Buscar este blog

sábado, 28 de abril de 2018

¿Cuál es la educación sexual de La Manada?


¿Cuál es la educación sexual de La Manada?

ElPlural


Sáb, 28 Abr 2018

Escribir sobre el caso de La Manada, su condena de nueve años por abuso y el trato particular de uno de los jueces a la víctima, no me resulta fácil. Primero, me planteo constantemente dónde acaba mi opinión racional y dónde empieza las consecuencias de la rabia que siento. Segundo, se han dicho muchas cosas ya, ¿qué queda añadir?

Supongo que todo lo que nos queda es lo único que siempre hemos tenido: hacernos preguntas. Muchas, algunas muy importantes y otras esclarecedoras, pero ninguna sobrante. A estas alturas, ha llegado el momento de hacer una reflexión colectiva.

¿Qué educación sexual tenemos?

Asumimos que todos estamos teniendo sexo porque queremos y no añadimos más matices: no permitimos el cambiar de idea, el posible miedo, que haya habido un mal entendido... por lo que nos educamos sexualmente en base a lo práctico, al sexo crudo, y no en lo emocional. Así que con este pretexto, ¿no es insultantemente fácil caer en algo desagradable?

Tengo muchas preguntas en mi interior que resuenan con fuerza. La primera: ¿qué lleva a estos cinco individuos a poner en una situación así a la joven? La respuesta fácil y rápida es asegurar que se tratan de monstruos, casos aislados que se comportan de una forma totalmente ajena a las normas sociales. No obstante, los organismos públicos hablan de una media de cuatro violaciones al día en España. Entonces, si se trata de un hecho supuestamente condenado, ¿por qué tantas violaciones diarias (que sepamos)? Queda claro que las violaciones no pueden ser tratadas como eventos únicos que afectan a gente muy determinada, sino que se trata de una agresión recurrente en la sociedad. Entonces, lo primero que deberíamos preguntarnos es en qué clase de sociedad estamos viviendo. Evidentemente, muchos no somos agentes activos sobre la violencia, sin embargo podemos ser cómplices con una facilidad que puede ser insultante.

Una de las principales razones en que, en mi opinión, podemos encontrar la causa de la complicidad en la violencia es la educación sexual - casi - inexistente. En las campañas de concienciación estamos acostumbrados a recibir charlas sobre el uso de anticonceptivos y la prevención de ETS, pero jamás se trabaja en base a las relaciones sexo afectivas. En la poquita educación sexual que recibimos siempre damos por hecho el consentimiento activo porque se suele considerar que no hace falta. No se nos enseña a hablar de nuestras relaciones sexuales abiertamente incluso con nuestras propias parejas. Asumimos que todos estamos teniendo sexo porque queremos y no añadimos más matices: no permitimos el cambiar de idea, el posible miedo, que haya habido un malentendido... por lo que nos educamos sexualmente en base a lo práctico, al sexo crudo, y no en lo emocional. Así que con este pretexto, ¿no es insultantemente fácil caer en algo desagradable?
La libertad se pone en duda

Es decir, ¿era La Manada plenamente consciente de que aquello era una violación? Tristemente, no descarto que creyeran ciegamente en ese mensaje de 'todo el mundo disfruta el sexo', sumándolo a otros mensajes que al final insisten en esa idea de que el sexo es siempre la mejor opción y se salpimientan con la idea de que las mujeres son unas mojigatas: hay que insistir, nunca aceptes un no por respuesta, tienes que demostrar lo que es bueno, etc. Entonces, es posible que lo que lleve a estos jóvenes a cometer tal atrocidad es que se creían legitimados a hacerlo.

También me preocupa qué clase de sociedad somos si podemos entender que nuestras relaciones sexuales se basen en objetificar a una persona. Porque no se trató de una relación sexual a seis bandas: entre los miembros de La Manada no hubo diálogo sexual, simplemente se limitaron a utilizar a una chica. ¿Tuvo ella libertad? ¿Alguien se preguntó por su placer? Podemos decir que es evidente que no por una cuestión bastante simple: ni entre ellos se preocuparon del placer del otro. No estaban ahí apoyándose, dándose placer, estableciendo una relación. Estaban frente a un potro (antes mujer) que podía darles placer sexual de manera individual pero que solo podían conseguirlo si se imponían a ella de manera colectiva. Fue la única manera de conseguir el placer particular de cada miembro: todos a la vez. Entonces, ¿por qué estos hombres creían que tenían poder sobre la mujer?

No me alargaré más; mis preguntas son interminables. No quiero hablar de la sentencia pues no tengo grandes conocimientos en Derecho, sin embargo, sí que soy preguntona profesional, así que me limito a eso, a lanzar preguntas. La Manada tendrá un resultado u otro, no obstante, nos debe servir para reflexionar porque el problema no son solo cinco hombres, el problema lo somos todos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario