El PP a veces tiene razón
La única solución viable es que sean los
propios ciudadanos los que se autoprotejan con su voto
ElPlural
Manuel de la Vega
2-9-25
Espero que estar de acuerdo con el Partido Popular, aunque sólo
sea en esta ocasión, no ponga en duda mi fidelidad y afinidad con el
partido del que soy senador, pero considero justo reconocer que el
señor Feijóo a veces tiene razón. Nadie mejor que el presidente
del Partido Popular conoce las limitaciones de sus compañeros y de
él mismo, por eso quizá haya que escucharlo cuando pide que sea el
Gobierno central quien tome el mando cada vez que una de las
comunidades que gobiernan ha de gestionar una crisis. En la papeleta
electoral del PP debería constar una nota de aviso, como en los
paquetes de tabaco, que recuerde a los ciudadanos que: «Votar
al PP puede ser perjudicial para su salud». La cuestión es
que el partido socialista no tiene ninguna duda sobre el estado
autonómico, un sistema de estado amparado por la Constitución, así
que la única solución viable es que sean los propios ciudadanos los
que se autoprotejan con su voto.
No voy a entrar a detallar la infinidad de casos en los que los
gobiernos del PP, estatales y autonómicos, han actuado con
negligencia en momentos de catástrofes, algunos son muy recientes y
muy sangrantes, así que me limitaré a la actualidad. Como miembro
de la comisión de agricultura del Senado, el pasado viernes asistí
a la comparecencia
del Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
Lo cabal es pensar que si se crea una comisión con carácter de
urgencia, con la intención de recibir información sobre el estado
de los incendios, lo normal hubiera sido convocar a sus máximos
responsables, es decir, a los presidentes de las Comunidades
Autónomas. Pero no, vete tú a saber porque oscuro motivo, el PP
pensó que lo ideal era que las respuestas las dieran los ministros
del Gobierno central. Si realmente consideran que los ministros son
los responsables directos en la extinción de los incendios, ¿qué
irresponsabilidad es la de convocarlos a maratonianas sesiones
parlamentarias, apartándolos de su trabajo en un momento de crisis
extrema?
La intención del PP con esta estrategia de distracción quedó
retratada cuando, en otro ejemplo de inutilidad supina, se les
olvidó borrar
del punto 18 de sus propuestas para la lucha contra los
incendios (el que hace referencia a que hay que crear programas
excepcionales de empleo para limpieza de montes, reparación o
reconstrucción de viviendas): “Esto ya se hace, pero hay que dar
la idea de que se tienen que convocar de forma excepcional en estos
momentos”. Mientras centenares de miles de hectáreas
ardían en España, mientras miles de bomberos, militares y
ciudadanos ponían en peligro sus vidas luchando contra el fuego, la
dirección del Partido Popular estaba reunida elaborando un panfleto
electoral con el que intentar ganar un puñado de votos.
Por si alguien tenía alguna duda del verdadero objetivo de las
convocatorias de comisiones en el Senado en plena catástrofe, la
senadora popular Lorena Guerra la disipó con la primera frase que
dirigió al ministro: “Si cada uno hiciera lo que tuviera que
hacer, convocaría elecciones”. Citan al ministro porque, según su
estrategia, es uno de los máximos responsables en la extinción, y
antes de preguntarle por el estado de la situación y de las medidas
que se están tomando, lo primero de lo que se acuerda es de las
elecciones.
Para cumplir su único objetivo, ganar las elecciones, tienen
claro que lo primero es deshacerse de su responsabilidad y tapar
sus graves negligencias. Para ello, ni tan siquiera son
capaces de innovar, se limitan a copiar la estrategia de la extrema
derecha: mentir en contra de las evidencias científicas. Mienten
sobre las causas de los incendios, inventándose una trama de
pirómanos, para no reconocer que la causa principal de la voracidad
de los fuegos es la crisis climática. Según el Seprona, es decir,
la Guardia Civil, sólo el 7,64% de los incendios son provocados de
forma intencionada, el resto que se adjudican a la intervención
humana lo son por accidente o negligencia. El Gobierno no niega que
muchos incendios sean culpa de la actividad humana, la inmensa
mayoría sin intencionalidad, pero es una evidencia científica que,
desde que se tienen registros, nunca antes se habían alcanzado
temperaturas tan altas, durante tanto tiempo y tras sequías tan
prolongadas.
Segunda mentira: la Ley de Montes y la Agenda
2030 impiden la limpieza de los bosques y el pastoreo extensivo. Bien
al contrario, tanto una como otra obligan a limpiar los montes para
la prevención de incendios y sólo restringen esas acciones en
determinadas épocas del año, como cuando trabajar en tiempo de
sequía puede ser un peligro. De la misma manera, es completamente
falso que esté prohibido el desbroce en zonas de protección de
especies como el oso o el urogallo. De hecho, los expertos aconsejan
esas labores y existen ejemplos concretos, como el caso de Aragón,
donde se ha conseguido que las poblaciones de urogallos, gracias a
estos cuidados del bosque, hayan pasado de 40 ejemplares en 2017 a
más de 168 en la actualidad.
