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domingo, 1 de octubre de 2023

 



El poema de una víctima de Billy

 el Niño

Emotivo recuerdo a más de cien víctimas enterradas en una fosa común de Madrid

ElPlural

Juan Luis Valenzuela

1-10-23


Juan Antonio González Pacheco, ​más conocido como Billy el Niño, miembro de la Brigada Política Social durante el franquismo, fue uno de los más deleznables torturadores contra los opositores al régimen de Franco. El siniestro inspector fue uno de los rostros más conocidos del aparato totalitario y represor de la policía al servicio de la dictadura.



Quienes tuvieron la desdicha de conocerlo en los calabozos, a su cargo, de la Puerta del Sol de Madrid, no dudan en calificarlo como un sádico que disfrutaba con su trabajo de torturador y, antes, con las detenciones de los sospechosos de ser demócratas. Políticamente, fue un convencido franquista, a pesar de que la “generosidad” de la democracia, lo mantuvo en activo después y lo condecoró antes de su jubilación. Aunque le fueron retirados los honores, medallas y recompensas por el Congreso de los Diputados en junio de 2020, se fue sin ser juzgado de las distintas querellas que se le habían interpuesto. Billy el Niño falleció en una clínica madrileña en mayo de 2020 a consecuencia de la COVID.
Hiperactivo memorialista y cultural

Uno de los que sufrieron la persecución y la acción iracunda y represora del siniestro inspector fue Luis Pérez LaraLuis nació el 12 de agosto de 1934. Sus padres y sus tíos se volcaron en la defensa de la II República, quedando él a cargo de sus abuelos. A pesar de llevar años jubilado, su actividad es frenética al frente de colectivos como la Asociación de expresos y Represaliados Antifranquistas, el Centro Cultural Blas de Otero de San Sebastián de los Reyes o gestionando desde la presidencia de la Comisión de la Verdad, también en esta ciudad del norte de Madrid.

Pérez Lara sigue siendo un luchador nato porque cree que este mundo puede y debe ser más justo y mejor. Lo ha pensado y defendido siempreantes, contra el franquismo a costa de su libertad (estuvo preso en distintas cárceles franquistas) e incluso poniendo en riesgo su vida y, ahora, especialmente defendiendo lucha memorialista.

Cara a cara con Billy el Niño en la Puerta del Sol

Esa lucha contra la dictadura le llevó a tener que vérselas frente a este perverso y funesto inspector de la temida policía franquista y de su Brigada de Información. Detenido el 23 de abril de 1967 e interrogado los días siguientes, juzgado por el Tribunal de Orden Público un año después y condenado a 13 años y un día de prisión mayor. Tras los primeros interrogatorios y ante su negativa a responder a las preguntas, cayó en manos del conocido torturador Roberto Conesa que le amenazó advirtiéndole que, de seguir en su negativa a confesar, le dejaría en manos de los nuevos “cachorros” que habían llegado que le iban a destrozar. Efectivamente, llegaron dos policías muy jóvenes, uno de ellos era el terrible Billy el Niño. Este no le preguntó. Lo primero que hizo fue darle una brutal paliza y alardeando pistola en mano, que él tenía permiso para matar “rojos”. Durante el interrogatorio, Luis estaba esposado a la espalda. Como no se doblegaba, le amenazaron con tirarle por la misma ventana por la que habían arrojado a Julián Grimau durante los interrogatorios en 1962, desde un segundo piso en la que el activista del PCE se golpeó en la cabeza y se fracturó las muñecas. Meses después fue fusilado pero el régimen dijo que se había tirado al vacío de forma "inexplicable", tras encaramarse a una silla. Nadie creyó esta explicación y siempre se sospechó que fue arrojado al vacío por sus torturadores.



En las fosas comunes exhumando a fusilados

56 años después de ese terrible encuentro con el sanguinario torturador, Luis trabaja en la segunda campaña de exhumaciones del cementerio de Colmenar Viejo, en busca de los restos de 108 fusilados y enterrados en una fosa, vecinos de Colmenar Viejo, San Sebastián de los Reyes, Soto del Real, Manzanares El Real, Miraflores de la Sierra y El Molar.

