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sábado, 28 de abril de 2018
¿Cuál es la educación sexual de La Manada?
¿Cuál es la educación sexual de La Manada?
ElPlural
Sáb, 28 Abr
2018
Escribir sobre el caso de La
Manada, su condena de nueve años por abuso y el trato particular de
uno de los jueces a la víctima, no me resulta fácil. Primero, me planteo constantemente
dónde acaba mi opinión racional y dónde empieza las consecuencias de la rabia
que siento. Segundo, se han dicho muchas cosas ya, ¿qué queda añadir?
Supongo que todo lo que nos queda
es lo único que siempre hemos tenido: hacernos preguntas. Muchas, algunas
muy importantes y otras esclarecedoras, pero ninguna sobrante. A estas alturas,
ha llegado el momento de hacer una reflexión colectiva.
¿Qué educación sexual tenemos?
Asumimos que todos estamos teniendo sexo porque
queremos y no añadimos más matices: no permitimos el cambiar de idea, el
posible miedo, que haya habido un mal entendido... por lo que nos educamos
sexualmente en base a lo práctico, al sexo crudo, y no en lo emocional. Así que
con este pretexto, ¿no es insultantemente fácil caer en algo desagradable?
Tengo muchas preguntas en mi
interior que resuenan con fuerza. La primera: ¿qué lleva a estos cinco
individuos a poner en una situación así a la joven? La respuesta fácil y
rápida es asegurar que se tratan de monstruos, casos aislados que se comportan
de una forma totalmente ajena a las normas sociales. No obstante, los
organismos públicos hablan de una media de cuatro violaciones al día en
España. Entonces, si se trata de un hecho supuestamente condenado, ¿por qué
tantas violaciones diarias (que sepamos)? Queda claro que las violaciones no
pueden ser tratadas como eventos únicos que afectan a gente muy determinada,
sino que se trata de una agresión recurrente en la sociedad. Entonces, lo
primero que deberíamos preguntarnos es en qué clase de sociedad estamos
viviendo. Evidentemente, muchos no somos agentes activos sobre la violencia,
sin embargo podemos ser cómplices con una facilidad que puede ser insultante.
Una de las
principales razones en que, en mi opinión, podemos encontrar la causa de la
complicidad en la violencia es la educación sexual - casi - inexistente.
En las campañas de concienciación estamos acostumbrados a recibir charlas sobre
el uso de anticonceptivos y la prevención de ETS, pero jamás se trabaja en
base a las relaciones sexo afectivas. En la poquita educación sexual que
recibimos siempre damos por hecho el consentimiento activo porque se suele
considerar que no hace falta. No se nos enseña a hablar de nuestras relaciones
sexuales abiertamente incluso con nuestras propias parejas. Asumimos que todos
estamos teniendo sexo porque queremos y no añadimos más matices: no permitimos
el cambiar de idea, el posible miedo, que haya habido un malentendido... por lo
que nos educamos sexualmente en base a lo práctico, al sexo crudo, y no en lo
emocional. Así que con este pretexto, ¿no es insultantemente fácil caer en algo
desagradable?
La libertad se pone en duda
Es decir, ¿era La Manada plenamente
consciente de que aquello era una violación? Tristemente, no descarto que
creyeran ciegamente en ese mensaje de 'todo el mundo disfruta el sexo',
sumándolo a otros mensajes que al final insisten en esa idea de que el sexo es
siempre la mejor opción y se salpimientan con la idea de que las mujeres son
unas mojigatas: hay que insistir, nunca aceptes un no por respuesta, tienes
que demostrar lo que es bueno, etc. Entonces, es posible que lo que lleve a
estos jóvenes a cometer tal atrocidad es que se creían legitimados a hacerlo.
