Buscar este blog

martes, 2 de marzo de 2021

 Ferreras se defiende de las acusaciones de Aznar: “Miente como un bellaco”

'AL ROJO VIVO'

El director de 'Al rojo vivo' ha respondido al expresidente del Gobierno después de las declaraciones en ‘Lo de Évole’

La Vanguardia

REDACCIÓN

BARCELONA

01/03/2021

El director y presentador de Al rojo vivo , Antonio García Ferreras, ha sido muy contundente con el expresidente del Gobierno José María Aznar y sus declaraciones en Lo de Évole, donde defendió su gestión del 11M y apuntó sutilmente al periodista. Unas declaraciones del conservador que el televisivo ha denunciado desde su programa: “Miente como un bellaco”.

Sí, Aznar mintió. Mintió el 11M, entonces y sigue mintiendo ahora. Lo hace porque es un mentiroso que miente como un bellaco”. Así de duro se ha mostrado el conductor de la tertulia política matutina de la segunda cadena de Atresmedia con el expresidente del Gobierno, a quien ha tildado de mentiroso.

De hecho, ha señalado, miente “con la cara dura de un soberbio que intentó engañar a toda una nación en uno de sus momentos más trágicos”. Su objetivo: ganar las elecciones. Aunque no lo consiguió y fue José Luis Rodríguez Zapatero quien tomó el mando del poder.

Solo buscaba ganar unas elecciones ocultando la verdad”, ha insistido Antonio García Ferreras, quien ha criticado que Aznar no haya dado su brazo a torcer de apoyar la Guerra de Irak. Algo que en el caso de Tony Blair, ex primer ministro británico, ha reseñado: “AL menos ha tenido decencia” de pedir disculpas. Sin embargo, para el presentador de Al rojo Vivo, “Aznar y la mentira, unidos para siempre”.

Estas declaraciones se han producido unas pocas horas después de que Aznar defendiese en Lo de Évole su gestión durante el 11M y la teoría de que fue ETA la culpable de lo sucedido. “Cuando tenemos toda esa información en la cual nos dicen todos lso servicios que ha sido ETA, entonces, el Gobierno salió a decir que ha sido ETA”, apuntó el presidente conservador.

Y no solo eso. Aznar recordó “la voz de una persona en una emisora de radio diciendo que tenía delante una foto de los tres terroristas de ETA que habían atentado en Madrid”. Unas declaraciones sobre las que Évole preguntó de quién se trataba, pero que realmente iban dirigidas precisamente al por aquel entonces director de informativos "de una cadena de radio" cuya identidad era Antonio García Ferreras.


lunes, 1 de marzo de 2021


 Foto: Luis Viadel


 Foto: Luis Viadel

Imágenes del mundo
 



Arte urbano


 

Libro recomendado


 

 2ª Parte. La derecha judicial hace y deshace en el PP

10 jueces con mando en Génova 13



LOS GENOVESES

 Domingo, 28 de febrero de 2021


Escribíamos a finales de mayo del pasado año que no es ningún secreto que un sector de la judicatura y de la fiscalía, agrupadas en torno a la Asociación Profesional de la Judicatura y Asociación de Fiscales, cuestionan abiertamente y desde un primer momento al Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y, en particular, de manera más acusada, desde que fuera declarado el estado de alerta por la llegada a España del coronavirus

Han pasado apenas 8 meses, continúa el coronavirus, y los mismos de entonces han abierto un nuevo frente político. En esta ocasión el motivo lo han encontrado en la renovación de órganos constitucionales como el CGPJ y el Tribunal Constitucional. La ofensiva ha incluido desde enfrentamientos con la Mesa del Congreso, pasando por nombramientos a granel, a pesar de estar en funciones, hasta cuestionar las opiniones del vicepresidente 2º o la propia designación de la Fiscal General del Estado.

