Pablo
Alcántara, historiador: “La CIA ayudó a la Brigada Político
Social de Franco”
El
investigador publica el primer estudio global sobre la trayectoria
de la policía política de la dictadura franquista
-
ElDiario.es
Lucaqs
Marco
26-6-22
El
historiador Pablo Alcántara (Avilés, 1992) es uno de los mayores
expertos en la Brigada Político Social, la policía política del
franquismo. Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad
Autónoma de Madrid con una tesis
sobre los agentes que protagonizaron la represión durante el
franquismo contra
la oposición democrática, acaba de publicar La
secreta de Franco (Espasa,
2022), un libro que repasa los orígenes de la policía política y
su papel durante la Transición. En esta entrevista con elDiario.es,
Alcántara explica las dificultades de los investigadores para
acceder a la documentación de los archivos públicos y la
trayectoria de agentes tan conocidos como Billy el Niño o el
comisario Roberto Conesa.
El
libro La
secreta de Franco ha
tenido un gran éxito y ya va por la segunda edición. ¿El estudio
de la Brigada Político Social era un hueco a rellenar por parte de
la historiografía?
Es
una cuestión de la política de archivos. En los últimos años, con
la ley franquista de secretos oficiales de 1968 y con la ley de
Patrimonio Histórico, que impide ver documentación personal y
policial de personas que siguen vivas o murieron hace menos de 25
años, hay un gran impedimento para los investigadores y los
historiadores a la hora de poder hablar de estos temas. Esto está
vinculado a una cuestión política: no ha interesado hasta hace
pocos años hablar de temas de memoria y de archivos. Muchas veces
cuando se habla de memoria histórica, se habla de las fosas y de
asociaciones de memoria histórica, que obviamente son importantes,
pero no se habla de los archivos y del acceso a la documentación. Ha
habido polémica estos últimos años con la ley de Secretos
Oficiales pero de momento no se ha hecho nada. En estos 40 años no
ha habido un acceso a la documentación y los historiadores han
decidido tirar por otros temas, como la represión franquista de los
años de posguerra, en los que es más fácil conseguir
documentación. De los últimos años de la dictadura y de la
Transición es muy difícil todavía conseguir documentación de
archivos. Están las hemerotecas pero acceder a documentación de
organismos oficiales o policiales es muy difícil.
Los
archivos del Ministerio del Interior son un cerrojazo a los
investigadores
¿Qué
trabas se topa un investigador en los archivos?
Buena
pregunta. Muchas veces digo que podría hacer otra tesis sobre las
dificultades que he tenido a la hora de poder investigar. También
hay una cuestión de falta de personal. Si no hay personal que
digitalice o que interprete esa documentación es muy difícil poder
dar acceso. Con los expedientes personales de policías, si no
demuestras que la persona murió hace más de 25 años con una fe de
fallecimiento o con una esquela, no puedes acceder a esa
documentación. Los archivos del Ministerio del Interior son
prácticamente un cerrojazo a los investigadores, incluyendo
expedientes policiales o informes de la Dirección General de
Seguridad que no se pueden consultar.
¿Cómo
define a la Brigada Político Social?
Como
bien dice Manuel Vázquez Montalbán, eran la guardia pretoriana del
franquismo. Sobre todo a partir de los años 50 y 60 juega un papel
fundamental en el aparato represivo de la dictadura. De hecho, era el
primer contacto de muchos militantes antifranquistas con el aparato
represivo del franquismo. Estaba la judicatura y las cárceles pero
la Brigada Político Social era el primer contacto durante la
detención. Se conoce mucho las torturas que infringieron estos tipos
pero no se suele hablar mucho de su aparato intelectual, las revistas
y los policías escritores, las editoriales que hacían labores de
análisis sobre el orden público. Todo este aparato ideológico
sirvió a la Brigada Político Social para justificar la represión y
las torturas. Nadie, ni el más sádico, golpea porque sí, había
una justificación ideológica de defensa del régimen franquista. La
Brigada Político Social hace un análisis de toda la sociedad, de la
oposición antifranquista obviamente, pero también de lo que pasaba
en las universidades con las organizaciones del propio régimen.
Tenían bastante control de lo que pasaba en los centros de trabajo y
de estudio o en los despachos laboralistas.
¿Quién
estaba en su punto de mira?
La
Brigada Político Social actuaba contra todo aquel que se oponía a
la dictadura. En los años 70, en sectores que clásicamente habían
estado al lado del régimen como pudiera ser arquitectos, abogados o
ingenieros, hay una cierta disidencia. A los abogados laboralistas,
que también jugaban un papel central en la lucha contra la
dictadura, la Brigada Político Social los persigue con saña, vigila
sus actividades en los despachos. Los sectores tradiciones del
movimiento obrero estudiantil eran su principal objetivo pero
cualquiera que se metiera en política era susceptible de caer en las
garras de la Brigada Político Social, e incluso sus familiares que
no estaban implicados en política. Era una forma de presionar el
amenazar a los familiares con que iban a torturar a los detenidos.