También me preocupa qué clase de
sociedad somos si podemos entender que nuestras relaciones sexuales se basen en
objetificar a una persona. Porque no se trató de una relación sexual a seis
bandas: entre los miembros de La Manada no hubo diálogo sexual, simplemente
se limitaron a utilizar a una chica. ¿Tuvo ella libertad? ¿Alguien se preguntó
por su placer? Podemos decir que es evidente que no por una cuestión bastante
simple: ni entre ellos se preocuparon del placer del otro. No estaban
ahí apoyándose, dándose placer, estableciendo una relación. Estaban frente a un
potro (antes mujer) que podía darles placer sexual de manera individual pero
que solo podían conseguirlo si se imponían a ella de manera colectiva. Fue la
única manera de conseguir el placer particular de cada miembro: todos a la vez.
Entonces, ¿por qué estos hombres creían que tenían poder sobre la mujer?
No me alargaré más; mis preguntas
son interminables. No quiero hablar de la sentencia pues no tengo grandes
conocimientos en Derecho, sin embargo, sí que soy preguntona profesional, así
que me limito a eso, a lanzar preguntas. La Manada tendrá un resultado u otro,
no obstante, nos debe servir para reflexionar porque el problema no son solo
cinco hombres, el problema lo somos todos.
La manada judicial.¡ No es NO!
La
manada judicial
Editorial
La policía
aconseja no oponer la más mínima resistencia en los atracos para evitar males
mayores. Es preferible que te roben todo lo que llevas a que te produzcan daños
físicos o te maten.
Sin embargo esta
actitud en un caso de violación está considerada como de aceptación,
conformismo e incluso deleite. Que cinco energúmenos, bestias salvajes
indecentes violen a una joven anal, bucal y vaginalmente, uno detrás de otro o
varios al unísono sea considerado como “abuso sexual”, clama al cielo. Uno se
pregunta entonces que entenderán estos señores magistrados que es una
“violación” sistemática de cinco bestias indecentes. (Cuatro de ellos
pendientes de otro juicio por una acción similar ¿violación ó agresión?)
Probablemente el hecho de que no exista un cadáver. NO es NO.
Carmelitas Descalzas de Fuenterrabía
“Nosotras vivimos en
clausura, llevamos un hábito casi hasta los tobillos, no salimos de noche (más que a Urgencias), no
vamos a fiestas, no ingerimos alcohol y hemos hecho voto de castidad. Es una
opción que no nos hace mejores ni peores que nadie, aunque paradójicamente nos
haga más libres y felices que a muchos. Y porque es una opción LIBRE,
defenderemos con todos los medios a nuestro alcance (este es uno) el
derecho de todas las mujeres a hacer LIBREMENTE lo contrario sin que sean
juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas o humilladas por
ello. HERMANA, YO SÍ TE CREO.
Pablo
Iglesias dijo: “No puede ser que la Justicia interprete que
violar vaginalmente, analmente y oralmente a una mujer no sea una acción
violenta. Es vergonzoso y asqueroso que se interprete como abuso y no violación
un hecho tan grave”.
Pepa
Bueno
Buenos días. Las
mujeres sabemos hoy que si cinco hombres te rodean en un portal, te usan como
si fueras una cosa de todas las maneras y por todos los sitios de tu cuerpo que
creen oportuno, lo graban y se ríen, te sujetan y voltean y luego te dejan
tirada.... eso no es una violación. Porque no te han puesto una navaja al
cuello y tú no te has resistido lo suficiente para tener huesos rotos o
moratones en los brazos, la cabeza o las piernas. Los otros moratones, por
dentro y por fuera, al parecer, no importan.
Duele leer los
hechos probados en la sentencia de La Manada. Que la víctima fue, y esto es
literal, "rodeada por cinco varones, de edades muy superiores y fuerte
complexión, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción. Que sintió un
intenso agobio y desasosiego, que le produjo estupor y le hizo adoptar una
actitud de sometimiento y pasividad". Hechos probados.
Y después de
describir 9 accesos carnales y de aceptar la versión de la víctima de que no
fueron consentidos, el tribunal concluye que no hubo violación, que no hubo
agresión sexual. Que fueron abusos continuados.
