Hagamos memoria histórica: durante la guerra civil y
el franquismo se cometieron crímenes de guerra, contra la humanidad, torturas,
ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. Hasta ahora no se han
establecido los hechos, el número de víctimas de tales delitos ni los autores y
responsables de los mismos. Las víctimas del bando de los vencidos tienen
derecho a que se conozca la verdad sobre lo ocurrido. Como consecuencia de la
investigación abierta por la Audiencia Nacional, siendo titular del Juzgado
Central de Instrucción número 5 Baltasar Garzón,
se estableció la existencia de más de 130.000 víctimas de desaparición forzada,
la existencia de más de 2.500 fosas documentadas y más de 30.000 niños robados.
Según
Amnistía Internacional,
todas las víctimas de genocidio, crímenes de lesa humanidad, de guerra,
tortura, ejecución extrajudicial y desaparición forzada, tienen derecho a saber
la verdad. En España, se están violando los derechos humanos sin que a las
víctimas se les esté haciendo justicia ni reparado.
Declaraciones de Monseñor
Guerra Campos.
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“DIARIO DE BARCELONA”. Jueves, 20 noviembre 1975
Apenas se
produjo el fallecimiento del Generalísimo Franco, el obispo de Cuenca, monseñor
José Guerra Campos, dictó por teléfono a "Europa Press" la siguiente
declaración:
“La muerte de Francisco
Franco es para mí,
como para la inmensa mayoría
de los españoles, causa de un duelo muy hondo, compartido por varias
generaciones en la gran familia que es la patria. Son muchísimos los españoles
cuyo deseo más íntimo era que Franco pudiese continuar indefinidamente como
conductor de España. Franco queda en la historia como uno de sus máximos
bienhechores, vista su obra en el contexto real del pueblo español, no según
las abstracciones de la propaganda revolucionaria.
Vivió y murió como hijo fiel
de la Iglesia. Hace un año expuse detenidamente los elogios expresados a lo
largo de numerosos lustros por obispos y pontífices romanos, que subrayan el
empeño singular con que este hijo de la Iglesia ha tratado de proyectar en la
vida pública su condición de cristiano y la ley de Dios enseñada por la misma
Iglesia.
En este momento bastará
reiterar el juicio formulado hace 14 años por el cardenal Bueno Monreal. Más
allá del respeto que se debe a toda autoridad legítima, el cardenal afirmaba
públicamente: «Cuando la Iglesia encuentra un buen gobernante, de profundo
sentido cristiano, de honestidad acrisolada en su vida individual, familiar y
pública, que con justa y eficaz rectitud favorece su misión espiritual, al
tiempo que con total entrega, prudencia y fortaleza, trata de conducir la
patria por los caminos de la justicia, del orden, de la paz y de su grandeza
histórica, que nadie se sorprenda de que la Iglesia bendiga no solamente en el
plano de la concordia, sino con afectuosidad de madre, a ese hijo que, elevado
a la suprema jerarquía, trata honesta y dignamente de servir a Dios y a la
patria. Ese es precisamente nuestro caso. Gracias sean dadas al Señor».
Una de las actitudes de
Franco que pronto aparecerá con todo su relieve excepcional en un horizonte de
las relaciones Iglesia-Estado, es un espíritu de concordia, llevado a términos
de benevolencia y paciencia casi desmedidos. Actitud tanto más meritoria cuanto
que hubo que aguantar virajes injustificados y comportamientos muy poco
ejemplares de algunos sectores eclesiásticos.
Pero no es esta la hora de los análisis. Es la hora de la gratitud. Es la
hora de la meditación. Es la hora de la oración, con dos peticiones: que el
Señor tenga consigo a su servidor Francisco Franco; y que los valores
religiosos y morales inscritos en la la sociedad civil española –y que el Príncipe de España jurará al ser
nombrado sucesor de Franco a título de Rey- sigan inspirando la marcha de los
gobernantes y las instituciones de nuestra patria”. Sociedad civil española –y que el Príncipe de España jurará al ser nombrado
sucesor de Franco a título de Rey- sigan inspirando la marcha de los
gobernantes y las instituciones de nuestra patria”.
La
sociedad civil española –y que el Príncipe de España jurará al ser nombrado
sucesor de Franco a título de Rey- sigan inspirando la marcha de los
gobernantes y las instituciones de nuestra patria”.
Paul
Preston, el investigador del franquismo más reconocido a escala mundial,
quiso desmontar algunos tópicos que fabricó la propaganda franquista en torno a
la figura del dictador. Por ejemplo, "el mito de
un caudillo compasivo y atormentado hasta la madrugada por las sentencias de
muerte que debía firmar". Muy lejos de aquella idea, Paul Preston
aseguró que Franco leía y firmaba las sentencias de muerte de los condenados
"mientras comía", "tomando café antes de la siesta" o
"viajando en coche". Eran "cosas de trámite", como las
calificó el Generalísimo en alguna ocasión ante su cuñadísimo.
Escena descrita por Pedro Sainz Rodríguez, político
monárquico que formaría parte del primer gobierno y que la menciona en su obra
testimonio y recuerdos (se refiere al periodo 1936/39).
“Un día llegué al Estado
mayor [en plena guerra] de Salamanca.
El Caudillo estaba desayunándose,
tomando chocolate con picatostes. Tenía un montón de expedientes encima de la
mesa y dos sillas al lado: una a la derecha y otra a la izquierda. Examinaba
aquellos expedientes, colocaba unos en una de las sillas, otros en la otra y
seguía mojando en su chocolate.
Me tuvo esperando un
buen rato, porque quería despachar aquello. Cuando acabo mi visita, a la
salida, me acerqué a uno de sus secretarios:
-Oiga usted -le dije-,
¿qué demonios eran esos expedientes que estaba despachando el general?
-Pues verá usted: son
penas de muerte.
Es decir, que los que
ponía en la silla de la derecha eran que sí, que se cumpliera la pena de
muerte, y los de la izquierda, para estudiarlos más adelante”.
La obra teatral Las bicicletas son para el verano (Fernando Fernán Gómez, 1977) se cierra con la frase que el protagonista, Luis, dice a su hijo: No ha llegado la paz, Luisito: ha llegado la victoria. Esa victoria va a implicar que los vencedores podrán llevar a cabo impunemente los propósitos que había alentado la sublevación de julio de 1936, tal como expresara a John Whitaker, periodista norteamericano, Gonzalo Aguilera, oficial de prensa de Franco, encargado de las relaciones con los corresponsales extranjeros: “Tenemos que matar, matar y matar, ¿sabe usted? Son como animales, ¿sabe? Y no cabe esperar que se libren del virus del bolchevismo. Al fin y al cabo, ratas y piojos son los portadores de la peste. Ahora espero que comprenda usted qué es lo que entendemos por regeneración de España […] Nuestro programa consiste en exterminar un tercio de la población masculina de España. Con esto se limpiaría el país y nos desharíamos del proletariado”[2].
