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lunes, 27 de noviembre de 2017

DR ZIVAGO


Título original
Doctor Zhivago
Año
Duración
197 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Guion
Robert Bolt (Novela: Boris Pasternak)
Música
Maurice Jarre
Fotografía
Freddie Young, Nicolas Roeg
Reparto
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Productora
Carlo Ponti. Distribuida por MGM
Género
DramaRomanceAventuras | HistóricoRevolución RusaCine épicoDrama romántico
Sinopsis
Rusia, revolución bolchevique (1917). La guerra civil que sigue a la revolución mantiene al país profundamente dividido. En medio del conflicto, asistimos al drama íntimo de un hombre que lucha por sobrevivir. Este hombre es Zhivago, poeta y cirujano, marido y amante, cuya vida trastornada por la guerra afecta a las vidas de otros, incluida Tonya, su esposa, y Lara, la mujer de la que se enamora apasionadamente. (FILMAFFINITY)
Premios
1965: 5 Oscars: mejor guión adaptado, dirección artística, fotografía, bso y vestuario
1965: 5 Globos de Oro: mejor drama, director, actor (Sharif), guión y música
1965: Círculo de críticos de Nueva York: Nominada a Mejor director
1966: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
1966: Premios BAFTA: Nominada a Mejor Película, Actor (Richardson), Actriz (Christie)
1966: National Board of Review: Top 10 mejores películas y actriz (Julie Christie)
Críticas

La gran prueba.


Título original
Friendly Persuasion
Año
Duración
140 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Guion
Michael Wilson (Novela: Jessamyn West)
Música
Dimitri Tiomkin
Fotografía
Ellsworth J. Fredricks
Reparto
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Productora
Allied Artists Pictures Corporation
Género
AventurasDrama | Guerra de SecesiónSiglo XIXVida rural (Norteamérica).Religión
Sinopsis
Jess Birdwell es el patriarca de una familia de cuáqueros, una secta cristiana que se niega a participar en las guerras. Su hijo Josh desea adherirse al pacifismo familiar pero, temiendo ser tomado por un cobarde, se alista en el ejército, lo que provoca el disgusto de su madre. (FILMAFFINITY)
Premios
1956: 6 nominaciones al Oscar, incluyendo película, director y actor sec. (Perkins)
1956: Globos de oro: 3 nominaciones, incluyendo mejor actor -Drama (Cooper)
1956: National Board of Review: Top 10 mejores películas y actriz (McGuire)
1956: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión drama
1957: Festival de Cannes: Palma de Oro
Críticas
  • Excesivamente blanda película del siempre eficaz maestro Wyler que parece haber inspirado “Único testigo”. Las escasas desventuras de una familia de cuáqueros -contrarios a cualquier tipo de violencia- durante la guerra civil americana sostienen una película a medio camino entre el western, el drama amable y la comedia suave. Sorprendentemente en una obra del director, la película adolece de falta de tensión dramática; aunque conserva, eso sí, el ritmo y la sabiduría del que sabe contar historias. Estupendo Cooper como el granjero que echa carreras con su vecino, y regular Perkins en uno de sus primeros papeles. Con encanto, pero argumento y director daban para mucho más.
  • "Imprescindible drama costumbrista sobre una familia de cuáqueros que no quiere perder su identidad, que contó como mayor virtud con unos excelentes protagonistas y la dirección maestra de Wyler"
  • "Excelente drama costumbrista, rebosante de lirismo, (...) un sobrio y ajustado retrato de personajes."
  • "Fallida"

El jardín del diablo


Título original
Garden of Evil
Año
Duración
96 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Guion
Frank Fenton
Música
Bernard Herrmann
Fotografía
Milton R. Krasner, Jorge Stahl Jr.
Reparto
, , , , ,, , 
Productora
20th Century Fox
Género
WesternAventurasDrama | Drama psicológicoAmistadSiglo XIX
Sinopsis
México, 1850. Para salvar a su marido, atrapado dentro de una mina de oro, una mujer contrata a cuatro hombres. La mina se encuentra en una zona sagrada para los apaches: "El jardín del Diablo". (FILMAFFINITY)

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¿Llevas bragas?


Condenado un guardia civil por preguntar a una compañera si llevaba bragas

El Supremo sentencia a un brigada a tres meses y un día de cárcel por comentarios obscenos y sexuales a una subordinada.

26/11/2017

El HuffPost

El Tribunal Supremo ha condenado a tres meses y un día de prisión a un brigada de la Guardia Civil por dirigir a una subordinada expresiones obscenas y de contenido sexual, como preguntarle si llevaba ropa interior.

