La contradicción de órdenes a los bomberos el día de la DANA retrata más a Mazón y Catalá por sus mentiras
Mientras la Generalitat los movilizó al barranco de Poyo durante la mañana, el Ayuntamiento los obvió por la noche
ElPlural
Rubén Rozas
1-12-24
La gestión del Gobierno de Carlos Mazón respecto de la DANA ha dejado mucho que desear. Hay varios puntos en los que ese caos que se denuncia tanto a nivel político como social a la hora de actuar contra la tragedia ha quedado patente; noticias que se contradicen entre sí y administraciones que, directamente, chocaron frontalmente a la hora de dar órdenes.
Una de esas contracciones es clara en cuanto a los cuerpos de bomberos y las consiguientes explicaciones que ha esgrimido el dirigente del PP en la región para, en última instancia, echar balones fuera. En este sentido, si bien los ‘populares’ enviaron varias unidades el mismo día de la tragedia, el Ayuntamiento no requirió de los servicios de estos profesionales esa noche.
Un mes después del temporal que ha marcado un antes y un después en la comunidad mediterránea y, en realidad, en todo el Estado, aún quedan muchas dudas por responder. De hecho, lejos de despejarse las incógnitas, cada resultado deja más preguntas, aunque todas ellas conducen a una misma conclusión: la incompetencia fue absoluta.
El principal argumento del Ejecutivo de Carlos Mazón para defenderse de las acusaciones pasa por hablar de una falta de información que, en la práctica, no fue tal. Para hablar de esa ausencia de datos pone el foco en el barranco de Poyo; un enclave sobre el que, a juicio del equipo de gobierno, no fueron suficiente los correos electrónicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ni la decena de llamadas telefónicas de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) a Protección Civil de Emergencias el mismo día 29 alertando de lo que se venía.
Sobre el papel parece que en un primer momento el Ejecutivo autonómico no supo ver lo que se venía, a pesar de que ya se estaba teniendo lugar y aunque el propio coordinador del operativo de Emergencias enviara cuatro unidades de bomberos forestales a controlar las escalas: los caudales del barranco del Poyo y del río Magro en Chiva, Alzira Requena y Utiel. De hecho, la primera orden se emitió a las 12:56 horas.
Mientras tanto, Valencia suspendió servicios la misma noche
El Consistorio de Valencia, por su parte, suspendió servicios de dotaciones de bomberos el día de la DANA, impidiendo su intervención a pesar de que ésta es habitual en muchas otras tragedias, incluso internacionales.
Estas líneas hacen alusión a los alrededor de 150 bomberos de las diferentes categorías que componen el cuerpo; o lo que es lo mismo, más de la mitad del personal operativo de Bomberos Valencia que interviene en primera línea en todos los servicios que se prestan en la ciudad.
En la misma semana, el Sindicato Profesional de Policía Local y Bomberos (SPPLB), lamentaron la forma de actuar por parte de las autoridades municipales el día 29 y los días siguientes. Los trabajadores recuerdan que las competencias para su movilización corresponden al Ayuntamiento y que, en su defecto y ante la inoperancia de éste, al Servicio de Emergencias de la Generalitat.
Lo que lamentan los profesionales es que no se llamara al personal fuera de guardia para reforzar en aquel momento, cuando la dimensión de la tragedia superaba todas las expectativas y dejaba innumerables daños a todos los niveles. Lo mismo pasa con el Grupo Especialista de Buceo o la Unidad Canina; a pesar de que éstos sí que han intervenido en lugares como Siria o Turquía.
Pese a las trabas, ellos volvieron a responder, y muchos de ellos se desplazaron de forma voluntaria y por iniciativa propia utilizando una lancha neumática y llevando a cao un gran número de rescates.
En números concretos, desde la comandancia se requirieron únicamente a efectivos de la tercera sección ese día pasadas las 23:00 horas, pero poco después de la medianoche la petición quedó sin efecto. En la misma línea, la Unidad Canina y el Grupo de Buceo no se activaron de manera oficial en la ciudad hasta 96 horas después del comienzo de la emergencia, según las voces que critican ese escenario.
A más a más, los bomberos de la ciudad de María José Catalá que estaban de guardia permanecieron en los parques en vez de ser enviados a las zonas afectadas a excepción de efectivos del parque central, Campanar y la zona norte. Estos dos últimos en menor medida. Un cúmulo de errores que, dicen los daminificados que se reunían esta semana, pusieron en (más) peligro a la ciudadanía, pero también han minado la confianza en la jefatura de los propios trabajadores.
Después de la denuncia, el equipo de gobierno de PP y Vox aseguraban que se habían movilizado un centenar de efectivos cada día desde que empezó la DANA, un dato que desmienten los sindicatos asegurando que muchas de estas personas acudieron a ayudar de forma voluntaria.
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