También dirige teatro y preside actos culturales y memorialistas como el desarrollado el pasado jueves con la exposición “Los leales. 30 militares de la República” o dirige el posterior coloquio de este acto. Y fue aquí, en este acto, cuando Luis aprovechó la nutrida asistencia y leyó unos poemas que, en su amplia faceta multidisciplinar, había escrito para complementar este acto.





Contra el negacionismo

Un poema que habla del golpe de estado del 36, de la guerra provocada por los facinerosos franquistas y que le sirve, para recordar y rendir homenaje a las víctimas que “ochenta y cuatro años ya, y aún yacen bajo la tierra republicanos de paz”.




He aquí la emotiva composición poética de un luchador, de un testigo sufridor de la dictadura que termina dando el alto a los negacionistas: el poema de Luis Pérez Lara.


Verano del 39,

ochenta y cuatro años ya,

y aún yacen bajo la tierra
republicanos de paz.

Con ilusión construían

una España progresista,

pero llegaron las hordas

bajo el mando del golpista.

Las órdenes fueron claras,

por escrito y con su rúbrica.
El objetivo primero

aplastar a la República.

 

¡Ni progreso ni cultura!

¡Ni las conquistas sociales!
¡Hay que matarlos a todos,

que no queden ni señales!

 

Maestras de la República,

maestros republicanos,

los primeros en caer

tan vilmente asesinados.

 

Alcaldes y concejales,

sindicalistas de pro,

trabajadores del campo,

fusilados sin razón.

 

Compañeros, camaradas,

¿dónde fueron a parar

vuestros cuerpos masacrados

que tanto nos cuesta hallar?

 

Os ocultaron vilmente
tras las cortinas del odio

y que nadie conociera

tan criminal episodio.

 

Hay que sacar de la tierra

a nuestros republicanos

y desamordazarles’

 ‘regresarles’, hermanos.

 

Ya hemos bajado a las fosas.
Saldréis inmediatamente,

para que vuestras familias

os entierren dignamente.

 

Que Benita vea su sueño

de una vez realizado

y pueda abrazar los huesos

de su padre asesinado.

 

De abrir heridas nos culpan

cuando intentaron buscaros,

sin cerrar las que se abrieron

y aún continúan sangrando.

 

¿Hasta cuándo la barbarie

el miedo y la humillación?

Hay que romper las barreras

Del odio y la sinrazón.

 

Hay que redoblar la lucha,

recuperar la memoria,

que la juventud conozca

esa parte de la Historia.

 

Que crezca la Democracia

¡Alto a los negacionistas!

Reivindiquemos valores

de la Segunda República”.





 

Cuando el fundador del PP pidió la libertad de Rudolf Hess, el genocida lugarteniente de Hitler




Fraga y el tío de Ana

 Botella firmaron

 para que se liberase a

 Rudolf Hess

 encarcelado en la

 prisión alemana de

 Spandau



ElPlural

Juan Luis VALENZUELA

1-10-23


Entre las intervenciones de los portavoces de los grupos parlamentarios del Congreso durante el desarrollo de la fracasada investidura de Feijóo, destacó por su claridad y contundencia, la del parlamentario de BilduOskar Matute. Pero además, en su duro alegato al Partido Popular, el vasco puso en cuestión los orígenes democráticos de la formación conservadora. Para ello, entre otras razones, sacó a la luz un capítulo de la historia de su fundador, Manuel Fraga, que avergonzaría a cualquier formación supuestamente liberal y europea. Se trata del momento en el que el ex ministro de Franco y fundador de Alianza Popular (que luego dio origen al PP), junto con otros firmantes, solicitó la liberación de la prisión alemana de Spandau, del siniestro lugarteniente y secretario personal de Hitler, el genocida Rudolph Hess, responsable del asesinato de miles y miles de judíos.