Es
incomprensible y cuando la justicia resulta incomprensible la justicia tiene un
problema y la sociedad también, por muchas explicaciones técnico jurídicas que
se den. O hay que cambiar el Código Penal, o hay que formar en género a quienes
lo aplican. Pero parece evidente que algo falla cuando la ley o su aplicación
no es percibida como justicia por millones de mujeres y de hombres que salieron
ayer a la calle a decir que cuando un acto sexual no es consentido, el acto en
sí mismo es la violencia. Y que el cuerpo de una mujer no es una cosa, no es
una casa ni un bolso que cuando lo roban precisa de una agresión extra para que
se considere robo con violencia. Este es el debate que abría el caso Manada:
¿Qué es violencia sexual?
Es una primera
sentencia, todas las partes van a recurrir. Veremos qué dice el Tribunal
Superior de Justicia de Navarra y después, si llega, el Supremo.
Sandra Sabatés
Tras la
sentencia, Sabatés ha dejado una contundente reflexión: "Esta sentencia
pasará a la historia por dejarnos todavía un poco más desprotegidas".
"Para este
tribunal no es suficiente que cinco hombres metan a una chica en un portal, la
agredan sexualmente sin su consentimiento, la graben, compartan el vídeo y
presuman de sus actos. Si una mujer no se defiende porque el miedo no la
paraliza no hay violación", asegura Sabatés.
"En una
violación parece que la policía quiere que nos resistamos a pesar de que puede
que nos maten", explica.
Y sentencia: "Ninguna mujer debería arriesgarse a
morir para demostrar que ha sido violada".
Gonzalo Velasco
Que ante los hechos probados sobre la
agresión de "la manada", un juez priorice la ausencia de resistencia por
parte de la víctima como evidencia empírica de que no hubo coacción violenta,
revela una incapacidad epistémica difícilmente compatible con su buen juicio.
Significa, para empezar, que ese juez comprende como "acto violento"
solo aquel en el que la agresión causa efectivamente una dolor como rastros
físicos; significa que ese juez consideraría un moratón muestra de violencia
física, pero no la invasión forzada del órgano sexual de una mujer, como si el
coño fuese una excepción a la integridad física de un cuerpo femenino;
significa que ese juez no se paró a pensar que lo que busca un violador no es
el golpe y el dolor, sino la penetración no consentida, por lo que la violencia
es solo un medio del que puede prescindir sin dejar de ser violador; significa
que decidió no interpretar la superioridad numérica y física de cinco hombres
sobre una mujer joven como un contexto coactivo; significa que para ese juez la
dignidad de víctima depende del comportamiento de la mujer ante la agresión y
no del acto en sí ni de la intención dolosa del agresor. Y significa, además,
que es ciego ante una realidad permanente, pero hoy por fin manifiesta, como es
el machismo estructural. Como si en medio de una epidemia un médico no
incrementara sus precauciones ante un caso sintomático, como si en una guerra civil
se juzgara como un caso aislado una agresión entre miembros de etnias o grupos
identitarios distintos.
Ese juez no se paró a pensar que lo que busca un
violador no es el golpe y el dolor, sino la penetración no consentida, por lo
que la violencia es solo un medio del que puede prescindir sin dejar de ser
violador
Nacido
en Madrid en 1960, casado y con dos hijos,
Ricardo Javier González González ejerce como magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra desde
el año 2001. Su destino anterior fue el Juzgado de Primera Instancia
número 6 de Bilbao.
Pertenece
a una familia con gran tradición en el mundo de la judicatura. Su padre trabajó
en el mundo judicial y dos de sus hermanos están destinados en Pamplona, como Ricardo González: uno en el Juzgado de lo Social número 3 y el otro en
el Juzgado de Primera Instancia.