Como es natural el Partido Popular con Pablo Casado a la cabeza y con el ex juez Enrique López como máximo responsable de Justicia de los genoveses,  la renovación, tras varias vueltas de campana, ha vuelto a su punto de partida. Es decir, solo se renovará si se aceptan las condiciones del PP y de sus patrocinadores que en este negociado son muchos, con y sin toga. En esas estamos.

Mientras tanto, para situar al lector vamos a seleccionar un número determinado de esos patrocinadores y sus circunstancias para que después cada cual saque sus propias conclusiones.

El primer bloque lo forman los que, si hay renovación, dejarían sus sillones en el CGPJ. Sin duda el mas conocido es Carlos Lesmes. Sobre su trayectoria hemos escrito numerosos artículos acompañados de documentos, comunicados y noticias. 

A estas alturas nadie duda, ni siquiera el mismo que es un juez tan conservador como vanidoso que ha utilizado su puesto de Presiente del CGPJ para favorecer que sus colegas ideológicos, tanto los pertenecientes a la APM como los no adscritos, pasen a ocupar las plazas, algunas vitalicias, más selectas de la judicatura. En este cuadro resumen se puede echar un vistazo a los nombramientos perpetrados durante su mandato en tiempo y en forma más los 2 años largos que lleva en funciones. De todo ellos, destacamos los 4 siguientes:

  1.  Manuel Marchena Gómez. Presidente de la Sala II del Tribunal Supremo

  2.  Pablo Llarena Conde. Magistrado de la Sala II del Tribunal Supremo

  3. Pablo González González. Presidente de la Audiencia Provincial de Madrid

  4. Concepción Espejel Jorquera. Presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional

El primero, sobradamente conocido por nuestros lectores, es el factótum de la Sala II. Sabe mejor que nadie que una decisión suya puede poner a cualquier aforado que esté a su alcance en serios aprietos o, todo lo contrario, es decir, dejarle fuera de toda sospecha penal. En el primer supuesto se encontró la ex jueza Rosell que tuvo que dimitir tras abril diligencias Marchena. Meses después fue sobreseído el asunto. En el segundo caso se encontraba Pablo Casado que respiró con alivio tras archivar Marchena sus posibles delitos relacionados con su máster en la URJC.

El segundo Llarena ha pasado a la historia por ser el instructor del llamado Caso Procés. Es tan conservador como el que más y probablemente uno de los peores instructores de la Sala II.

Los dos restantes tienen en común que tras ser recusados por sus propios compañeros por sus obvias vinculaciones con el PP fueron nombrados por Lesmes para ocupar sus actuales puestos en la AP de Madrid y en la AN.

Pero no todo han sido nombramientos amigos. Además, tampoco ha tenido Lesmes problemas para añadir tensión y enfrentamientos con este Gobierno. Un buen ejemplo para recordar es cuando utilizó una supuesta conversación telefónica con el Jefe del Estado con motivo de su ausencia en la entrega de despachos a la última promoción de jueces salida de la Escuela Judicial de Barcelona para que otros colegas pudieran acusar al gobierno de Sánchez de ceder ante los independentistas.

En el segundo bloque el protagonismo recae en insignes miembros de la Asociación Profesional de la Magistratura. Sin ánimo exhaustivo os hemos seleccionado a 2 jueces que están en servicios especiales y a otros 4 que continúan en activo.

  1. Enrique López López. Sin duda, el genovés más operativo a caballo entre Génova 13 y Marqués de la Ensenada 8 y con nómina y coche oficial en la Puerta del Sol. Un sin vivir lo suyo. Tras ser recusado fue a su rescate el propio Lesmes que jugando todas sus cartas le colocó en una Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional. Tras salir por la puerta de atrás, gracias a la Sala III del Tribunal Supremo, acabó adscrito a la espera que fuera nombrado Consejero de Ayuso para pocos meses después ser el responsable del área de Justicia e Interior del Comité Ejecutivo del PP de Pablo Casado. Nada se le escapa. 