Hermandad para la Liberación de Rudolf Hess

Corría el mes de abril de 1971, cuando la prensa española se hizo eco del hecho de que un Comité español para la liberación de Rudolf Hess, pedía la liberación del número dos de Adolf Hitler encarcelado en la prisión, cercana a Berlín, de Spandau. Este centro penitenciario fue el destino de siete condenados del régimen nacionalsocialista sentenciados en los Juicios de Núrenmberg. Para el objetivo de su liberación, dicho comité había recabado la rúbrica de personajes de la política española relevantes y, algunos, no tanto, pero con clara implicación con Franco. Un hijo del número dos de Hitler, Woff R. Hess, era el encargado de recibir y recopilar dichas firmas en la denominada Hermandad para la Liberación de Rudolf Hess.



Miembros del búnker y el propio Manuel Fraga piden liberar a Hess

A Manuel Fraga se le unió en la firma el tío de Ana Botella, José Botella Llusiá; el cuñado de Franco y germanófilo confeso, Serrano Súñer, el hombre de confianza en el Ejército, Capitán General Camilo Alonso Vega, militares, obispos y otros destacados miembros del franquismo de la época. En ese momento se habían recogido unas dos mil firmas.

Falleció con 92 años en 1987

Las presiones de otros países, entre ellos España, no sirvieron para liberar a este asesino que fallecería con 92 años en 1987, tras oponerse rotundamente soviéticos y británicos. Tras la muerte de Hess, la prisión fue demolida y sustituida por un centro comercial.

Los “Siete Magníficos” de la derecha

La intervención del parlamentario de Bildu, ha servido para refrescar la memoria de quienes olvidan que el PP nació de las entrañas del franquismo. Fue en 1977 cuando Manuel Fraga, que había sido ministro de Información del régimen franquista, unido a otros seis relevantes representantes de la dictaduralos denominados como “Los siete Magníficos(Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz, Laureano López Rodó, Enrique Thomas de Carranza, Gonzalo Fernández de la Mora y Licinio de la Fuente) fundaron Alianza Popular. Más adelante, AP, dio origen al actual Partido Popular. De esos polvos, estos lodos.




El Criminalísimo por la Gracia de Dios, Francisco Franco, no estuvo en la cárcel de Spandau porque no fue imputado en los Juicios de Núrenmberg. gracias a la magnanimidad de los EE.UU de América que miró hacia otro lado a cambio de instalar todas las bases que les dio la gana convirtiendo España en un búnker de su propiedad, a su entera disposición en la mismísima Europa, para poder controlar y combatir a los bolcheviques llegado el caso.


 



Las 5 mentiras sobre el “incidente” contra Óscar Puente de un ultraderechista condenado por agresión


El Partido Popular ha

 puesto en marcha una

 operación para

 blanquear el incidente

 sufrido este viernes en

 el AVE por Óscar

 Puente basándose

 en una serie de

 tergiversaciones


ElPlural

Rubén Sanchéz

30-9-23





El Partido Popular ha puesto en marcha una operación para blanquear el incidente sufrido este viernes en el AVE por Óscar Puente basándose en una serie de tergiversaciones que ha culminado (de momento) con un inexistente desmentido de la Policía Nacional sobre la versión del diputado socialista. Una peligrosa operación que muchos pueden interpretar como una invitación al electorado de derechas a hacerle lo mismo a cualquier político de izquierdas al que consigan localizar por la calle, en el transporte público o en la puerta de su casa.

El vicesecretario de organización del PP, Miguel Tellado, ha llegado al extremo de acusar a Puente de mentir, de exigirle que pida disculpas y de presentar como víctima a su agresor, sobre el que el exalcalde de Valladolid habría intentado ejercer abuso de poder para que la policía lo bajase del tren, según diputado popular.

Estas son las cinco mentiras con las que el PP y sus medios afines están intentando reconstruir la realidad de los hechos.

1. La preposición. Por la mañana, digitales como El ConfidencialEl PeriódicoTelecinco.es20MinutosExpansión y El Economista titulaban aludiendo a “un altercado entre Óscar Puente y un pasajero” que había provocado un retraso en el AVE Valladolid-Madrid. Posiblemente en esas primeras informaciones no hubiese intención de tratar con equidistancia a los dos protagonistas del “altercado”, pero lo cierto es que el uso de la preposición “entre” facilitaba que el lector hiciese todo tipo de especulaciones sobre lo que habría hecho un diputado al que la derecha política y mediática llevaba dos días llamándole “matoncillo”, “macarra”, “energúmeno”, “rabioso” y “fulano”, por citar solo cinco de la más de una treintena de calificativos con la que habían expresado su desprecio hacia Puente tras su primer discurso en la investidura fallida de Feijóo. Lo cierto es que lo ocurrido en el AVE había sido un altercado “contra” el exalcalde de Valladolid. Pero la gran mayoría de los digitales siguen manteniendo tal cual sus titulares equidistantes.

