Luego de convencerlas, las viølaba a la fuerza, según cuentan en el vídeo. Es profundamente indignante y repulsivo ver cómo, cada vez con más frecuencia, surgen escándalos en el mundo cristiano. Pastores que deberían ser guías espirituales, modelos de integridad, se revelan como depredadores oportunistas, abusando de la confianza de sus seguidores para satisfacer sus más primitivos instintos. No hay excusa que valga, ni justificación teológica que pueda lavar el daño causado por estas personas sin escrúpulos, cuyo único evangelio es el de la manipulación y el abuso.
Y todo el que intente justificarlos diciendo que "estaban poseídos por el demonio", también se revela como apañador/cómplice de un crimen. Se olvida de que la justicia terrenal, a diferencia de la "justicia divina", no se basa en supersticiones sobrenaturales, sino en la objetividad, las condicionantes, la evidencia científica y sobre todo, la evaluación psiquiátrica del procesado para saber hasta qué punto es consciente de sus actos. Eso de "posesión demoníaca" no es más que la excusa de los cínicos para esconder la basura bajo la alfombra de la "pulcritud moral". Ningún crimen se limpia con el supuesto perdón de Dios o actos de exorcismo. ¿Qué es más importante? ¿La reputación de una fe religiosa, o la salud física y mental de las víctimas?
A que no verás nunca un ateo "poseído por demonios". ¿Por qué? Porque sencillamente no cree en esas tonterías. Sabe muy bien que si hace algo mal y tiene consecuencias, la responsabilidad recae sobre su persona real, no sobre un espíritu maligno invisible que lo ha "tentado".
En el vídeo que vi de los testimonios, no hacen mención al país, pero por el acento, deduzco que República Dominicana.
¿Qué está pasando? ¿Por qué esta crisis de moralidad en una fe que, en teoría, predica el amor y la santidad? Quizás se debe a que hay muchas personas demasiado confiadas, que se dejan envolver sin poner límites, sin atreverse a cuestionar al líder de fe, y es ahí cuando el abusador se siente impune. Las iglesias deben purgarse urgentemente de estos lobos vestidos de ovejas, porque cada abuso encubierto, cada víctima silenciada, no sólo destruye vidas, sino que profana el nombre de aquel a quien dicen servir: Cristo, una figura religiosa que, de haber existido, no creo que habría tolerado tales vilezas en su nombre.
Ángel Miguel Lago Torres.
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