  2. Fernando de Rosa Torner.  Ex Vocal del CGPJ, ex alto cargo de la Generalidad valenciana y en la actualidad Portavoz del GPP en la Comisión de Justicia de la Cámara Alta. Su último destino fue Presidente de la Audiencia Provincial de Valencia nombrado por  Lesmes. A ojo de buen cubero se podría decir que no se entera de la misa la mitad.

  3. Manuel García Castellón. Tras 17 largos años sin instruir, mira por donde, este juez y ex Tesorero de la APM, vuelve de Roma donde residía como juez de enlace, para hacerse primero cargo de los Casos PúnicaLezo y más tarde Caso Tándem con Kitchen incluido. Dicho de otro modo, los 3 casos de corrupción donde más tiene que perder el PP.  

  4. Manuel Abascal Junquera. El Messi de la APM. Un joven viejuno con padrinos de alto standing. Amigo de sus amigos y pluriempleado sin complejos. Gracias a la discrecionalidad que supone la concesión de una comisión de servicio como juez de refuerzo y sobre todo a los que se la concedieron con Lesmes a la cabeza, desde hace ya algún tiempo instruye en el juzgado cuyo titular es García Castellón. Candidato a vocal del CGPJ en la frustrada renovación del 2018 ha vuelto a serlo en la actual que se acaba de romper. En ambas ocasiones apoyado por la APM y el PP. Sobre sus relaciones con Pablo Casado estamos a la espera que definitivamente se aclaren.

  5. Joaquín Gadea Francés.  Miembro del Comité Ejecutivo de la omnipresente APM. Desde hace un mes es también casualmente el segundo juez de refuerzo que tiene a su servicio Manuel García Castellón. Como su compañero Abascal una oportuna comisión de servicio, aprobada por Lesmes, le traslado de Barcelona a Madrid para acabar en la Audiencia Nacional.

  6. José Luis Concepción Rodríguez. Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.  No hace falta ser un sabueso para situarle en posiciones a caballo entre Vox y PP.  Sus declaraciones hacen las delicias de Santiago Abascal. Aquí un resumen de sus “hazañas”.

Acabamos ya con otros 2 genoveses que, no siendo jueces, sin embargo, si nadie lo impide, acabarán de magistrados en el Tribunal Constitucional. Nos referimos a Enrique Arnaldo y Nicolás González Cuellar.  Sobre ambos en próximas fechas les dedicaremos unas líneas con forma de artículo. 


domingo, 28 de febrero de 2021

Imágenes del mundo


 

Libro recomendado


 

Foto: Luis Viadel

 

 ¿De verdad vamos a vivir otros felices años 20?


Saliendo de una pandemia, a caballo entre dos crisis y en plena revolución tecnológica: hay paralelismos entre la situación actual y hace un siglo, pero aún hay más matices.


 

SUTEISHI / GETTY CREATIVE

Unas jóvenes recrean una escena de los felices años 20.


No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista”. El refranero patrio, tan sabio, condensa en una línea siglos de experiencia: todo acaba pasando, y también lo hará el maldito SARS-CoV-2. Aún estamos viendo cuándo llegará ese momento y cómo será entonces la vida, pero hay una referencia que recalcan los más esperanzados, la de los “felices años 20” del pasado siglo. 

¿Se repetirá la historia? ¿Viviremos dentro de un dorado Gran Gatsby, oyendo jazz y bailando charlestón? ¿O nos pueden las ganas de soñar?

Los expertos reconocen ciertos paralelismos entre las dos épocas, con un siglo de diferencia, pero echan el freno a tanto optimismo. Primero, porque lo que nos ha llegado de aquella década tiene mucho de idealización. No fue tan luminosa. Y segundo, porque los contextos y las personas nunca son exactamente iguales. 

