Buscar este blog

lunes, 2 de junio de 2025

 



Antonio Flores


LOS NEGOCIOS DE LA FAMILIA PONS ESTÁN POR ENCIMA DE CUALQUEIR DICTADURA

La Bolivia de Evo Morales y la Venezuela de Nicolás Maduro no fueron impedimento para que el hijo del eurodiputado y miembro del comité de dirección de los peones negros de Feijóo se lucrase a través de la filial española de la "mayor democracia mundial", la Rusia de Putin.

El mismo González Pons que hoy denuncia a un PSOE "cómplice" de una dictadura en Venezuela, debería revisar quién desde 2019 un puesto en la filial española de Gazpron, GP Exploración y Producción: su hijo Esteban González Guitart, acompañado de los directivos Sergei Tumanov y Andrei Nikonov, dos hombres de la confianza de Putin.

Casualmente, Nikonov fue agente de la embajada rusa durante cinco años antes de pasar a manejar los negocios de Gazpron desde el Kremlin. Putin supervisa directamente la actividad y estructura de la que es la mayor empresa rusa dentro y fuera de sus fronteras. Tumanov está también al frente de Gazprom International Projects B.V., la mercantil que agrupa las operaciones mundiales de la megaempresa de Putin. Gazprom International está domiciliada en los Países Bajos y es la propietaria única de la española GP Exploración y Producción.

LOS VÍNCULOS VENEZOLANOS

Los vínculos venezolanos de la filial española de Gazprom, quedan de manifiesto al revisar la cúpula actual de esta sociedad.

Desde el 11 de enero de este 2023 figura como su apoderada (su representante legal) la sociedad limitada SG Corporate Support, firma dedicada a la consultoría empresarial que pertenece a su vez a la mercantil Seegman Servicios Jurídicos. Ésta es dirigida por el venezolano Leonardo Britto, abogado en ejercicio y con despachos en Madrid y Caracas, además de profesor del IE Lawyer School, campus perteneciente a la universidad privada española del Instituto de Empresa.

FACHOSFERA EN ACCIÓN. ¿DE REÍR O DE LLORAR? INFORME CINTORA

 


 



"Tu Dios es judío,

Tu música es negra,

Tu auto es japonés,

Tu pizza es italiana,

Tu gas es argelino,

Tu café es brasileño,

Tu democracia es griega,

Tus números son árabes

Tus letras son latinas

Yo soy tu vecino. ¿Y tú me llamas extranjero?"

Eduardo Galeano

El cazador de Historias

 

El confidente del capitán Bonilla, fichado por Ayuso, era socio de Alejandro Agag, yerno de Aznar

Continúan descubriéndose nuevas conexiones del exjefe de fuentes de la UCO

ElPlural

R.B.

1-6-25



El gerente de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), Juan Vicente Bonilla, fichado por Ayuso para este cargo y señalado por otros agentes de la Guardia Civil por haber estado al frente de la 'UCO patriótica', tenía un confidente cuyo hermano era socio directo de Alejandro Agag, yerno del expresidente del Gobierno José María Aznar.

Así lo ha informado Diario Red en sus páginas. Durante cinco años, el agente de la UCO contratado por Ayuso y José Luis Caramés Taboada, narcotraficante participante en las tramas de hidrocarburos, mantuvieron conversaciones muy sensibles en las que el ahora gerente del SERMAS accedía a las peticiones de información de su confidente, incluso cuando se trataba de contenido solamente extraíble de bases de datos privadas. El hermano del confidente de la UCO, siempre según el citado medio, fue socio de Alejandro Agag, yerno del expresidente Aznar. 

Enrique Caramés Taboada y Alejandro Agag Longo estarían vinculados, según datos del Registro Mercantil sobre los que arrojó luz en primera instancia el citado medio, por tres sociedades: Campos GP2 Asia SL, Addax GP3 SL y Addax Team Asia SL, bajo las que se realizan las actividades de deporte automovilístico en las que está inmiscuido el marido de la hija de Aznar.

"Te lo agradezco de corazón"

En el meollo de la trama de hidrocarburos no solamente estaban José Luis Caramés y Juan Vicente Bonilla, sino que también estaban involucrados Víctor de Aldama y su socio Claudio Rivas. En toda esta red, la intermediación entre jueces, fiscales y empresarios eran movimientos cruciales para que los planes salieran bien, y el propio José Luis Caramés agradeció "de corazón" al capitán Bonilla su intermediación ante jueces y fiscales. 

Por su interés informativo, ElPlural.com reproduce íntegramente la conversación del capitán Bonilla con el narcotraficante José Luis Caramés. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Creo que el hueso duro es la fiscal. Por si te sirve de algo”. 

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Normalmente los fiscales entienden estos asuntos mejor q los jueces”. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Buenos días. ¿Podrás verlo pronto? Están a punto de resolver una petición de libertad. Mañana deberían contestar. Sino ya se come las navidades allí”. 

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Mañana estamos allí”. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Pues te lo agradezco de corazón”.

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Ya te cuento”.

  • Confidente de la Guardia Civil: “¿No sabes nada aún?”.

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Hola. Hemos visto al de negro. Tomo buena cuenta del tema… No se ha comprometido a más que a valorar la petición. Hoy no podían ir a verlo los investigadores porque estaban dando rueda de prensa”. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Mañana apoyarán mi petición”. 

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Muchísimas gracias de corazón. Mañana se lo trasladarán a él”.

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Perfecto”. 

 

Bonilla contaba con información reservada del denominado por la derecha mediática ‘caso Koldo’; ha sido situado por otros agentes al frente de la ‘UCO patriótica’ y sus chats incluyen una larga lista de amenazas, insultos y movimiento de hilos. En las conversaciones publicadas por ElPlural.com esta semana, se incluyen mensajes violentos y amenazantes de Bonilla hacia Pedro Sánchez. Entre toda esta información, hay textos en los que llama al presidente del Gobierno y a Pablo Iglesias “inútiles, mentirosos, felones y mamones”.

Pero los mensajes no acaban ahí; hay muchos más, donde el alto cargo de Ayuso, que percibe ahora más de 84.000 euros al año por el desempeño de sus funcionesasegura estar “en la lucha” o que "a los rojomorados los vamos a matar nosotros” (PSOE y Podemos)". A su vez, en las conversaciones muestra su deseo de "mandar desterrado a China" a Sánchez y "al Coletas (en referencia a Pablo Iglesias) a Ucrania". 