2. “La verdad de los hechos”. Por la tarde, Vito Zoppellari Quiles, empleado del canal de bulos de Javier Negre, anunciaba una “exclusiva” con la que según él sacaba a la luz la verdad de los hechos”. Se trataba, simplemente, de la versión de esos hechos que le daba en una entrevista el ultraderechista denunciado por Puente.

3. “Nunca he agredido a nadie”. La afirmación fue realizada por el denunciado, Lucas Burgueño, en la entrevista de Quiles. Pero lo cierto es que los hechos probados de una sentencia del Juzgado de Instrucción 3 de Valladolid que lo condenó el año pasado señalan que, junto a otro agresor, había "golpeado en la cara y propinado patadas en los genitales y abdomen". Además, hace dos semanas fue detenido por otra agresión, esta vez a dos agentes de policía municipal. Después, en la comisaría, otro agente relata que lo amenazó con una “corbata colombiana”, es decir, con asesinarle rajándole el cuello y sacarle la lengua por la garganta.

4. “En el vídeo no se ven insultos ni amenazas”. Frases como esta se han multiplicado en las redes sociales. Efectivamente, en el vídeo que se ha viralizado en Twitter, el denunciado no intenta impedir a Puente que suba al AVE ni le llama “cabrón”, “chulo” y “sinvergüenza”, como aseguran el denunciante y varios testigos. Pero resulta que el vídeo fue grabado por el propio Burgueño. Resulta bastante ridículo tener que explicar esto, pero la grabación muestra lo que él quería que trascendiese y en el vídeo, obviamente, no se refleja lo que hizo y dijo tanto antes como después de grabarlo.

5. El ficticio desmentido de la policía. A continuación, varios medios publicaron un auténtico arsenal de titulares que sugieren que Puente mintió, utilizados inmediatamente por el PP y una creciente lista de dirigentes del partido para blanquear al ultraderechista que lo increpó. “El atestado policial del incidente de Óscar Puente descarta amenazas o agresión” (The Objective). “Óscar Puente no sufrió agresiones o amenazas en el incidente del AVE según el atestado policial” (Libertad Digital), “El atestado policial desmiente a Óscar Puente: ni amenazas ni agresión” (EsDiario), “El atestado policial por el incidente en el tren de Óscar Puente no refleja ni amenazas ni agresiones” (VozPópuli), “El atestado policial del incidente de Óscar Puente no refleja amenazas ni agresión” (Cope.es), “El atestado policial del incidente de Óscar Puente en el AVE en Valladolid no ve amenazas ni agresión” (El Español). Pero no, el atestado policial no “descarta” amenazas ni agresión, como tampoco “desmiente” a Puente. Evidentemente, el atestado “no refleja” esos hechos porque el policía que lo redacta “no ve” que ocurrieran. Y no lo hace porque, evidentemente, lo que cuenta el atestado es lo que los policías presencian desde el momento en que llegan al lugar de los hechos. Todo lo que ocurrió antes y después solo lo saben Puente, Burgueño y los testigos.




Los heraldos del odio

 

 

Hernández nos indignó, pero Abascal nos asustó. Ella quiso sacarnos de nuestras

 casillas; él, encerrarnos en ellas, echarles un candado y arrojar la llave a un pozo

ElPlural

Antonio Avendaño

1-10-23


Vox ya no se conforma con enseñar la patita. Ahora prefiere exhibirse de cuerpo entero con bravuconería y descaro. No le importa mostrar su cara más abyecta ante los focos. ¿Que con ello pierde votos? ¡Qué más da! ¿Que los gana? Bienvenidos sean, pero eso es lo de menos. Aquí lo único que de verdad importa es España. Todo sea por España, condenada sin remedio a desaparecer como nación si sus mejores hijos no dan un paso al frente para combatir al ejército de desertores y bastardos que comanda el amigo de separatistas y terroristas Pedro Sánchez.

