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jueves, 28 de octubre de 2021

 Hemeroteca

Bélgica y la pederastia en la Iglesia: una historia de escándalo, dolor y reconocimiento

Se han probado más de mil casos y, desde 2012, se han


pagado 4,13 millones de euros en compensaciones a las


víctimas.

Carmen Rengel

ElHuffPost

2-7-17




AMBERES (BÉLGICA)IrlandaAustraliaBoston y su archidiócesis... Son localizaciones tristemente emparejadas con la pederastia y los abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia CatólicaBélgica no se suele citar con tanta frecuencia en esa lista de la infamia y, sin embargo, el país está haciendo un verdadero exorcismo al respecto: redactando informes, homenajeando a las víctimas, pagando reparaciones.

Hizo falta que hace siete años se destapase el mayor escándalo del país para que comenzase a investigarse lo que había pasado y, en mucha menor medida, seguía pasando en determinados rincones negros de parroquias, conventos y escuelas. Según informa el colectivo De Werkgroep Mensenrechten en Kerk (Derechos Humanos en la Iglesia), en 2016 se pagaron 218.000 euros en compensaciones a las víctimas de casos que han prescrito y no se pueden perseguir ya en los tribunales. En total, desde que Bélgica vivió aquella catarsis y comenzaron a documentarse los casos se han abonado más de 4,13 millones de euros, una cifra insólita en el mundo. Cada pago oscila entre los 5.000 y los 25.000 euros.

En 20 años han salido a la luz cerca de 1.050 casos absolutamente confirmados, un centenar sólo en el último año. Una quincena de religiosos han sido condenados a penas de cárcel por sus actos.

EL HORROR SALE A LA LUZ

Fue en 2010 cuando Bélgica tuvo que mirar su peor cara en el espejo. Ese año, el antiguo obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, dimitió de su puesto tras admitir que había abusado de uno de sus sobrinos desde que tenía cinco años y hasta los 13; más tarde tuvo que rectificar y asumir que fueron dos los familiares acosados.

"Decir que fue un mazazo es quedarse muy corta. Es como si la tierra se hubiera abierto a nuestros pies, porque conocíamos lo peor de la persona que había sido nuestro guía espiritual", reconoce Vera Bosch, una de sus parroquianas, psicóloga de profesión, fiel a Vangheluwe incluso tras su autoinculpación y quien, con los años, se ha convertido en una asesora esencial sobre abusos en colegios religiosos de la zona. "No lo podía creer, lo defendí al principio, pero la realidad me estalló en la cara: salieron más casos próximos... y una de las víctimas es de mi familia. Fue la revelación definitiva". No da más detalles.

El escándalo de Brujas hizo que la Iglesia local decidiera lanzar entonces una investigación interna para esclarecer aquellos hechos, comandada por un especialista de la Universidad Católica de Lovaina. Lo que empezó con un caso concreto se había convertido en apenas cinco meses en un dossier con 476 testimonios de abusos, acoso, persecución y encubrimiento en centros católicos de todo el país en las últimas cinco décadas. La mayoría habían tenido lugar en los años 50 del pasado siglo, con un repunte importante en los 60, para ir descendiendo y prácticamente desaparecer en los 80.

Podemos afirmar que ninguna diócesis de ningún rincón de Bélgica escapa a los abusos sexuales a menores por parte de uno o varios miembros de la Iglesia'Informe Dutruox' de la Iglesia Católica, 2010

Los estamentos religiosos dijeron que se habían visto "inundados" de pruebas. "Podemos afirmar que ninguna diócesis de ningún rincón del país escapa a los abusos sexuales a menores por parte de uno o varios miembros de la Iglesia", confirmaron. Tan grave era todo que acabaron por conocer el texto como el informe Dutroux de la Iglesia Católica, en referencia a Marc Dutroux, el pederasta más famoso de Bélgica, condenado en los años 90 por haber secuestrado, torturado y abusado de seis chicas de entre los ocho y los 19 años; a cuatro de ellas las mató. Algunas víctimas de las recogidas en el informe no pudieron salir de la negrura: 13 se suicidaron y seis más lo intentaron.

