes que mi perrito se escapó y no he podido encontrarlo? Lo he buscado por todas partes.

Probablemente estaba convencido que abandonarlo era un acto menos criminal que matarlo. Algunos adoptan estos animales por un capricho de los hijos, la mujer o el hombre porque da muy buena imagen, sin ser conscientes que desde el momento que los metes en tu casa forman parte de ese hogar como un miembro mas de la familia. Con toda sus consecuencias pero sobre todo con mucho cariño. Ellos siempre lo entienden de ese modo, nosotros no. Nos ven como unos seres extraños, con dos patas sin entender como nos mantenemos en pie pero nos quieren plenamente. Viven pendientes de nuestros actos, de nuestra compañía intentando de mil maneras demostrarnos su cariño. Nos adoran.

Hace algunos años tuvimos que ausentarnos durante dos semanas y dejamos a nuestra perra, pastor alemán, al cuidado de una amiga que todos los días le daba de comer y le ponía el agua. Tenía un gran espacio, más de dos mil metros cuadrados, donde retozar pero le invadía la tristeza y no comía apenas. Cuando nos despedimos se lo explicamos profusamente hablándole como si se tratase de un ser humano. A todos nuestros perros siempre les hemos hablado así. Ellos no saben lo que les decimos pero os aseguro que nos entienden. El tono de voz, la mirada, las caricias...Le dijimos que íbamos a China a por nuestra hija, se puso muy triste y comenzó a gemir...Dos semanas casi sin comer. Cuando volvimos se lo explicamos todo y le mostramos a la niña. Empezó a mover el rabo loca de alegría, gimiendo, retozando...y volvió a comer. 

El gobierno esta estudiando la posibilidad de exigir a las familias un certificado de idoneidad para poder adoptar estos animalitos. No me parce ni bien ni mal pero solamente me hago una pregunta: Es un hecho cuando pretendes adoptar hijos pero si los engendras a tu libre albedrío, ¿Cómo se garantiza que ese hombre y esa mujer están preparados para ser padres?





































































Si los seres humanos

 tuviésemos el corazón de un

 perro el mundo sería un

 paraíso.


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