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jueves, 4 de noviembre de 2021

 


Franco y la cruz laureada de San Fernando (7/17): Se supera a sí mismo y deja a uno con la boca abierta

Ángel Viñas

infolibre 

Publicada el 02/11/2021

En la presente entrega parto de una premisa que, para que no se me critique demasiado, hago explícita. No sé si Franco tuvo en 1937/38, cuando habló con Arrarás, buena memoria o no. Establezco una hipótesis, que no considero descabellada pero que someto al mejor juicio de los amables lectores: un acontecimiento como fue para él la acción de El Biutz debió quedársele grabado. (Personalmente no he olvidado demasiado las circunstancias en que en cuatro ocasiones estuve a punto de perder la vida, pero quizá tenga mejor memoria que la que tuvo Franco poco antes de cumplir 70 años).

Tampoco creo que haya demasiados inconvenientes en suponer que a lo largo de la guerra y en la posguerra Franco pudo referirse al accidente casi mortal en la acción de El Biutz en varias ocasiones. Sería, si se me apura, lo más normal. Por, al menos, cuatro razones: a) Debió de dejar en él una gran huella ya que fue su primera y única herida en combate (cabría argumentar que después ya no se expuso más allá del deber porque no era tan imprescindible dado su rango ascendente); b) Implicó un salto mayúsculo en su carrera, que hubiera sido impensable sin el ascenso previo a comandante tras su “heroica” participación en dicha acción bélica; c) Ya en la Guerra Civil, contó su versión a Arrarás que, como hemos visto, tuvo un impacto totalmente inmerecido en la bibliografía y en sus biografías, a pesar de alguna soberana estupidez ligada a las “pelas” que percibió Ricardo de la Cierva; d) Tampoco hay por qué dudar del testimonio de su hija en este aspecto, de que varias veces se lo contó.

En cualquier caso, ya Caudillo exaltado hasta el delirio, Franco se refirió al suceso en una ocasión que, por razones que ignoro, no ha tenido fortuna en la literatura. Al menos no la he visto reflejada en ninguna de las obras que guardo en mi biblioteca, aunque reconozco humildemente que no son todas las que se han dedicado a tan excelso personaje. Es muy posible que figure en alguna de las escritas por sus numerosos turiferarios. Se trata de la referencia para mí más importante y significativa después de la que transmitió a Arrarás. La hizo por persona interpuesta y la expresó en el apogeo de su, para muchos españoles, inmensa gloria. Si, por azar, otros autores la han recogido, suplico a los amables lectores que comparen sus interpretaciones con las mías. También les imploro que, al leer estas, no suelten demasiadas carcajadas. A veces las comparaciones son odiosas. En esta ocasión, no.

Escribió la referencia el médico que ayudó a Su Excelencia el Jefe del Estado (SEJE) a recuperar la movilidad de su mano izquierda tras el accidente que sufrió en enero de 1961. Como es sabido, le había explotado la escopeta con que cazaba. Aquí me permitiré entrar en el episodio con cierto cuidado, no sea que después de todo hubiera sido un camelo del médico. Sin embargo, hay que lidiar con lo que existe, confiando en que tal vez aparezca algua prueba adicional. Quizá la familia pueda aportar sus conocimientos, como ya intentó hacer la duquesa de Franco de cara a los grandes biógrafos de su querido padre.

La circunstancia en que Franco se explayó en 1961 sobre lo que había pasado, según él, en el combate de El Biutz la deparó una de las muchas conversaciones que, sobre asuntos diversos de la actualidad, del pasado, de sus experiencias y de sus actuaciones, tuvo con el traumatólogo que le atendía. El Dr. Ramón Soriano Garcés, tal era, ni que decir tiene que debió de ser elegido gracias a su valía y profesionalidad. De su probidad y honestidad jamás se me ocurriría dudar salvo demostración en contrario.

En un momento de los ejercicios que debía hacer bajo el cuidado y la supervisión del médico, Franco aludió a sus experiencias en Marruecos. También lo hizo en otras ocasiones durante la recuperación. En el caso que aquí interesa, el tema surgió por azar, con motivo de su recuerdo de un comandante (sic) que pereció en el desastre de Annual y a quien se concedió la Cruz Laureada a título póstumo (SEJE no mencionó su nombre, pero ya diremos en una futura entrega de quién se trataba: se la hubiese merecido en El Biutz, pero no se la dieron). Franco se entusiasmó con el relato y, según escribió después el Dr. Soriano Garcés, introdujo su comportamiento en aquel episodio bélico de una manera que puede parecer un tanto displicente.

Como todo en la vida, hay Medallas Militares que se han merecido una Laureada y que por no reclamarla o “moverla” se han quedado sin ella, mientras que otros más activos la han logrado”.

