Buscar este blog

jueves, 13 de marzo de 2025

 

Los valencianos que no amaban el valenciano

Felip Bens

La Vanguardia

12-3-25

Dicen que José Antonio Rovira Jover habla con su familia el valenciano que jamás ha usado como conseller. Si es así, él sabrá por qué reduce su lengua al ámbito familiar. El asunto, sin embargo, se convierte en grave cuando esa falta de sensibilidad hacia una de nuestras dos lenguas oficiales (la minorizada) la ejecuta desde el gobierno de la Generalitat. Lo hace, por supuesto, en plena sintonía con Carlos Mazón Guixot, cuya familia, de profundas raíces alicantinas, ha conocido una ciudad donde la mayoría de sus habitantes también usaban el valenciano. ¿Cómo se llega a no amar la lengua propia? Rovira y Mazón, en nombre de “la libertad” y pervirtiendo el término, han hecho una consulta que nadie pidió para intentar minimizar la presencia del valenciano en las escuelas. Ni más ni menos. Se postularon como juez y parte, antes de las votaciones. Lo hicieron cada vez que se dirigieron a los padres, como representantes públicos, exclusivamente en castellano. Lo hicieron en nombre de una Generalitat que debería defender el valenciano con saña y que, sin embargo, ha intentado echarlo a los pies de los caballos. Ha sido una tentativa vana de acabar con nuestra lengua histórica en los colegios y, por extensión, con su futuro, entre nuestros jóvenes… Y les ha salido el tiro por la culata. ¿Qué deben pensar de ellos las decenas de miles de familias, muchas castellanoparlantes, que han votado para que sus hijos preserven el valenciano como parte de su educación, su identidad y su futuro?

Una vez conocí a un señor mayor, de Alfafar, que deseaba, en valenciano, la extinción de las “lenguas regionales” para mayor gloria del español (que él apenas sabía hablar). La verdad es que creo haber conocido todas las caras del autoodio valenciano, un aspecto terrible de nuestra identidad colectiva que entronca con el “meninfotisme” y con aquello de ser “muelles” que acuñó el Conde-Duque de Olivares, ya a principios del siglo XVII. Y con ello seguimos conviviendo. Pero no sé si alguien se atrevió a ir tan lejos como Mazón y Rovira.

Los próceres de unos cuantos colegios privados, los antivalencianos con que toman café y algunos ultras de su órbita, habían hecho creer a Mazón y a Rovira que consultar a las familias arrinconaría el valenciano hasta su extinción, como anhela toda esa minoría. Sin embargo, Mazón y Rovira han demostrado desconocer la tierra que gobiernan y a sus gentes. Y ya han visto el resultado. Sin contar el bastión conservador y refractario a nuestra singularidad valenciana en que se han convertido buena parte de los colegios privados de las grandes ciudades, el 62% de las familias que llevan a sus hijos a la escuela pública se inclinaron por el valenciano. Y el 51% del total. Por otra parte, el resultado en las comarcas valencianoparlantes es mucho más amplio en favor de la lengua autóctona (68%).

La ínclita consulta ha deparado otros resultados interesantes, como la apuesta valencianista de las comarcas “churras” y de muchas familias castellanoparlantes de las grandes ciudades, que deberán propiciar la apertura de docenas de nuevas clases de base valenciana. También el desafecto de La Vega Baja o Utiel-Requena; o el abrumador triunfo del valenciano en muchas localidades donde gobierna el PP, a veces con Vox. Pocos esperaban esta transversalidad que da un vuelco a los prejuicios de unos y otros y que invita a sacar la lengua, de una vez por todas, del eje ideológico derecha-izquierda.

Tras la consulta, todos los partidos deberán tomar buena nota de que “els valencians no estem morts” y escuchar más a sus propios votantes, a los ciudadanos de a pie, que a unos cuantos fanáticos, por ruidosos que sean"

El resultado de la consulta, en todo caso, y el cierto optimismo que se respira, no deben ocultar los nubarrones que se ciernen sobre el futuro de la lengua valenciana, cuyo uso, en el contexto de un mundo globalizado, ha caído en picado en las últimas décadas. Tras la consulta, todos los partidos deberán tomar buena nota de que “els valencians no estem morts” y escuchar más a sus propios votantes, a los ciudadanos de a pie, que a unos cuantos fanáticos, por ruidosos que sean.






No hay comentarios:

Publicar un comentario