 


 


 

Un poco de memoria, por favor

La mayoría de los mandos y miembros de sus fuerzas militares y policiales son mayoritariamente conservadores y políticamente de derechas o extrema derecha

ElPlural

Angel Fernandez Millán

2-6-25



En España la derecha y la ultraderecha no son muy dadas a llamar a las cosas por su nombre. Todavía no reconocen que el 18 de julio de 1936 hubo un golpe de estado que estableció una dictadura militar que duró formalmente hasta la muerte de Franco en noviembre de 1975, que tres años después de la Constitución de 1978 un grupo de guardias civiles, muy "patrióticos" ellos, intentó otro golpe de estado el 23 de febrero de 1981 para terminar con la democracia.

En Alemania, sus servicios de Inteligencia han reconocido la infiltración de los extremistas de derecha en el ejército y la policía y hace pocas semanas la Oficina Federal para la Protección de la Constitución emitió un informe en el que se declara la incompatibilidad con el orden democrático del principio etnicista y racista de los estatutos del partido AfD, el homólogo de Vox y el segundo más votado en las últimas elecciones.

Salvo casos anecdóticos como Costa Rica o Islandia, en el resto del planeta la mayoría de los mandos y miembros de sus fuerzas militares y policiales son mayoritariamente conservadores y políticamente de derechas o extrema derecha. Salvo en democracias muy consolidadas, la neutralidad política de las fuerzas armadas no ha sido la norma y por eso el golpismo ha sido frecuente en América Latina, África y muchos países de Asia.

Lo mismo ocurre con el poder judicial en la inmensa mayoría de los estados, donde la mayoría de sus jueces y juezas se sitúan en el conservadurismo, como es el caso de España con la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) de tendencia conservadora y mayoritaria en la carrera judicial.

En el contexto descrito me parece que una correcta higiene del debate político debería llevar a los partidos a asumir la realidad y abandonar las sacrosantas afirmaciones sobre la independencia del poder judicial o la neutralidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FSE). Los creadores de la policía patriótica para desacreditar a organizaciones independentistas o de izquierdas podrían ser los mismos que están detrás de lo que algunos han llamado UCO patriótica, que ya asomó en varios informes del caso de los ERE de Andalucía.

Los respectivos departamentos de Asuntos Internos deberían intervenir, como ya lo hacen en los casos relacionados con drogas, trata de personas..., para desmontar las tramas de corrupción con objetivos políticos.

También se podría proponer desde la política ficción una puesta a cero del contador de la corrupción política con una amnistía como la que ha servido para normalizar Cataluña. Aunque en este caso el propósito de la enmienda es más asumible que en el de los independentistas. En definitiva, un poco de memoria, por favor, y un mucho de realismo para superar el asfixiante bucle de sectarismo, radicalización y polarización en nuestros parlamentos.

 


MORENO BONILLA ACORRALADO POR LA CORRUPCIÓN 💥 JOSÉ IGNACIO GARCÍA ESTAL...

 


 

Dignidad y periodismo

Están ustedes asistiendo a la degeneración más absoluta de este maravilloso oficio llamado periodismo

ElPlural

2-6-25

Loreto Ochando



Los fines de semana intento vivir en un bucle infinito de películas, documentales y series varias, trato de alejarme de la realidad. Pero como una es una yonki de lo suyo, la verdad es que me resulta imposible. Hace dos domingos me llegó la copia del argumentario sobre la juez que instruye la causa de los protocolos de la vergüenza, y que desde el PP de la Comunidad de Madrid han enviado a “sus” medios. Es un ataque a la magistrada sin contemplaciones. Este sábado ha comenzado una campaña de desprestigio con mi medio sin precedentes: una campaña que si uno se lee el tema que atacan, no puede más que preguntarse si es que tienen falta de comprensión lectora o, simplemente, quieren elevar una mentira a la categoría de verdad para jodernos

Parte I: las juezas

Los mismos que se desgañitan contra el Gobierno por hablar de lawfare están enviando basura a sus acólitos para tratar de desacreditar a una juez de la que ni tan siquiera hemos leído una resolución judicial todavía.

Ustedes, lectores, saben que desde esta tribuna se ha escrito, y mucho, contra las decisiones y forma de proceder de determinados señorías. Vamos, que al juez Peinado y a Hurtado les he hecho trajes para vestirse toda una vida. Pero siempre lo he hecho en referencia a sus resoluciones. Jamás he utilizado ni su vida privada, ni mucho menos el hecho de si están o no asociados. Es más, la diferencia con la caverna es que nunca he escrito un línea en contra de la juez extremeña que ha procesado al hermano de Pedro Sánchez. Podré coincidir con ella o no en sus resoluciones, pero nunca me verán decir que ha hecho una mala instrucción judicial. De hecho, la juez ha realizado una magnífica instrucción.

Sin embargo, desde el sector de aquellos que se rasgan las vestiduras cuando los periodistas, o los políticos, hablamos de las barbaridades jurídicas de Peinado o Hurtado, no dudan en atacar a esta juez o la juez de la DANA con argumentos no solo peregrinos sino muy machistas. Sobre la magistrada de la DANA he llegado a leer que es su marido quien en realidad lleva la instrucción del caso solo porque, a veces, cuando él termina antes que ella de trabajar, baja al juzgado de su mujer y habla con ella y sus funcionarios.

En los 17 años que llevo escribiendo de tribunales he visto, en cientos de ocasiones, como parejas de jueces o fiscales se sustituían mutuamente para hacer una guardia o ir a un levantamiento o un registro, y nunca ha pasado nada. Pero ahora, bajar a saludar a tu mujer implica hacerle el trabajo. Señores lectores, están ustedes asistiendo a la degeneración más absoluta de este maravilloso oficio llamado periodismo.

Me resulta insoportable escuchar los ataques a aquellos que trabajamos con papeles, por parte de quienes se tienen que poner unas rodilleras para no hacerse heridas tras sus constantes genuflexiones ante mentirosos patológicos. Unos mentirosos que no dudan en destruir la imagen de quien haga falta para arrimar el ascua a su sardina. Es la indecencia en estado puro.