La ganadería extensiva es uno de los más eficientes métodos de
desbroce, por eso el Gobierno ha concedido ayudas de 440 millones de
euros a esta práctica ganadera, una cantidad ni remotamente
alcanzada nunca con anterioridad. Las ayudas concedidas por el
ministerio de Luis Planas a la agricultura y la ganadería hablan por
sí solas sobre como apoya el actual gobierno este sector, en
contraposición a cómo lo hicieron los gobiernos del PP. De 2011 a
2018, gobierno Rajoy, se concedieron 15 millones de euros en ayudas
fuera de la PAC al sector; de 2018 a 2025, esa cantidad se ha
multiplicado por más de 300 veces, alcanzando los casi 5.000
millones de euros. Y el seguro agrario ha pasado de los 200 millones
de 2018 a los 315 en la actualidad.
Tercera mentira: el gobierno tardó cinco días
en pedir recursos a la Unión Europea. La realidad es que el
Gobierno, a través de la Dirección General de Protección Civil,
solicitó la ayuda el día 11 de agosto y los primeros aviones, en
este caso franceses, llegaron la madrugada del 12 al 13. Las
comunidades autónomas del PP pidieron los recursos europeos al
Gobierno la noche del 15 de agosto, cuando los aviones franceses
llevaban ya dos días trabajando con los bomberos españoles y el
resto de ayuda estaba en camino. Dentro de esta gran mentira de la
falta de ayuda por parte del Gobierno, el PP acusa al ejecutivo de no
haber aportado todos los medios disponibles. Desde el primer día de
emergencia, todos los miembros de la UME, el 100% de sus mujeres y
hombres, estaban en el terreno en la extinción directa o en trabajos
de soporte. A estos se unieron varios centenares de efectivos del
Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada con todo el material
necesario y 8 helicópteros de apoyo. El ministerio para la
Transición Ecológica aportó: 56 medios aéreos, 10 brigadas
aerotransportadas, 7 unidades móviles de Análisis y Planificación,
autobombas, 5 retenes de bomberos forestales y un largo etcétera.
Todo, absolutamente todo lo que habían sido solicitado las
comunidades y estaba disponible en nuestro país. A estas ayudas se
unieron las que llegaron de otras comunidades autónomas.
La cuarta gran mentira que ha hecho
correr la extrema derecha y la derecha extrema es que se están
quemando miles de hectáreas para poder recalificar terrenos y
construir plantas de energías renovables y minas de materiales como
el litio o el wolframio. En primer lugar, la ley permite la
construcción de plantas de energías renovables sin necesidad de
recalificar los terrenos, así que no tendría sentido alguno quemar
el bosque para instalarlas. En segundo lugar, pero no menos
importante, la ley de Montes prohíbe cambiar el uso del terreno
quemado durante 30 años. Así que en nada facilitaría incendiar los
bosques para una u otra actividad económica.
El reguero de mentiras que ha hecho correr estos fatídicos días
el Partido Popular es mucho más extenso, pero me detendré en el
último para no hacer este artículo infinito. Me refiero al de este
fin de semana, en el que su secretario general se llevaba las manos a
la cabeza porque las comunidades autónomas han aportado más
efectivos a la extinción que el estado. Señor Tellado, no quiero
parecer un profesor repelente, pero le recuerdo que las
competencias de prevención y extinción de incendios las tienen las
comunidades autónomas y el estado tiene adjudicadas
labores de apoyo cuando los medios autonómicos no son suficientes.
Por lo tanto, lo lógico, como usted entenderá, es que la mayoría
de los efectivos los aporten quienes los tienen por ley. Por si tiene
alguna duda, y para no hacerle leer la Constitución, a la que sé
que le tiene cierto repelús, le pondré un ejemplo para que lo
entienda mejor. Las comunidades autónomas tienen las competencias de
sanidad. Si se pone usted a contar cuantos médicos y enfermeros
aportaron durante la pandemia, le saldrá que la inmensa mayoría, si
no todos, eran personal de las comunidades autónomas. ¿Eso no les
sorprendió entonces? Aun así, en el caso de los incendios y según
sus propios números, uno de cada tres efectivos humanos que han
intervenido era personal del estado. Y en material, la mayoría de
las aeronaves eran estatales.
La irascible respuesta del PP a la crisis que estamos viviendo
este verano, se explica muy bien si entendemos que, como en tantas
otras ocasiones, son muy conscientes de que han hecho dejación de
sus funciones. La Junta de Castilla y León, por poner un ejemplo, no
ha adquirido un sólo medio aéreo desde el terrible incendio de la
Sierra de la Culebra de 2022, y en Galicia esta misma semana la Xunta
ha abierto concurso para contratar a 327 bomberos forestales. ¡A
buenas horas, mangas verdes!
Desde la noche misma de las elecciones, el único programa
político del señor Feijóo es ganar las siguientes y que estas se
convoquen cuanto antes. Pase lo que pase, y haga lo que haga el
Gobierno, aunque sea que nuestra economía crezca más del doble que
la de la Unión Europea o que el paro haya bajado a niveles
históricos, provoca que sus voceros salgan en los medios pidiendo
elecciones anticipadas. No tengo la mínima duda de que si un país
enemigo invadiera ahora España, ellos apoyarían al invasor si este
les promete elecciones anticipadas. Tras el verano viene un otoño
que los meteorólogos prevén que puede ser peligroso por el extremo
calentamiento del Mediterráneo, consecuencia de la crisis climática.
Señor Feijóo, le recuerdo que Carlos Mazón sigue al frente de la
Comunidad Valenciana.
Manel de la Vega. Senador del PSC.