Esta semana, dos valientes han dado ese paso sereno pero decidido: la presidenta de las Cortes de Aragón y el jefe del partido. Marta Hernández nos indignó, pero Santiago Abascal nos asustó. Ella quiso sacarnos de nuestras casillas; él, encerrarnos en ellas, echarles un buen candado y arrojar la llave a un pozo.

Blancas manos a la espalda, torva mirada de acero y adusta quijada legionaria, la presidenta de la Cámara de Aragón incumplió los deberes de su cargo y las formalidades de la buena educación al negarle enfáticamente el saludo a la ministra de Asuntos Sociales y dirigente de Podemos Irene Montero. Lo Hernández con Montero no va de negocios: lo suyo con esa zorra comunista que quiere destruir España es personal.

Ser o no ser del mismo Bilbao

La dulce venganza de la ministra consistió en recordarle a su grosera anfitriona que estaba encantada de que coincidieran en un acto convocado por el Consejo de Europa para “defender el derecho al aborto, a la educación sexual y a los derechos feministas”. En buena lógica integrista, Hernández debería haberse puesto estupenda declinando su presencia en un acto inspirado en el depravado catecismo ideológico del lobby feminista internacional, pero en esto los de Vox apenas se diferencian de los demás políticos: proclaman ser del mismo Bilbao pero solo cuando les conviene; el resto de las veces se conforman con haber nacido en algún pueblo cercano.

Unos días después, el presidente y portavoz de Vox dijo esto en el último pase de la función de investidura de Alberto Núñez Feijóo: “[La amnistía a Carles Puigdemont y demás independentistas catalanes] es una agresión de la que el pueblo español tiene el deber y derecho de defenderse y lo hará. Después no vengan ustedes lloriqueando".

Hernández ya había demostrado, por lo demás, ser un cráneo privilegiado cuando, antes de ocupar el cargo que ahora ocupa, publicó en su cuenta de Twitter reflexiones tan sugerentes como que el Covid 19 era un virus creado por China de “manera intencional y premeditada”, que quienes se ponían las mascarillas eran unos “conspiranoicos” y que Pedro Sánchez era un “dictador comunista”. Cuando la nombraron presidenta de la Cortes se apresuró a borar esos tuits: sería porque que cuando los escribió se sentía del mismo Bilbao, pero al acceder al cargo pensó que no, que igual solo era de un pueblo cercano.

Una cierta raza de españoles

En la España de los años 30 debió haber bastante gente del tipo de Marta Fernández. Personas dispuestas a todo para librar a España de sí misma aun a costa de enterrar a la mitad de los españoles. Desde la muerte de Franco y hasta bien entrado el siglo XXI el declive de esta raza de ‘haters’ fue imparable; su agostamiento parecía irreversible, pero lo cierto es que, tras la humillante derrota del PP en 2004 (nominalmente atribuida a Rajoy, aunque en realidad fuera de Aznar), experimentó rebrotes significativos que habrían de convertirse en galopante especie invasora a raíz del Octubre Catalán y de la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa.

El prototipo de español airado al que se ajusta Abascal es distinto del de Hernández. Y más peligroso: en los años 30 provocó y ganó una guerra civil, gobernó el Estado durante 40 años y, tras la muerte del dictador, aún galleó en cenáculos y cuarteles durante más un lustro; solo se dio por vencido tras el funesto 23 de febrero de 1981 en que hizo tal ridículo que tardaría otros 40 años en recuperarse. El Abascal vagamente golpista de este septiembre de 2023 tal vez no sea más que un fantoche patético, pero solo porque hoy no queda en los cuarteles nadie con dos dedos de frente al que se le ocurra secundar el pronunciamiento militar que insinúan sus palabras.