Es darle voz a quienes atacan a las víctimas sin contemplaciones. Y mientras tanto, el resto callamos. Pues se acabó, yo ya no me pienso callar porque ustedes, lectores, se merecen recibir una información veraz por parte de la prensa.

Parte II: El Plural

Y es en este momento cuando llegamos a los ataques a este periódico por haber publicado los WhatsApp de un capitán de la UCO. Unos mensajes cargados de odio hacia la izquierda. Unos mensajes, que si los hubiera escrito un agente considerado de izquierdas estarían abriendo todos los medios de la caverna pidiendo, como poco, su imputación.

El plural ha estado cuatro días publicando esos mensajes. Solo ha sido con unos que hacen referencia a una “bomba lapa” con los que se ha liado la mundial. Nadie de El Plural ha escrito que eso fuera dirigido a Pedro Sánchez. Eso sí, hay un artículo que los publica junto a otros dirigidos al terrorista Josu Ternera en los que se habla de “alto y plomo”.

Es ahora cuando voy a hacer mía la frase dicha por un compañero muy querido: “La UCO, como los policías, los políticos y los funcionarios, están sometidos al escrutinio público. No son inviolables, ni mucho menos tienen derecho de pernada”. Un capitán de la UCO que llama “feminazis” a las mujeres que salen a manifestarse el 8M debería, cuanto menos, ser investigado por asuntos internos.

Pero no, aquí nos encontramos con toda la extrema derecha y sus medios acólitos lanzando estiércol contra quienes hacen su trabajo: informar. Pues bien, señoros, aquí nos tienen. Desde ElPlural.com creemos profundamente en el hecho de que trabajamos por, y para, los ciudadanos. No nos van a callar.


 

“¡Que Dios te oiga!”: la plegaría de un narcotraficante al alto cargo de Ayuso, el capitán de la "UCO patriótica", Vicente Bonilla

Por su interés informativo, ElPlural.com reproduce íntegramente la conversación del capitán Bonilla con el narcotraficante José Luis Caramés

ElPlural.com

José María Garrido

2-6-25



Pues que Dios te oiga. Pero me temo que la fiscal es la que manda”. Esta es la plegaria que el excapitán de la UCO, Juan Vicente Bonilla, -que fue fichado el pasado mes de octubre por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso como persona titular de la Gerencia de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud (un ente público que está adscrito a la Consejería de Sanidad por el que percibe 84.268,32 euros anuales), hizo tras hablar con José Luis Caramés, un narcotraficante que participó en la trama de hidrocarburos en la que participaba Claudio Rivas, socio de Víctor de Aldama.

Narcotraficante y confidente de la Guardia Civil: “Pues que Dios te oiga. Pero me temo que la fiscal es la que manda”.
 Previamente Bonilla le dijo a Caramés, tal y como consta en los mensajes en exclusiva a los que ha tenido acceso ElPlural.com y que también ha publicado ‘Diario Red’, que tenía contacto con la judicatura. 
Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: Tengo a alguien que va a tocar al juez. Son íntimos amigos. Esta tarde se lo digo. Sin compromisos pero este tipo es un puto crack. Se lo diré”. 

 Caramés, un narcotraficante que participó en la trama de hidrocarburos en la que participaba Claudio Rivas, socio de Víctor de Aldama, también agradeció de “corazón” al capitán Bonilla su intermediación ante jueces y fiscales. 

Bonilla contaba con información reservada del denominado ‘caso Koldo’; ha sido situado por otros agentes al frente de la ‘UCO patriótica’ y sus chats incluyen una larga lista de amenazas. 

 En las conversaciones publicadas por ElPlural.com esta semana se incluyen mensajes violentos y amenazantes de Bonilla hacia Pedro Sánchez. Entre toda esta información, hay textos en los que llama al presidente del Gobierno y a Pablo Iglesias “inútiles, mentirosos, felones y mamones”.

Pero los mensajes no acaban ahí; hay muchos más, donde el alto cargo de Ayuso asegura estar “en la lucha” o “a los rojomorados los vamos a matar nosotros” (PSOE y Podemos). A su vez, en las conversaciones muestra su deseo de “mandar desterrado a China” a Sánchez y “al Coletas (en referencia a Pablo Iglesias) a Ucrania”. Finalmente, también habla de dar “plomo y bombas lapa” o de “matar políticamente” a dirigentes de izquierdas. 

Por su interés informativo, ElPlural.com ha reproducido este domingo íntegramente otra conversación del capitán Bonilla con el narcotraficante José Luis Caramés. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Creo que el hueso duro es la fiscal. Por si te sirve de algo”. 

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Normalmente los fiscales entienden estos asuntos mejor q los jueces”. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Buenos días. ¿Podrás verlo pronto? Están a punto de resolver una petición de libertad. Mañana deberían contestar. Sino ya se come las navidades allí”. 

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Mañana estamos allí”. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Pues te lo agradezco de corazón”.

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Ya te cuento”.

  • Confidente de la Guardia Civil: “¿No sabes nada aún?”.

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Hola. Hemos visto al de negro. Tomo buena cuenta del tema… No se ha comprometido a más que a valorar la petición. Hoy no podían ir a verlo los investigadores porque estaban dando rueda de prensa”. 

  • Confidente de la Guardia Civil: “Mañana apoyarán mi petición”. 

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Muchísimas gracias de corazón. Mañana se lo trasladarán a él”.

  • Agente de la UCO Juan Vicente Bonilla: “Perfecto”. 


 


Spanish Revolution

La periodista que comió con Mazón durante la DANA le llamó horas después para rogarle: “No me metas en un lío”

Mientras cientos de personas veían cómo el agua se llevaba sus casas, sus negocios o sus vidas, Carlos Mazón se encontraba comiendo tranquilamente en El Ventorro con Maribel Vilaplana, periodista y consejera del Levante UD.

Después de más de dos horas de comida, a las 17:37, el president hizo su primera llamada a la consellera de Interior. La Unidad Militar de Emergencias llevaba horas desplegada y el caos ya era total.

Pero lo más grave fue lo que ocurrió después: Vilaplana volvió a llamarlo esa misma tarde para pedirle que no la salpicara públicamente. Lo dijo con estas palabras:

He visto lo que pasa. No me metas en un lío”.

Lo que Mazón sí hizo fue ocultar su nombre durante 10 días y mentir sobre su paradero en las horas más críticas del desastre. Aún hoy nadie sabe dónde estuvo entre las 18:00 y las 20:28.