El 18 de julio de 1936 el sector del ejército más reaccionario se alzó contra el gobierno legal de la II República española. Franco se hizo cargo de las tropas africanistas, invadió la península y rápidamente asumió la dirección de la guerra. En septiembre fue nombrado generalísimo de todas las fuerzas militares y jefe del gobierno por los militares rebeldes y los sectores ideológicos de derechas y fascistas. En 1937 adoptó el título de Caudillo, como jefe del partido único, FET y de las JONS, fascista. Un año después se convirtió en -a la vez- jefe del estado y del gobierno, conservando el mando superior del ejército.
La represión llevada a cabo por los nacionalistas sobre la población civil fue extraordinaria. Las personas afiliadas a partidos políticos o sindicatos del Frente Popular , aquellos de los que se sospechaba que eran simpatizantes de los mismos, etc., tenían sobre sus cabezas una condena de muerte general que, en millares de casos, se ejecutó sin ningún tipo de actuación judicial al menos hasta mediados de 1937. En buen número de casos, los cadáveres de los asesinados quedaban expuestos durante días a la vista de todos con la finalidad de sembrar el terror. Si bien los revolucionarios también cometieron excesos, los cometidos en la zona nacional derivaban de instrucciones precisas del mando rebelde, de la "autoridad".
La obra teatral Las bicicletas son para el verano (Fernando Fernán Gómez, 1977) se cierra con la frase que el protagonista, Luis, dice a su hijo: No ha llegado la paz, Luisito: ha llegado la victoria. Esa victoria va a implicar que los vencedores podrán llevar a cabo impunemente los propósitos que había alentado la sublevación de julio de 1936, tal como expresara a John Whitaker, periodista norteamericano, Gonzalo Aguilera, oficial de prensa de Franco, encargado de las relaciones con los corresponsales extranjeros: “Tenemos que matar, matar y matar, ¿sabe usted? Son como animales, ¿sabe? Y no cabe esperar que se libren del virus del bolchevismo. Al fin y al cabo, ratas y piojos son los portadores de la peste. Ahora espero que comprenda usted qué es lo que entendemos por regeneración de España […] Nuestro programa consiste en exterminar un tercio de la población masculina de España. Con esto se limpiaría el país y nos desharíamos del proletariado”[2].
El 18 de julio de 1936 el sector del ejército más reaccionario se alzó contra el gobierno legal de la II República española. Franco se hizo cargo de las tropas africanistas, invadió la península y rápidamente asumió la dirección de la guerra. En septiembre fue nombrado generalísimo de todas las fuerzas militares y jefe del gobierno por los militares rebeldes y los sectores ideológicos de derechas y fascistas. En 1937 adoptó el título de Caudillo, como jefe del partido único, FET y de las JONS, fascista. Un año después se convirtió en -a la vez- jefe del estado y del gobierno, conservando el mando superior del ejército.
La represión llevada a cabo por los nacionalistas sobre la población civil fue extraordinaria. Las personas afiliadas a partidos políticos o sindicatos del Frente Popular , aquellos de los que se sospechaba que eran simpatizantes de los mismos, etc., tenían sobre sus cabezas una condena de muerte general que, en millares de casos, se ejecutó sin ningún tipo de actuación judicial al menos hasta mediados de 1937. En buen número de casos, los cadáveres de los asesinados quedaban expuestos durante días a la vista de todos con la finalidad de sembrar el terror. Si bien los revolucionarios también cometieron excesos, los cometidos en la zona nacional derivaban de instrucciones precisas del mando rebelde, de la "autoridad".
Fusilamientos,
hambre, frío, terribles bombardeos sobre Guernica, Madrid, Barcelona...
La guerra civil española -pero en donde participaron y se entrenaron las potencias totalitarias europeas-, impulsada entre otros por Franco, supuso en víctimas:
La guerra civil española -pero en donde participaron y se entrenaron las potencias totalitarias europeas-, impulsada entre otros por Franco, supuso en víctimas:
- 100 mil muertos en combate.
- 80 mil muertes ocasionadas por la represión franquista durante la guerra e inmediata postguerra.
- 10 mil muertos en bombardeos.
- 50 mil muertos de enfermedad y desnutrición.
- 38 mil asesinatos a manos de la represión republicana.
En total,
unas 485 mil muertes. Si le sumamos la cifra de exiliados muertos, el total
asciende a unas 800 mil víctimas.
Los vencidos
fueron sometidos a vejaciones: el corte de pelo a mujeres y niñas, las
violaciones, el despojo de los medios de vida, la imposibilidad de estudiar,
los linchamientos, la obligación de cantar himnos fascistas y de saludar a la
romana, el hacinamiento en las cárceles, las torturas, la posibilidad de morir
ante un pelotón por haber combatido por la República (unas 130 mil personas
entre 1936 y 1952), los juicios sumarísimos y colectivos, la exclusión de la
vida normal, la represión cultural y lingüística en Catalunya, el País Vasco y
Galicia.
Terminada la
guerra en 1939, Franco creó un estado ultranacionalista, católico integrista,
autoritario y corporativo. Se trataba de la dictadura franquista.
Durante la II Guerra Mundial, miles de españoles republicanos exiliados fueron detenidos por los alemanes y deportados a campos de trabajo (Mauthausen...) 11800 de ellos murieron allí. Franco sabía de su existencia pero se desentendió de los deportados porque, según declaró su ministro Serrano Suñer, "no había españoles fuera de España".
Durante la II Guerra Mundial, miles de españoles republicanos exiliados fueron detenidos por los alemanes y deportados a campos de trabajo (Mauthausen...) 11800 de ellos murieron allí. Franco sabía de su existencia pero se desentendió de los deportados porque, según declaró su ministro Serrano Suñer, "no había españoles fuera de España".
Franco implantó
un régimen personalista y militarista, y firmó sentencias de muerte hasta pocos
años antes de su muerte.