Este juez
considera que en el vídeo de 96 segundos mostrado con los hechos aparece «una
mujer practicando actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo»,
aunque reconoce que el contenido es «perturbador». Respecto al vídeo presentado
en el juicio como prueba de cargo, el juez señala que el rostro de la joven
muestra una «innegable expresión relajada, sin asomo de rigidez o tensión», lo
que «impide sostener cualquier sentimiento de temor, asco, repugnancia,
rechazo, negativa, desazón, incomodidad».
Cree que la víctima ha incurrido en «graves
contradicciones» y denuncia el «innegable juicio paralelo» que ha tenido todo
el procedimiento.
En su
manifestación, no pide una rebaja de la condena dictada, de 9 años de prisión
por un delito continuado de abuso sexual, sino que pone en solfa que se forzase
a la joven y pide la absolución de los cinco integrantes de
«La Manada».
"La Lista de Schindler" 25 años después.
Spielberg desvela los secretos de 'La lista de Schindler' 25 años después
Rodaba las
cámaras de gas mientras aún no había acabado 'Parque Jurásico', Robin Williams
lo llamaba para darle ánimos, Scorsese pudo ser el director...
Redacción El HuffPost Agencia EFE
27-4-18
Veinticinco
años después de su estreno, el cineasta estadounidense Steven Spielberg volvió a ver La lista de Schindler
(1993) en un cine y acompañado del elenco gracias a la retrospectiva que le
dedicó el Festival de Tribeca,
en Nueva York.
Spielberg
dijo que anoche había reparado en un nuevo detalle de la escena final en la que
los judíos depositan piedras en la tumba de Oskar Schindler. Concretamente, quedó impresionado por
la "mirada prolongada y duradera" de Emilie Schindler a la lápida de
su marido, ya que al estar en Jerusalén era la primera vez que la visitaba.
El
director confesó que en un principio tuvo miedo a que la gente no creyese que
la historia era real, tanto por lo inverosímil de la trama como por el hecho de
que la dirigiera un cineasta como él, que venía de rodar E.T., y
por ello grabó esa escena final con los supervivientes reales a los que salvó
Schindler.
Spielberg aseguró que se sentía "muy
orgulloso" de la película y que no se ha sentido así de
"realizado" con ninguna de las que ha dirigido después, pese a que le
costó diez años aceptar el encargo.
En
1982, le enviaron una crítica del libro que inspira la película, El arca de Schindler, pero le llevó un mes leérselo, ya
que estaba repleto de datos y no imaginaba cómo podía llevar a la gran pantalla
un relato tan "denso". Finalmente, le enviaron un guión y, tras
leerlo entre lágrimas, decidió que se embarcaría en el proyecto pese a estar
inmerso en el rodaje de Parque Jurásico. De hecho, tras las sesiones de rodaje en
Polonia tenía que conectar con el equipo de Parque Jurásico para supervisar las imágenes de los
T-Rex que habían recreado al otro lado del charco.
Rodar
la escena de las cámaras de gas fue duro tanto para Spielberg ("Fue el día
más traumático de mi vida", dijo), como para las actrices, algunas de
ellas judías polacas que "no estaban actuando",
sino "experimentado" el horror de las cámaras de gas, y varias de
ellas sufrieron crisis de ansiedad y estuvieron días sin rodar.
Otro
momento desagradable lo vivió cuando en mitad del rodaje una vecina polaca vio
a un actor enfundado en su uniforme de las SS y gritó que ojalá
los nazis volviesen para "protegerlos".
El
director reveló cómo consiguió mantener su ánimo esas semanas: Robin Williams lo llamaba cada día y durante 15 minutos
se esforzaba en hacerlo reír. "Nunca se despedía. Siempre me colgaba
cuando escuchaba mi carcajada más sonora", explicó.
También
aprovechó para aclarar dos rumores que circulan en la red: nunca ofrecieron a Mel Gibson interpretar el papel de Oskar Schindler,
pero los productores sí que barajaron a Martin Scorsese como posible director.