Las personas del verbo

No sería justo decir que Vox ha traído el odio a la política española, porque, aunque agazapado, siempre estuvo ahí, pero sí que lo ha incorporado sin complejos a su programa y a su discurso. Vox ve odio en los otros pero no en sí mismo. Para ellos odiar es un verbo defectivo cuya conjugación no admite determinadas flexiones: en la primera persona del singular y del plural siempre se conjuga en voz pasiva (yo soy odiado, nosotros somos odiados) quedando reservada la voz activa únicamente para la segunda y tercera persona, preferiblemente en su versión pronominal (tú nos odias, él nos odia, vosotros nos odiáis, ellos nos odian).

Por eso, cuando algún alto cargo del partido de Santiago Abascal comete alguna tropelía contra los odiadores lo hace en defensa propia. Y en defensa, huelga decirlo, de España. Y no de una España cualquiera sino de España España, de una España doblemente España, que no es lo mismo sino todo lo contrario de una España múltiple.

Para todo Vox y para una parte muy considerable de la dirigencia y el electorado del Partido Popular, los únicos españoles fiables son ellos; su equivalente histórico serían los cristianos viejos de antaño. El resto de españoles son no ya conversos, sino algo peor: falsos conversos, herejes solapados, apóstatas vergonzantes, gente hipócrita que simula compartir una misma fe con los españoles viejos, pero practica en secreto los ritos, ceremonias y conjuros mandatados en el Catecismo Negro de la Antiespaña, escrito y rubricado, como diría Marta Hernández, por Pedro Sánchez Belcebú.


La investidura de


 los bulos


 económicos




Feijóo fue capaz de


 falsear los datos con tal


 de dibujar un horizonte


 interesado muy alejado


 de la realidad y que por


 tanto le inhabilita para


 gobernar el país.


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Pedro Casares Hontañón

29-9-23


Ver para creer, o mejor dicho, escuchar para no entender, sería la expresión que mejor resumiría lo que hemos vivido durante estos dos días del debate de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados.

Dos días de debate, de análisis, de posiciones encontradas, de ideologías contrapuestas, de propuestas y de ausencia de propuestas en los que hemos comprobado porque la derecha es incapaz de gobernar España al no ofrecer un proyecto de país con garantías de convencer más que a los suyos.

Pero, sobre todo, hemos visto a un candidato del Partido Popular incapaz de renunciar a los bulos y las mentiras. Un Feijóo capaz de falsear los datos con tal de dibujar un horizonte interesado muy alejado de la realidad y que por tanto le inhabilita para gobernar el país. Alguien que desconoce los datos y las estadísticas oficiales, que las maquilla a su antojo o incluso las cuestiona no puede gobernar las instituciones porque carece de la honestidad y del rigor que se presuponen a quien va a velar por ellas desde la Presidencia del Gobierno.

La de Feijóo es la investidura de los bulos económicos, demostrando que es incapaz de reconocer el buen estado de la economía española. O, por el contrario, es capaz de todo para intentar esconder esa realidad que demuestra que, frente a la incertidumbre que ofrece su investidura, la gestión económica del Gobierno de Pedro Sánchez ofrece certidumbres, estabilidad, solidez, competitividad y fortaleza a nuestra economía y, por lo tanto, a nuestro país.

El primero de esos bulos es sobre el incremento del salario mínimo interprofesional, del que ha dicho que está por debajo del incremento de los precios. Una falsedad que se demuestra con datos oficiales ya que desde junio de 2018 hasta agosto de 2023 los precios aumentaron un 16,3%, mientras que el salario mínimo interprofesional se ha incrementado un 47%.

El segundo de los bulos es sobre su compromiso de incrementarlo cuando el PP ha votado en contra de todas las subidas del SMI aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, que es el gobierno de la democracia que más lo ha subido, de 735 euros con Rajoy a los 1.080 euros actuales, alcanzando ya el 60% del salario medio español, como nos comprometimos al inicio de la legislatura pasada. Con los gobiernos del PP en siete años, de 2011 a 2018 el SMI creció 94 euros y con el PSOE, de 2018 a 2023 ha crecido en 345 euros.

Otro de los grandes bulos ha sido sobre la revalorización de las pensiones conforme al IPC cuando el PP ha votado en el Congreso en contra de la ley que garantiza la revalorización cada año conforme al coste de la vida real y ha votado en contra de la eliminación de la reforma de Rajoy, con la que las pensiones habrían subido solo un 0,25%, incluso en los años de más inflación.