El agujero más escandaloso: 36 minutos en los que el presidente estuvo desconectado del mundo y en paradero desconocido, mientras València se inundaba y morían 227 personas.

Ahora, el Congreso citará a Vilaplana para declarar en la comisión sobre la DANA. El relato oficial ya no se sostiene.

Comió, calló y mintió. Mazón debe rendir cuentas.


 

Nepotismo III: Familia, novio y ex de Ayuso

La gran lideresa madrileña acumula los escándalos más polémicos en su entorno más íntimo

ElPlural

2-6-25

Víctor Sanjuan



Tras haber explorado en los artículos anteriores los casos de nepotismo relacionados con el expresidente Mariano Rajoy y el ahora líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, esta tercera parte de la antología se adentra en el entramado de favores y adjudicaciones que rodea a Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. La presidenta madrileña ha sido salpicada por múltiples polémicas que involucran a familiares y allegados beneficiados durante su mandato. A continuación, profundizamos en cinco casos clave ―implicando a su padre, madre, hermano, pareja y exnovio― que dibujan una red de poder opaca y personalista, analizando su impacto político, ético y económico. El patrón que emerge refuerza la tesis de un nepotismo estructural en el PP, donde el poder se concentra en círculos íntimos y los límites entre los intereses públicos y privados se desdibujan peligrosamente.

El padre de Ayuso y el préstamo de Avalmadrid

Uno de los primeros escándalos que salpicó a Ayuso fue el préstamo concedido en 2011 por la entidad semipública Avalmadrid a una empresa de su padre, Leonardo Díaz. Esta empresa, MC Infortécnica SL, obtuvo 400.000 euros de financiación avalada con dinero público, pese a informes técnicos que desaconsejaban la operación. El crédito resulto un fracaso: no se devolvió ni un euro y Avalmadrid tuvo que cubrir la deuda. En última instancia, la Comunidad de Madrid asumió 102.000 euros de pérdidas, mientras que otra parte fue cubierta por el Estado a través de Cersa (Compañía Española de Reafianzamiento) con más de 200.000 euros. Ese dinero salió del bolsillo de los contribuyentes madrileños y españoles, rescatando con fondos públicos un impago privado.

Lejos de intentar saldar la deuda, la reacción de la familia Díaz Ayuso fue polémica. Apenas meses después de recibir el préstamo, los padres de Ayuso se descapitalizaron deliberadamente: en octubre de 2011 traspasaron sus propiedades a sus hijos Isabel y Tomás mediante donaciones. En concreto, la hoy presidenta recibió un piso de 90 m2 en el barrio de Chamberí y su hermano una vivienda con terreno en Sotillo de la Adrada. Estas propiedades eran las mismas que habían servido de garantía hipotecaria para el crédito, por lo que al donarlas eliminaron bienes con los que responder ante el impago. Avalmadrid tenía conocimiento de esta maniobra y aun así no actuó con diligencia: tardó casi ocho años en llevar el caso a los tribunales. Cuando finalmente reclamó judicialmente en 2019, los bienes ya no estaban a nombre de los deudores originales. La operación ha sido calificada de posible alzamiento de bienes, aunque el Tribunal Supremo acabó archivando una querella al no apreciar indicios suficientes de responsabilidad penal de Ayuso en estos hechos. Con todo, el resultado práctico es que el erario público sufrió el quebranto, mientras dos inmuebles que debían cubrir la deuda acabaron en manos de los hermanos Ayuso.

La madre y el contrato de los respiradores durante la pandemia

Otro frente polémico apunta a Isabel Ayuso ―madre de la presidenta madrileña― y a los negocios compartidos con antiguos socios. En enero de 2021, en plena tercera ola de la pandemia, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ―bajo gobierno de Ayuso―, adjudicó de emergencia un contrato de 925.000 euros para la compra de 25 respiradores médicos. Hasta aquí nada fuera de lo común en los tiempos del COVID, si no fuera porque la empresa adjudicataria estaba administrada por Juan Carlos Herrero Casasola, un viejo conocido de la familia Ayuso. Herrero Casasola es socio de la madre de Ayuso en al menos cuatro sociedades mercantiles. De hecho, figura junto a Isabel Ayuso (madre) en empresas como MC Infortécnica SL ―sí, la misma del caso Avalmadrid―, donde comparten al 50% participaciones. También coinciden en otras sociedades: MC Bauty & Soul, Hamilton Medical España SA y MC Hispamérica SL, con distintos roles (él como administrador único o consejero, y la madre de Ayuso como socia o apoderada). Es decir, la Consejería de Sanidad contrató material sanitario a un empresario estrechamente vinculado a la familia de la presidenta, en concreto socio de su madre.

La adjudicación de los respiradores a Proyectos Hospitalarios Internacional (Prhoinsa) S.A., la empresa de Herrero Casasola despierta sospechas de trato preferencial. Fue tramitada como contrato de emergencia, sin concurso público, una vía excepcional que elude controles y publicidad. Según las informaciones destapadas, la madre de Ayuso y Herrero Casasola mantenían relaciones societarias previas y este último “gestionó al 100%” la compañía proveedora de los ventiladores. Cabe preguntarse si en la decisión de compra primó el criterio técnico o el amiguismo. Más allá de la legalidad formal, éticamente resulta cuestionable que en plena crisis sanitaria se otorgue un contrato tan jugoso a alguien del círculo personal de la presidenta. Políticamente, este caso alimentó las críticas de la oposición sobre la opacidad en la gestión de la pandemia en Madrid, reforzando la imagen de un gobierno regional que benefició a empresas afines mientras hospitales y sanitarios lidiaban con la escasez. Económicamente, si bien el suministro de respiradores era necesario, queda la duda de si se consiguió al mejor precio y calidad posibles o si el favoritismo limitó la competencia.

