MAZÓN, LA VERDAD Y LAS MENTIRAS QUE YA NO ENCUBREN NADA

Por Javier F. Ferrero

Permítanme responder con franqueza a la pregunta que más se escucha estos días: ¿Puede acabar Mazón ante un juez por lo que dijo en el Congreso? La respuesta corta es que sí. La larga es la que importa, porque nos obliga a mirar más allá del personaje y observar el ecosistema político que lo alimenta.

La primera cuestión es jurídica. ¿Mintió Mazón?

No se trata de un debate interpretativo. La hemeroteca recoge una declaración suya la noche de la DANA, a las 00:30, donde habla de “cuerpos sin vida”. Y 11 meses después, ante la comisión del Congreso, aseguró que no supo de las muertes hasta las 05:00.

No es un matiz. Es un salto temporal de cuatro horas y media que modifica por completo el relato de su actuación.

Segunda pregunta: ¿Por qué negar el protocolo ES-Alert?

Porque aceptarlo implica asumir que existía una herramienta para avisar masivamente a la población, que no se usó, que se podía usar sin autorización política, y que esa omisión pudo costar vidas.

Nadie niega un protocolo por error. Se niega por supervivencia política.

Tercer punto: ¿Qué temía Mazón?

Temía que se estableciera la cadena de responsabilidades.

Temía que una comisión parlamentaria lo situara en la posición más incómoda para un gobernante: la de quien estuvo comiendo mientras la gente moría, y que ahora intenta reconstruir el pasado para que encaje con lo que le conviene.

La cuarta cuestión: ¿Es esto solo un movimiento de la izquierda?

No. Es un movimiento de la realidad. PSOE, Compromís y Podemos coinciden porque la mentira es demasiado grande para la pluralidad de interpretaciones.

Cuando tres grupos distintos identifican el mismo engaño, no hablamos de disputa política. Hablamos de hecho objetivo.

Y aquí llegamos al fondo del asunto: qué significa que un presidente autonómico mienta en sede parlamentaria sobre muertes y protocolos.

Lo que significa es que la derecha ha interiorizado que el relato vale más que los hechos. Que la palabra pronunciada ante las cámaras puede reemplazar a la memoria. Y que si algo sale mal, siempre queda la opción de negar lo evidente.

Pero esta vez no.

La mentira dejó huella.

La mentira tiene fecha, hora y vídeo.

Y la mentira, por primera vez, puede sentarse en el banquillo.

No sé si Mazón acabará en la cárcel.

Pero sé que hay momentos en los que un país tiene que demostrar que la verdad importa más que el cargo de quien la viola.

Y este es uno de ellos.

Artículo:

A la cárcel con Mazón

https://spanishrevolution.net/a-la-carcel-con-mazon

Únete a nuestro proyecto: https://donorbox.org/aliadas