También ha mentido sobre el crecimiento económico y el PIB. Feijóo ha afirmado que España está en la cola de la recuperación del PIB de la UE tras la pandemia. Mientras la media de crecimiento de la zona euro en 2021 fue del 5,5%, España creció un 6,4%. Situación con un margen diferencial mayor en 2022, cuando la zona euro creció de media un 3,3% y España lo hizo un 5,8%. Pero es que, además, Feijóo ha dicho que desde 2019 nuestro país ha retrocedido dos puestos en Europa cuando somos la cuarta economía de la zona euro tras Alemania, Francia e Italia. De hecho hemos pasado de la quinta a la cuarta posición tras la salida de Gran Bretaña de la zona euro en 2020.

El empleo ha sido víctima también de sus mentiras sobre la afiliación a la Seguridad Social, la reducción del desempleo o los fijos discontinuos. No hay un millón y medio de vacantes sino 148.091 vacantes laborales. Y tampoco se han destruido 90.000 puestos de trabajo en el sector de la industria cuando ha ocurrido todo lo contrario. Desde el inicio de la pandemia se han creado 76.152 empleos industriales y desde que gobierna Pedro Sánchez hay 122.196 empleos industriales más. Otro de sus bulos en materia de empleo ha sido obviar que la tasa de desempleo juvenil siendo de las más altas de la UE, se ha reducido en 31 puntos desde que gobernando Rajoy llegó al 56,9% y en la actualidad es del 27%, y se está reduciendo drásticamente desde la aprobación de la reforma laboral, siendo uno de sus efectos más beneficiosos.

La realidad es que hay 21 millones de afiliados a la Seguridad Social, la cifra más alta de la serie histórica, con records también en contratación indefinida, con 14,7 millones de afiliados, o en contratación temporal que ha bajado con este gobierno por primera vez de los tres millones de personas.

También, ha mentido afirmando que aumenta el riesgo de pobreza cuando se ha reducido del 22,2% al 20,4% o cuando dice que los españoles han sufrido 42 subidas fiscales cuando se han reducido los impuestos y los únicos impuestos que se han creado son los gravámenes a la banca, a las empresas energéticas y a las grandes fortunas.

Feijóo ha dado más razones con sus bulos y mentiras, para demostrar porque no puede ser presidente del Gobierno que porque sí podría serlo. Quien demuestra desconocer los datos, como Feijóo, demuestra a su vez desconocer cómo hacer frente a la realidad y al futuro que nos espera.


 

Feijóo se queja de cesiones de Sánchez al independentismo: esto es todo lo que el PP ha cedido a Vox



Desde las elecciones municipales y autonómicas del 28 de 


mayo, los populares han aceptado en


 numerosas ocasiones las exigencias de la ultraderecha.




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Pablo Machuca

1-10-23


 UPN y Coalición Canaria. 

Se quejaba así de las cesiones que, a su juicio, está dando el candidato socialista y presidente en funciones, Pedro Sánchez, a los nacionalistas catalanes. Cesiones que, sin embargo, se han topado con el referéndum, un camino que, como han recordado esta semana tanto PSOE como PSC, por el que "no hay avance posible"

Lo que sí quiere negociar la izquierda es la otra exigencia de Junts y de ERC: la amnistía. Ese es uno de los temas que, como recordó Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, este jueves, sí está encima de la mesa. No lo está el referéndum, que podría suponer la ruptura definitiva de las negociaciones y el camino directo a una repetición electoral en enero.

Pero el PP sigue insistiendo en las cesiones del Gobierno en funciones para mantenerse en Moncloa sin recordar que el partido que ahora lidera Feijóo también ha cedido a las pretensiones de la extrema derecha cuando ha tenido que hacerlo para poder 'tocar' poder. 

Y la hemeroteca se remonta a hace años. Por ejemplo, a enero de 2019, cuando el PP —entonces presidido por Pablo Casado—, que fue el segundo partido más votado en las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, pactó con Vox su apoyo para hacer a Juanma Moreno Bonilla presidente del Gobierno regional. Lo hizo, eso sí, asumiendo los postulados de la ultraderecha, como comprometiéndose a sustituir la ley autonómica de memoria histórica por una "de concordia", a crear una Consejería de Familia o prometiendo garantizar la educación segregada.




