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lunes, 20 de agosto de 2018

La "eterna" sentencia sobre Blas Infante


Público

Andalucía

La "eterna" sentencia sobre Blas Infante

La proposición no de ley que Unidos Podemos llevó al Congreso de los Diputados en 2016 para la anulación de la sentencia que pesa gravemente sobre el padre de la patria andaluza no prosperó. Blas Infante fue asesinado en la madrugada del 10 de agosto de 1936. Su viuda fue obligada al pago de 2.000 pesetas sin llegar a saber dónde enterraron a su marido.





 AMaría Serrano

Blas Infante Pérez es asesinado en el kilómetro cuatro de la carretera Carmona, a las afueras de Sevilla sin dejar, 82 años después de su muerte, un rastro certero de su paradero. El conocido padre de la patria andaluza tenía 51 años cuando lo detienen en su casa del municipio sevillano de Coria del Río, Villa Alegría, donde el andalucista vivía apaciblemente con su mujer Angustias García Parias y sus cuatro hijos. Nunca pudo imaginar que aquella masacre, aquella carnicería sembrada por el general Queipo de Llano en Sevilla durante el verano de 1936 podía acabar en con su detención durante ocho días y un asesinato más que pactado por los golpistas.

Javier Delmás es nieto de Infante y recuerda a Público otra de las cuestiones más “abominables de aquel régimen” que hoy pesan sobre la figura de su abuelo. Cuatro años después del asesinato a Blas infante condenan a su viuda Angustias al pago de 2.000 pesetas. Delmás recalca que la sentencia firmada por el recién instaurado Tribunal de Responsabilidades Políticas imputaba a Blas Infante por un delito de responsabilidades políticas graves. La Autoridad militar lo acusaría de "actitudes de grave oposición y desobediencia al mando legítimo y de las disposiciones del mismo emanadas".

Para Delmás esta condena da indicios de la gravísima ilegalidad en la que actuaba el mando golpista. "La ley con la que justificarían su fusilamiento por aplicación de bando de guerra se instauró el 9 de febrero de 1939 y tenía la capacidad de inculpar a mi abuelo como un sujeto revolucionario por la participación en unas elecciones que en la Segunda República dentro de la legalidad vigente", aclara.

Blas Infante era acusado cuatro años después de su asesinato de haber participado en las elecciones de 1932. Una candidatura que aquellos mandos militares tildaban en 1940 de “tendencia revolucionaria”. También fue acusado como “propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz”.

La familia de Infante destaca la necesidad de que aquella sentencia con sanción económica que costó la muerte al histórico andalucista "siga en curso para que las generaciones venideras sepan las atrocidades que se han cometido en nuestro país", aclara su nieto.




Angustias García Parias tuvo que pagar como viuda en aquellos años de posguerra una fuerte suma para la época. Y todo, destaca Delmás por haber indagado “en la causa de asesinato de su marido”. Su nieto señala a Público que “nunca dejó el tema en el olvido y preguntaba a todos los contactos que podía sobre el motivo del asesinato de Blas Infante”. Aquella terrible búsqueda solo permitió a Angustias más humillación con una sentencia firmada ya en plena posguerra. Delmás recalca que su abuela pagó aquella multa y salió adelante vendiendo algunas de las propiedades que la familia conservaba en el pueblo natal de Infante en Casares (Málaga).


Cuando llegó al Congreso 


El grupo parlamentario de Unidos Podemos, En Comú Podem-En Marea presentaría en el 80 aniversario del asesinato de Infante (año 2016) una proposición no de ley que buscaba anular la sentencia militar. Ya el Parlamento de Andalucía había aprobado por iniciativa de Izquierda Unida la “ilegalidad de esta condena”. Sin embargo, tal y como ha señalado el grupo parlamentario “ni Zapatero, ni Rajoy, ni los presidentes anteriores habían hecho nada para que se anulara esa sentencia”.

Hace dos años, aquella proposición alzaba la voz ante la contradicción de una condena “por actividades andalucistas y republicanas” de Infante que figura en el Estatuto de Autonomía para Padre de la Patria Andaluza.


La cuestión de la sentencia cayó en el olvido sin llegar al debate político. En 2017, el Partido Comunista de Andalucía (PCA) nuevamente pedía la nulidad de la sentencia franquista contra Blas Infante. Ernesto Alba, secretario del PCA, exigía en el homenaje a Infante que se llevarán a cabo las medidas oportunas para anular la sentencia a Blas Infante y de todas las víctimas del franquismo. “Si esta democracia reconoce en el Estatuto de Autonomía, que es una Ley Orgánica del bloque constitucional, Blas Infante como padre de la patria andaluza no tiene que convivir con una sentencia franquista que le condena”, aseguraba en el último homenaje.