El alto tribunal ha estudiado el recurso interpuesto por el guardia civil contra la sentencia dictada el pasado mes de abril por el Tribunal Militar Territorial Cuarto de La Coruña y ha confirmado la pena impuesta por dos delitos de abuso de autoridad, en su modalidad de trato degradante a inferior. "La gravedad de la conducta del recurrente es incuestionable", dice el Supremo.

Según el relato de hechos que recoge la sentencia del Tribunal Supremo del que ha sido ponente Fernando Pignatelli, el brigada de la Guardia Civil José I.T. dirigió "frases soeces y de contenido obsceno" y de una 'incuestionable pulsión sexual' entre julio y diciembre de 2012 a su subordinada Marta V.L. Asimismo, hizo tocamientos, al menos en dos ocasiones, "siempre contra la expresa voluntad" de la víctima y trató de quedar con ella a solas.

ATAQUE A LA DIGNIDAD

Unas manifestaciones que hizo en público y que para los magistrados del Supremo supone un "ataque a su dignidad y su libertad de determinación en el ámbito sexual" que "de modo alguno tenía que soportar" y "no esperar" al proceder de un superior jerárquico.

El condenado comenzó su insinuación mostrando su sorpresa por ver en su destino una "chica tan guapa y tan mona por aquí". Continuó comentándole que su "última novia" tenía la misma edad que la subordinada y que "un hombre de cincuenta años era como una mujer de treinta".

En otras ocasiones el tono de las expresiones subieron al preguntarle si llevaba "bragas" porque la estaba mirando y "no se nota nada", o al hacer referencia a partes de su cuerpo. "Deberías estar orgullosa de que alguien como yo quisiera quedar contigo", le dijo también.

SITUACIÓN DE ANGUSTIA, ESTRÉS Y MALESTAR

Todo ello provocó a la guardia civil Marta V.L. "una situación de angustia, estrés, malestar, decaimiento y miedo con episodios de nerviosismo, abatimiento y llanto", destacan los magistrados.

El recurrente alegó en su recurso que no ha quedado acreditado "la realidad de los sentimiento de humillación e indignidad en el destinatario" y que no se ha lesionado la integridad moral de la víctima porque en los hechos declarados probados "no hay continuidad", son 'infundados, equívocos, inconexos y descontextualizados'.

El Supremo no comparte estas afirmaciones y considera que el brigada ha llevado a cabo un trato degradante y que, por tanto, se ha saltado el comportamiento que define el Código Penal Militar.


Planificar el sexo


Planificar el sexo con mi marido nos ha cambiado la vida

"El sexo no es simplemente una ventaja más de tener pareja: es uno de los pegamentos de la relación".

26/11/2017

ElHuffPost

Escrito por Kristen Manieri

Tras el primer año, le pasó algo curioso a mi relación con el hombre con el que me casé y tuve dos hijas, con el que sigo viviendo: dejé de tener ganas de practicar sexo. Claro, si surgía la ocasión, lo hacíamos, pero ese instinto carnal simplemente... se esfumó.

Los científicos e investigadores lo pueden achacar fácilmente a un conjunto de cambios psicológicos que se producen cuando estrechamos vínculos: el cuerpo deja de necesitar ese cóctel de sustancias químicas para atraer y sentirnos atraídos por nuestras parejas. El cerebro empieza a buscar estabilidad y continuidad una vez que las endorfinas del principio de la relación desaparecen.

Todo eso es una faceta normal y natural de toda relación, aunque ser consciente de ello no hace que deje de ser una lástima.

Súmale unas cuantas niñas a la ecuación, después el cansancio, diversos problemas con la imagen personal y otros cambios neuronales poco orientados a pasar un rato picante y comprenderás que cualquier persona puede convertirse en un fiasco sexual.

Lo que quería era dormir más, tener tiempo para mí misma, tomarme un mimosa con mis amigas, ir de compras sin mis hijas... Todo tenía prioridad sobre el sexo.

En mi caso, el sexo desapareció por completo de mi radar neurológico. Seis años y dos hijas después, no solo había dejado de pensar en darme un revolcón, sino que hasta dejé de aprovechar cuando surgía la ocasión. Lo que quería era dormir más, tener tiempo para mí misma, una hora para no hacer nada en casa, tomarme un mimosa con mis amigas, la ocasión de terminar la novela que tenía empezada, una sesión de pedicura, ir de compras sin mis hijas y un hueco en mi agenda para ver una maratón de The Good Wife. Ese listado, además de otras cien cosas que no he mencionado, tenía prioridad sobre el sexo.



Kristen Manieri


Pero lamentaba esa pérdida de diversión, echaba de menos esa faceta sencilla y caliente de la relación, y yo quería tener un matrimonio feliz. Me preocupaba que, si dejábamos de lado la parte más íntima de la relación, quizás desaparecería para siempre si alguna vez decidíamos retomarla.