·
miércoles, 25 de abril de 2018
La cabeza de caballo, Cifuentes y la "mafia PP"
La cabeza de caballo de 'El padrino' que usa Podemos para hablar de
Cifuentes y la "mafia PP"
La escena de la película de Francis
Ford Coppola es un clásico
Mié, 25 Abr
2018
Pablo Echenique ha dicho hoy sobre
el escándalo del robo de Cristina Cifuentes que, con la publicación del
vídeo, a la ya
expresidenta madrileña "le han mandado una cabeza de caballo
por la vía mafiosa del PP". El dirigente de Podemos recurría a una escena
de la famosa película El Padrino, del director estadounidense Francis
Ford Coppola.
En la
escena, Jack Woltz, un magnate del cine, interpretado por John Marley,
despierta con una cabeza de caballo en su cama, una venganza de mafiosos.
Como anécdota trascendió que el grito de horror del actor fue real. En los
ensayos el director usó una cabeza de mentira, pero en la escena de la película utilizó
una real, sin prevenir a Marley.
"Lo que estamos viendo da mucho
asco", afirmó hoy el secretario de Organización de Podemos, Pablo
Echenique, tras recordar lo de la cabeza de caballo, aunque no para
referirse a la película de Coppola, sino al escándalo de Cristina Cifuentes y
"la mafia" del Partido Popular.
¿Es Cristina Cifuentes cleptómana? (Hemeroteca)
¿Es cleptómana la presidenta de Madrid? Alguien ha intentado desacreditarla
Denuncian otro caso de espionaje en
el seno del PP madrileño con Cifuentes en el punto de mira
T.L.
ElPlural
Lun, 2 Mayo
2016
Parece que entre los integrantes del
Partido Popular de la Comunidad de Madrid existe cierta querencia por
saber la vida de todo el mundo. Basta recordar lo ocurrido con Alfredo Prada
o Ignacio González, ambos denunciaron haber sido espiados y, además, por
compañeros de partido. Tal vez con esta claridad no se pronunciaron pero el
asunto fue grave, como lo demuestra que llegó a los juzgados. Quién no recuerda
aquellas sospechosas imágenes de González con una bolsa en la mano durante un
viaje a Colombia.
Ahora, y aunque los hechos se
refieren a antes de las elecciones municipales y autonómicas del año
pasado, la que está en el punto de mira es la actual presidenta madrileña, Cristina
Cifuentes. Según publica un
digital, cuando era candidata de los 'populares' en aquellos
comicios, fue objeto de seguimientos y un control exhaustivo de su vida. Tal y
como se desprende de esta información, dicho espionaje habría partido de
“los adversarios políticos” de su propia formación.
Esas actividades, señala el medio,
fueron “canalizadas” a través de un conocido despacho de abogados de la
capital. Lo más grave de todo tiene que ver con las intenciones de esos
seguimientos. El propósito último sería desacreditar a Cifuentes y, por
ende, acabar con su carrera política. Para ello, indica el digital, se
buscó todo tipo de reuniones o encuentros de los que pudieran surgir cuestiones
que sirvieran a ese objetivo.
Pero las
intenciones de quienes pergeñaron la trama parece ser que iban aún más allá. En
concreto, pasaría por socavar el prestigio de la entonces aspirante madrileña mediante
falsedades. Las mismas buscarían menoscabar su reputación con chismes
irreales acerca de un posible problema de cleptomanía.
Todo este macabro plan se fue al
traste, tal y como describe el citado digital, cuando las personas próximas a
la presidenta de la Comunidad de Madrid fueron alertadas de lo que se
preparaba. Este lunes, en alguna de las entrevistas que ha concedido con motivo
del 2 de Mayo, le han preguntado a Cifuentes sobre este particular, si bien ella no ha
querido referirse al mismo.