Se empezó llamando el Alzamiento (Glorioso),
luego les gustaba más lo de Movimiento Nacional, después con la aquiescencia y
el beneplácito de la Iglesia Católica se llamó Cruzada de Liberación. Con el
tiempo decidieron dejarlo en Guerra Civil que resultaba mucho más
aséptico. Lo cierto es que un buen día un grupo de generales sediciosos se
rebelaron contra la República legalmente constituida y comenzaron una cruenta
guerra ayudados por la Iglesia Católica (de ahí lo de Cruzada convirtiéndola en
una guerra divina) y por la Alemania de Hitler. En el último minuto se subió al
carro de la sublevación un joven general ciclán, ególatra y soberbio llamado
Francisco Franco después de haberle jurado, como todos los demás, fidelidad a
la República. El juramento se lo pasaron por el arco de triunfo de la
entrepierna. Ganaron la guerra y anularon inmediatamente la Constitución.
Mientras tanto se fueron sucediendo muertes en personajes clave del nuevo
régimen, casi todas de un modo accidental o como mínimo curioso: General
Balmes, General Sanjurjo, J.A. Primo de Rivera, General Mola, Ramón
Franco y más tarde el Almirante Carrero. Los llamaron “Franco y los muertos providenciales” Federico Bravo Morata. (Ed.
Fenicia)
Llegó el último y acabó el primero. Este soberbio,
acomplejado, hermafrodita y criminal individuo por la Gracia de Dios, se puso a
firmar sentencias de muerte tomando tacitas de chocolate calentito (nos contó
su parlanchina hermana). Era como un orgasmo, que como no había experimentado
nunca ese clímax, lo suplía con su refrendo quedándose completamente
relajado, una boba sonrisa en los labios y el rostro idiotizado.
Nos mantuvo bajo una rígida dictadura toda su vida y
todavía hoy después de tantos años muerto, sus fieles seguidores (Iglesia
Católica incluida) no permiten que identifiquemos a nuestros muertos, más de
cien mil que permanecen enterrados en las cunetas.
Hoy en
muchas ciudades de España, aunque parezca mentira, se celebrarán misas en
honor de los “caídos por Dios y por España”.
Miss Islas Canarias 1936, Doña Francisquita,
Franquito el Cuquito, Gallina mayor, Paca la Culona y… Paquito el chocolatero.
(Apuntes de la biografía del rebelde dictador Franco. Algunas de las
barbaridades que dijo, o que dijeron otros. ¿Qué opinaba su padre?)
Y parece que fue ayer pero hace ya muchos años que
murió el dictador en una cama de la Seguridad Social sufriendo una interminable
agonía que su yernísimo el señor Martínez junto con la aquiescencia de
políticos, médicos, la iglesia católica y estómagos agradecidos alargaron al
máximo mientras esperaban un milagro que no se produjo. Creían que era
inmortal y se resistieron todo lo que pudieron para que subiese al cielo
rápidamente. Algunos esperan que pueda resucitar, otros lo quieren hacer santo.
Ahora yace bajo una losa de más de mil kilos en un mausoleo faraónico que mandó
construir a su imagen y semejanza.
Antes de convertirse en el “Enviado de Dios” era un ambicioso militar que,
como hizo durante toda su vida, nadaba y guardaba la ropa. Se sublevó en nombre
de la República (a la que había jurado fidelidad) con una carta al
Presidente, ambigua y llena de posibles interpretaciones futuras, para el hipotético
caso de que fallase la sublevación, poder decir donde dije digo, digo Diego...
Rizar el rizo de la felonía.
Las cosas salieron a pedir de boca cuando la
Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana le proporcionó el Nihil Obstat y
santificó su guerra, pasando a llamarse desde ese momento La Cruzada de
Liberación, prohibiendo el término Guerra Civil. De Glorioso Alzamiento
pasó a ser Glorioso Movimiento, porque alzamiento es un eufemismo de traición y
ese era el delito y a la vez indignante paradoja, por el que fusilaba a los
republicanos en cuyos certificados de defunción (cuando existían) los médicos
diagnosticaban infarto o derrame cerebral, según lo destrozado que quedaba el
cadáver. (La muerte de Federico García Lorca quedó inscrita en el Registro
Civil de Granada en 1.940: “…a consecuencia de heridas producidas por hecho de
guerra.”)
Fue ascendido a Excelentísimo Caudillo de
España por la Gracia de Dios, Generalísimo (General Superlativo) de los
Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Su Excelencia el Jefe del Estado entrando en
las iglesias bajo palio, dejando en la puerta la fantástica, espectacular y
colorista guardia mahometana montada a caballo, como sacada de un cuento de las
Mil y Una Noches, lo que no producía la menor alteración en su innata y súper
alabada (por sus hagiógrafos) modestia. Se comprende que los obispos, la
Iglesia católica, aceptase, o hiciese la vista gorda mirando hacia otro lado
ante semejante parafernalia, que no dejaba de ser una incongruencia y una
paradoja, considerándolo un simple pecado venial (¿de soberbia o complejo de
inferioridad?) pero que alimentaba la tremenda egolatría del dictador. Ahora,
después de tantos años que murió el general rebelde, en plena democracia, con
una Constitución que el militar sátrapa nos robó, salen a la calle a pedir,
(¡nada más ni nada menos!) libertad. Entre otros calificativos menos
cristianos, eso se llama Santa Desvergüenza señores obispos.
Su controvertida
figura fue engalanada durante cuarenta años por los turiferarios y hagiógrafos
que en un afán desmedido por elogiarle no dudaron en blasfemar, ni en utilizar
todos los adjetivos grandilocuentes habidos y por haber.
A lo largo de su vida se le comparó con el arcángel San Gabriel, con Alejandro el Grande, con Julio César, con Carlo Magno, con el Cid, con Carlos V, con Felipe II, con Napoleón, Fernando el Católico, el Gran Capitán, Agamenón (?), Almanzor, Federico II de Prusia, Recaredo...
A lo largo de su vida se le comparó con el arcángel San Gabriel, con Alejandro el Grande, con Julio César, con Carlo Magno, con el Cid, con Carlos V, con Felipe II, con Napoleón, Fernando el Católico, el Gran Capitán, Agamenón (?), Almanzor, Federico II de Prusia, Recaredo...
Sus detractores tampoco dudaron en
adjudicarle algunos epítetos que han pasado también a la historia (Enano
Mantecoso), aunque, quizás, no tan duros como los de sus propios compañeros de
armas: Paca la Culona (en un escrito se lo atribuí erróneamente al general
Yagüe pero parece ser que este calificativo se lo puso el también traidor
general Queipo de Llano) Franquito, Miss Islas Canarias, Franquito el Cuquito,
Doña Francisquita...