Siendo yo una persona a la que le produce un enorme placer la organización y la eficacia, (de hecho, uno de mis libros favoritos es Organízate con eficacia, de David Allen), no fue ninguna sorpresa cuando, al dar con la idea de planificar el sexo, adopté el hábito al instante y marcamos en nuestra agenda dos noches a las que llamamos "momentos sexis".

Pero ¿hay algún motivo por el que haya que planificar el sexo? Yo le veo una ventaja: Al saber cuándo voy a practicar sexo, puedo prepararme física y mentalmente.

Al dar con la idea de planificar el sexo, adopté el hábito al instante y marcamos en nuestra agenda dos noches a las que llamamos "momentos sexis".

Al principio fue duro (pero no al estilo de 50 sombras de Grey). Habíamos olvidado esta faceta de nuestra vida y ya no teníamos ese cóctel químico que nos ayudaba a ponernos a tono. De forma imprevista, tardamos un tiempo en reaprenderlo todo, a excitarnos el uno al otro y a volcarnos emocionalmente en esta nueva rutina... pero la mantuvimos y ya llevamos cuatro años así.

Durante este tiempo hemos aprendido que, aunque el sexo planificado no tiene nada de espontáneo (en serio, no hay espacio para la espontaneidad cuando tienes que criar a dos niñas), le podemos añadir un sentido de novedad incorporando nuevas posiciones o algo de lenguaje picante.

Así, podía prepararme físicamente (depilarme, preparar la lencería), preparar el ambiente con velas, música y aromaterapia. Vale que no es tan pasional como antes, pero sigue siendo sexo. ¿Y quién se opondría a practicar sexo dos veces por semana? Mi marido Marc no, desde luego.

El amor, la unidad y la comunicación son algunas de las virtudes de un buen matrimonio, pero sin sexo, parece más bien una amistad.

Cuatro años más tarde, nuestra rutina sexual sigue en pie, pese a interrupciones ocasionales por vacaciones, visitas a familiares, la regla, la gripe, viajes de trabajo y demás obstáculos.

Pero la cabra tira al monte. A veces demasiado.

Si le veo alguna pega al sexo planificado es que, cuando surge la ocasión de practicar sexo espontáneo (algo que Marc detecta tan claramente como un halcón a un ratón), me cuesta lanzarme. Me gusta demasiado la agenda que hemos diseñado y me gustaría ser más flexible cuando surge una ocasión de improviso o cuando hay alguna modificación en la rutina.

Kristen Manieri


El sexo, según he descubierto, no es simplemente una ventaja más de tener pareja: es uno de los pegamentos de la relación. El amor, la sinceridad, la colaboración, la unidad, la vulnerabilidad y la comunicación son algunas de las virtudes de un buen matrimonio, pero sin sexo, parece más bien una amistad.

Sí, me casé con mi mejor amigo hace 13 años, pero también con mi amor, y quiero mantener este aspecto de nuestra vida hasta el final de nuestros días.

Kristen Manieri es la fundadora y editora de Date Night Guide, un sitio web dedicado a ayudar a que las parejas mantengan y potencien la diversión y su compenetración en la relación. Es una escritora prolífica con más de 100 publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Vive en Orlando (Estados Unidos) con su marido Marc y sus dos hijas.

Este artículo fue publicado originalmente en YourTango, apareció posteriormente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.


Una violación no es cuestión de fe.


Una violación no es cuestión de fe

27/11/2017

ElHuffPost


Médico forense y profesor en la Universidad de Granada


Creer es saber, no profesar; y cuando hablamos de creer en la palabra de alguien es porque entendemos que hay algo de cierto en ella y en su relato que la hace verdad y, por tanto, creíble sobre la certeza, no sobre la suposición. Por lo tanto, su integración como parte de unos hechos debe llevar a encontrar los elementos objetivos que permitan identificar los diferentes elementos de lo ocurrido y sacarlo del terreno subjetivo, así como definir las circunstancias de los sucesos que dieron lugar al relato.

Sin esa condición previa de tomar por cierto el testimonio la investigación será compleja y, con frecuencia, ineficaz, pues ante la más mínima dificultad será la duda o la negación de la palabra quienes tomen las riendas para detenerse en ese punto, en lugar de avanzar hasta el final.

Lo que está sucediendo alrededor del juicio a "La manda" potencia la idea de "creer en lo ocurrido en lugar de "conocer lo que ocurrió"

Lo que está sucediendo alrededor del juicio a los integrantes de "La manada" por la violación denunciada, refleja esta situación que trata de potenciar la idea de "creer en lo ocurrido" en lugar de "conocer lo que ocurrió", puesto que las vías para llegar a uno u otro lado son muy distintas y están llenas de trampas, como ya vemos incluso antes de iniciar el trayecto.