Evidentemente,
una vez se conocen estos detalles, la clave del asunto está en saber quién o
quiénes estaban detrás de estas maniobras. Enseguida pueden venir nombres a la
cabeza aunque tal vez cabe responder a la pregunta de a quién le perjudicaba
que Cifuentes fuera la aspirante 'popular' y, por lo tanto, más que posible
presidenta de la Comunidad de Madrid. Una vez más siguen surgiendo nombre, si
bien la lista empieza a reducirse.
Tu vagina tiene su propio sabor
BLOGS
25/04/2018
Tu vagina tiene su propio sabor y deberías dar puerta a quien se queje
Me gustaría compartir con todo el mundo un secreto que
muy pocas personas conocen sobre el cuerpo de la mujer, un secreto guardado con
mucho celo, incluso entre las propias mujeres cisgénero: es normal que una
vagina sepa (y huela) a vagina.
Puede que ya lo sepas y aun así alardees de la
absoluta insipidez de tu vagina o puede que estés en la farmacia preguntándote
por qué existen los espráis aromáticos para vaginas y los lubricantes con
sabores si se supone que tenemos un sabor normal. Sea como sea, ese discurso de
que las vaginas deberían tener un sabor fresco, afrutado o ningún sabor (en vez
de saber cómo lo que son) tiene que extinguirse ya.
"¿No preferirías ser una chica
que huele y sabe delicioso ahí abajo?", pregunta un blog antes de lanzarse a dar una lista de consejos
para que tu vagina sepa a postre.
Es normal que una vagina sepa (y
huela) a vagina.
En otro artículo, este de la página Thought Catalog, 13 hombres describen el sabor de la
vagina de su novia con respuestas que van desde "helado de fresa"
hasta "nada". Al mismo tiempo, hay lubricantes con sabores y empresas que venden
suplementos que prometen hacer que nuestra vagina parezca una macedonia. Las
secciones de higiene femenina en el supermercado están repletas de espráis,
toallitas húmedas y polvos absorbentes que usamos para prolongar nuestra fresca
insipidez de recién salidas de la ducha. Todo esto refleja una cultura de la
vergüenza en lo que respecta a nuestras vaginas.
Cuando era adolescente, esta cultura
de la vergüenza se manifestó en el rechazo de mis parejas a la hora de comérmelo, pese a
que a mí me parecía bien hacerles sexo oral a ellos. Cuando era una joven
veinteañera, utilicé todos los productos del catálogo de Summer's Eve, aunque
mi novio me decía que no hacía falta. Tenía siempre el frigorífico bien
abastecido de piñas, ya que un gurú de Instagram afirmaba que comer piña
dulcificaba nuestras partes íntimas. Ese comportamiento me parece muy raro
ahora, pero en aquella época constituía una parte fundamental de mi femineidad.
A los hombres no se les suelen
imponer esos estándares irrealistas. Incluso aceptamos que el semen sepa fatal
en ocasiones.
Suponía que había mujeres culpables de descuidar su
vagina, en el sentido de que solo se lavaban los genitales en vez de depilarse
a la cera, darse espráis y someterse a dietas, como yo. Tenía dos compañeras de
habitación con su propio surtido de productos de higiene femenina y recuerdo
que nos alegrábamos por lo que daba a entender eso sobre nuestro cuerpo: que
éramos mejores parejas por ello.
Pero las vaginas no requieren ninguna alteración. No
necesitan una envoltura determinada ni sabor a helado. A los hombres, cuyo
semen puede tener cualquier tipo de sabor, desde amargo hasta dulce, pasando
por un toque a lejía, no se les suelen imponer esos estándares irrealistas como
a las mujeres. Hasta cierto punto, creo que incluso aceptamos que sepan fatal
en ocasiones.