Desbordadas, las diócesis crearon entonces diez puntos de contacto para que las víctimas pudieran denunciar sus casos y donde, en el caso de que su abuso hubiera ya prescrito como delito, también podían pedir una compensación económica, asesoramiento gratis mediante. Se añadió un tercer propósito: el de crear una especie de comisión "para transformar la injusticia del pasado en derecho por un futuro".

A petición del parlamento belga, se abrió además en 2011 una comisión que ha sentado las bases del arbitraje que ahora se aplica en el programa de compensaciones económicas, algo único en las cámaras de representación europeas. "La implicación política es una cuestión solidaria pero también obligada, porque en Bélgica el estado aún paga salarios y pensiones del clero, mantiene los edificios religiosos y da apoyo a escuelas y misiones", matiza Bosch.

CHICOS, DE 12 AÑOS, ESTUDIANTES

Según la investigación formal de la Iglesia, el 89% de las víctimas detectadas en este tiempo tenían menos de 18 años en el momento de los hechos y un 23% tenían menos de diez años. Hacia los 12 años era cuando más se concentraban los abusos y decaían con la pubertad, a los 15 o 16 años. El 71% de las víctimas eran chicos y el 95% de los pedófilos, hombres. De los agresores, casi la mitad ya habían fallecido en el momento de llegar al fondo de la investigación.

Habitualmente los atacantes, además obviamente de tratar con sus víctimas en las aulas, las salas de catequesis, el coro, las convivencias, los retiros espirituales o en misa, tenían un estrecho lazo con las familias de los chicos, lo que complicaba la posibilidad de delatarles.

Un 43% de los abusos se cometieron en colegios, un dato que ha sacudido a la sociedad belga. Como explica Bosch, "estos centros gozan de una gran influencia" en las ciudades del país -sobre todo en la zona de Flandes-, "tienen muy buena imagen y son elegidos incluso por familias no religiosas por sus buenos datos académicos". "Es donde se conocieron los casos de niños más pequeños, donde su voluntad se quebraba más fácilmente. Ha costado recuperar la confianza de los padres de alumnos", reconoce.

De los padres y de los creyentes en general: los escándalos de pederastia hicieron que las apostasías crecieran en el país de 66 en 2008 a 1.700 en 2010, una media que ha bajado sólo ligeramente con los años.

JUSTICIA Y REPARACIÓN

Los católicos de Bélgica, golpeados, han decidido levantarse pero sin tapar las vergüenzas de lo ocurrido. Pasó y hay que buscar justicia, reparación y transparencia. Para no repetir nunca tal atropello. El 8 de abril se declaró día nacional en memoria de las víctimas de abusos sexuales, con especial enfoque en los casos de religiosos, y se han instalado esculturas y placas de recuerdo en Amberes, Brujas y Bruselas.

En la capital europea, la víctima más antigua conocida -su caso data de 1949- descubrió hace pocas semanas el último homenaje en la basílica de KoekelbergEsse est percipi, "Ser es ser percibido", se llama, en homenaje a la máxima del filósofo irlandés George Berkeley. La escultura, pagada por las víctimas y sus familias, es una especie de ropa bautismal, blanca y pura, que también tiene aires de mortaja, símbolo del daño pero también de la esperanza.

Desde el Arzobispado de Amberes explican que su "empeño" en estos últimos años va más allá de símbolos como estos. "Tenemos que reconocer el daño, pedir perdón y reparar a las víctimas", resumen en su gabinete de relaciones externas. Frente a la cultura del silencio y el encubrimiento sistemático de la jerarquía eclesiástica de buena parte de los abusos, responden con su "voluntad de superar esos errores" y abrir el camino de la "reconciliación".

"Creo que hicimos lo que pudimos en estos últimos años. ¿Quiere decir esto que el trabajo está acabado? No, porque el sufrimiento de las víctimas tampoco ha acabado", alertó en el acto de Koekelberg el obispo amberino, Johan Bonny. "No debemos olvidar lo que ha pasado y lo que todavía puede suceder", añadió el arzobispo bruselense Jozef de Kesel.