Hay similitudes, claro. Entonces se venía de una pandemia -la de la llamada gripe española, que mató a 50 millones de personas en 1918-, fue una época valle entre dos guerras mundiales y entre dos crisis territoriales, estratégicas y económicas, y en ambos casos las novedades en tecnología eran revolucionarias para el momento”, explica el americanista Sebastián Moreno

Sin embargo, entiende que no podemos tomar al pie de la letra eso de “años felices”, por lo que ya empiezan los matices en la comparación. “Es innegable que se produjo un estallido de esperanza y alivio, más que de alegría, porque se dejaba atrás un horror importante. Eso se tradujo en mayor ansia de vida, de consumo y de disfrute, sobre todo a partir de 1924 y hasta que los suicidios de Wall Street pusieron el epílogo, con el crack del 29. Pero va por barrios”, afirma gráficamente.

No fue un estado generalizado en el mundo, ni de Occidente siquiera. Europa se ahogaba en su reconstrucción tras la Primera Guerra Mundial y en EEUU se beneficiaban de eso, vía créditos, intereses y contratos. El nuevo centro del poder bursátil era Nueva York. Allí sí existía ya una clase media relativamente firme que podía acceder a una nueva vida, a la democratización del coche propio, los electrodomésticos o el ocio. Esa es la estampa que vemos en las películas y en las novelas”, ahonda. 

Eso es la epidermis de los privilegiados, que cuajó en el llamado sueño americano. Debajo estaban la pobreza y las heridas de los combatientes europeos y los sentimientos ultranacionalistas, fascistas y violentos al alza: son los años en los que se va gestando el nazismo, en los que Benito Mussolini se hace fuerte, en los que Stalin ya castiga con los gulags. 

Desenfreno sexual y derroche económico”

Puestas las cosas en su sitio, ¿nos espera algo parecido a ese renacer, aunque fuera parcial? El sociólogo Nicholas A. Christakis, de la Universidad de Yale, se ha convertido en el autor de referencia en el mundo para responder a esta pregunta. En su libro superventas Apollo’s Arrow: The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live (La flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en la forma en que vivimos) sostiene que sí. “Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI”, sostiene en sendas entrevistas de referencia en la BBC y The Guardian.

Christakis asume que no habrá una inmunidad global en breve, así que plantea varias fases, porque aún estamos “al final del principio”: una primera etapa es para encajar el impacto biológico de la pandemia en el presente 2021; una segunda, de “lidiar” con las consecuencias sociales, físicas, psicológicas, sanitarias y económicas de estos meses -predice que habrá un 45-50% de población vacunada en 2022 y la recuperación socioeconómica será completa en 2023-; y una tercera, que llama “postpandemia”, que no llegaría hasta 2024 y en la que todo se estabilizaría, al fin. Ahí llega la fiesta, aunque quedarán efectos perdurables como la telemedicina, el rediseño de oficinas y el teletrabajo o el contacto físico. 

Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXINicholas A. Christakis, sociólogo, profesor en la Universidad de Yale

María José Campo, psicóloga especializada en crisis, comparte esa “apertura” tras tiempos convulsos, pero con matices. “Los patrones se repiten: cuando vienen mal dadas, crece el miedo y el proteccionismo, se contrae el gasto, se prima el ahorro por lo que puede venir, se limitan los círculos sociales y las relaciones nuevas, con un mayor peso de lo doméstico, e incluso se refuerza la religiosidad, en busca de esperanza, más aún cuando la crisis es de salud”, explica. 

Cuando pasan las peores olas, “hay una marcha atrás” en todos esos comportamientos. Pone ejemplos claros: más paseos, más quedadas con amigos, más apertura de círculos, más viajes, más ocio y restaurantes y discotecas, hasta más manifestaciones. “Es un respiro, es humano, y dejamos de ser tan conservadores y nos inclinaremos al carpe diem”, resume. De nuevo, claro, todo dependerá de lo afortunado que se sea para pasa página, “sea por el dolor del duelo por una pérdida, sea por la situación económica para salir adelante”. 

