La “amistad entrañable” de Corinna y Juan
Carlos nació en La Mancha
El duque de Edimburgo presentó al
Rey emérito a la hoy asesora de Alberto de Mónaco
L.
RODRÍGUEZ
Jueves, 12 de julio de 2018
ElPlural
Ni en la Costa Azul,
ni en los más prestigiados casinos de Montecarlo o Mónaco, ni siquiera en la
romántica Venecia, o en los parajes más exclusivos de Cerdeña…en ninguno de
estos paradisiacos entornos, donde el romance emana de las piedras, fue el
lugar donde se conocieron Juan Carlos
I y Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la autodenominada princesa
alemana, “amiga entrañable” del Rey emérito y testigo directo de la fractura de
cadera que sufrió el exjefe de la Casa Real española cuando cazaba elefantes en
Botsuana en 2012, y, por lo tanto, coprotagonista del escándalo mayúsculo que
le costó la corona al nieto de Alfonso XIII, biznieto de Alfonso XII y
tataranieto de Isabel II, o lo que es lo mismo: sucesor en la jefatura del
Estado del dictador Francisco Franco.
Príncipe de Grecia y Dinamarca
No. Juan
Carlos I y Corinna se conocieron en el último y mayor latifundio español: “La
Garganta”, una finca de caza ubicada al sur de Ciudad Real que linda con la
provincia de Córdoba y que abarca 15.000 hectáreas, casi el doble de Barcelona,
propiedad del fallecido Gerald Cavendish Grosvenor, duque de Westminster, uno de los
hombres más ricos de Inglaterra, que dejó a su heredero, Hugh Grosvenor,
de 27 años de edad, una fortuna valorada en 10.000 millones de
euros, y que no ocultaba su íntima amistad con la “amiga entrañable” del
Rey emérito, aunque, sin embargo, fue Felipe, duque de Edimburgo, nacido
como príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, para entendernos, esposo de la
reina Isabel de Inglaterra, el que presentó a ambos en esta tierra manchega y
donde, supuestamente, nació la cacareada “amistad entrañable”.
Nietos de Isabel e hijos de Diana
Y es que
la finca del fallecido Lord Gerald Casvendish, sexto duque de Westminster,
noveno conde de Grosvenor, vizconde de Belgravia, marqués de Westminster y
barón de Eaton, ha sido hasta la muerte del millonario londinense (2016) centro
de reunión de las escopetas más importantes de la aristocracia europea. Tanto
es así, que el duque de Edimburgo no dudó ni un momento en enviar a sus nietos,
bajo la protección de Corinna, para que pegaran unos tiros en “La Garganta”.
Los hijos del Príncipe de Gales y de Lady Di, Guillermo y Enrique, han sido
durante años asiduos invitados, utilizando, incluso, el todavía inoperante
aeropuerto de Ciudad Real, cerrado a cal y canto para el resto de los mortales.
Los negocios de Corinna en “La Garganta”
Con
estos antecedentes aristocráticos y millonarios, a nadie puede extrañar que en
“La Garganta”, que como decimos ocupa una extensión de más de 15.000 hectáreas,
o lo que es lo mismo, 15.000 estadios Santiago Bernabéu, Corinna participara en
numerosas monterías, cuando no las organizaba, ya que no hay que olvidar que la
hoy asesora de Alberto, Príncipe de Mónaco, fue durante años la directora
general de Boss & Co Gunmakers, una conocida y afamada armería londinense
donde las grandes “escopetas” del Reino Unido no dudan en acudir para adquirir
rifles y carabinas con las que participar en las cacerías españolas, ya que en
Inglaterra está prohibida la caza, incluida la del zorro.
Directora de Boss Sporting
De lo
que tampoco hay duda es de la capacidad de Corinna para relacionarse con los
poderosos, de ahí que Boss Sporting, exclusiva agencia organizadora de safaris
de lujo para clientes de alto standing, que ofrecía “únicamente los mejores
disparos para sus clientes”, entre los que se encontraba Don Juan Carlos, la
nombrara directora general. Y desde esta posición, Corinna fue estrechando
lazos con el padre de Felipe VI hasta el accidente en Botsuana en 2012, donde
el Rey emérito se rompió la cadera en el transcurso de la cacería de un
indefenso elefante, desdicha que compartió como testigo con su “amiga
entrañable” Corinna que todo apunta que quiere cobrarse ahora una “factura de
amistad” que le puede salir muy cara a la Casa Real, hoy por, en absoluto
silencio.
El coto de las grandes fortunas…
Una
finca, al igual que otras colindantes, donde las grandes fortunas mantuvieron
serios litigios con los gobiernos presididos por los socialistas José Bono y
José María Barreda, no así con el Ejecutivo de María Dolores de Cospedal. Ambos
obligaban a los terratenientes a dejar expeditos caminos y carreteras para el
tránsito libre de los habitantes de estas zonas, acostumbrados a ver llegar a
sus fincas a Mario Conde, las hermanas Koplowitz, Emilio Botín, Alfonso
Cortina, “Los Albertos”, José María Aristraín, Juan Abelló, Luis Portillo,
Samuel Flores, Entrecanales, Carlos March, Blesa, Luis Bárcenas…
…Y de la escopeta nacional
Aristocracia
que también arrastra a los nuevos ricos españoles y europeos, ávidos de
codearse con lo más granado del Ibex 35. Y es que no podemos olvidar que a
golpe de escopeta se suelen establecer contactos que posteriormente servirán
para cerrar negocios, ya que a falta de apellido blasonado muchos se “echan al
monte” para completar su carrera empresarial. La película de Berlanga revive
cada fin de semana en Castilla-La Mancha donde, entre otros, como buen Borbón,
era asiduo Juan Carlos I que solía cazar con Abelló, con quien mantuvo durante
años una fuerte rivalidad al arrebatarle el financiero el primer puesto en el
ranking de grandes piezas abatidas. España cañí.
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