Y por último sus
declaraciones, sus contradicciones, algunas de las muchas barbaridades que dijo
a lo largo de su vida y lo que dijeron otros..
Veamos algunos ejemplos.
“No vamos a juzgarles por haber perdido la guerra, sino por haberla
iniciado.”
Robert
H. Jackson, Juez del Tribunal Supremo de los EE.UU en el proceso de
Nuremberg juzgando a los criminales de guerra nazis.
“Enviado de Dios hecho Caudillo. Espada del Altísimo”. Esteban Bilbao.
Regalo
que hace la Providencia cada tres o cuatro siglos.” Luis Carrero
Blanco.
“El Caudillo es el Sol.” Alvaro Cunqueiro.
“El que no admita que la vida del Caudillo fue señalada por el Supremo Ser
comete blasfemia.” General Bárcena Quesada.
(Resulta curioso
que mi madre me llamase de este modo alguna vez: mi hijo es un sol, decía. Y
Manuel Vázquez Montalbán, aseguraba que Alvaro Cunqueiros tuvo un orgasmo
cuando pronunció esta frase.)
“Su
vida ha sido conducida por el dedo de Dios.” Luis de Galinsoa.
“Es el HijoldelPadre Todopoderoso. La estilográfica más poderosa de España. Es su falo
incomparable.”
Ernesto Giménez Caballero.
(No
he podido encontrar ningún escrito donde se dijese que el señor Ernesto Giménez
Caballero hubiese visto el “falo” del Caudillo para que pudiese
calificarlo de “incomparable” y asegurarlo tan rotundamente. Tal vez el
cine porno de este país perdió una de sus más fulgurantes estrellas. Tampoco he
podido averiguar si eso de “La estilográfica más poderosa de España” era una
metáfora y se refería a la polla castrense, o si Ernesto Jiménez Caballero
estaba enamorado de Franco)
La
mano de Santa Teresa ha movido el corazón de la obra de Franco.” Alejandro
Rodríguez de Valcárcel.
(Hasta el final de sus días mantuvo en su poder, incluso
estando internado en el hospital, el brazo incorrupto de la Santa que le
regalaron unas monjitas admiradoras. También le colocaron encima el manto de la
Virgen del Pilar, cargado de joyas, con lo que probablemente consiguieron lo
contrario de lo que pretendían si en algún momento le faltó la respiración.).
Algún día alguien debería hablar de la patológica psicología de este personaje
nefasto.
“Semidiós
inasequible.” Josefina Maza.
“Franco
es el enviado de Dios.” José Millán Astray.
“Franco
nuestro Señor en la Tierra.” Pilar Primo de Rivera
“Franco seguirá con nosotros por los siglos de los siglos.”
“Nunca
he incensado con tanta satisfacción como lo hago con su Excelencia.” Esta blasfemia
la dijo el cardenal Eijo Garay.
Franco
es el Niño Jesús en el portal de Belén.” Fernández de Córdoba.
(No
puedo imaginarme al Caudillo de España por la gracia de dios, tan redondito,
desnudito, con su bigotito hitleriano, “dodotis” y el brazo derecho en alto)
“Si es necesario mataré un millón de españoles”. Francisco Franco,
Caudillo de España por la gracia de dios. Y en otra ocasión añadió:¡Mi
mano no temblará!
Vengativo y sanguinario lo cumplió hasta el final de su vida.
2-3-73 Es ejecutado en Barcelona, Salvador Puig Antich.
Muchos de los ministros y altos funcionarios, promotores de las
torturas y ajusticiamientos, eran de comunión diaria. Algunos incluso, llevaban
cilicio en defensa de la Obra de Dios.
19-11-75 Certificado de
defunción de Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, de
ochenta y dos años de edad, hijo de Nicolás y de Pilar, Caudillo de
España por la gracia de Dios:
“Enfermedad de Parkinson. Cardiopatía isquémica con
infarto agudo de miocardio enteroseptal y de cara deafragmática. Ulceras
digestivas agudas recidivantes, con hemorragias masivas reiteradas. Peritonitis
bacteriana. Fracaso renal agudo. Tromboflebitis íleo-femoral izquierda. .
Bronconeumonía bilateral aspirativa. Choque endotóxico. Parada cardíaca.”
En plena guerra civil don Manuel Azaña habló de las tres pes imprescindibles
siempre: Paz, piedad y perdón.
El Generalísimo por la gracia de dios aplicó las tres uves durante
toda su vida:
Victoria, vejación y venganza.
Muchos españoles cuando murió le colgaron el siguiente epitafio: Aquí
yace Francisco, Paulino, Hermenegildo, Teódulo, Franco Bahamonde Salgado-Araujo
y Pardo, que hizo el bien y el mal: el bien lo hizo muy mal y el mal lo
hizo muy bien.
Una pintada
decía: Ya no te puedes fiar ni de Dios, Franco está en el cielo.”
Ese Caudillo es un cabrón y un chulo.
¡Lo sabré yo, que soy su padre!. Don Nicolás
Franco Salgado-Araujo
Vosotros
pusisteis a Paco en el poder, ahora no lo va a poder quitar ni Dios. Don
Nicolás Franco Salgado-Araujo.
“Fue un soldado valiente y excepcionalmente competente entre 1.912 y 1.926,
un calculador arribista entre 1.927 y 1.936, un autojefe militar entre 1.936 y
1.939, y un dictador brutal y eficaz que sobrevivió treinta años más en
el poder.” (Paul Preston)
“Respecto de su vida sexual yo no tengo información alguna, pero después de
publicada una entrevista mía, tuve conocimiento de un relato que hacía un viejo
general, compañero en Africa de Franco, y que lo refirió con inseguridad.
Parece ser que Franco fue siempre alguien controlado en orden de actividades
con prostitutas, etc., durante su estancia en la Legión. Tal cosa, y en aquella
época y en ese medio, dice mucho, y no necesariamente respecto del buen gusto.
Lo que refería este viejo general es que, si bien Franco se mostraba siempre
firme en su abstención, mostraba, sin embargo, una gran curiosidad por lo que
sus compañeros habían hecho durante sus noches de juerga, y era esto lo que,
sin explicarlo, le sorprendía.
En principio todo voyerista es en el fondo, y también en la
superficie, las más de las veces, un impotente frente al objeto que contempla,
o sobre el que fantasea, un impotente que envidia la relación de la pareja que
contempla, sea hetero u homosexual. Para mí, el problema central de la personalidad
de Franco radica en su complejo de castración: la conciencia de una impotencia,
no necesariamente en el sentido funcional de la palabra sino en el sentido
sociológico del vocablo. Esta distinción es importante señalarla, porque si no
es así no se comprende nada a ese tenor: una persona puede ser fisiológicamente
potente pero, por pene pequeño, por cualquier otra insuficiencia sociológica,
existe una minusvaloración de los atributos masculinos, muy importante en una
cultura machista y fálica como la nuestra.
