23 Noviembre 2.022. Hoy hace 15 años que falleció Francisco CANDEL. Al final de la calle de la Muga en Can Tunis, de Barcelona el artista Roc Blackblock le ha pintado un gran mural en su homenaje.
El día 25-11-2007, dos días después de su muerte escribí en mi Blog lo siguiente:
Desde
hace meses no respondía al teléfono, pero nunca terminas de hacerte
a la idea y aunque parezca una contradicción esperas la mala noticia
en cualquier momento. Ha llegado. Paco Candel ha muerto en una
clínica de Barcelona en la madrugada de hoy viernes 23 de noviembre
después de una larga enfermedad. Tenía 82 años.
Intento
aclarar las ideas pero los recuerdos de más de cuarenta años se me
amontonan en un gran desconcierto. Nunca olvidaré aquella Navidad
por los años sesenta cuando aparecimos en vuestra casa de Port en
Las Casas Baratas, el escritor Mateo Ríos y yo con una botella de
“Garnacha” bajo el brazo que habíamos comprado con mucho
esfuerzo en la Telaraña junto a la Plaza Palacio para ir a pasar la
Nochebuena con vosotros.
Maruja,
Marujita, Paquito y tú nos estabais esperando. Nuestras respectivas
patronas no eran partidarias de celebraciones y el hecho de
encontrarnos tan lejos de nuestras familias (la distancia
Valencia-Barcelona en aquel entonces lo era) hizo que nos abrieses tu
hogar y tu familia, como lo viniste haciendo con todo el mundo a lo
largo de tu vida.
La larga experiencia en el mar de Mateo
Ríos le convertía, aquella noche, en el más autosuficiente de
todos y preparó una gran tortilla de patatas que junto con un plato
de aceitunas y el vino, degustamos felices mientras hablábamos de
política, democracia, libertad, presos políticos, huelgas, la
censura, literatura, poesía, pintura (quisiste ser pintor), el
posible regreso de Gregorio López Raimundo… y los discursos de
Fidel Castro, que alguien te había regalado, en unos discos de los
que llamaban de “larga duración”.
No sabíamos si el
Niño Jesús había nacido pero era Nochebuena y durante unas horas
fuimos felices. Luego regresamos algo defraudados al haber sabido,
por ti, quien era el ganador de un famoso premio literario que se
fallaba en breve. Ríos tenía una moral de hierro pero habíamos
estado trabajando muy duro (yo escribía la novela con una vetusta
máquina, en una desvencijada mesa de madera en la playa de la
Barcelonesa, mientras él me dictaba. La patrona no le permitía
encender la luz para estos menesteres y debíamos ingeniárnoslas).
Luego
comprobábamos que además de que era cierto, las páginas que
habíamos pegado en una esquina, al recoger los originales,
permanecían intactas.
Por aquel entonces ya habían
vuelto las aguas a su cauce con lo de “Donde la ciudad cambia su
nombre” y no temías por tu vida ni por la de tu familia, cuando
tus personajes que probablemente no habían leído un libro en su
vida y todavía menos tu novela, alguien les alertó y se sintieron
ofendidos. Creo que andabas preparando el ¡Dios, la que se armó”
donde explicabas toda esta aventura.
Recuerdo aquel
colega-amigo, aunque no su nombre, que tenía una moto Vespa con
sidecar y nos llevaba por los pueblos y los suburbios mientras ibas
tomando nota del libro que publicarías y tanto éxito tuvo: “Els
altres catalans”. ¿Cuántas ediciones se hicieron? O cuando
pasaste por Valencia y viniste a visitarme con Fábregas, (ya vivía
yo aquí) de camino al Rincón de Ademuz, lo que luego se convertiría
en Viaje al Rincón de Ademuz descubriendo paso a paso el pueblo de
tus padres y donde habías nacido: Casas Altas.
Antes
apareció el “Han matado a un hombre han roto un paisaje” una
joya literaria, muy amarga y triste, y una de las mejores novelas que
se han escrito sobre nuestra Guerra Civil.
Hace ya algunos
meses revisando papeles encontré una pequeña fotografía que nos
hizo Mateo Ríos el día de la comunión de Marujita donde aparecía
con tu mujer, Maruja, y detrás Tomás Salvador, tú y yo.
Precisamente junto a la parroquia de la Mare de Déu del Port en la
Zona Franca donde se ha celebrado tu funeral. Han leído un poema
tuyo inédito titulado: Silencio. Y también :” El rector de la
parroquia ha destacado durante el acto el compromiso de Paco Candel
con la realidad social que le rodeaba dando voz a aquellos que no la
acaban de tener, así como su defensa de los pobres, su elegancia
espiritual, prudencia, respeto, ternura y sencillez”
Años
más tarde cuando Tomás Salvador te encargó el libro “Barrio”
al que yo aporté las fotos, aparecemos en la contraportada los dos,
en una fotografía que nos hizo el profesor Gilabert en la terraza de
tu casa, un día que nos peinamos toda la falda del Tibidabo en busca
de un cabrero que nos habían dicho andaba por allí. Necesitábamos
varios litros de leche de cabra que los doctores americanos habían
recetado a los hijos del catedrático.
Nos vimos por
última vez en una exposición que hacía en Valencia tu primo, el
pintor Juan Genovés (tiene una calle aquí en Torrent) y a la que
finalmente no pudo asistir. Nos hablamos de nuestros achaques y de la
necesidad de cuidarnos. Me fui muy triste temiendo que sería el
último abrazo que nos daríamos. Nos hicimos varias fotos con Joana,
Reme y nosotros dos.
La capilla ardiente la han montado en
el Palau de la Generalitat de Catalunya por donde han pasado
infinidad de amigos y conocidos. Vi en la TV3 al ex.- presidente
Jordi Pujol, muy emocionado, que te consideraba como un gran
personaje de este siglo y celebraba el haberte conocido como parte de
sus amistades. Ya me dijiste en cierta ocasión que te había
regalado la insignia de oro que llevaba en su solapa y en acto
solemne la Medalla de Oro de la Generalitat .
Te has ido
un día después que Fernando Fernán Gómez, otro genio como tú, y
pronto estarás junto a Maruja, Mateo Ríos, Tomás Salvador,
Fábregas, Huertas, Gregorio, Francisco Rabal…Jose Luis
Martin
Curto, que estuvimos el día de tu homenaje, cuando pusieron tu
nombre a la Biblioteca del barrio. Los verás a todos.
Dile
a Ríos, que cuando nos encontremos de nuevo, tendrá que preparar
otra gran tortilla de patatas (aunque no sea Nochebuena), para todos
los amigos. Yo procuraré llevar el vino, pero no puedo garantizar
que sea “Garnacha”.
Luis Viadel
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