Linda Opdebeeck, presidenta del grupo de Derechos Humanos en la Iglesia, estaba en aquel acto junto a otros 150 asistentes, y subió al altar en el momento de descubrir la frágil escultura. Escuchó aquellas palabras con "agradecimiento" pero insistiendo en su denuncia: "es imposible que no supieran lo que le estaba pasando a tantos chicos". Por eso insiste en la necesidad de visibilizar lo sucedido, de no desistir, aunque "afortunadamente los casos ahora son mucho menos".

Sabe de lo que habla. A ella le pasó en un colegio de Auderghem, donde un profesor religioso que le daba Francés abusó de ella varias veces por semana entre los 13 y los 17 años. "Al daño de cualquier acoso se suma el de que te lo infringía una persona que, además, te estaba traicionando, porque confiabas en su compromiso con la fe y con Dios y la Iglesia. Aún tenemos que gritar que nos duele y no renunciar a ese derecho hasta que los culpables paguen y los que sufrieron sean escuchados y compensados", indica.

Habla con respeto de los religiosos que "pelean" por erradicar a las malas yerbas-almas de entre sus filas, pero denuncia aún la tibieza de instituciones como el Vaticano. Su pelea, dice, es "global", y por eso están en contacto con otros grupos de víctimas de Europa y América Latina para encontrar mecanismos comunes de batalla. "Todos partimos de lo mismo, de una vida rota que hay que recomponer. Aquí vamos, creo, por el buen camino, pero queda mucho dolor por encauzar aún", concluye.


 

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El cura pedófilo juzgado en Francia confiesa que abusaba de "cuatro a cinco niños" por semana

En la época, a mi entender no cometía agresiones sexuales sino que eran caricias, cariños", ha expresado el acusado este martes.

ElHuffPost-EFE

14-1-20

Bernard Preynat, sentado en el banquillo de los acusados

En la época, a mi entender no cometía agresiones sexuales sino que eran caricias, cariños. Estaba equivocado. Son las acusaciones de las víctimas las que me lo han hecho comprender”, ha explicado el cura Bernard Preynat, de 74 años, que desde este martes se sienta en el banquillo de los acusados, en Francia, procesado por un abuso masivo a menores de edad.

Se trata de un caso que ha conmocionado al país vecino, que provocó un terremoto en el seno de la Iglesia católica local y que destapó décadas de oscurantismo, de falta de transparencia, a la hora de abordar estos escándalos sexuales. 

Las investigaciones apuntan a que agredió sexualmente a decenas de niños boy scouts entre los años 1970 y 1990 en la región de Lyon (este de Francia). Este caso, revelado en 2015, salpicó a la máxima autoridad de la Iglesia francesa, el cardenal Barbarin, quien fue condenado por no haber denunciado estos actos ocurridos en su diócesis.

Él mismo, de pie y rígido en el estrado, ha desgranado los hechos: “Yo sabía que estos gestos estaban prohibidos, que eran caricias que nunca debería haber hecho. Eran a escondidas”, ha admitido. “Y sí, es verdad, me aportaban placer sexual”.

Abusaba de cuatro o cinco niños por semana, a escondidas"

Barbarin ha reconocido que abusaba de “cuatro o cinco niños cada semana”. “Eso significa casi un niño por día”, ha espetado la magistrada, según relata la Agencia France-Presse.

El padre Bernard Preynat se ha convertido en el símbolo de los abusos sexuales y de la impunidad en la Iglesia francesa. De sus 35 víctimas que censó la investigación, solo diez pudieron sumarse a la acusación. Para las otras, los hechos han prescrito. Los querellantes, antiguos boy scouts de 7 a 15 años en aquella época, le reprochan manoseos, besos y caricias sexuales obligados cuando Preynat era vicario-capellán en una parroquia cerca de Lyon en los años 80. Ante la policía, el excura ha reconocido casi todas estas agresiones, incluidas tres violaciones hoy prescritas.