Esto lleva al sujeto, a la inhibición, a la necesidad de ocultación, a la
pérdida de espontaneidad, a tremendas racionalizaciones puritanas sobre
el pudor. A mi todo esto me parece muy decisivo en Franco, su complejo de
castración y la angustia de castración, y la necesidad de compensarla
permanentemente. Cualquier cosa podía herirle y su memoria para los agravios,
que cualquiera seguro de sí consideraría minúsculos, ha sido proverbial. Si se
acepta esta clave, se comprenden muchos de los comportamientos de Franco. Y no
estoy haciendo psicologuismo político. Simplemente hablo de la conducta de un
sujeto, al margen de que haya sido nuestro gobernante. Solamente un inseguro
radical puede ser una persona tan carente de piedad como lo fue él. Y otra característica:
la necesidad de marcar la distancia, de impedir todo acercamiento en la
comunicación interpersonal, el sacrificio de toda comunicación para el logro
del beneficio que la ocultación le depara. Sólo quien tiene algo que ocultar es
el que bloquea la relación, y es claro que Franco no ha tenido intimidad con
nadie, no ya como gobernante, sino incluso de joven, en la Academia, como
últimamente hemos sabido a través de un coronel de la República, el coronel
Guarner. Hitler, Napoleón, pactaron con el demonio del poder de un modo
frenético, crearon toda suerte de representaciones para el cultivo de la
máscara, pero aún así tuvieron sus confidentes, sus amigos, personas de su
intimidad, aunque de ellos se derivara luego algún tipo de riesgo a través de indiscreciones.”
Doctor Carlos Castilla del Pino.
“Ni alcohol, ni misas, ni mujeres.” Francisco Franco.
“Después de que se celebraran juicios
en masa, Franco pasaba las hojas de carpetas llenas de sentencias de muerte, a
menudo mientras hacía otra cosa, y las firmaba. El nivel de represión-quizá
hasta casi un millón de prisioneros en campos de trabajo y cárceles y 200.000
ejecuciones- sirvió de lección durante décadas. Franco presidió con frialdad
todo el proceso. Al igual que Hitler, tenía colaboradores dispuestos a
encargarse de la tarea de la represión y, también como él, fue capaz de
distanciarse del proceso. Sin embargo, puesto que él era la autoridad suprema
dentro del sistema de la Justicia militar, no hay duda de en quién residía la
máxima responsabilidad. Además, en sus discursos no ocultaba su creencia
en la necesidad de sacrificios de sangre.” Paul Preston.
Y Salvador Dalí lo canonizó: “He llegado a la
conclusión de que es un santo. Es decir, un místico dentro de la tradición de
los grandes místicos españoles.” Dalí era profeta, tan solo es cuestión de
tiempo.
“Ojala fuera mía la ultima sangre española que se vertiera en
discordias civiles". "Los nacionales echaran a España al
abismo".
"Es inútil contar con los generales en activo. Son unos "gallinas"; y Franco el "gallina" mayor".
"Nosotros queremos una España alegre y faldicorta".
José Antonio Primo de Rivera.
"Es inútil contar con los generales en activo. Son unos "gallinas"; y Franco el "gallina" mayor".
"Nosotros queremos una España alegre y faldicorta".
José Antonio Primo de Rivera.
"La magia de Franco reside en el contraste entre la destreza y las
cualidades requeridas para alcanzar tal éxito, y su sorprendente mediocridad
intelectual y su timidez personal, que llevo a muchos de los que le conocieron
a comentar cuan distinta resultaba su imagen de la del dictador que en
realidad era." (Paul Preston, Las tres Españas del 36)
"Nuestra Cruzada es la única lucha en que los ricos que fueron a la
guerra salieron más ricos" (Francisco Franco, discurso en Lugo,
21 de agosto de 1942)
"por muchos ropajes que aquella sublevación adoptase no dejaría de ser otra cosa que la alianza tradicional entre curas y militares que luego acabarían creando un Estado al que llamarían Reino, que se empeñó siempre en tenerse por un "Estado de Derecho", cristiano y tradicional, no siendo más que una dictadura que negó siempre todos los derechos fundamentales". (Manuel Azaña)
"No es
aceptable una política cuyo propósito sea el exterminio del adversario,
exterminio ilícito y además imposible, y que si el odio y el miedo han tomado
tanta parte en la incubación de este desastre, habría que disipar el miedo y
habría que sobresanar el odio, porque por mucho que se maten los españoles unos
a otros, todavía quedarían bastantes que tendrían necesidad de resignarse -si
este es el vocablo- a seguir viviendo juntos, si ha de continuar viviendo la
nación.
Y entonces,
cuando los españoles puedan emplear en cosa mejor ese extraordinario caudal de
energías que estaba como amortiguado y que se ha desparramado con motivo de la
guerra; cuando puedan emplear en esa obra sus energías juveniles que por lo
visto son inextinguibles, con la gloria duradera de la paz sustituirán la
gloria siniestra y dolorosa de la guerra. Y entonces se comprobara una vez mas
lo que nunca debió ser desconocido por los que lo desconocieron: que todos
somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo arroyo". Manuel Azaña
en su discurso del 18 de julio de 1938.
"No hay grandeza donde no hay verdad" (Gotthold E.