En los discursos de la actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el homenaje que se realiza a Blas Infante cada 10 de agosto, no se ha planteado con firmeza el caso concreto de la nulidad de la sentencia a pesar de la presión de otros partidos políticos por hacer “cumplir con la ley de memoria democrática andaluza”. Una postura que se mantiene en consonancia con la opinión de la familia Infante de dejar la sentencia “en firme” para que la conozcan las nuevas generaciones.



 El coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, también ha exigido la nulidad del juicio a Blas Infante. Maíllo ha criticado durante que “en el Congreso de los Diputados se niegan o abstienen a que se anule la sentencia a Blas Infante». Por ello, IU será “constante” en su petición.

La dura batalla iniciada por los diputados Alberto Garzón, Miguel Ángel Bustamante y Eva García Sempere han continuado el debate público sobre esta sentencia que no sólo simboliza la humillación al histórico líder andalucista, sino a la miles y miles de condenas que aún siguen vigentes para las víctimas de la posguerra y la dictadura.

El polémico azulejo con la bandera andaluza

La madre de Javier Delmás era la más pequeña de la familia. María de los Ángeles Infante tenía sólo seis años cuando a su padre se lo llevaron detenido en la mañana del 2 de agosto de Villa Alegría. Aquella mañana, según cuenta su nieto, la idea de los falangistas era acabar con la vida de Infante por aplicación de la ley de fugas, sin llegar a meterlo en ninguna prisión. “Cuando conocieron de quién se trataba y que la mujer de Blas Infante era sobrina del nuevo gobernador civil militar Pedro Parias, fue llevado a prisión aunque de muy poco sirvió aquel vínculo familiar con su mujer para evitar el asesinato”, añade.

Angustias nunca perdonó a su tío Pedro Parias que no intercediera por la vida de su marido. “Pasó la misma humillación que mucha mujeres republicanas. Algunos conocidos se cambiaban de acera para no saludarla cuando visitaba la ciudad de Sevilla. También le denegaron la pensión de su marido que tan duro había trabajado toda la vida”.

Lo único que Angustias y sus cuatro hijos conservaría a pesar de las duras críticas fue el azulejo en la entrada de la vivienda de Villa Alegría con la bandera andaluza presidiendo la casa. Delmás señala que “muchos amigos le decían a mi abuela que podía buscarse graves problemas, que era peligroso tener aquella bandera, pero mi abuela le decía a sus hijos que nunca cedería a quitarla que ya que no sabía dónde estaba su cuerpo dejaría aquella bandera y el legado de su casa como su tumba”.

Pasada ya la posguerra, Angustias se acercaría durante los años 50 al cementerio de San Fernando donde un sepulturero le certificó el sitio dónde recuerda que fue enterrado su marido. Aquel lugar, rescatado por escasos testimonios orales, correspondería hoy a la actual fosa de Pico Reja, en proceso de intervención por la parte de la Dirección general de Memoria Democrática y el ayuntamiento de Sevilla. “Cuando nos han pedido un papel, un documento de defunción, no podemos aportar nada porque mi abuelo nunca ha sido registrado como fallecido es otro desaparecido, uno de tantos miles de aquella barbarie”.

12 mitos sobre la fruta


18/08/2018

12 mitos sobre la fruta, desmentidos por expertos

Cuatro especialistas en Nutrición y Endocrinología aclaran las dudas más frecuentes sobre el consumo de frutas.



ElHuffPost

Que si puede producir diabetes, que si tomarla en la cena provoca indigestión, que si hay que evitar el plátano y el aguacate porque engordan... Las frutas están entre los alimentos más saludables y, al mismo tiempo, muchas veces se ven envueltas en una maraña de dudas y mitos (generalmente falsos).

Hay gente que todavía no tiene claro por qué el azúcar de la fruta y el de los dulces es distinto o por qué no vale sustituir una pieza por un vaso de zumo. El HuffPost se ha puesto en contacto con cuatro expertos en Nutrición y Endocrinología para resolver estas y otras de las cuestiones que más preocupan sobre las frutas.

