Las prostitutas en la política
española
Al hombre sólo se le manipula con
dos cosas, el sexo y el dinero. Y el dinero es para el sexo...
ElPlural
Jue, 16 Nov
2017
Lo
disparatado de la corrupción ha llegado a tal punto, que esta semana las
grabaciones efectuadas por la Guardia Civil a Ignacio González y Luis
Vicente Moro nos pone en bandeja un teman nada nuevo y que según
parece estos dos políticos conocen bien, la prostitución en la historia.
Y es que
este viejo oficio no solo tiene siglos de historia si no también implicaciones
sorprendentes con la política, porque como dijo alguien una vez, al hombre
solo se le manipula con dos cosas, el sexo y el dinero. Y el dinero es para
el sexo...
Por eso no
es de extrañar que alcanzado alguna cota de poder el primer objetivo que
tengan los poderosos sea el sexo, el cual, por falta de otros méritos es
logrado con dinero. Algo que lógicamente convierte a las prostitutas en
parte clave de la corrupción política.
Tanto es
así, que existe un término, la pornocracia, con el que se designa a un
gobierno dirigido bajo las sombras por la notabilísima influencia de las
prostitutas, alcanzando gobiernos tan aparentemente opuestos a la prostitución
como el Vaticano, con ejemplos como Teodora, amante del papa Sergio III
y gran influente en la política.
La pornocracia
es un modelo de política corrupta en el que prima la influencia de las
prostitutas de los dirigentes
No
hablaremos por tanto de la historia genérica de la prostitución si no de la
prostitución de alto copete, la que tiene que ver con dirigentes y mandatarios.
Un tema del que tenemos derecho a saber ya que al fin y al cabo lo que hemos
pagado entre todos.
Ya en el
siglo XV en Castilla salió a relucir las visitas del rey Enrique IV a
los prostíbulos de Segovia y la cuestión no fue baladí, pues ocurrió en un
momento crucial de su reinado, al afirmar sus enemigos que era impotente y que
la princesa heredera, doña Juana, era fruto de la infidelidad de la reina con
el primer ministro Beltrán de la Cueva.
Con medio
reino llamando Beltraneja a la princesa y el otro medio desesperado por
no haberse inventado aún la prueba del ADN. Los partidarios del rey
argumentaron en su defensa que el rey no era impotente y para ello plantearon escuchar
el testimonio de las prostitutas segovianas ya que nadie mejor que ellas
conocían al rey en la cama.
Enrique IV,
apodado el Impotente, fue uno de los muchos reyes españoles cuyos devaneos con
la prostitución es harto conocido
Otro rey
proclive a los burdeles fue Felipe IV cuyas andanzas ya fueron
denunciadas por su antiguo profesor Galcerán Albanell quien se quejaba
de las malas compañías que suponía para el joven rey el conde duque de
Olivares, el cual respondía a esas acusaciones afirmando que la misión de un
preceptor del rey era mostrarle todos los estratos de la sociedad, es decir que
no es que se fueran de putas si no que estaban conociendo mundo.
El conde de
Monterrey, cuñado de
Olivares, también se vio salpicado por el asunto cuando se decía que la hermana
del confesor que trabajaba en su casa conocía una pócima mágica con la que
Olivares manipulaba al rey. Cuando la Inquisición tomó cartas en el asunto
descubrió que aquella muchacha llamada María Álvarez, no solo no tenía
ni idea de magia, sino que además pese a vivir con el capellán bajo el amparo
de ser su hermana, nunca lo había sido y que por lo tanto más valiera pensar
que también ella se dedicaba al meretricio.
En episodios
claves de la historia de España nos encontramos también el protagonismo de las
prostitutas quienes con su influjo en grandes personajes terminaron
favoreciendo episodios tales como la independencia de las colonias. El mejor
ejemplo es el de la mexicana María Ignacia Rodríguez cuyo oficio le
permitía tener acceso ya no solo a la alcoba de los grandes dignatarios si no
también oportunidad de leer documentos y convertirse en una verdadera
espía.
María
Ignacia Rodríguez quizá junto con la Bella Otero una de las prostitutas más
influyentes en la política española
De esta
manera la Güera Rodríguez como era también era conocida María Ignacia,
logro enterarse de que cómo el rey Fernando VII alertaba al Virrey
Apodaca de la difícil situación que atravesaba el virreinato y que por
tanto sería clave la aparición de un hombre que desde el mundo militar pudiese
encauzar los ánimos evitando así la independencia. Fue entonces cuando María
Ignacia convenció a uno de sus amantes Agustín de Itubide para todo
lo contrario cambiar de bando y consumar la independencia.
En vista de la fusión que a lo largo de la historia ha habido entre la prostitución y los políticos corruptos, uno podría pensar que técnicamente muchas de las medidas políticas creadas por los corruptos son también medidas hijas de puta.
En vista de la fusión que a lo largo de la historia ha habido entre la prostitución y los políticos corruptos, uno podría pensar que técnicamente muchas de las medidas políticas creadas por los corruptos son también medidas hijas de puta.
Miguel
Zorita es cronista y licenciado en Bellas Artes y autor entre otras
obras de Cervantes Madrid y el Quijote (Ed. La Librería).