Buscar este blog

martes, 27 de mayo de 2025

 

Spanish Revolution


UNA PROFESIÓN LLAMADA ODIO: CÓMO SE FABRICAN LOS ACOSADORES POR ENCARGO

- No representan a ningún medio, sino a un ecosistema de odio con aspiraciones de poder.

- Todo está conectado. Porque esto no es España: es una red global de desinformación, odio digital y agresión legitimada.

- Esto no se detiene con una reforma parlamentaria. Se detiene señalando el vínculo directo entre quienes promueven el odio y quienes lo ejecutan

No son periodistas. No lo han sido nunca. Son agitadores profesionales. Gente que no busca informar, sino intimidar. Que no pregunta, sino interrumpe. Que no debate, sino señala. Que no hace periodismo, sino emboscadas. Y lo más grave: lo hacen con acreditación oficial, dentro del Congreso de los Diputados.

Bertrand Ndongo golpea con el codo mientras sonríe a cámara. Vito Quiles interrumpe, empuja, difunde bulos y fotografía menores. No representan a ningún medio, sino a un ecosistema de odio con aspiraciones de poder. Han sido asesores de Vox, colaboradores de Negre, soldados de Alvise. Y ahora están en primera línea, con impunidad, salario y acceso privilegiado.

El Congreso ha tardado años en reaccionar, y aún hoy, la ultraderecha lo presenta como un ataque a la libertad de prensa. Como si la libertad incluyera insultar a una diputada embarazada o seguir a un ministro con su hija menor de edad. Como si perseguir a una periodista en redes hasta llevarla al pánico fuese periodismo. No lo es. Nunca lo fue. Es una forma de violencia. De chantaje. De control.

El nombre técnico es “campañas de señalamiento y acoso”. El nombre real es cobardía política consentida. Porque mientras los agresores se multiplican, los partidos que podrían frenarlos, se esconden tras excusas. El PP vota con Vox contra las reformas. Dice que esto empezó con los escraches. Mentira. Los escraches eran actos de denuncia colectiva ante desahucios, recortes y corrupción. Aquí hablamos de hostigamiento personal con fines ideológicos. De una industria del acoso con nombre y apellidos.

DE MADRID A MIAMI: LA INTERNACIONAL DEL HOSTIGAMIENTO DIGITAL

Esta estrategia no se cocina solo en Ferraz ni en Vallecas. Viene embalada desde Miami, a través de Vox y su brazo mediático, importando los métodos de Trump y Bolsonaro. Vito Quiles se reúne con Javier Milei. EDATV se fusiona con panfletos digitales de la ultraderecha argentina. Alvise canta victoria cuando la prensa es atacada. Todo está conectado. Porque esto no es España: es una red global de desinformación, odio digital y agresión legitimada.

Quienes hoy insultan en la calle, empezaron insultando en X. Han acosado en patios de colegio, han roto lunas de coches, han perseguido hasta a los hijos de políticos. Y mientras tanto, estos agitadores siguen cobrando y difundiendo desde sus cuentas, con una audiencia que les ríe las gracias y les replica los métodos.

Esto no se detiene con una reforma parlamentaria. Se detiene señalando el vínculo directo entre quienes promueven el odio y quienes lo ejecutan, entre los políticos que les ríen las gracias y los acosadores que se sienten legitimados para actuar. Porque cada vez que Ayuso llama “hijo de puta” al presidente, cada vez que Vox acusa sin pruebas, se está alimentando la lógica de la agresión como forma de hacer política.

Y si el precio es que mujeres periodistas, activistas, ministras y madres tengan que vivir con miedo, que no hablen de polarización: que hablen de cobardía. De complicidad. De un sistema que se hace el sueco mientras las redes y las calles se llenan de matones con micrófono.

Esto no va de ideología: va de dignidad. Y si el Congreso no tiene el valor de sacar a los acosadores de su casa, que no nos pidan respeto por unas instituciones que cada vez se parecen más a un circo con licencia para humillar.







No hay comentarios:

Publicar un comentario