No hay duda de que será condenado”, reconoce el abogado del acusado en RFI. Preynat, quien hoy tiene 74 años, se expone a 10 años de cárcel y 150.000 euros de multa.

Para las víctimas, este juicio permitirá una última confrontación, esta vez pública, con su victimario y terminará de establecer los hechos. Los jueces también evocarán la responsabilidad de su jerarquía. La violencia sexual de Preynat tuvo lugar durante décadas, entre 1971 y 1991, y fue silenciada por la institución eclesiástica. A pesar de la gravedad de las denuncias, solo se lo cambió de parroquia pero se lo mantuvo en la misma diócesis hasta 2015. Y recién en 2018 fue excluido de la Iglesia por sus pares.

El caso Preynat, que salió a la luz pública en 2015 cuando varias de sus víctimas crearon la asociación “La Palabra liberada”, ha sacudido a toda la Iglesia católica en Francia. En marzo pasado, después de un mediático juicio, su máxima autoridad, el cardenal Barbarin, también arzobispo de Lyon, fue condenado a seis meses de prisión en suspenso por no haber denunciado los abusos de Preynat ocurridos en su diócesis. La justicia debe pronunciarse a finales de enero sobre su apelación. 

Hemeroteca 


Un estudio concluye que en torno al 40% de los abusos sexuales en la Iglesia fueron violaciones

La investigación no ha contado con “ninguna ayuda por


 parte de la iglesia, aunque se le solicitó”.


ElHuffPost-EFE


29-6-21




Entre un 30 y un 40 % de los abusos sexuales cometidos por representantes de la Iglesia Católica fueron con penetración, según un estudio elaborado por tres universidades españolas que incide en la “doble victimización” que han padecido estas personas al no haberles sido reconocido su sufrimiento.

Las conclusiones de la investigación, que publicará próximamente la Sociedad Aranzadi, han sido presentadas este lunes por expertos de la Univerisdad Abierta de Cataluña, la Universidad de Barcelona y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en la jornada Abusos sexuales de menores en instituciones religiosas: respuestas restaurativas desde la victimología, que se ha celebrado en San Sebastián.

El trabajo ha sido desarrollado entre 2018 y 2021 por parte de un grupo de profesionales del ámbito de la victimología que ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y fondos europeos.

Josep María Tamarit, de la Universidad Abierta de Barcelona, ha señalado que en otros países como Estados Unidos, Alemania, Australia, Holanda o Bélgica se han hecho estudios, incluso algunos dentro de la propia Iglesia, pero “lamentablemente” en España “no ha tenido ese interés” por lo que los investigadores han tenido “limitaciones importantes”.

La mayoría de los abusados fueron “niños” 

La profesora de victimología de la Universidad de Barcelona Noemí Pereda ha indicado que la parte elaborada por este centro universitario ha entrevistado a 40 víctimas. La mayoría de los abusados fueron “niños” con episodios “que se produjeron en más de una ocasión durante largos periodos de tiempo” y de carácter grave, ha indicado.

De hecho, entre un 30 y un 40% fueron con penetración, por lo tanto “esa falsa creencia” de que estos abusos fueron “menos graves no es cierta”, ha subrayado. El estudio ha evaluado las consecuencias psicológicas así como el “daño espiritual” generado por lo que las personas que han padecido estas situaciones requieren de una “reparación espiritual” que debería asumir la Iglesia “como causante del daño”.

Las denuncias se producen en la edad adulta, pero la mayoría no lo hace, por lo que los 220 casos admitidos por las autoridades eclesiásticas serán “muchos más”, ha indicado Pereda, que ha reconocido que “no se puede calcular” la cifra real “si no es con un estudio que pregunte a la totalidad de la población”.

La investigadora ha considerado “relevante” que en España la mayoría de las víctimas reportaron su caso a la Iglesia pero, al recibir una respuesta de silencio y culpabilización, para muchas de ellas esa notificación tuvo efectos negativos, ya que supuso ser nuevamente victimizadas por la institución.