Contratos a dedo para el hermano

El hermano de la presidenta, Tomás Díaz Ayuso, también figura en esta trama de nepotismo. Su ámbito ha sido el de los contratos públicos menores, vinculados a la empresa Artesolar Iluminación S.L. donde él colaboraba. Artesolar, dedicada a la iluminación LED, era prácticamente desconocida en la administración madrileña antes de 2019. Sin embargo, desde la llegada de Isabel Díaz Ayuso al poder, la compañía obtuvo al menos diez contratos menores de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, todos adjudicados a dedo (sin concurso) entre septiembre de 2019 y marzo de 2020. Esos contratos, de cuantías modestas cada uno, sumaron aproximadamente 70.500 euros en total. La ley permite contratos menores (por debajo de 15.000 €) para necesidades inmediatas, pero el patrón repetitivo con una misma empresa encendió alarmas. Tomás Díaz Ayuso aparecía en LinkedIn como “Project Development Manager” de Artesolar, es decir, tenía un cargo de responsabilidad en la empresa, aunque públicamente alegó ser solo un colaborador freelance sin puesto directivo. El detalle de que su hermana presidía el gobierno que otorgó esos contratos alimentó la percepción de enchufe familiar.

La situación tomó un cariz aún más grave durante la pandemia. En julio de 2020, la Consejería de Sanidad adjudicó por la vía de emergencia un contrato de 150.000 euros para suministro de mascarillas a Arteconfort Hotel SL, una empresa íntimamente vinculada a Artesolar. ¿La conexión? Francisco Zorrilla Lozano, directivo compartido, y Chen Shengli, empresario chino que figura como administrador único de Artesolar y a su vez poseedor del 70% de Arteconfort. En otras palabras, eran empresas hermanas con la misma cúpula, beneficiándose primero de contratos de iluminación y luego incursionando en el lucrativo negocio sanitario durante la COVID. Aunque Tomás Díaz Ayuso no figure formalmente en Arteconfort, la red de relaciones empresariales se superpone con su entorno laboral. Lo más polémico es que dicha adjudicación de 150.000 € en mascarillas se produjo sin licitación abierta y cuando el estado de alarma ya había terminado, lo que cuestiona la justificación de “emergencia”. La impresión entre críticos fue que se aprovechó la coyuntura pandémica para favorecer a una empresa amiga, ramificada con la del hermano de Ayuso.

Estos hechos derivaron en una tormenta interna en el PP a inicios de 2022, cuando la dirección nacional (entonces de Pablo Casado) investigó posibles comisiones del hermano por contratos de mascarillas –un episodio que destapó una guerra abierta en el partido–. Éticamente, aunque Tomás no sea cargo público, su cercanía a la presidenta crea un conflicto de interés indirecto: la imagen de que la familia presidencial medra incluso en tragedias colectivas. Económicamente, la fragmentación de contratos (para eludir concursos) impide saber si la Comunidad de Madrid pagó precios competitivos o si hubo sobrecostes en esas adjudicaciones discretas.

El plato fuerte de los escándalos de Ayuso: su novio

Aquí entre en juego el actor más conocido del último año en cuanto a escándalos relacionados con Ayuso se refiere, su pareja Alberto González Amador. El empresario fue intermediario en la compraventa de material sanitario, concretamente mascarillas, durante la pandemia, y por esas operaciones obtuvo jugosas comisiones que ahora están bajo la lupa. La justicia ha encontrado indicios de delito fiscal en sus actividades: recientemente, una jueza ha procesado al novio de Ayuso por dos delitos de fraude fiscal y falsificación de documentos. En concreto, se le acusa de defraudar 350.951 euros a Hacienda en dos ejercicios, presuntamente al ocultar ingresos obtenidos por comisiones en la venta de mascarillas y otros suministros en 2020. Para ello habría utilizado facturas falsas y sociedades “fantasma” con el fin de reducir su tributación, según recoge el auto judicial. Además de este procesamiento principal, González Amador sigue imputado en otra pieza separada por delitos de corrupción en los negocios y administración desleal, lo que apunta a que el caso tiene múltiples ramificaciones (posiblemente sobornos o comisiones ilícitas y malos manejos societarios).

Ayuso siempre ha negado conocer o tener relación con esos negocios, pero la sola circunstancia de que su pareja se lucrase en operaciones turbias erosiona la credibilidad de su gobierno. Este caso ha sido explotado por la oposición, que cuestiona el discernimiento de la presidenta a la hora de rodearse de colaboradores y su posible tolerancia implícita hacia prácticas corruptas en su entorno inmediato. Aunque las responsabilidades penales sean individuales de González Amador, el daño reputacional salpica a Ayuso y al PP madrileño.

La situación recuerda a anteriores escándalos donde familiares de dirigentes populares estuvieron involucrados en negocios oscuros ―por ejemplo, la prima de Feijóo en Galicia o casos del entorno de Rajoy, mencionados en entregas previas―. Si se confirma el fraude, estamos ante dinero defraudado al fisco que debió contribuir al erario en un momento crítico. También hay un componente de sobreprecio en contratos de emergencia: las comisiones elevadas suelen traducirse en que las administraciones pagaron más por los productos de lo que hubieran costado sin intermediarios privilegiados.

La meteórica prosperidad de su exnovio

Por último, en esta radiografía de nepotismo madrileño aparece Jairo Alonso, conocido por haber sido pareja de Ayuso durante años. Alonso, de profesión peluquero, mantuvo una relación con Ayuso desde antes de su presidencia hasta 2020. Lo llamativo es su giro profesional posterior: tras su ruptura con la presidenta, fue contratado en noviembre de 2021 como jefe de Operaciones en la empresa tecnológica Asseco. Esta empresa de consultoría informática, prácticamente irrelevante en los concursos públicos hasta entonces, experimentó un enorme crecimiento en contrataciones con la Comunidad de Madrid coincidiendo con la etapa de Ayuso en el poder.

Según investigaciones periodísticas, Asseco había sumado apenas 3.000 euros en tres contratos menores antes de 2019, pero desde que Ayuso llegó a la presidencia acumula más de 500.000 euros en adjudicaciones públicas. En total, 42 contratos con distintas consejerías, muchos de ellos menores y adjudicados de forma directa, elevan la facturación pública de Asseco en Madrid a más de medio millón. Esto supone multiplicar por 14 el número de contratos y por 166 el monto adjudicado respecto a la era anterior. Entre los negocios obtenidos figuran la compra de equipos informáticos para hospitales (por ejemplo, 86 terminales táctiles por 116.000 €) y, sobre todo, un jugoso contrato para rediseñar y gestionar la web de Turismo de la Comunidad ―incluyendo redes sociales― por cerca de 245.000 € (encargo luego fraccionado en varios contratos menores y uno mayor). Es decir, en pocos años Asseco pasó de vender ordenadores sueltos a dirigir proyectos tecnológicos estratégicos para el gobierno regional.