MITO 1. Comer melón o sandía por la noche es indigesto


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"En realidad depende de la tolerancia individual de las personas. Y el melón y la sandía no son alimentos que la gente tolere especialmente mal, pero por algún motivo están criminalizados", señala Aitor Sánchez, dietista, nutricionista y autor de Mi dieta cojea. "Se ha dado mucho bombo al 'me sienta mal el melón por la noche', pero luego hay quien se toma una pizza, un kebab y un gin tonic antes de irse a la cama y parece que eso no nos sienta mal".

Además, "el melón y la sandía son de las frutas que menos calorías tienen", recalca la endocrinóloga María José Tapia Guerrero, miembro del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). "Se pueden tomar a cualquier hora del día; no tiene ninguna base científica creer que son más indigestos que otras", confirma. Lo único que se podría achacar a estas frutas es que "son alimentos muy diuréticos y por su alto contenido en agua y minerales, te harán orinar más", apunta la tecnóloga de alimentos Beatriz Robles.

MITO 2. Comer frutas de noche o de postre engorda


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"En la alimentación, el orden de factores no suele alterar el producto. Existen múltiples mitos que recomiendan comer la fruta al principio de la comida, pero el orden de su consumo no va a modificar que se gane más o menos peso; dependerá de la cantidad y tipo de alimento consumido", indica María José Tapia. De hecho, "cualquier momento del día es bueno para comer fruta fresca", corrobora la experta.

Por otro lado, apunta el nutricionista Carlos Ríos, "no hay un alimento que te haga engordar por sí solo y menos por tomarlo a una hora. Lo que te puede engordar son patrones y conductas de alimentación, no un alimento concreto". A esto se suma que "las frutas son de los alimentos menos calóricos; por tanto, la afirmación es menos lógica todavía" —añade Ríos—, "no tiene un respaldo científico".

MITO 3. Comer mucha fruta puede producir diabetes


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"Con ese tema llevamos años luchando", reconoce Beatriz Robles. "A día de hoy todavía hay personal sanitario que recomienda limitar la ingesta de fruta a una o dos piezas al día en pacientes con diabetes. Cuando, al contrario, deberían potenciar su consumo", destaca.

En la misma línea va Carlos Ríos, que desmiente tajantemente el mito: "Es falso. La fruta incluso puede prevenir la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes tipo 2, porque es fuente de fibra, de antioxidantes, de vitaminas, minerales... Y además por la baja densidad calórica hace que sea protectora contra enfermedades como la obesidad y el síndrome metabólico".

MITO 4. Engorda igual el azúcar de la fruta que el de las galletas


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"Es completamente falso, una falacia como un templo", afirma rotundo Aitor Sánchez. "Básicamente porque son productos contrarios; las galletas y bollería están asociadas al sobrepeso y a la obesidad, mientras que la fruta y la verdura se utilizan para combatirlos".

"No es lo mismo 100 kilocalorías de plátano que 100 kilocalorías de galletas, porque es diferente el origen, la matriz alimentaria", coincide la tecnóloga de alimentos Beatriz Robles. "Los alimentos ultraprocesados producen a medio y largo plazo resistencia a la insulina, lo cual predispone a la aparición de diabetes y enfermedades cardiovasculares. El mensaje es: hay que fijarse en los alimentos en su conjunto, no en sus nutrientes por separado", indica.

María José Tapia va más allá: "Las galletas aportan hidratos de carbono de absorción rápida; en cambio, las frutas, siempre que las tomemos enteras (no en forma de zumo) aportan hidratos de carbono de absorción lenta". "Los hidratos de carbono refinados o de absorción rápida (azúcares, alimentos ricos en harinas, bollería) siempre van a producir una mayor ganancia de peso debido a que su densidad calórica es mayor. Pero los hidratos de carbono de absorción lenta (legumbres, fruta) producen un mayor efecto saciante y, habitualmente, poseen una menor densidad calórica", argumenta.MITO 5. La piña es diurética y ayuda a adelgazar

https://images.huffingtonpost.com/2015-02-24-Capturadepantalla20150224alas19.09.14.pnghttps://images.huffingtonpost.com/2015-02-24-Capturadepantalla20150224alas19.09.42-thumb.pngVERDADERO Y FALSO


"Casi todas (o todas) las frutas y verduras son diuréticas y ayudan al tránsito", afirma Aitor Sánchez. "Pero parece que algunos le dan más fama a la piña, a la alcachofa o al kiwi", lamenta. "En cuanto a adelgazar, no podemos atribuirles propiedades adelgazantes, pero sí se puede decir que previenen el sobrepeso, y sí se utilizan como medio en dietas adelgazantes", explica.