Lessing)
"El Caudillo es como la reencarnación de la Patria y tiene el poder
recibido de Dios para gobernarnos…." Catecismo Patriótico español de
1939
“Los españoles no creen en las palabras rendición y prisioneros,
sino sólo en la victoria y la muerte". Francisco Franco
"La sociedad española vivió bajo el estado de guerra formalmente
declarado por la Junta de Defensa Nacional el 28 de julio de 1936 hasta bien
avanzado el año 1948", escribe Santos Juliá en su aportación al libro
“Franquismo. El juicio de la historia”, y siguió valiendo la consigna de
"El Director" del golpe de Estado contra la República, que se formuló
en la Instrucción reservada número 1: "La acción ha de ser en extremo
violenta, para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien
organizado". Y violentos fueron. El régimen, entonces, "desplegó
un grado de inhumanidad poco habitual. En vez de intentar la reconciliación,
eligió emprender una feroz represión que excedió en brutalidad cualquier cosa
hecha por el fascismo de preguerra..." (El libro está escrito por
varios autores: Edward Malefakis, Fusí, García Delgado, Juliá y Payne)
El general Franco. Un dictador en un tiempo de infamia (Crítica), del
periodista gallego Carlos Fernández Santander, apareció hace 20 años, y fue de
las primeras aproximaciones rigurosas al dictador, y ahora sale reescrita y
actualizada. Uno de sus apéndices muestra sin ambages la falta de vergüenza
ajena de sus aduladores: "De estatura baja, de piernas cortas, de voz
atiplada, de manos sudorosas, de mirada inquieta, de calva prematura, de bigote
pequeño y recortado. (Al principio imitando a Hittler con su ridículo
bigotito y más tarde, cuando finalizó la guerra, taimadamente se lo alargó) Así
era Franco visto de cerca. Para sus turiferarios, sin embargo, era 'alto y
hercúleo', de 'complexión robusta', de 'voz de hierro', de 'rostro broncíneo',
de 'mirada firme' y de 'pulso seguro".
Escribe Manuel Vázquez Montalbán: Pero quizá nadie como Pemán y
Ernesto Jiménez Caballero para poner las cosas en su sitio. Empecemos por
Jiménez Caballero, el partidario de casar a Pilar Primo de Rivera con Hitler y
de masculinizar la Falange hasta el punto de llamarla Falanjo: "Nosotros
hemos visto caer lágrimas de Franco sobre el cuerpo de esta madre, de esta
mujer, de esta hija suya que es España, mientras en las manos le corría la
sangre y el dolor del sacro cuerpo en estertores. ¿Quién se ha metido en las
entrañas de España como Franco, hasta el punto de no saber ya si Franco es
España o España es Franco? ¡Oh, Franco, caudillo nuestro, padre de España!
¡Adelante! ¡Atrás, canallas y sabandijas del mundo!".
En cuanto a Pemán, a él se debe uno de los botafumeiros más
impresionantes que perfumaron de incienso la efigie del Caudillo y avalaron
aquel ¡Franco, Franco, Franco! con que las notas de prensa resumían la
aclamación popular, en recuerdo de la eufonía del Sanctus, sanctus, sanctus:
"Sabe marchar bajo palio con ese paso natural y exacto que parece que va
sometiéndose por España y disculpándose por él. Se le transparenta en el gesto
paternal la clara conciencia de lo que tiene de ancha totalidad nacional la
obra que él resume y preside. Parece que lleva consigo a todas las ceremonias y
liturgias protocolarias el honor de los caídos. Parece que lleva, sobre su
pecho, la laureada como ofreciéndosela, un poco, a todos. Éste era el caudillo
que necesitaba esta hora de España, difícil, delicada y de frágil tratamiento,
como toda contienda civil. Todo, la guerra o la integración, el avance
cotidiano o el cotidiano gobierno, había que manipularlo con mano firme y
suave. Se necesitaba un hombre cuya imparcialidad fuera absoluta, cuya energía
fuese serena, cuya paciencia fuese total. Había que tener un pulso exacto para
combatir sin odio y atraer sin remordimiento. Había que escuchar a todos y no
transigir con nadie. Había que llevar hacia allí, en dosis exactas, el perdón,
el castigo y la catequesis; como hacia aquí, en exactas paridades, la camisa
azul, la boina roja y la estrella de capitán general. Conquistó la zona roja
como si la acariciara: ahorrando vidas, limitando bombardeos. No se dejó
arrebatar nunca porque estaba seguro de España y de sí mismo. Éste es Francisco
Franco, Caudillo de España. Concedámosle, españoles, el ancho y silencioso
crédito que se tiene ganado. En Viñuelas hay un hombre que sabe dónde va. Que
lo supo siempre. Y que, gracias a su paso inalterable sobre toda impaciencia,
nos devolvió a España a su tiempo y nos rescató intactas muchas cosas que
estuvieron en gran peligro. Lo que hizo en la guerra, lo hará en la paz".
“El cardenal Plà y Daniel aprovechó el sermón de bodas dirigido a Carmen
Franco y el marqués de Villaverde para equiparar la pareja de la Virgen María y
san José con la de Franco y doña Carmen, y entre las metáforas la lista da que
pensar sobre la poesía como laboratorio del lenguaje: "... desde 'padre
adoptivo de la provincia' hasta 'la figura más importante del siglo XX',
pasando por 'espiga de la paz', 'vencedor del dragón de siete colas',
'el cirujano necesario', 'el gran arquitecto', 'el redentor de
los presos', 'guerrero elegido por la gracia de Dios', 'vencedor
de la muerte', '... el que sube las cuestas que es un contento', 'clínicamente:
genial', 'enviado de Dios', 'padre que ama y vigila', 'voz de hierro',
'centinela de Occidente', cientos, miles de imágenes de esplendor y
gloria".
“Enriquecido por la aportación política de su cuñado Serrano, Franco a
medida que crecía bajo el palio buscaba colaboradores aduladores, militantes en
aquella cruzada de la adulación a la que se refirió su propio cuñado.
Pacón, el teniente general Francisco Franco Salgado Araujo, en sus memorias
póstumas, se hace cruces sobre la insensibilidad de su primo para darse cuenta
de tanto pelotilleo”
Franco recibe a la Junta Técnica de Acción Católica y dice: "Es
nuestra tarea, ahora, recristianizar nuestra nación".
Decreto número 374
En el primer aniversario de mi Exaltación a la Jefatura del nuevo Estado
Español y al Mando Supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; y como signo
leal y firme a la amistad de los pueblos que, en la hora trágica y gloriosa de
nuestra Cruzada contra la barbarie, nos honraron con su reconocimiento sincero
y amistad generosa,
Vengo en disponer:
Artículo único. Se concede el título de Gran Caballero y el Collar de la
Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas a S. M. I. y R. Víctor Manuel III, Rey
de Italia, Emperador de Etiopía.
Dado en Burgos a primero de octubre de mil novecientos treinta y siete.
Segundo Año Triunfal.
Decreto número 375
En el primer aniversario de mi Exaltación a la Jefatura del nuevo Estado
Español y al Mando Supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; y como signo
leal y firme a la amistad de los pueblos que, en esta hora trágica y gloriosa
de nuestra Cruzada contra la barbarie, nos honraron con su reconocimiento
sincero y amistad generosa
Vengo en disponer:
Artículo único. Se concede el título de Gran Caballero y el Collar de la
Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas al Duce de Italia y fundador de su
Imperio Benito Mussolini.