Todos estos casos configuran un mosaico inquietante de nepotismo en torno a Isabel Díaz Ayuso. Individualmente, cada hecho ha suscitado controversia; en conjunto, dibujan una estructura de poder paralela, casi clánica, donde la lealtad personal y familiar pareciera entrelazarse con los recursos públicos. La opacidad es un denominador común: donaciones de bienes para eludir embargos, contratos fragmentados para eludir concursos, adjudicaciones de emergencia sin transparencia, entramados societarios para ocultar beneficios... Todo ello dificulta la fiscalización y favorece la concentración de decisiones en unos pocos, siempre próximos al círculo presidencial.

La persistencia de estos casos debilita el discurso de regeneración que el Partido Popular intentó esgrimir tras los escándalos del pasado. Cada nueva revelación refuerza la percepción de que existe un “nepotismo estructural”: una forma de gobierno donde el interés general queda supeditado al beneficio de unos pocos afines. Esto tiene un coste institucional enorme, minando la confianza ciudadana en la imparcialidad de la administración. Éticamente, plantea un serio problema de integridad pública. Los conflictos de interés y el uso privado de posiciones públicas contradicen principios básicos de buen gobierno.



domingo, 1 de junio de 2025

 


 


 


 


Generalísimo, Criminalísimo por la Gracia de Dios




 





 


 


 


RUFIÁN REPARTIENDO: JUECES, FEIJÓO, CLOACAS y la MAFIA. "HABRÁ MOCIÓN de...


 




 


 

‘ElPlural’ ni se achanta ni está en venta: el capitán Bonilla, fichado por Ayuso, es ‘UCO patriótica’, peligroso y controla datos sanitarios de todos los madrileños

Lo fácil hubiera sido pasar de puntillas, abriendo el periódico, como otros supuestos medios de izquierdas, con artículos sobre Trump y Netanyahu. Pero no somos como ellos

José María Garrido

31-5-25



El excapitán de la UCO, Juan Vicente Bonilla -que fue fichado el pasado mes de octubre por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso como persona titular de la Gerencia de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud, un ente público que está adscrito a la Consejería de Sanidad por el que percibe 84.268,32 euros anuales- dijo cuando estaba en la Guardia Civil que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias eran unos "inútiles, mentirosos y felones" y “mamones”.

Solo esos adjetivos, una vez conocidos por la opinión pública, hubieran bastado en un país democrático para que Bonilla, ahora cargo público de la Comunidad de Madrid, hubiesen dimitido.

Bonilla, que controla la seguridad de los datos sanitarios de los ciudadanos empadronados en Madrid, odia a la izquierda. Así se demuestra en las decenas de chats publicados en exclusiva por este periódico. 

"Matar a los rojomorados", "desterrar a Pedro Sánchez" y su “lucha” contra la izquierda son algunos de los mensajes que escribió el ahora alto cargo de Ayuso. Durante días, estos mensajes solo fueron publicados por ‘ElPlural.com'. 

Al tercer día, otros medios de comunicacion se hicieron eco -sin citarnos- poniendo el foco en una conversación secundaria centrada en una “bomba lapa” que desde un primer momento este periódico desechó porque distraía la atención de lo verdaderamente importante: Ayuso había fichado a un agente de la UCO que odiaba a Pedro Sánchez y que estába “en la lucha”…

El capitan Bonilla, ahora a las ordenes de Ayuso, llama a Sánchez "inútil, felón, mamón y mentiroso". Es un agente partidario del alto y plomo” que  investiga la vida privada de Pablo Iglesias y que nos puede meter en problemas a este periódico. Así me lo han hecho saber muchos diferentes intermediarios a lo largo de este finde de semana. 
Es cierto que para ‘El Plural’ lo fácil hubiera sido pasar de puntillas por este tema, abriendo el periódico, como otros supuestos medios de izquierdas han hecho, con artículos sobre Trump y Benjamín Netanyahu.

Pero ‘ElPlural’ no se achanta. Ni tampoco está en venta. Ni rectifica de lo que no se puede rectificar. 

Sé que está en juego la publicidad institucional tan poderosa de la Comunidad de Madrid. Pero lo dicho, nosotros no estamos en venta. El capitán Bonilla no nos da miedo. Ni Ayuso tampoco. 

 

Óscar Puente saca los colores a 'La Razón': "Muy golfo. Es mafia y mafia"

El ministro de Transportes reacciona a la acusaciones de corrupción

ElPlural

R.F.

1-6-25





“Es mafia y mafia”. Muchos miembros del Partido Socialista se han pronunciado en las últimas horas sobre las conversaciones desveladas por ElPlural.com entre un confidente y el capitán Juan Vicente Bonilla - ahora en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso a razón de 84.000 euros- donde la lista de amenazas es interminable. En estas conversaciones se habla incluso de “matar a los ‘rojomorados’” (PSOE y Podemos). 

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha sido de los más duros a la hora de criticar las confidencias de Juan Vicente Bonilla, fichado por el Gobierno de Madrid el pasado mes de octubre como titular de la Gerencia de seguridad del Servicio Madrileño de salud. 

Pero esto no se ha quedado ahí, el que fuera alcalde de Valladolid, muy activo en las redes sociales comentando toda la actualidad, ha reaccionado a ‘La Razón’ tras la publicación de un artículo titulado ‘El lodazal del sanchismo’, que, sorprendentemente, está escrito por Jorge Fernandez Díaz, exministro del Interior del PP





En el comentario publicado en la red social X (antes Twitter) el ministro retrata la hipocresía de Fernandez Díaz al escribir un artículo “acusando” al Gobierno de Pedro Sánchez de estar metiendose en un “lodazal”, cuando él mismo está implicado en un escándalo grave de corrupción. 

A este tío le piden 15 años de cárcel y 33 de inhabilitación por la Kitchen”, sentencia Puente haciendo referencia a que el exministro está procesado por el Caso Kitchen, una operación ilegal presuntamente organizada desde el Ministerio del Interior para espiar a Luis Bárcenas, extesorero del PP, usando fondos públicos. 