Además, "bajar de peso no equivale a adelgazar", apunta Beatriz Robles. "Al eliminar líquido (por el efecto diurético, en este caso), pierdes peso, pero eso luego se recupera al beber agua, por ejemplo. La piña no es ni adelgazante ni quemagrasas, como ningún producto lo es. Lo que sí está demostrado es que una dieta rica en fruta y verduras está asociada a un menor peso y a menor probabilidad de obesidad", aclara la experta.

MITO 6. Es mejor no mezclar fruta


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"Una dieta variada, rica en frutas y verduras diferentes, que aportan distintos nutrientes, se asocia con un mayor beneficio que consumir sólo un tipo de fruta o verdura", asegura María José Tapia, de SEEN.

"No hay ninguna evidencia, así que no es ni rebatible", coincide el nutricionista Aitor Sánchez. "Es lo que repiten muchos gurús, pero porque está de moda lo de mezclar y no mezclar".

MITO 7. Si estás a dieta, no comas ni plátano ni aguacate


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Beatriz Robles lo tiene claro: "Eso se dice porque, en proporción, tienen más kilocalorías que otras frutas. El plátano tiene más hidratos de carbono y el aguacate es una fruta grasa. Pero no deben eliminarse de las dietas. Antes se utilizaba la teoría del balance energético (las calorías que entran por las que salen), pero ya está superada. Lo que importa es el efecto metabólico; hay que valorar los alimentos en su conjunto y no mirar la cantidad de calorías, grasas e hidratos por separado. Por ejemplo: el aguacate tiene grasa, sí, pero es ácido oleico, el mismo que el aceite de oliva virgen extra. Y los plátanos contienen fibra, micronutrientes, flavonoides, no producen picos de glucemia, sus componentes se absorben más lentamente y tienen un efecto saciante".

MITO 8. Comer más de cinco piezas de fruta al día es demasiado


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Los cuatro especialistas señalan que esta cifra es un mínimo, no un máximo. "Lo mínimo para preservar la salud es ese consumo de cinco raciones de fruta y verdura al día", explica Carlos Ríos. "Sería 'comer demasiada fruta' si con esas piezas estás desplazando otros alimentos de interés o si estás sustituyendo proteínas o grasas necesarias, pero este no suele ser el caso. Si por comer fruta lo que estás desplazando son yogures o natillas, bienvenida sea", matiza Aitor Sánchez, que en un vídeo de YouTube resuelve esta duda:

Sánchez admite que a veces hay confusión entre piezas y raciones. ¿A qué equivaldría este último término? "Una ración de fruta sería una pieza mediana (como una naranja o una manzana), un bol de cerezas o una rodaja de sandía, y una ración de verduras sería una ensalada, un gazpacho o una guarnición de verdura", responde.

MITO 9. Es bueno tomar zumo de limón en ayunas


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"Es otro mito más", confirma Ríos. "A la gente le gusta creer en cosas concretas que le den beneficios extraordinarios. Al fin y al cabo, es más fácil creer que un limón por la mañana te puede hacer X que aceptar que lo que hace bien a tu salud es un cúmulo de actos que llevas a cabo a lo largo del día. Habría que verlo desde una perspectiva más general".

MITO 10. Es igual comer fruta que tomar zumo o batidos


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"En un zumo exprimido —ya sea hecho en casa o salido de un brik—, los azúcares son libres (como en los refrescos), no son los intrínsecos a la matriz de la fruta", explica Beatriz Robles. Además, al tomar un zumo "pierdes la fibra de la fruta natural y la sensación de saciedad que produce al masticarla" —detalla—; "no es lo mismo comerte una naranja entera en cinco minutos que beberte en 15 segundos tres naranjas exprimidas".

Asimismo, "la absorción de los azúcares del zumo se realiza de forma más rápida que en la fruta y su ingesta supone un pico de glucosa notable", añade María José Tapia.

Otro caso es el de la fruta triturada o simplemente machacada, prosigue Robles: "Por ejemplo, en un gazpacho con pepino sin pelar o en una manzana asada machacada con piel, el azúcar sí sería el mismo que el de la fruta y también se mantiene la fibra".

MITO 11. Hay fruta tan genéticamente modificada que es mejor no comerla


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Para Aitor Sánchez, esto es "completamente falso". "La fruta ha ido cambiando a lo largo del tiempo y se han ido seleccionando especies, pero eso no hace que deje de ser buena. Por ejemplo, antes las fresas eran piezas ornamentales y ahora se pueden comer", sostiene el nutricionista.