Al hacer que las mujeres nos avergoncemos de nuestra
vagina, aprendemos que debemos tener un olor a flores o uno que pase
desapercibido. Aprendemos no solo a prestar atención a cómo sabemos, sino
también al olor y aspecto que tienen nuestras partes íntimas. Aprendemos que
depilarnos y hacernos la cera es una parte fundamental de la higiene femenina,
aunque el vello púbico tenga la función de proteger la vagina de las bacterias
y de la fricción. Y nada de eso es necesario porque a las partes del cuerpo se
les debería permitir saber, oler y parecer partes del cuerpo. Es más, no solo
debería estar permitido, debería aplaudirse.
Si te cuesta creer que las mujeres
sufran esta presión por su vagina, piensa en la gran cantidad de abuelas y
madres que nos enseñaron que teníamos que echarnos polvos de talco en la
ropa interior para mantenernos frescas. Empresas como Johnson & Johnson centraron la venta de estos productos de forma específica y
enérgica en las mujeres negras. Después, tuvieron que hacer frente a más de 1000 demandas cuando se descubrió que eran conscientes
de que sus productos podían guardar relación con el cáncer de cuello uterino y
de ovarios.
En muchos sentidos, esto demuestra cómo la creencia de
que las vaginas tienen de forma inherente un sabor desagradable, además de los
estereotipos de la raza negra, configuraron la idea de que las mujeres, las
negras en particular, debían tomar medidas para modificar su sabor y olor
natural. Johnson & Johnson fue capaz de fabricar un producto inseguro y
sacar provecho de ello.
A las partes del cuerpo se les
debería permitir saber, oler y parecer partes del cuerpo.
De forma similar, hay mujeres que
gastan su dinero en hacerse duchas vaginales o en purgarse los
genitales, pese a que puede ser peligroso. Cuando se nos hace creer
que en nuestro cuerpo hay partes que están mal de forma inherente, es fácil
justificar prácticas que supuestamente las arreglarán. El problema con esas
prácticas es que nuestras vaginas no necesitan ninguna reparación.
Salvo en caso de infección, las vaginas siempre huelen
y saben normal, y ese "normal" es variable. Algunas personas
describen el sabor de la vagina como amargo, mientras que otras hablan de un
sabor avinagrado. Teniendo en cuenta que las vaginas son de naturaleza ácida,
"ácido" es un adjetivo que muchas personas aceptan para su sabor. En
mi opinión, las vaginas saben a un bote lleno de centavos, pero a mí me encanta
el sabor de estas monedas en concreto.
Lo que comes afecta al sabor de tu
vagina, pero no es algo que sea tan importante. Según Women's Health, el ajo, el alcohol, los lácteos, las especias,
el brócoli, los espárragos y la carne roja, ingredientes que forman parte de la
mayoría de las dietas, pueden modificar el equilibrio del pH y afectar de forma
negativa al sabor de la vagina. Las frutas, en cambio, pueden hacer que sepan
más dulce.
Aunque reconozco que un poco más de dulzor no está de
más, no me preocupa tanto como para darle prioridad a la vagina en función de
estas insignificantes diferencias de sabor. Pienso que si una mujer tiene una
pareja que le pide que cambie su dieta y que utilice espráis especiales para
acceder a llevar la boca hasta ahí abajo, debería buscarse otra pareja.
Requiere menos esfuerzo.
Claro
que a veces pueden surgir malos olores. La vaginosis bacteriana
provoca un fuerte olor a pescado y otras infecciones bacterianas pueden darle
un olor a carne cruda. No descarto nada de eso, de modo que, si te preocupa,
deberías ir al médico. Si no te pasa nada y te duchas todos los días, la vagina
te olerá y sabrá genial.
Debemos
rechazar esas expectativas de que las vaginas deban oler a caramelo de frutas.
No es una convención realista y nos impide respetar las vaginas y disfrutar de
ellas en su estado natural. Os lo dice alguien que tiene vagina y ha probado
unas cuantas ella misma: no huelen ni de lejos tanto como nos hacen creer.
Este post fue publicado originalmente en Bellesa.co,
apareció posteriormente en el 'HuffPost' Canadá y ha sido traducido del inglés
por Daniel Templeman Sauco.
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