Moreno y Campo entienden, a su vez, que hay diferencias que determinarán la respuesta de los ciudadanos cuando salgamos del túnel. La primera es la “responsabilidad social”, porque el conocimiento que se tiene en el siglo XXI de lo que ha ocurrido y de la necesidad de que todos colaboremos en mantener las cosas controladas es mucho mayor que hace un siglo. Se le suma la “sensatez” de saber o no vivir por encima de nuestras posibilidades, que diría Mariano Rajoy, o de forma más eficiente. 

También cambia la fortaleza del sistema sanitario, la ciencia y los medicamentos (nunca antes se había hecho un esfuerzo similar para lograr una vacuna), la tecnología (del 5G al big data, pasando por la inteligencia artificial) o las comunicaciones. El papel de la ecología o de las mujeres es un factor nuevo, añade el historiador.

El sociólogo belga Geoffrey Pleyers explica que “lo que está en juego es la oportunidad de remodelar la economía y la sociedad, lo que sin duda tendrá un impacto considerable en la vida cotidiana de millones de personas y en la crisis ecológica”. Hay que ver, dice, cómo se hace la digestión del cambio de rumbo, al menos de palabra, de esos políticos que apostaban por recortes y privatizaciones en la sanidad, por ejemplo, que ahora llaman “héroes” a sus médicos y enfermeros y sostienen que un robusto sistema de salud es clave para un estado fuerte. No hay más que ver las declaraciones del británico Boris Johnson o del francés Emmanuel Macron, señala. 

Pero hay que estar “alerta” ante los restos del naufragio: lo que queda del nacionalismo al alza, de los movimientos reaccionarios enardecidos, del racismo y el populismo, de los que acusan a China de todo el problema, de los que acaparan vacunas porque yo voy primero y valgo más, de los que niegan lo que dice la ciencia. A ello se suman “pesadas herencias”: la superpoblación y el envejecimiento, la crisis climática, el fin de las clases medias clásicas.

Nada de eso había en los felices años 20. 



 Foto: Luis Viadel

Imágenes del mundo


 


 Foto: Luis Viadel

Arte urbano


 


Libro recomendado


 

 Ian Gibson: “Las derechas no han sido capaces aún de asumir la radical criminalidad del régimen franquista”

García Lorca luciría hoy la blanquiverde, pero recordaría que “el chino bueno está más cerca de mí que el español malo”

JUAN LUIS VALENZUELA 

Domingo, 28 de febrero de 2021

ElPlural



Ian Gibson, nació en Dublín, pero se enamoró de España, de la figura de Lorca y de Andalucía tras leer el Romancero Gitano y aquí se quedó a vivir. Convertido pronto en gran hispanista de referencia, su vida ha transcurrido entre sus años en La Alpujarra granadina (como Brenan), Málaga frente al Mediterráneo y el Madrid de Lavapiés. Si en una anterior entrevista escribí sobre él que “no es que Ian sea un español-irlandés, es que Gibson es un patriota español con sangre irlandesa, un intelectual que no solo quiere a España, sino que le duele España”, hoy escudriño más mi particular gentilicio y, con la experiencia que me da conocerlo afirmo, no, mejor, aseguro que es el español más patrióticamente andaluz a quien le duele, a la par que le fascina, el Sur. Porque amar, sentir, escribir  y buscar al poeta más universal de Andalucía, es una de las mejores formas con las que se expresa el auténtico amor y sentimiento andaluz.  Inquieto e hiperactivo, Ian acaba de publicar un nuevo libro, “Hacia la República Federal Ibérica”, donde refleja el movimiento iberista. Este ensayo aborda otro de sus sueños y anhelos: la llegada de la República como forma de Gobierno, y la unión con Portugal.