"Desde el punto de vista sanitario, no hay ningún peligro ni riesgo para salud. No hay manera de que el ADN de una fruta se incorpore a nuestro ADN", zanja Beatriz Robles. Y coincide con ella Carlos Ríos: "El debate en cuanto a salud no se puede plantear; el hecho de que sea genéticamente modificada no influye en sus valores nutritivos, no tiene ningún componente perjudicial".

MITO 12. Es mejor comer la fruta con piel


·         MÁS VERDADERO QUE FALSO https://images.huffingtonpost.com/2015-02-24-Capturadepantalla20150224alas19.09.14.png


"Las que se pueden comer con piel, lávalas bien y cómelas con piel, porque tendrás un aporte extra de fibra", recomienda Carlos Ríos.

Beatriz Robles explica que "los nutrientes se distribuyen por el fruto de distinta forma, aunque parezca muy homogéneo". De este modo, al pelar la fruta se pierde "la fibra insoluble (celulosa, hemicelulosa, lignina), la que tiene mayor efecto sobre el estreñimiento". Y también "una parte de la pectina, un tipo de fibra soluble con efectos positivos sobre el control de la glucemia". Además de fibra, en la piel "se concentran pigmentos colorantes como las antocianinas, que son compuestos antioxidantes".

"La gente también se pregunta si conviene comerse la fruta entera, teniendo en cuenta los productos fitosanitarios" que se emplean en la agricultura, comenta la experta. Para despejar dudas, Robles cita a la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), que aconseja lavar siempre las frutas antes de consumirlas, con el fin de "eliminar residuos de plaguicidas, suciedades y restos de tierra que pueden aportar al alimento bacterias, virus, parásitos y contaminantes como el plomo". "Las frutas y verduras deben lavarse colocándolas bajo un chorro de agua. Si están muy sucias pueden sumergirse o emplearse desinfectantes como la lejía de uso alimentario", precisa AECOSAN.

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Aberraciones sexuales con niños y niñas de repugnantes pedófilos criminales católicos, obispos y curas, de EE.UU


INTERNACIONAL

19/08/2018

Las estremecedoras historias de abusos encubiertos por la iglesia católica

Un gran jurado de Pensilvania ha identificado a más de 300 presuntos "sacerdotes depredadores". Estas son solo algunas de las historias.

Durante décadas, todas las historias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos de Pensilvania (EE UU) permanecieron guardadas bajo llave en los archivos secretos de la iglesia.

Estos viejos secretos salieron a la luz este martes con la publicación del informe de un gran jurado en seis de las ocho diócesis católicas romanas de Pensilvania.

El informe de 884 páginas del jurado permitió a los católicos de Pensilvania comprender la magnitud del abuso y el encubrimiento en seis diócesis: Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Pittsburgh y Scranton. Durante dos años, los jurados identificaron a 301 "sacerdotes depredadores" y a más de 1.000 víctimas.

Los miembros del jurado oyeron historias de niños y niñas que afirmaban que les habían manoseado, casos de niños víctimas de pornografía infantil, obligados a masturbarse con sus agresores y violados por vía oral, vaginal y anal.
Para respaldar los presuntos terribles crímenes del informe, hay cientos de páginas de documentos de los archivos secretos de la iglesia que, según el jurado, demuestran que los altos cargos de la iglesia sabían que había abusos y no actuaron correctamente. Según afirman los miembros del jurado, los líderes católicos, incluidos antiguos obispos, trabajaron activamente para proteger a los abusadores y la reputación pública de la iglesia, ignorando las declaraciones de las víctimas.

Las seis diócesis y los sacerdotes acusados pudieron incluir sus propias respuestas a estas afirmaciones al final del informe del gran jurado. Algunos sacerdotes adjuntaron refutaciones, que decían que el informe incluía inexactitudes. Alrededor de 24 personas nombradas en el informe solicitaron que se omitieran sus nombres, alegando que, si fueran identificados, se violaría su derecho a la justicia. La Corte Suprema del estado va a analizar la solicitud de estas personas en septiembre para determinar si esos nombres deberían o no omitirse.


La mayoría de los presuntos autores nunca podrán comparecer ante la justicia. Muchos están muertos, mientras que, en algunos casos, los delitos han prescrito. Por eso los miembros del jurado insistieron en nombrar a los sacerdotes acusados y a sus obispos, y describen con detalle los abusos.

"Vamos a sacar a la luz su comportamiento, porque es lo que las víctimas se merecen", dice el informe.