Dado en Burgos a primero de octubre de mil novecientos treinta y siete.
Segundo Año Triunfal.
Decreto número 376
En el primer aniversario de mi Exaltación a la Jefatura del nuevo Estado
Español y al Mando Supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; y como signo
leal y firme a la amistad de los pueblos que, en esta hora trágica y gloriosa
de nuestra Cruzada contra la barbarie, nos honraron con su reconocimiento
sincero y amistad generosa,
Vengo en disponer:
Artículo único.
Se concede el título de Gran
Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas al Fuhrer
Canciller de la Nación alemana Adolfo Hitler.
Dado en Burgos a primero de octubre de mil novecientos treinta y siete.
Segundo Año Triunfal.
FRANCISCO FRANCO
Decía El País: La coherencia de un dictador. Así podrían definirse los discursos del general Franco durante sus cuarenta años de poder. Pero su coherencia no está en el hecho de que Franco mantuviera siempre la misma posición, ni siquiera en una lógica evolución de sus posiciones a través de los años. La coherencia se debe, únicamente, a la arbitrariedad de las afirmaciones. De cualquier cosa que hablase, cualesquiera que fuesen los temas abordados, y lo fueron prácticamente todos, las opiniones esgrimidas y las soluciones propuestas se contradicen; a veces, con pocos años de diferencia. Así, por ejemplo, con las riquezas auríferas, que en 1.939 presentan “un porvenir lleno de agradables presagios” y, años después, es “un pueril equívoco” creer que España sea nación rica en productos naturales. Así, también, para el caso de la República; en 1.936, “España es republicana y seguirá siéndolo”, pero en 1.937 es un régimen “impracticable”. ¿Arbitrariedad? Tal vez. En realidad, improvisación no política, sino sólo funcional, a la contingencia del momento. Y así, durante cuarenta años.
Franco, dijo:
“Para la gran obra de redención de un pueblo, el fanatismo y la
intransigencia son indispensables cuando se encuentra en posesión de la verdad.
A vuestra fe y a vuestro fanatismo correspondo con el mío. Creo en España
porque creo en la Falange, expresión política de nuestro renacer.” Discurso
ante los camisas viejas en diciembre de 1.942.
“El Estado español no es un Estado liberal y no es un Estado liberal porque
no deja en libertad a los poderosos para explotar a los débiles.” A una
representación de labradores el 19 de octubre de 1.946.
“Ahora se habla de democracia. Nosotros los españoles ya la hemos conocido.
Y nos dio resultado. Cuando otros van hacia la democracia, nosotros ya estamos
de vuelta. Estamos dispuestos a sentarnos en la mesa y esperar a que los otros
regresen también.” Declaraciones a El Universal Gráfico de México en octubre
de 1.947.
“El extranjero viene siendo para nuestros trabajadores industriales una escuela
de formación profesional. La mayor parte de los que allí llegan como peones
vuelven en su mayoría, al cabo de tres años, como especialistas, y en el peor
de los casos adiestrados; reciben a la vez una lección constante de mejor
disciplina en el trabajo y una muestra de cómo el salario del mundo hay que
ganarlo minuto a minuto (...)Esta emigración, justificada en los hombres, no
tiene razón de ser en las mujeres, ya que en nuestra ciudades se les ofrecen
hoy puestos de servicio bien remunerados que les evitarían los peligros de esa
aventura en país desconocido.” Mensaje de fin de año, 1.964
“La aviación nacionalista nunca ha bombardeado ciudades abiertas de
retaguardia. Todos los bombardeos se han hecho sobre objetivos militares, y
cuando se mencionan ciudades abiertas, se echa en olvido que tan sólo se
persiguen los objetivos militares, o las líneas de fortificación del enemigo,
próximas a algunas de esas ciudades (...) Los rojos destruyeron a Guernica
premeditadamente y con fines de propaganda. Un ejército como el nuestro,
que conquista ciudades como Bilbao, sin disparar sobre ellas un solo cañonazo,
es lo bastante para poner coto a la difamación.” Declaraciones a la United
Press, julio 1.937.
“La vida del hombre desde las cavernas hasta nuestros días, es una
constante y progresiva marcha enla limitación de su libertad. Y es que una
máquina, cuanto más perfecta, menos huelgas admite.” Concentración de
productores. Madrid 18 de julio de 1.943.
“España es un país privilegiado que puede bastarse a sí mismo. Tenemos todo
lo que nos hace falta para vivir, y nuestra producción es lo suficientemente
abundante para asegurar nuestra propia subsistencia. No tenemos
necesidad de importar nada, y es así como nuestro nivel de vida es
idéntico al que había antes de la guerra “Declaraciones a Henri Massis,
Candide, 18 de agosto de 1.938
“En este orden tengo la satisfacción de anunciaros que España posee en sus
yacimientos oro en cantidades enormes, muy superiores a aquella de que los
rojos, en combinación con el extranjero, nos despojaron, lo que nos presenta un
porvenir lleno de agradables presagios. Nuestro suelo ofrece pizarras
bituminosas y lignitos en cantidad fabulosa, aptos para la destilación, que
puede asegurar nuestro consumo.” Discurso del 31 de diciembre de 1.939
“En este empeño necesitamos borrar de la conciencia de los españoles aquel
pueril equívoco de que España es una nación rica en productos naturales.” II
Congreso Nacional de Trabajadores 11 de marzo de 1.951
los cuatro generales
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La canción republicana "los cuatro generales" es de sobra de todos conocida, con música adaptada por Federico García Lorca de la popular copla del siglo XIX "los Cuatro Muleros"; pero los cuatro generales no hace referencia al felón y traidor Franco, sino a los José Mola Vidal (el director); José Sanjurjo, el futuro dictador; el loro de Sevilla, Queipo de LLano y el abuelo José Cabanellas, que fueron los artífices del levantamiento contra La República. Franco, en principio se manifestó "como leal" sui generis a la República, y 48 horas después de iniciadas las hostilidades y la guerra del ejército desleal contra la República, el comandantín Franco se sumó a caballo ganador. Historia de un desleal, felón y traidor.