Silencio por parte de la Iglesia

Pereda ha remarcado que para la investigación no han contado con “ninguna ayuda por parte de la iglesia, aunque se le solicitó”.

La doctora del Instituto Vasco de Criminología Gemma Varona ha recordado que ante las peticiones de la UPV/EHU para la apertura de los archivos eclesiásticos la Iglesia ha contestado con el silencio aunque ha agradecido a quienes “se han salido del guion” y han colaborado.

La UPV/EHU ha conseguido alrededor de 60 testimonios de víctimas en Euskadi, ninguna de las cuales está satisfecha, no solo con la falta de respuesta de las autoridades eclesiásticas sino con la ofrecida por las instituciones públicas y la sociedad. “Sí están agradecidas a la labor de los medios, que han dado un vuelco en este tema”, ha resaltado.

Mientras que en otros países como Bélgica, Irlanda o Alemania se han dado “respuestas más o menos satisfactorias”, España se ha centrado en la prevención, pero “no se puede mirar al futuro sin investigar lo que pasó”, ha advertido.

Existen protocolos de prevención y “hay que reconocer los pasos dados” por la Iglesia pero muchas veces a las víctimas “se les marea con unos procedimientos que no entienden” y “no se reconocen sus derechos como en un procedimiento penal”.

La victimización primaria que tuvo lugar cuando sucedieron los hechos “puede que no se pudiera prevenir”, pero “la secundaria sí mediante estándares internacionales de trato a las víctimas”, ha remarcado.

Los abusos en el seno de la Iglesia “han sido sistemáticos” y aunque estas situaciones se dieron también en otras instituciones “no vale” la teoría del “y tú más”, asegura Varona, quien añade que “hay que hacerse cargo del daño causado, ya que todavía persiste”. 

miércoles, 27 de octubre de 2021


 Foto: Luis Viadel


Estampas callejeras


 

 

Un sacerdote de Vigo es condenado a 32 años de cárcel por abuso sexual a menores

La sentencia considera que el religioso, profesor en un


 colegio, “aprovechó” su situación de superioridad


 derivada de su profesión.

  • ElHuffPost-EFE

27-10-21


El sacerdote, profesor de religión en el colegio Salesianos de Vigo, condenado a 32 años de cárcel por abusar de menores.

Un sacerdote, profesor de religión en el colegio Salesianos de Vigo, ha sido condenado a 32 años de cárcel por abusar sexualmente de seis menores que estaban a su cargo, según la sentencia divulgada por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG).

Los abusos se produjeron en 2019, cuando los niños tenían 15 años, y fueron en un campamento del municipio pontevedrés de Cambados, en peregrinación a Santiago de Compostela y en una asociación juvenil de Vigo que dirigía el religioso, según la sentencia de la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra facilitada por el TSXG.

El sacerdote ha sido condenado por la autoría de siete delitos de abuso sexual, tres de ellos continuados. Además de la prisión, el tribunal le impone 36 años de libertad vigilada, una orden de alejamiento de las víctimas durante 31 años más y el pago de una indemnización de 76.000 euros al conjunto de los seis menores.

La sentencia considera que el religioso “aprovechó” su situación de superioridad derivada de su profesión, de la confianza que los menores habían depositado en él y de la relación de amistad que les unía, “que iba más allá de la de profesor-alumno”, para hacerles tocamientos, lo que generó en las víctimas “sin duda alguna” un daño psicológico “evidente”.

El testimonio de las víctimas

Las pruebas se basan fundamentalmente en el testimonio de las víctimas de los abusos, quienes declararon que se quedaron en estado de “choque” cuando el sacerdote llevó a cabo los abusos, sin ser capaces de reaccionar porque no podían creer que pudiera hacerles algo así, apunta el TSXG.