ELPLURAL: En su nuevo libro, 'Hacia la República Federal Ibérica', sobre el movimiento iberista contemporáneo aboga por la llegada de la República, como forma de Gobierno, y la unión con Portugal. Usted ha comentado que es un libro sobre “como querría que fuese España, una república federal ibérica, unida a Portugal, un proyecto que soñaron Saramago, Pessoa, Unamuno, Ortega..." ¿Qué fuentes y testimonios ha utilizado para escribirlo? ¿La pandemia le supuso un obstáculo, ya que su deseo era viajar por Portugal para escribirlo?

IAN GIBSON: Llevo años soñando con la República Federal Ibérica. Quizás desde el momento en que leí el apasionante libro del geógrafo griego Estrabón sobre la península, escrito hace la nimiedad de dos milenios.  Luego tropezar, no hace mucho, con Fernando Pessoa y su concepto de “la madre Iberia” fue fundamental. Me entusiasmó y me entusiasma ¡Madre Iberia! ¡Ibericidad! ¡Ibericidad! El aislamiento de Portugal me duele,  el hecho de que los dos países hayan vivido de espaldas durante tanto tiempo cuando son hermanos que hablan el mismo idioma, o sea el latín puesto al día en distintas modalidades.  República tiene que ser, obviamente, la Península Ibérica. Los portugueses se deshicieron hace tiempo de su monarquía y esta que tenemos en España, además de padecer mal origen, tiene a mi juicio los días relativamente contados. Por lo que le toca a mi país natal, todos los irlandeses eligen cada siete años a su presidente o presidenta, a quien, si no cumple con sus obligaciones, se le puede mandar a freír espárragos, como debe ser. Me gustaría ver esto aquí. En cuanto a mis fuentes, un gran descubrimiento para mí, además de Pessoa, han sido los iberistas catalanes, empezando con Ignasi Ribera i Rovira y Joan Maragall. Ellos soñaban con una República Federal Ibérica. Yo solo retomo el hilo.  

Sobre la pandemia, esta ha sido para mí un grave obstáculo para el proyecto de libro que tenía entre manos y, a la vez, una ventaja (dentro de lo malo).  Me impidió, por ejemplo, como dices, pasar en Portugal la estancia prevista. También buscar en Cáceres el santuario de la diosa celta Ataecina. Pero me inspiró la necesidad de releer a Unamuno, Ganivet y Ortega y Gasset, experiencia que me ha enriquecido.  

E.P.: ¿Qué mejoras conllevaría para ambos países este proyecto ilusionante, pero complejo? ¿Quién ganaría más, España o Portugal? ¿Qué une a los hombres y mujeres de ambos países y qué los diferencia?

I.G.: Creo que la fraternal unión de los dos países, dentro de una República Ibérica Federal, supondría para ambos ventajas enormes a todos los niveles, con el énfasis puesto en primer lugar sobre la cultura y sin olvidar nunca la relación de la península con Iberoamérica. Suelo reflexionar mucho sobre los idiomas que se hablan en este país, todos, menos el euskera, procedentes del latín. Hay una diferencia entre españoles que me llama mucho la atención: la que separa a monolingües y bilingües. Cada vez que estoy con catalanes siento envidia (buena) al constatar la total normalidad con la cual van y vienen entre sus dos lenguas maternas, agilidad que naturalmente les ayuda mucho a la hora de adquirir el francés, el italiano y hasta el inglés. En la Iberia federal se potenciaría, en una Cámara Territorial y en las escuelas, el conocimiento y  el uso de todos los idiomas del Estado. Y así se irían afinando los oídos. Hoy en día, ¿quien lee en Madrid o Badajoz una novela en catalán? ¿Quién en Segovia una portuguesa o brasileña?  Supongo que muy poca gente. Y ello es un empobrecimiento.