El machismo ha jugado con la "palabra de los hombres" como el gran instrumento capaz de modelar la realidad aun en las condiciones más difíciles. Y para evitar conflictos y disputas interminables con quienes consideran y sitúan en un plano inferior, las mujeres, han completado su construcción con una doble merma en la palabra de ellas: por un lado le restan credibilidad por esa "incapacidad y debilidad intelectiva" que les atribuyen, y por otro, le suman perversidad y maldad para que junto al rechazo de su voz se una la crítica a su intención.

La voz del hombre cuenta con la autoridad que se han dado a sí mismos a través de la cultura del machismo

Tres son los elementos principales que forman parte del mensaje sobre los que se construye su aceptación o su rechazo. Por una parte, la persona que lo emite, por otra las circunstancias, y en tercer lugar, el propio relato o mensaje.

Cuando nos enfrentamos a casos de violencia de género en sus distintas expresiones, entre ellas la violencia en las relaciones de pareja y la violencia sexual, las circunstancias juegan en contra de las mujeres que la sufren en sus tres componentes:

. En primer lugar, porque la voz del hombre cuenta con la autoridad que se han dado a sí mismos a través de la cultura del machismo. La "palabra de hombre" ha sustentado tratos y acuerdos a lo largo de la historia y es presentada con solvencia y solidez, mientras que la de las mujeres se toma como falaz y egoísta. Da igual que la mayoría de las grandes traiciones, conspiraciones, corrupciones, estafas o felonías hayan surgido de la voz de los hombres para buscar su propio interés, al final las mujeres no tienen palabra y ellos las tienen todas, de la A a la Z.

Las circunstancias que envuelven el relato de la violencia de género ya hacen aumentar el nivel de duda bajo el mito de la perversidad de las mujeres

. En segundo lugar, las circunstancias que envuelven el relato de la violencia de género ya hacen aumentar el nivel de duda bajo el mito de la perversidad de las mujeres, el cual lleva a entender que este tipo de denuncias y el relato que las acompaña están cargadas de mentira y maldad con el objeto de dañar al hombre con el que comparten una relación, o al que encuentran en la calle en una noche de fiesta, y sin son cinco, pues con más motivo, puesto que "con una sola denuncia puede causar ese daño a varios hombres a la vez". El planteamiento puede parecer exagerado, pero es lo que vemos a diario bajo el argumento de las denuncias falsas.

. Y en tercer lugar, los propios hechos (la violencia de género), también se vuelve en su contra, puesto que las circunstancias en que se produce, generalmente en el ámbito privado del hogar o en lugares oscuros y solitarios sin testigos que puedan aportar referencias objetivas, unido a la importante carga emocional con la que se viven esas agresiones y al trauma que originan, hace que se produzca una dificultad a la hora de fijar los recuerdos y de ordenar lo sucedido. Estas características se reflejan en la propia declaración y son una evidencia de la violencia y del trauma ocasionado, pero en lugar de entenderse de ese modo, se interpreta en sentido contrario para decir que es "inconsistente" y que "se lo inventa sobre la marcha".

La simple denuncia ya es interpretada por una parte de la sociedad como un acto de mala fe

La estrategia es perfecta y lo vemos estos días. La simple denuncia ya es interpretada por una parte de la sociedad como un acto de mala fe, de hecho, el 0'9% de la población considera que forzar una relación sexual es aceptable en algunas ocasiones, y el 7'9% piensa que no es aceptable, pero que no siempre debe sancionarse a través de la ley (CIS, noviembre 2012). Y a partir de ahí, cada paso es interpretado sobre el significado que se da desde la construcción cultural que presenta a las mujeres como malvadas y mentirosas, y a los hombres "con palabra" y víctimas potenciales de las mujeres.

Si no fuera así resultaría imposible el cuestionamiento sistemático de la palabra de las mujeres y la afirmación habitual sobre la mala fe de su comportamiento. Y sería imposible que dicho razonamiento se llevara a juicio, incluso con informes que "dicen demostrarlo".

Ante una violación no es cuestión de creer o no creer, sino de trabajar e investigar sin cuestionar la palabra de las mujeres ni criticarlas a ellas

Demostrar la violencia de género y las agresiones sexuales no es una cuestión de fe, sino de prueba, y para ello la investigación debe partir de los elementos aportados, entre ellos, y como referencia principal en un delito que se produce en la intimidad o en lugares solitarios, el testimonio de quien sufre esa violencia. Sorprende que se dude de la palabra de una mujer cuando denuncia, que procesalmente no puede mentir, y que no se dude de los denunciados cuando lo niegan cuando ellos "sí pueden mentir" dentro del proceso.

Ante una violación no es cuestión de creer o no creer, sino de trabajar e investigar sin cuestionar la palabra de las mujeres ni criticarlas a ellas..