Para “conseguir satisfacer su deseo sexual”, según las magistradas, el sacerdote actuaba sobre los menores en horas nocturnas, “cuando el estado de alerta disminuye y el nivel de conciencia decrece”, venciendo cualquier “resistencia posible” de las víctimas. Además, destacan que a estos abusos se suma la existencia de esa situación de superioridad derivada de esa relación de amistad y de ascendencia “que el acusado construía en torno a todos y cada uno de los menores”.

El tribunal subraya que las víctimas narraron “con firmeza y de forma acorde a su edad” lo que les ocurrió y lo que vieron respecto de los otros, siendo “coherentes” y mostrando incluso un “sentimiento de culpa” por no haber sabido reaccionar en ese instante.

La sentencia también aprecian que los estudiantes carecen de “motivación espuria, animadversión o interés” en perjudicar al acusado, al que consideran “su amigo o su referente” y con los que todos ellos mantenían una “buena relación”.

La sentencia confirma que el religioso ejecutó actos sexuales sobre cada uno de los menores consistentes, en todos los casos, en tocamientos en los órganos genitales, normalmente por encima de la ropa, aunque, en alguna ocasión, también por debajo. “Los actos realizados no dejan lugar a la duda, no solo por el proceder subrepticio, aprovechando las horas nocturnas y el sueño de los menores, sino por los actos de contenido inequívocamente sexual”, recalca la Audiencia en su resolución.

La defensa alega que se equivocan en su identificación

Respecto a la defensa del sacerdote, la Audiencia de Pontevedra afirma que el hecho de que éste no presente rasgos psicopatológicos característicos de un abusador ni tenga una personalidad que le impida controlar sus impulsos no lo descarta como autor de los abusos.

El tribunal también rechaza la línea defensiva que sugería que los abusos los pudo haber cometido otra persona y que los menores se habrían equivocado en su identificación. La sentencia de la Audiencia de Pontevedra es todavía susceptible de la presentación de recursos.


martes, 26 de octubre de 2021


 Foto: Luis Viadel

Estampas callejeras


 

 

Hallan en Belchite dos fosas que podrían tener 150 fusilados de la Guerra Civil

El pueblo, hoy abandonado, sufrió las primeras represiones por parte de falangistas.


 Bajo tierra esperan hombres y mujeres de entre la veintena y los 40 años.

ElHuffPost-Agencia EFE

26-10-21




Las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo en el cementerio de Belchite (Zaragoza) han permitido descubrir dos fosas con población civil asesinada durante la Guerra Civil, una de ellas de grandes dimensiones en la que han aparecido 15 cuerpos y que podría albergar hasta 150, o incluso más.

Impulsada por la Asociación Mariano Castillo para la Recuperación de la Memoria Democrática de Belchite y financiada por los gobiernos central y aragonés, el proyecto está codirigido por el antropólogo José Ignacio Lorenzo, los arqueólogos Gonzalo García, Sergio Ibarz y Hugo Chauton y la restauradora Eva Sanmartín, quienes cuentan con la colaboración de voluntarios e historiadores.

Apenas transcurridos dos días del golpe de Estado por las tropas franquistas (el 18 de julio de 1936), el pueblo de Belchite sufrió las primeras represiones por parte de falangistas, representantes del Centro Católico y de la Confederación Española de Derechas Autónomas (Ceda) que estaban asentados en el pueblo y que acabaron con la vida de unas 150 personas que se cree que pueden ser las que ocupen esa primera fosa, como ha hecho público este lunes El País.

El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Democrática de Belchite, José Vidal, señala que de esos 150 asesinados “hay documentación específica”, si bien ha relatado a Efe que el montante de fusilados durante la Guerra Civil en Belchite ascendería a unas 400 personas, 325 de la localidad y el resto de otros municipios de alrededor como Mediana o Fuendetodos.

Asesinatos en masa que no solo se llevaron a cabo en el mes de agosto y últimos días de julio, sino también en 1938 tras la toma del pueblo por las tropas sublevadas.