Para resaltar la magnitud del problema y la necesidad de cambio, a continuación se describen algunos de los estremecedores casos de abuso y presunto encubrimiento documentados en la histórica investigación publicada este martes.


El sacerdote que presuntamente programó un aborto para su víctima

El gran jurado denuncia que Thomas Skotek, un sacerdote de la Diócesis de Scranton, agredió a una joven desde 1980 hasta 1985. Presuntamente, el sacerdote la violó, la dejó embarazada y ayudó a programarle un aborto.

Los documentos en los archivos de la iglesia indican que en 1986 el obispo de la diócesis ya era "plenamente consciente" de las acciones del sacerdote. Skotek renunció a su puesto y fue enviado a un centro de tratamiento católico para el clero.

En una carta de 1986 que recuperó el gran jurado, el obispo de Scranton expresó sus condolencias al sacerdote acusado.

"Este es un momento muy difícil en tu vida y me doy cuenta de lo afectado que estás. Yo también comparto tu dolor. Cómo desearía que no fuera necesario dar este paso", escribió el antiguo obispo James Timlin en la carta a Skotek. "Con la ayuda de Dios, que nunca nos abandona y que siempre está cerca cuando lo necesitamos, esto también pasará, y todos podrán seguir viviendo".


Un año después, en 1987, Skotek fue reasignado a otra iglesia de Pensilvania.

En 1989 le pidieron a la mujer que firmara un contrato de confidencialidad a cambio de un acuerdo financiero.

Ese mismo año, Timlin envió una carta al Vaticano reconociendo que el sacerdote había ayudado a organizar un aborto. La ley canónica católica considera que aquellos que cooperan en un aborto son "irregulares", lo que significa que podrían verse impedidos para llevar a cabo tareas sacerdotales. Este obispo pidió a Roma que concediera una dispensa para el sacerdote, que es una exención de una ley canónica existente.


"El Gran Jurado observa que la carta de Timlin parece centrarse exclusivamente en el tema del aborto sin dar apenas importancia a que Skotek había dejado embarazada a una niña", indica el informe.

El sacerdote continuó activo en el sacerdocio hasta 2002.

Timlin, que ahora tiene 91 años y es obispo emérito, respondió al informe del gran jurado a través de su abogado. Si bien reconoció que sus esfuerzos para responder al abuso sexual infantil en la diócesis eran "imperfectos", dijo haber actuado con su mejor juicio, de acuerdo con los estándares médicos de la época. En 1993, según afirma el obispo, estableció una junta de revisión interna en la diócesis para examinar los casos de abuso infantil.

"Aunque no fuera perfecta, la Diócesis de Scranton estuvo a la vanguardia de muchas organizaciones religiosas que atienden las serias preocupaciones relacionadas con el abuso sexual infantil por parte de miembros del clero", señala la declaración del obispo.

El grupo de sacerdotes depredadores que usaban cruces para acosar a sus víctimas


El gran jurado afirma que descubrió un "grupo de sacerdotes depredadores" que operaba dentro de la Diócesis de Pittsburgh. Los jurados afirman que el grupo hacía pornografía infantil en propiedades diocesanas y utilizó "látigos, violencia y sadismo" para violar a sus víctimas. Aparentemente, el grupo compartió información sobre las víctimas e incluso las intercambiaban entre ellos.

Un hombre testificó ante el gran jurado que el grupo de sacerdotes de Pittsburg una vez lo invitó a la vicaría de la parroquia y le pidieron que se subiera a la cama y se quitara la camisa, los pantalones y la ropa interior. Presuntamente, los sacerdotes hicieron fotos a la víctima, afirmando que estaban haciendo una "analogía con la imagen de Cristo en la cruz" y que las fotos se usarían para crear estatuas religiosas.

La misma víctima también testificó que el grupo de sacerdotes les daba regalos a sus víctimas. Marcaban a sus "niños favoritos" con collares de cruces de oro.

"(Las cruces) eran una señal para otros depredadores de que los niños estaban insensibilizados al abuso sexual y eran los objetivos perfectos para una seguir siendo víctimas", escribió el gran jurado en su informe.

El sacerdote que, presuntamente, lavó la boca de su víctima con agua bendita


El gran jurado señala que un sacerdote de la Diócesis de Allentown abusó sexualmente de un niño desde 1981 hasta 1983. La víctima denunció el abuso a la diócesis en 2011, y la diócesis alertó a la policía local.

La víctima le dijo a la policía que el sacerdote le obligó a practicarle sexo oral y también violó al niño oralmente. La víctima afirma que después, el sacerdote echó agua bendita de una botella en la boca de la víctima "para purificarlo", especifica el informe.