Acaban de ingresar en prisión al que fue su Secretario de Estado”, prosigue. En este punto, Puente se refiere a Francisco Martínez, quien fue el número dos de Fernández Díaz en Interior, mandado a prisión provisional sin fianza por un trama de blanqueo y robo de datos.  

Puente reprocha a Fernández Díaz que hable de “corrupción” ajena mientras él arrastra causas judiciales, algo que el Partido Popular lleva haciendo todos estos dias: “Y habla de lodazal el muy golfo”, subraya el titular de la cartera de Transportes, que, para finalizar el comentario, dedica unas palabras a ‘La Razón’ por permitirle publicar el artículo: “Y ‘La Razón’ le cede una tribuna. MAFIA Y MAFIA!!"




 

Parecidos y diferencias de las legislaturas de 1993 y 2023

Muchos artilleros del 93 siguen en activo, pero ni tienen la puntería de entonces, ni su cinismo exhibe el tenebroso fulgor de antaño, ni la calidad de la munición es la misma

ElPlural

Antonio Avendaño

1-6-25



Lo que está pasando en esta legislatura inaugurada en el verano de 2023 se parece bastante pero no del todo a lo que pasó en la legislatura de 1993, cuando los artilleros del Sindicato del Crimen se pasaron los tres años del último mandato de Felipe González disparando incesantemente sus cañones, aun siendo conscientes de lo temerario de su estrategia, según confesaría años después su ilustrado lugarteniente Luis María Anson, vivo ejemplo de cómo las buenas letras no necesariamente tienen por qué estar reñidas con la infamia.

Lo que Anson declaró en aquella entrevista concedida en febrero de 1998 a Santiago Belloch para la revista Tiempo fue esto:  “Había que terminar con Felipe González, ésa era la cuestión. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado. Eso es verdad. Tenía razón González cuando denunció ese peligro..., pero era la única forma de sacarlo de ahí”.

Algunos de los sindicalistas de entonces siguen en activo, aunque ya no son los mismos: ni tienen la puntería de antaño ni su cinismo exhibe hoy el tenebroso fulgor de entonces; tampoco la calidad de la munición es la misma. Como es bien sabido, quien hace ahora de Felipe González es Pedro Sánchez, aunque, dicho sea con todas las cautelas, tampoco Pedro es Felipe, si bien cabe decir en descargo de aquel y demérito de este que tampoco, ay, Felipe es ya Felipe…

Casos, casitos, casetes

La diferencia de hoy con respecto a treinta años atrás es que entonces el Partido Socialista sí tenía graves delitos, feas faltas e imperdonables pecados que purgar, todos ellos laboriosamente transcritos y puntualmente filtrados a los periódicos del Sindicato por un espía renegado que solía operar bajo el patrocinio de un banquero cleptómano. El ego y las ambiciones de todos ellos quedarían colmados tres años después, cuando por fin lograban expulsar del poder a un Partido Socialista que, a su vez, ya llevaba por su cuenta toda la legislatura expulsándose a sí mismo con el caso GAL, el caso fondos reservados, el caso Roldán, el caso Filesa, el caso Urralburu, el caso Ibercorp, el caso Juan Guerra… En aquellos años finales de su edad dorada el PSOE, más que un partido, era un caso.

Ahora, su único flanco débil de incierta envergadura para los socialistas es el asunto Ábalos: los demás casos de supuesta corrupción y “apropiación mafiosa del Estado”, más que casos, son casitos, burbujas judiciales, baratijas procesales, chuches penales, achicoria informativa, carne más de telediario que de juzgado, aunque eso no significa que no puedan acabar haciendo mella en un Gobierno cuya agenda no logra hacerse oír por encima del estruendo de la bien engrasada cañonería conservadora.

Una de las diferencias de estos años con aquellos es que entonces los altos cargos todavía dimitían: les costaba, pero lo hacían. El clima político no está hoy menos polarizado ni enrarecido que entonces, pero el sistema de pesas y medidas con que se evalúan las conductas políticas irregulares se ha desnaturalizado hasta tal punto que las exigencias de renuncia o dimisión del adversario son pura formalidad que se tramita sin convicción ni expectativa.

Capitán Bocazas

En un país donde alguien como el presidente valenciano Carlos Mazón no ha dimitido porque sus jefes políticos de Madrid no quieren forzarlo a hacerlo pese a ser conscientes de su indigna conducta, ¿cómo esperar, como exigen el PSOE y el Gobierno en pleno, que dimita un excapitán de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil hoy al servicio de la Comunidad de Madrid -al servicio el exoficial, no la UCO- solo por haber escrito en su cuenta de wasap inequívocas injurias contra el presidente del Gobierno, tal y como reveló ElPlural.com?

Es cierto que Juan Vicente Bonilla, que así se llama quien hoy ocupa el cargo de gerente de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud, no escribió que había que poner “una bomba lapa” bajo el coche de Pedro Sánchez; no, el alto cargo solo dijo, en plena pandemia, que había que “desterrar” al presidente a China o que él y su Gobierno de “rojomorados” eran unos “putísimos inútiles, mentirosos y felones”. Algún error ocasional que haya podido cometerse en la traslación de los mensajes de Bonilla apenas empaña ni, desde luego, empequeñece la trascendencia del servicio público prestado a la comunidad con su publicación por un periódico honorable con un periodista honorable al frente.

Por lo demás, desengañémonos: pocos, sean o no políticos, serían ciertamente capaces de pasar con éxito la dura prueba de ver expuestas en público opiniones y ocurrencias expresadas en privado, pero cuando un cargo público se ha expresado con la desvergüenza y procacidad con que lo ha hecho el excapitán Bonilla, quien lo ha nombrado debería pensarse si no sería buena idea prescindir de él, aunque solo sea por mera estética. Tal cosa, obviamente, no sucederá: al fin y al cabo el estilo verbal del antiguo picoleto no es menos impúdico ni cuartelero que el del mismísimo Miguel Ángel Rodríguez, oficial mayor del servicio de fontanería selecta del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso.