Durante la larga y
cruel dictadura Franco se vanaglorió de sólo ser responsable ante dios y la
Historia. Los que no creemos en dios pensamos que la historia ya le está
pasando factura. A pesar de que sus turiferarios y palmeros le veían 'alto y
hercúleo', de 'complexión robusta', de 'voz de hierro', de 'rostro broncíneo',
de 'mirada firme' y de 'pulso seguro" la realidad era muy distinta:
a Franco le faltaba un testículo, padecía una atroz fimosis, tenía una voz
afeminada, amanerado en sus posturas, bajito y rechoncho lo que le convertía en
una lamentable caricatura cuando lo montaban en un brioso corcel en las
esculturas. Han asegurado en la televisión que era homosexual algo que por otro
lado atestiguó hace algunos años un superviviente que estuvo con él en
África. Tanto es así que siempre se ha rumoreado que Carmencita no era su hija:
unos afirman que era adoptada y otros que fue un gol que le metió la señora de
Meirás.
José María Zavala reúne "una serie de sucesos, cuando menos
extraños’’, según los cuales Carmen, la hija única de Franco y de Carmen Polo,
sería hija de Ramón Franco”
“El dictador
podría no ser el padre biológico de su hija Carmen, quien habría sido
engendrada por su hermano Ramón Franco en una relación con una prostituta,
según una biografía de éste En Franco el republicano. La vida secreta de Ramón
Franco: el hermano maldito del Caudillo, el escritor y periodista”
El problema es que el Francuzín, nunca tuvo el valor de salir del Armario.
Prefirió desposar a una burguesa frígida, y concebir una cría con verdadero asco y sobrehumano esfuerzo, y aniquilar judicialmente a los demás homos,
...antes que asumir y aceptar su propia Condición.
Es triste
Prefirió desposar a una burguesa frígida, y concebir una cría con verdadero asco y sobrehumano esfuerzo, y aniquilar judicialmente a los demás homos,
...antes que asumir y aceptar su propia Condición.
Es triste
María del
Carmen Ramona Felipa de la Cruz Franco Polo, duquesa de Franco y viuda del
Marqués de Villaverde, pasó a limpio, escribiéndolo a máquina, el testamento de
su padre. En abril del 78 intentó llevarse a Suiza 31 monedas de oro pero la
trincaron. Fue condonada por un tribunal que consideró “falta de
intencionalidad” al alegar que pretendía adornar un reloj. Casó a su hija con
el primo del rey con la pretensión de que llegase a reinar y al que le
puso los cuernos con un anticuario francés. Menos mal que Franco lo dejo todo
“atado y bien atado”. No es necesario seguir hablando del resto de la familia
que ya todos conocemos.
Dice Manuel Vázquez
Montalbán que “De pequeño le llamaban Paquito. (...)Paquito, para los
niños de su edad, para su familia, diminutivo con el que nunca se sentiría a
gusto, sobre todo porque a su primo Francisco Franco Salgado Araujo, más alto,
le llamaban Pacón, a pesar de que era huérfano y tenía en la familia Franco
Bahamonde el trato de ahijado del padre, don Nicolás. “
“Pasó una infancia poco
feliz. El padre abandona el hogar y es su madre quien se encarga de su
educación. Fue un niño de aspecto meticuloso, obstinado, astuto y prudente. Su
voz, aflautada, y su apariencia física le valieron el diminutivo de Paquito,
con el que se le conoció durante muchos años”.
Su hermano, Ramón
Franco, le dijo: “Si desciendes de tu tronito de general y te das un paseo
por el Estado llano de capitanes y tenientes, verás que pocos piensan como tú y
cuán cerca estamos de la República", y tras este toque lo deja para el
arrastre: "Como estoy profundamente convencido de que los males de España
no se curan con la monarquía, por eso soy republicano, ¿está bien claro? Creo
sería una gran desdicha para España que perdurase la monarquía. Hoy se es más
patriota siendo republicano que siendo monárquico, pero claro es, esto es
incomprensible cuando la vida que se ha creado uno le lleva a tratarse con las
clases aristocráticas y más acomodadas del país, como te pasa a ti".
“Todavía es tiempo de que rectifiques tu conducta y no pierdas el tuyo en vanos
consejos de burgués. Tu figura, al lado de la República, se agigantaría; al
lado de la monarquía, pierdes los laureles tan bien ganados en Marruecos. Si te
gusta una postura más cómoda, más de cuco, siéntete constitucionalista como han
hecho muchos políticos viejos y conviértete en censor de la pureza de las
nuevas elecciones, y no olvides que se puede ser amigo de la persona del rey
—aunque el monarca no lo sea tuyo— y ser un buen republicano. A la República no
debe irse por odios, solamente por ideales, y cuanto más amigo se fuere del rey
y más favores se hayan alcanzado de él, más mérito tiene ser republicano".
Sus
grandes pasiones fueron: la guerra, la caza y la pesca. ¿Eran estas y el firmar
sentencias de muerte tomando una tacita de chocolate calentito las
únicas motivaciones para la secreción de sus glándulas endocrinas?
En Austria
es un delito que se paga con la cárcel (hasta 20 años) el hecho de negar el
Holocausto. Hace unos días fue detenido un historiador británico llamado
David Irving por esta razón.
En los
últimos meses estamos asistiendo en nuestro país al lamentable espectáculo de
gente que intenta manipular la historia hasta el extremo de hacernos creer que
la guerra la iniciaron los rojos, que Franco no era fascista y la Iglesia
católica la única verdadera. Algunos presuntos intelectuales pretenden el
regreso del régimen totalitario y genocida del general rebelde Francisco Franco
Caudillo de España por la gracia de dios. Entre ellos se encuentran un tal Pío
Moa y César Vidal que además de sus escritos trabajan junto con el inefable
Federico Jiménez Losantos en la cadena COPE, regentada por los obispos
españoles. No lo conseguirán.
La Iglesia
Católica, la más grande Organización Criminal de la Historia, “acogió
amorosamente en su seno” a Franco, uno de los mayores asesinos de este siglo,
hasta el extremo de tenerlo “secuestrado” en su faraónico mausoleo dentro de un
lujoso ataúd situado encima de miles de cadáveres
sin identificar en un Valle llamado de los Caídos (por Dios y por España)
presidido por una gigantesca cruz de 150 metros de altura y 25 de cada brazo
como símbolo inequívoco de su propiedad. De los tres dirigentes fascistas
(Hitler, Mussolini y Franco) solamente Franco sigue recibiendo la visita de sus
seguidores, con manifestaciones, cánticos y negando continuamente las
atrocidades que el sátrapa dictador cometió. Ha llegado el momento de “hacer
justicia” llevando el cadáver a otras instalaciones familiares pero estos no
quieren hacerse cargo. La Iglesia tampoco y todo el mundo hace elucubraciones
del futuro de esta vergonzosa aberración arquitectónica.
Hace algunos
años los americanos siempre tan pragmáticos filmaron una película en el Valle y
nos dieron la mejor solución.
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