¿Qué
perfiles existen de agentes de la policía política?
Hay
una cierta imagen que se ha dado en los últimos años, sobre todo
con Antonio González Pacheco alias Billy
el Niño,
de que era una policía sádica, y obviamente lo era, pero era gente
de capas medias con estudios universitarios, algunos provienen del
periodismo como Eduardo Comín Colomer. Había dos aspectos que les
identificaban a todos: su vinculación al régimen franquista y el
uso de la tortura. A partir de ahí hay diferentes perfiles: gente
que venía de la época de la dictadura de Primo de Rivera y de la
Segunda República, que ya utilizaban la represión para reprimir al
movimiento anarquista, otros que se dedicaban más a la infiltración
como el famoso Roberto Conesa. Otros habían participado en la Quinta
Columna durante la Guerra Civil.
Había
dos aspectos que identifican a todos los agentes de la Brigada
Político Social: su vinculación al régimen franquista y el uso de
la tortura
Luego
está el perfil de los más sádicos como Antonio González Pacheco.
En el libro intento huir de eso. Billy
el Niño era
muy conocido porque era muy chulo y decía su nombre en los
interrogatorios pero era uno más del engranaje represivo. También
son muy importantes los policías intelectuales que se dedicaban a
hacer propaganda del régimen y a escribir libros. Tomás Salvador
ganó un Premio Planeta. Hay diferentes formas de abordar la Brigada
Político Social pero obviamente todos estos policías estaban al
servicio del régimen franquista, no hubo como por ejemplo en el
Ejército alguna disidencia. Todos estaban a piñón con el régimen
franquista.
¿Quién
era Billy el Niño?
González
Pacheco actuó en los últimos años del franquismo; entra en la
Policía en 1969, la deja en 1982 e ingresa, como muchos de estos
agentes que actuaron durante el franquismo, en la empresa privada.
Trabajó para grandes empresas y se hizo de oro, de hecho vivía en
el barrio de Salamanca; un tío que es policía, por mucho que gane,
en el barrio de Salamanca no puede vivir. Participó en toda la
represión al movimiento estudiantil. Estuvo infiltrado en las
universidades, era una técnica que la propia Brigada Político
Social enseñaba a los policías. Participó
en la detención de los militantes del FRAP, los últimos fusilados
por el franquismo, en la que interviene también el famoso comisario
Villarejo. Billy
el Niño estuvo
después vinculado a la matanza de Atocha y a grupos de extrema
derecha.
Billy
el Niño trabajó para grandes empresas y se hizo de oro
En
los años de la Transición hay muchos reportajes
de Interviú y Cambio
16 en
los que se habla de estos temas y González Pacheco es uno de los
grandes protagonistas. A partir de los años 80 hay un manto de
olvido sobre esto y Billy
el Niño pasa
a ser un ciudadano normal dedicado a la empresa privada. Pero su
trayectoria había sido fructífera, ascendió más de 500 puestos en
la Policía. Era uno de los alumnos más aventajados de los Conesa o
los Yagüe pero era un mandado, uno más del aparato represivo.
Muchas veces, cuando se habla de este personaje parece que era él la
Brigada Político Social, pero no dejaba de ser uno más.
¿Qué
papel juegan las fuentes orales en una investigación como esta?
Una
de los aspectos que me interesa es hablar mucho de la oposición, de
cómo hicieron frente a la propia dictadura y a las torturas. En el
libro hablo de manuales del Partido Comunista y de la Liga Comunista
Revolucionaria contra la tortura que enseñan cómo quemar
propaganda, esconderse ante la detención o soportar los maltratos. A
partir de los años 60 y 70 estaban preparados para hacer frente a la
represión. Me pareció interesante, porque muchas veces cuando se
habla de la memoria o de las víctimas del franquismo se suele hacer
desde un punto de vista un poco sentimentaloide. Muchas veces se
olvida esa parte de resistencia, de lucha y de cómo esta gente se la
jugó contra la dictadura franquista e hicieron frente a la represión
y las torturas sabiendo lo que les iba a pasar si les detenían. Se
enfrentaron a ello porque querían libertades, democracia y
transformar la sociedad. Eso es importante tenerlo en cuenta: en el
libro dedico una parte importante a poner nombre a los verdugos pero
también a hablar de los resistentes.
El
libro analiza también el papel de la policía política del
franquismo en Asturias. ¿Cómo fue?