Desengáñense, pues, quienes aún tengan alguna esperanza de que este emponzoñado Clima 93 puede remitir a corto o medio plazo: no lo hará hasta que los “putísimos inútiles” que nos gobiernan sean por fin desalojados del Gobierno que okupan y regresen a él personas con sincera vocación de servicio público y desinteresado amor a la verdadera España, sin por ello descuidar los sagrados deberes para con su familia, como Rodrigo Rato, Jaume Matas, Ignacio González, Eduardo Zaplana, Francisco Martínez, Luis Bárcenas, Francisco Álvarez Cascos, Miguel Blesa…


 

Ayuso confunde gobernar con destruir

El comportamiento de Ayuso y Feijóo no es anecdótico ni accidental: responde a una estrategia clara de confrontación y erosión institucional

ElPlural

Miguel Angel Heredia Díaz

1-6-25



En la antigua Grecia, Platón defendía que el gobernante ideal no era el más rico ni el más popular, sino el más sabio y virtuoso. El filósofo entendía que el poder debía estar en manos de quienes usaran la razón, la ética y la templanza para guiar a la ciudadanía. Hoy, más de dos mil años después, cuesta imaginar que Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo hayan estado muy atentos cuando se explicaban estos conceptos en clase de filosofía. Porque insultar, polarizar y despreciar al adversario no parece propio de sabios. Ni de gobernantes responsables.

Tampoco parece especialmente virtuoso que la presidenta de la Comunidad de Madrid haya incorporado a su equipo de confianza a Juan Vicente Bonilla, ex capitán de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que ha llegado a lanzar mensajes terribles contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y contra el exvicepresidente Pablo Iglesias. Unas declaraciones absolutamente impropias de un servidor público. Pero para Ayuso, este tipo de perfiles no solo son tolerables, sino que merecen un premio.

Sra. Ayuso: ¿cómo puede seguir a día de hoy Juan Vicente Bonilla como cargo de confianza de su gobierno? ¿De verdad todo vale con tal de reforzar una narrativa de ataque y polarización? ¿O es que Madrid camina hacia un modelo donde los principios democráticos básicos dejan de importar?

Vamos por partes. La falta de sabiduría de Ayuso -según los cánones griegos- y su lenguaje soez no parece ser simples despistes. Puede que sean una estrategia calculada para tapar los múltiples escándalos que la rodean; desde la gestión opaca durante la pandemia, especialmente en las residencias, hasta las polémicas que afectan a su pareja. O tal vez está haciendo méritos, dentro del PP, para suceder a Feijóo, al que parece disputarle ya el liderazgo por la vía de los hechos.

Ayuso y Feijóo han olvidado cuál debe ser la verdadera prioridad de cualquier político: resolver los problemas de la ciudadanía, proteger a los más vulnerables, garantizar servicios públicos de calidad, y fomentar la convivencia democrática. En lugar de eso, optan por una política del “cuanto peor, mejor”, que daña profundamente la calidad democrática de nuestro país.

Desde que José María Aznar pronunció aquella frase inquietante –“el que pueda hacer, que haga”-, la derecha española ha perdido el norte. Ha dejado atrás la responsabilidad institucional y la búsqueda del bien común, para abrazar el populismo, la mentira y hasta la nostalgia autoritaria.

Aznar, señalado por expertos internacionales como uno de de los cinco peores expresidentes del mundo, es una figura resentida y tóxica. Metió a España en una guerra ilegal en Irak, mintió con el 11-M y desde entonces vive dedicado a intoxicar el debate público y a seguir haciendo daño.

La derecha española está rabiosa. No acepta a ningún medio que no escriba a su dictado, no soporta la crítica ni admite el pluralismo. Combate por tierra, mar y aire a todos aquellos periodistas que les plantan cara o les hacen preguntas incómodas. ¿Dónde ha quedado el respeto a la prensa libre? ¿Dónde quedó el compromiso democrático con el derecho a la información? Para ellos, simplemente no existe.

Esta estrategia de confrontación total parece que tiene nombre y rostro: Miguel Ángel Rodríguez. MAR, como es conocido, es el asesor en la sombra que marca el rumbo de Ayuso y que ha conseguido convertir a la Comunidad de Madrid en un laboratorio del trumpismo castizo. Rodríguez no cree en la política democrática. Su objetivo no es debatir ni construir, sino destruir al enemigo. Porque para él, y quienes le siguen, ya no existen adversarios con ideas distintas: solo enemigos a los que aplastar.

En otros tiempos, incluso dentro del PP, existía cierta cultura del acuerdo. Existía un respeto institucional mínimo. Hoy, eso está desapareciendo. El PP de Rodríguez, Ayuso y Feijóo ha optado por convertir la política en un lodazal donde el insulto sustituye el argumento y donde cualquier límite ético se difumina.

Y lo más grave es el cinismo con el que pretende presentarse como víctimas. Como almas cándidas. ¿De verdad han olvidado que durante el gobierno de Rajoy se montó una auténtica “policía patriótica” para espiar y fabricar pruebas contra adversarios políticos? ¿Es ese su concepto de democracia? ¿Dónde está su respeto a la ley y al Estado de derecho?

¿Almas cándidas son quienes destruyen discos duros a martillazos? ¿Almas cándidas son quienes decían “Luis sé fuerte”? ¿Almas cándidas son quienes se encontraron un Jaguar en su garaje? ¿Almas cándidas son quienes veranean con narcos?

No olvidemos tampoco que Ayuso no ha mostrado ninguna empatía por las miles de muertes en las residencias de Madrid durante la pandemia. Ni un gesto de responsabilidad. Tampoco ante los líos legales de su pareja. Entonces, ¿Por qué iba a incomodarse ahora por tener en su gobierno a alguien que lanza mensajes de odio y se ríe de los valores democráticos?

España es hoy uno de los países más influyentes del mundo, con un crecimiento económico sostenido, avances sociales significativos y un peso internacional que hacía décadas que no se veía. ¿Merece este país una oposición visceral que solo sabe insultar y crispar? Una oposición sin proyecto, sin ideas, sin respeto por las reglas básicas del juego democrático.

Es legítimo preguntarse si no hay en el PP opciones mejores que Feijóo o Ayuso. Porque lo cierto es que el actual Partido Popular se ha convertido en la peor oposición de Europa. Una oposición destructiva, basada en el bulo, la sobreactuación y el desprecio absoluto por el bienestar de la ciudadanía.

En conclusión, el comportamiento de Ayuso y Feijóo no es anecdótico ni accidental: responde a una estrategia clara de confrontación y erosión institucional. La política con mayúsculas debe ser un instrumento para mejorar la vida de la gente, no un circo mediático para sembrar odio y división entre los españoles.