Dado que el caso había prescrito, no se presentaron cargos contra el sacerdote. Este, que ha negado las acusaciones, prestó servicio en iglesias hasta su jubilación. Todavía en 2009 seguía ayudando en una parroquia local en Florida.

El sacerdote que confesó pero continuó en su cargo


En 1982, la Diócesis de Allentown recibió una queja de un padre que denunciaba que el sacerdote Michael S. Lawrence había abusado sexualmente de su hijo de 12 años. Cuando los dignatarios de la iglesia se enfrentaron al sacerdote, este confirmó el relato del padre y dijo: "Por favor, ayudadme. He abusado sexualmente de un niño".

Los registros eclesiásticos que obtuvo el gran jurado indican que Lawrence fue enviado a un centro de tratamiento para clérigos católicos, donde un médico les dijo a los dignatarios de la iglesia que la familia de la víctima necesitaba tiempo para "hablar" y que "la experiencia no fuera necesariamente un terrible trauma" para el niño.

Dos años después, Lawrence empezó a dar clases de religión en un instituto. En 1987 le expulsaron del sacerdocio activo, pero continuó sirviendo en un Tribunal Diocesano hasta 2002, cuando los periodistas del Boston Globe llamaron la atención nacional sobre el tema del abuso infantil en la Iglesia Católica Romana. Lawrence se retiró ese año y murió en abril de 2015.

El cura al que respaldaron sus superiores


Los miembros del jurado afirman que algunos ex altos cargos de la iglesia en la Diócesis de Pittsburgh se esforzaron por defender y reubicar al reverendo Richard Zula, que fue condenado a prisión en 1990 por abuso de menores.

En 1987, un representante de la iglesia afirmó que una de las víctimas de Zula, una chica de 15 años, había "perseguido" al cura y lo había "seducido literalmente" para mantener una relación.

Zula fue detenido por acusaciones de abuso a menores en 1988. La diócesis entonces recibió más quejas contra el sacerdote.

Aunque el cura esperaba una condena, un médico procurado por la diócesis elaboró una evaluación psicológica de Zula en 1989 para el tribunal. En la evaluación, el médico afirmaba que Zula había admitido "masturbación y felación mutua con un chico de 16 años", pero solo porque "el chico inicialmente insinuó actitudes sexuales". El sacerdote admitió haber tenido comportamientos "ligeramente sadomasoquistas", escribe el doctor, pero "nunca ha exhibido síntomas psicóticos ni perturbación de pensamiento o razonamiento".

El gran jurado afirma que Zula recibió un cheque de más de 11.000 dólares (unos 9.700 euros) como pago de la Diócesis de Pittsburgh tras su pronta salida de la cárcel en 1992. Después de muchas idas y venidas sobre futuros pagos, en 1996, la Diócesis llegó a un acuerdo con el sacerdote que le garantizaba continuar con los pagos, pero le prohibía tratar de conseguir nuevos puestos dentro de la diócesis.


Como respuesta al informe del gran jurado, la Diócesis de Pittsburgh dijo que, por ley canónica, había que dar un cierto apoyo a todo el clero, incluso a los convictos por crímenes. La diócesis también declaró: "La Diócesis de Pittsburgh no solicitó en ningún momento una sentencia más leve para Zula, ni pidió que se preparara o se entregara un informe psiquiátrico en nombre de Zula para el tribunal".

El cura que supuestamente pidió a su víctima que confesara el abuso


La investigación del gran jurado ha dado lugar a la detención de dos curas por acusaciones de abuso sexual a menores. Uno de ellos es el reverendo David Poulson, que se enfrenta a cargos por atentar al pudor y poner en peligro a un menor después de ser acusado de abusar de al menos dos chicos en casos que datan de 2002.

Poulson supuestamente abusó de una de sus víctimas, un ex monaguillo, más de 20 veces en la casa del párroco. El chico también tuvo que hacer una confesión formal ―a Poulson― para recibir la absolución del cura por el abuso.

"Esa fue la traición y manipulación definitiva de Poulson", escribe el fiscal general de Pensilvania Josh Shapiro en un comunicado que publicó a principios de este año. "Usó las herramientas del sacerdocio para continuar su abuso".

Shapiro afirma que la Diócesis de Erie sabía de las tendencias abusivas del cura al menos desde 2010, pero no hizo nada por denunciar a Poulson ante las autoridades hasta 2016, cuando respondió a una citación del gran jurado.