Cuatro años después, tras la histórica mayoría absoluta de Moreno Bonilla en 2022, el PP llegó a cederle a la ultraderecha un puesto en la Mesa del Parlamento andaluz. A cambio, reclamaba a los de Santiago Abascal "generosidad".

Un año antes, un gesto similar tuvo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien necesitaba los votos de la extrema derecha para gobernar tras los comicios que ella misma adelantó en mayo de 2021. 

Para allanar su investidura con los apoyos de la ultraderecha, Ayuso no tuvo remilgos en cederle a Vox la vicepresidencia segunda de la Asamblea de Madrid. También aceptó revisar la rebaja de diputados de esta Cámara regional de 136 a 69 que reclamaban los de Abascal, pese a no contar con la mayoría de dos tercios necesaria. 

La primera gran cesión del PP a Vox fue en Castilla y León, en marzo de 2022, tras las elecciones en esta región, cuando los populares dieron a la ultraderecha, ni más ni menos, que la presidencia de las Cortes, así como una vicepresidencia vacía de funciones y tres consejerías del Gobierno regional con tal de que Alfonso Fernández Mañueco fuera investido presidente. 

Pero sin duda, cuando más cesiones del PP a la ultraderecha se han visto ha sido tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo. Tras estos comicios, los de Abascal han ido obteniendo muchas de sus exigencias a cambio de apoyar a los candidatos 'populares' para que gobernasen en las distintas regiones donde ambos partidos sumaban mayoría. 

Pasó rápidamente en la Comunidad Valenciana, donde la ultraderecha cuenta con una vicepresidencia y tres consejerías en el Gobierno regional. En el acuerdo entre ambos, además, se hablaba de "violencia intrafamiliar" y no de violencia machista, se incluía el 'pin parental' o se hablaba de acabar con la Memoria Democrática. Carlos Mazón accedió a todas estas medidas, con el sello indistinguible de la extrema derecha, para ser nombrado presidente regional. 

Por ese aro no quería pasar María Guardiola, la líder del PP en Extremadura, que llegó a forzar la máquina insinuando que prefería una repetición electoral a asumir ciertos postulados de la ultraderecha. 

Poco le duró la palabra a la dirigente regional, que terminó dando entrada en su Gobierno a Vox —tiene una consejería— pese a que dijo que “no podía dejar entrar” en el Ejecutivo a aquellos “que niegan la violencia machista o deshumanizan a los inmigrantes”. También en el acuerdo de gobierno se incluyen, entre otras medidas, el 'veto parental'. 

Otra de las cesiones más polémicas del PP a Vox fue la presidencia del Parlamento de Aragón, que recayó en manos de Marta Fernández, una diputada racista, machista y que ha protagonizado diversas polémicas con Irene Montero, la ministra de Igualdad en funciones, de la que llegó a decir que no había hecho "nada en la vida" más que "arrodillarse para medrar". La última, negarle el saludo en un acto oficial al que acudió Montero. 

Además de la presidencia de la Cámara regional, Vox se hizo con dos consejerías: la de Agricultura y Ganadería y la de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia, esta última con rango de vicepresidencia.

Y también logró incluir sus pretensiones en el acuerdo de Gobierno que hizo presidente de Aragón a Jorge Azcón. 80 puntos que contemplan, entre otros asuntos, derogar la ley de memoria, la censura parental en las escuelas, reformar la ley trans autonómica o aprobar una rebaja de impuestos en Sucesiones y Patrimonio.

Negociaciones que han llevado a cesiones para lograr acceder al Gobierno y tener un poder territorial muy importante con el que precisamente Feijóo pretende confrontar con un eventual Ejecutivo de izquierdas. Este sólo llegará si hay negociación y también cesiones. Porque muchas veces la política consiste en cabalgar las propias contradicciones. Pedro Sánchez y sus socios tienen dos meses para conseguirlo. O, si no, a elecciones de nuevo en enero.