Pienso cada día en Granada, en la Vega, la Sierra, mi archivo en Fuente Vaqueros. Me gustaría terminar mis días en una casita cerca de las olas mediterráneas. La costa atlántica de Andalucía me fascina, Doñana y Tarifa, pero me tira especialmente la del Mare Nostrum”  

E.P.: Hoy celebramos los andaluces nuestro gran Día, el 28-F. Usted, sin duda, es desde hace tiempo un andaluz enorme que eligió, tras venir de su país natal, nuestra comunidad para vivir, sentir y trabajar al igual que Brenan eligió las Alpujarras granadinas. En 1991 se instaló en El Valle, un pequeño municipio situado entre Granada y el Mediterráneo. Luego se afincó durante un año en una casa frente al mar en Málaga. Ahora desde Lavapiés, barrio que define como su nuevo “pueblo” y al mismo tiempo capital del mundo ¿qué sensaciones tiene de ese tiempo y de su vida en el Sur? Como sentiría un gallego ¿tiene “morriña”?

I.G.: Sí, siento morriña del Sur, y mucha. Nostalgia, saudade. Pienso cada día en Granada, en la Vega, la Sierra, mi archivo en Fuente Vaqueros. Me gustaría terminar mis días en una casita cerca de las olas mediterráneas. La costa atlántica de Andalucía me fascina, cómo no, con Doñana Tarifa, pero me tira especialmente la del Mare Nostrum. La añoro profundamente y no olvido nunca que Málaga fue el puerto de mar de la Granada nazarí.    

Con Vox en la Junta veo difícil que Moreno Bonilla encabece una iniciativa para localizar a García Lorca”
 

E.P.: El presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, dijo hace más de un año que había que buscar a Lorca “porque es de todos, no de rojos ni azules”. Sin embargo, a usted, la persona que más ha hecho por encontrar sus restos, le veo pesimista, es más, sé que ha comentado que la presencia de Vox en Andalucía no ayudará a buscar al poeta. ¿Se han confirmado esos negros augurios sobre la búsqueda de nuestro más universal escritor? ¿Qué haría hoy Federico con la bandera blanquiverde? ¿La colgaría en su balcón?

I.G.: Me pone muy triste que todavía no haya sido posible localizar los restos del poeta. Y me alegro de que Nieves García Catalán siga, con la ayuda del abogado Eduardo Ranz, en su empeño de conseguir el apoyo judicial necesario -en Europa si hace falta- para buscar los de Dióscoro Galindo González, el maestro republicano fusilado al lado de Lorca. Desenterrar a todas las víctimas de Franco sigue siendo el gran reto de la democracia, y el autor de Bodas de sangre es el desaparecido más llorado del mundo, el que representa a todos ¿Su familia? Nunca he entendido su falta de cooperación. Lorca es de todos los que amamos al hombre y su obra y sentimos la imperiosa necesidad de saber qué hicieron con él y dónde están sus restos. No se le ha buscado bien y sigo pensando que hay que llevar a cabo en el Parque Federico García Lorca de Alfacar una investigación rigorosa con todas las garantías judiciales. Con Vox en la Junta veo difícil que Juan Manuel Moreno Bonilla encabece una iniciativa en este sentido, iniciativa que le honraría. En cuanto a la bandera de Andalucía, claro que Lorca la colgaría en su balcón, aunque recordando lo que dijo en una ocasión: “El chino bueno está más cerca de mí que el español malo”.        

E.P.: Como apasionado ornitólogo, ¿le sigue desagradando el cuervo marino porque le recuerda a “ciertos clérigos que se meten donde no debían” o piensa que hay otros ´pájaros` y ´pajarracos` en la fauna de este país sin plumas y bípedos?

I.G.: Sigo pensando que el mayor problema de este país es que las derechas no han sido capaces hasta ahora de asumir la radical criminalidad del régimen franquista. Si Pablo Casado pudiera entonar una mea culpa sincera por lo que ha dicho de “la fosa del abuelo” y de la necesidad de no “reabrir heridas”, estaríamos en el buen camino. No quiero creer que en el fondo sea mala persona, de modo que espero con ilusión que recapacite.