Residencias en Madrid: negocio antes que cuidados
El Gobierno de Ayuso ha vuelto a incumplir las ratios mínimas de personal en residencias.
Una
gerocultora debe atender hasta 30 personas de noche, con apenas 18
minutos por residente.
Se
eliminan ratios de limpieza, cocina y mantenimiento, lo que obliga a
sobrecargar aún más al personal.
La
plaza concertada sube un 19,8%, pasando de 72 a 86,26 €, mientras
se mantiene un 6% de beneficio empresarial garantizado.
Desde PLADIGMARE denuncian que, pese a la tragedia de la pandemia (con 7.291 mayores muertos por los protocolos que prohibían derivar a hospitales), Ayuso no ha aprendido nada.
Se priman los intereses privados mientras se degrada la atención, y se ignoran estudios que demuestran que más personal equivale a más vida y bienestar.
Las residencias de Madrid vuelven a ser un laboratorio de precariedad. Y las personas mayores, otra vez, la carne de cañón del negocio.
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