Tras el 18 de julio, la localidad quedó en manos de los golpistas pero entre agosto y septiembre de 1937 se desarrolló la famosa Batalla de Belchite, ganada por los republicanos, que tomaron el pueblo. Al año siguiente, en 1938, los franquistas recuperaron definitivamente el municipio.

Está constatado, según ha apuntado a Efe José Ignacio Lorenzo, que en el primer mes tras el golpe de Estado asesinaron a 300 civiles y que 150 lo fueron durante las primeras semanas del alzamiento, gracias a las confesiones que el enterrador realizó en septiembre del 37 tras la recuperación del municipio por las tropas republicanas y puesto que él personalmente acabó con la vida de 50. Un “ensañamiento” que el antropólogo reconoce que no se ha dado en otras localidades más que en Zaragoza.

El hueso al aire

Los trabajos comenzaron el pasado 30 de septiembre con los primeros sondeos en dos áreas previamente delimitadas por georradar y una posterior prospección electromagnética que permitió detectar casquillos de pistola y fusil y balas de fusil. Una vez iniciado el decapado a máquina comenzaron a aparecer “ciertos restos” óseos que no guardaban la postura canónica de enterramiento con las manos en el pecho sino que “se notaba que estaban tirados”.

Gonzalo García ha asegurado que los cuerpos denotan “violencia importante”, porque uno de ellos ha aparecido maniatado de pies y manos y boca abajo y presentan un tiro en el cráneo. Como arqueólogo, ha incidido en la importancia del hallazgo para “destapar” hechos de la historia que “han sido ocultados o no se han querido ver”.

Para Sergio Ibarz, la novedad es el elevado número de cuerpos localizados por el momento y que aparezcan entremezclados, muestra de las represalias en un municipio “símbolo” de la encarnizada Guerra Civil.

Los cuerpos ocupan hasta el momento dos oquedades, una sobre la que arrojaron cal. Presentan una mala conservación debido a las arcillas con sales del terreno y a la humedad y algunos tienen los cráneos fragmentados, ya que sobre una fosa arrojaron bloques de piedra, ha explicado el antropólogo.

Según Lorenzo, entre la quincena de cuerpos han aparecido varias mujeres jóvenes, una menor de 18 años, y todos, salvo una de las chicas que llevaba unas zapatillas con suela de goma, estaban descalzos, un hecho que no se ha detectado en otras fosas.

Son hombres y mujeres de entre la veintena y los cuarenta años, muy pocos de edad avanzada.

De rositas”

Testimonio “dramático y contundente” de lo que supuso el golpe de Estado, ha lamentado Vidal, quien ha destacado la trascendencia de este hallazgo para saber “la realidad de lo que ocurrió en esa fecha a partir del 18 de julio del 36″, una batalla que supuso la destrucción del pueblo y acabó con su tejido social, económico y empresarial debido a la emigración de muchas familias.

De los asesinos no queda nadie con vida, “se fueron de rositas” y “vivieron tranquilamente” entre las familias de quienes habían asesinado.

Para el antropólogo José Ignacio Lorenzo se trata de un descubrimiento “muy importante” porque aunque se conocían los sucesos, no había testigos presenciales ni se sabía quiénes eran las personas porque el enterrador solo dio nombres de apodos, por eso hace un llamamiento a descendientes de Belchite para que contacten con la asociación para la toma de muestras de ADN.

Una vez concluyan las exhumaciones queda un trabajo “minucioso” para individualizar los restos, ha dicho Lorenzo, quien ha anunciado que ya han comenzado a recibir llamadas de posibles descendientes desde diversos puntos de España e incluso de Francia.

El alcalde de Belchite, el popular Carmelo Pérez, ha pedido “precaución” en cuanto a las cifras de posibles cuerpos porque “no hay nada documentado” salvo los testimonios orales y ha asegurado que al ayuntamiento no ha llegado ninguna solicitud de familiares que quieran recuperar el cuerpo de un familiar, sino que la excavación ha sido “a través de una asociación formada a nivel político”.

No obstante, comparte que el hallazgo servirá para saber “de lo que se trata, porque tanto de un bando como de otro hubo desaparecidos”.