Un
gran trabajo que queda por hacer es ver la actividad de la Brigada
Político Social en zonas donde no había grandes movilizaciones.
Asturias fue uno de los focos fundamentales de lucha contra la
dictadura, con las huelgas de 1962 o diferentes movilizaciones
mineras. En el libro hablo de un episodio muy interesa que es el
asalto de la comisaría de Mieres en 1965, incluso desconocido en
Asturias. Ahí ves cómo la gente se enfrentaba a las fuerzas de
orden público y a la dictadura a pesar de que te podían meter años
y años en la cárcel por participar en una manifestación o en una
huelga.
Las
técnicas de la Brigada Político Social eran la hostia limpia y la
tortura
Asturias
fue un laboratorio de la represión, fue una de las zonas donde
siempre hubo oposición, desde el movimiento guerrillero en los años
40 hasta la década de los 60 y 70 con el movimiento obrero y los
estudiantes de la Universidad de Oviedo. Asturias fue uno de los
focos fundamentales, como un ejemplo de lucha y para las autoridades
franquistas un ejemplo para observar mecanismos de represión. Los
mineros estaban exentos de hacer el servicio militar durante la
dictadura, porque era aun trabajo esencial, y una de las formas de
represión era mandarles al Ejército. Vemos diferentes formas de
actuar contra el movimiento obrero.
¿Qué
etapas establece el libro en relación con la trayectoria de la
Brigada Político Social?
Una
de las novedades del libro son las relaciones
de la Brigada Político Social con la CIA,
que les ayudan a modular y mejorar sus técnicas policiales. Las
técnicas de la Brigada Político Social eran la hostia limpia y la
tortura porque la oposición en los años 40 la mayoría era gente
que habían luchado en la Guerra Civil, ya estaban fichados, era más
fácil para las propias autoridades poder detenerlos. En los años
50, 60 y 70 surgen nuevos núcleos del movimiento obrero y
estudiantil, jóvenes que no estaban fichados, incluso hijos del
régimen. A la Brigada Político Social le pilla de sopetón que
estos hijos del régimen actúen contra la propia dictadura. A partir
de los años 60, la policía política empieza a mantener reuniones a
nivel estatal para analizar los diferentes movimientos y cuando hay
grandes movilizaciones la Brigada Político Social puede actuar con
total saña y contundencia.
Hay
una cierta visión por parte de una cierta historiografía de decir
que, bueno, la posguerra fue dura, con el hambre y los fusilamientos,
pero que en los años 60 y 70 no fue para tanto. Realmente no fue
así, de hecho las últimas sentencias a muerte del franquismo fueron
unos meses antes de morir Franco. Hubo represión, encarcelamientos y
torturas. Obviamente la tortura no fue como en los años 40, está el
contexto internacional. En Europa, cuando había fusilamientos o una
detención importante, había grandes movilizaciones y no podían
fusilar a saco pero la represión fue totalmente contundente. Quiero
huir de esa visión de que el franquismo fue una dictablanda al
final. No fue así, la represión fue brutal y luego se ve en la
Transición con centenares de muertes en manifestaciones y en
comisarías.
¿En
qué medida influyó el nazismo en el nacimiento de la policía
política franquista?
Una
de las tesis que defiendo con el libro es que la Gestapo tuvo que ver
mucho en el nacimiento de la propia Brigada Político Social. Es
verdad que durante la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda
República hay divisiones de investigación social pero obviamente el
golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la Guerra Civil supone una
ruptura respecto al periodo anterior. Se depura o se fusila a
aquellos que estuvieron al servicio de la República; de hecho, a los
miembros de la Brigada Político Social, como a todos los
funcionarios, les hacían un proceso de depuración sobre qué
actividades habían hecho durante la República o si habían
participado en organizaciones del Frente Popular. La Gestapo, la
policía política nazi, ayuda a crear la Brigada Político Social.
La
Gestapo tuvo que ver mucho en el nacimiento de la Brigada Político
Social
En
1938 hay un pacto policial entre la Alemania nazi y la España
franquista para detener a alemanas antifascistas que habían
participado en las Brigadas Internaciones, ayudas económicas para
crear la Policía y luego el famoso viaje de Heinrich Himmler a
España para entrevistarse con las autoridades policiales y con Ramón
Serrano Suñer. No es casualidad que al año siguiente se estrenara
la ley de Policía, que hace que se cree la Brigada Político Social
y la Policía Armada. En 1942 también se instaura una ley por la que
todos los miembro de la Policía debían adherirse al movimiento
nacional. Vemos cómo hay una influencia total de la Gestapo. Queda
mucho más por saber, habría que ir a los archivos alemanes, pero
defiendo totalmente que la Gestapo tuvo mucho que ver en el
nacimiento de la policía política en España.
¿Por
qué hay tan pocos estudios en España sobre la historia de la
Policía?
Por
la dificultad de acceso a la documentación, a fuentes y archivos.
Sobre la República y el franquismo siempre se ha tratado más el
tema de los militares pero creo que las policías políticas juegan
un papel fundamental en la represión de los movimientos sociales en
ambos periodos. Ha habido más interés en publicar historias
hagiográficas hechas por policías. Lees esos libros y la mayoría
son simplemente elogios. Me gustaría hacer una historia de la
Policía Nacional en un futuro.
Una
de las tesis que defiendo es que la Policía, desde el siglo XIX
hasta la actualidad, ha sido un aparato para reprimir cualquier tipo
de disidencia política
En
el decreto por el que se crea la Policía Nacional en el siglo XIX se
habla de que es un aparato de represión para acabar con los
movimientos liberales. Una de las tesis que defiendo es que la
Policía, desde el siglo XIX hasta la actualidad, ha sido un aparato
para reprimir cualquier tipo de disidencia política. A los
investigadores no les ha interesado porque el acceso a la
documentación ha sido más sencillo en otros campos como el Ejército
o la Iglesia. No se le ha dado importancia a la historia de la
Policía porque parecía que no tenía tanta relevancia. Hay que
intentar hacer una historia de la Policía que rebata todos esos
relatos hagiográficos.
¿Qué
papel tuvieron los agentes de la Brigada Político Social durante la
Transición?
Ha
habido un relato sobre la Transición pacífica, que por suerte ya se
está desmitificando gracias a grandes investigaciones como las de
Sophie Baby, Mariano Sánchez Soler o David Ballesteros sobre la
violencia política y policial. La Transición fue una época de gran
violencia política y policial. Diversos investigadores hablan de que
España, junto con Irlanda del Norte, es uno de los países europeos
más violentos en esa época sin estar en guerra. Hay una gran
violencia política fruto de la no depuración de la Policía. En la
Brigada Político Social pasaron de la noche a la mañana a ser
miembros de la Policía democrática sin ningún tipo de depuración,
como pasó en Portugal, ni de juicio ni de nada.
Diversos
investigadores hablan de que España, junto con Irlanda del Norte, es
uno de los países europeos más violentos sin estar en guerra
Roberto
Conesa fue elegido jefe de la Brigada antiterrorista, este tío había
participado en la detención de las 13 rosas y en la mayoría de
grandes actuaciones policiales del franquismo en Madrid.
Les trataron como súper agentes demócratas, como gente que luchaba
contra el terrorismo. Sin embargo, había un sector de policías
demócratas y progresistas, que criticaban los enlaces de la extrema
derecha y la policía, que fueron totalmente defenestrados, no sólo
por la UCD sino por el PSOE. Incluso expulsados por escribir
artículos contra el golpismo militar. Hubo una oportunidad de
cambiar esa Policía pero no se quiso porque la Brigada Político
Socia conocía los movimientos sociales y a la gente que se estaba
movilizando, además del tema del terrorismo, y era fundamental para
poder mantener la paz social y que la Transición no fuera mucho más
allá de lo que se quería.
¿Qué
papel tuvo este reciclaje de la Brigada Político Social
específicamente en la guerra sucia contra ETA?
Tuvo
un papel fundamental, no sólo las personas en si que también sino
en sus métodos de actuación. De hecho, la guerra sucia viene del
franquismo. Sin esta impunidad de las torturas y de la represión,
esta guerra sucia no se podría haber llevado a cabo. En 1985, varios
militantes antifranquistas del PSOE escribieron una carta a José
Barrionuevo advirtiendo de que esos jefes de la Policía que había
nombrado provenían de la Brigada Político Social y el ministro les
dijo que servían para la lucha contra el terrorismo. Todos esos
métodos que utilizaban durante el franquismo se mantuvieron en la
Transición y después. La guerra sucia, por otro lado, fue un
fracaso porque no sirvió para acabar con ETA. Tiene mucho que ver la
no depuración con la guerra sucia.
¿Qué
papel tienen el testimonio y las denuncias de las víctimas?
Empecé
la tesis y el libro porque conocía a gente de La Comuna. Entiendo
que el historiador tiene un papel social. Las víctimas han jugado un
papel fundamental en que se conozca y en que personajes como Antonio
González Pacheco o Rodolfo Martín Vila, que podrían haber pasado a
la historia como grandes demócratas, sobre todo éste último, por
lo menos ha habido una cierta justicia histórica. Manuel Fraga murió
como un gran demócrata y había firmado sentencias de muerte. En
esta última década, con la lucha de las víctimas, se ha conseguido
que gente que parecían grandes constructores de la democracia en
España, se conozca lo que hicieron.