El obispo de Erie niega esta cronología de los hechos.

Durante su investigación, el gran jurado escuchó a otros nueve hombres que declararon que Poulson los bombardeó con "regalos, dinero, cenas y alcohol" y "bromeó" sobre su preferencia sexual por hombres jóvenes.

El cura acusado de violar a una niña en el hospital


La Diócesis de Harrisburg recibió una denuncia en 1991 de una chica que había sufrido abusos por parte de un cura en los 60 y los 70. La mujer afirma que cuando tenía 7 años, el sacerdote la violó en una sala de hospital cuando se recuperaba de una extracción de amígdalas. La mujer contó a la diócesis que el cura la violó dos veces más cuando era adolescente, según un documento eclesiástico desvelado por el gran jurado.

Los registros de la diócesis indican que el cura confesó haber abusado sexualmente de esta víctima en 1991. Desde entonces le retiraron sus funciones sacerdotales.

El cura que siguió en el cargo después de dejar embarazada a una adolescente


En los años 50, la Diócesis de Greensburg se enteró de que un sacerdote recién ordenado, Raymond Lukac, había tenido una relación con una chica de 17 años. El sacerdote se fugó con ella y se casaron cuando la chica tenía 18 años. Meses más tarde, después de asistir a un centro de tratamiento para curas católicos, se divorció de ella. Los documentos de la iglesia indican que la joven dio a luz al hijo de Lukac.

"Pese a practicar sexo con una menor, pese a ser padre de un hijo, pese a casarse y a divorciarse, el cura tuvo permiso para seguir siendo cura gracias a los esfuerzos de la diócesis por encontrar a un 'obispo benevolente' en otro estado dispuesto a aceptarlo en su parroquia", declara el gran jurado.

El cura que presuntamente convenció a niños para tener sexo oral


El gran jurado afirma que un sacerdote que estuvo en la Diócesis de Greensburg entre 1976 y 2002 recibió numerosas acusaciones de abuso sexual. Los miembros del jurado se enteraron de que varios niños de la escuela elemental contaron a la diócesis en 1986 que el sacerdote había hablado con ellos sobre masturbación en una clase de educación religiosa. El cura aparentemente explicó con detalle a los niños cómo María, la madre de Jesús, había tenido que "arrancarle a mordiscos el cordón umbilical" y "lamer" al niño cuando nació para limpiarlo. Los miembros del jurado consideraron que este comportamiento era un tipo de "acoso" a los estudiantes con el fin de prepararlos para el sexo oral.

En 1986, la diócesis recibió una notificación de la policía local para informarles de que estaban investigando a este cura por su contacto sexual con menores, aunque el gran jurado no encontró registros que indicaran que el sacerdote fue acusado como consecuencia de esta investigación.

Después de ser enviado a un centro de tratamiento, el cura fue reubicado en varias parroquias y cargos hasta 2002, cuando se le fue retirado el ministerio del sacerdocio. Los documentos internos de la diócesis indican que al menos otra víctima presentó una demanda de abuso antes de 2002.

El cura que abusó de cinco hermanas de la misma familia


El informe señala que un sacerdote de la Diócesis de Harrisburg, Augustine Giella, abusó sexualmente de cinco hermanas de la misma familia desde 1982. El cura también recogió presuntamente muestras de orina, de vello púbico y sangre menstrual de las niñas. Durante una redada policial, encontraron estas muestras en casa de Giella, junto con pornografía infantil. Giella fue detenido en 1992 y confesó sus delitos. Murió mientras esperaba ser juzgado.

El gran jurado atestigua que el abuso a las niñas podría haber parado mucho antes si la Diócesis de Harrisburg hubiera actuado ante una queja contra este sacerdote en 1987.

Como respuesta al informe, la Diócesis de Harrisburg pidió disculpas por los abusos cometidos por clérigos vinculados a la diócesis y afirmó que ya había implementado múltiples salvaguardas para proteger a los niños.

Las cinco hermanas testificaron ante el gran jurado en 2016 el daño "emocional, psicológico e interpersonal" que este abuso había causado en sus vidas. Meses después de haber ofrecido este testimonio, la menor de las hermanas intentó suicidarse. Mientras se recuperaba, la mujer se puso en contacto con el gran jurado.

"Desde la cama del hospital, pidió una cosa: que termináramos nuestro trabajo y contáramos al mundo lo que ocurrió realmente", relata el jurado.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Lucía Manchón y Marina Velasco


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Foto: Luis Viadel