Confío en que los lectores detecten un cierto tufillo de (¿sana?) envidia. Desde luego, reconozco que mis conocimientos en historia de las Grandes Cruces y Cruces Laureadas de San Fernando son limitados y que tampoco he invertido tiempo en profundizar. Imagino que un héroe podía ser condecorado con una Laureada y no tener la Medalla Militar o viceversa. Existen casos que así lo corroboran. Franco quizá pensaba en su propia medallita que ganó en circunstancias no demasiado esclarecidas en su hoja de servicios, ni en la publicada ni en la no publicada.

Para demostrar, una vez más, que SEJE terminó creyéndose sus propias mentiras (como ya había hecho probablemente con Arrarás) me remito al testimonio del Dr. Soriano Garcés (La mano izquierda de Franco, Planeta, Barcelona, 1981, pp. 141s). El lector tiene que imaginarse la escena con el glorioso Caudillo haciendo los ejercicios necesarios para recuperar el pleno uso de la mano.



Presentándose como “modesto” adalid de la gloriosa gesta española en las agrestes tierras marroquíes, Franco comentó al médico su propio caso. Reproduzco lo que dejó para la posteridad el ilustre galeno. Mis comentarios van al final de la presente entrega, con el fin de no interrumpir la transcripción.

A mí estuvieron a punto de concedérmela en Marruecos (1); pero la perdí por una torpeza del médico militar (2). Fuimos copados por los moros en un desfiladero, donde cayeron once oficiales de los quince que íbamos (3). Yo recibí un balazo en el hígado (sic), pero a pesar de ello continué dando órdenes y dirigiendo las operaciones desde la camilla (4). Pasó un médico militar a quien pedí que me atendiera (5). Me contestó que antes era el coronel de su Regimiento (6). Entonces, mandé al asistente que me cargara la pistola (7) y al siguiente médico que pasó (doctor Cuevas me parece recordar que se llamaba (8) lo hice frenar en seco. Era un buen amigo (9). Me atendió. No obstante, tardé diez días (10) en ser evacuado al Hospital, adonde llegué con la satisfacción de haber logrado sacar a las tropas del desfiladero y copar a los moros (11). Pues bien: en el expediente contradictorio que se formó, el médico, creyendo que me favorecería, manifestó que yo me hallaba muy grave, al borde del colapso, lo cual no era verdad pues en ningún momento perdí el conocimiento (12). Entonces el fiscal dijo que difícilmente podría dirigir las operaciones hallándome en aquel trance, por lo que me denegaron la LaureadaEl médico, que era buena persona, se tiraba de los pelos (13)”.

Es obvio que el relato anterior tiene muy poco que ver con los hechos. ¿Alucinaba ya Franco? ¿Quiso impresionar al médico? Cabría, quizá, explicarlo por dos razones. La primera porque el Dr. Soriano Garcés —que no registró en sus recuerdos ningún comentario— entendió mal a su exaltado paciente. La segunda, porque Franco había transfigurado totalmente el incidente. Quizá se trató del resultado de algún proceso psicológico profundo que podrían estudiar los especialistas. El caso es que “soltó” al traumatólogo una barbaridad de desfiladero.

En el segundo supuesto, que históricamente es el más significativo, la pregunta del millón es ¿por qué? La respuesta es, para mí, límpida: Franco fue un adicto a presentar sus deseos como le hubiera gustado que hubiesen sido en realidad, no como fueron las cosas. En el plano personal, tal vez disculpable. Lo notable es que también lo aplicó en el plano histórico e indujo a sus numerosos “pelotas” a que le hicieran caso no solo en lo que a sus circunstancias personales se refiere (casos de su padre, sus hermanos Nicolás y Ramón, etc.) sino también en cuanto a la interpretación que dio a los hechos históricos —numerosos— en los cuales le tocó participar. Por ejemplo, la Guerra Civil, sus orígenes, sus fines, sus víctimas, empezando por el general Balmes; su aportación a la conspiración; su estrategia y sus tácticas; su aplicación del Franco (Führer) prinzip; la forma en que lidió con Hitler y fue acumulando una fortunita muy respetable, etc. etc. Son temas que he estudiado algo.

Obsérvese, además, que Franco no hizo la menor alusión a las “pelas” que tantos historiadores dijeron que llevaba, si no a cuestas por lo menos en sus abultados bolsillos (aunque la cartera quizá no hubiese cabido en ellos). A este respecto, confieso no haber encontrado constancia de en qué clase de billetes se pagaba a los Regulares. Imagino que no sería en los de 100 pesetas (200 unidades) sino en denominaciones menores (50, 25, 5). Esto habría hinchado aún más sus amplias faltriqueras, ya que descarto la mochila. En cualquier caso, no es nada anormal que en 1961 se hubiera olvidado de la trola que “coló” a Arrarás. Los embustes tienen vida corta. Tampoco he podido identificar los sueldos de los soldados y oficiales de las tropas indígenas en 1916. El tabor que mandaba Franco no tendría más de 120 hombres, aunque se admiten otros cálculos.

En lo que se refiere a la descripción de su actuación en El Biutz, parece obvio que en 1961 a Franco también se le habían olvidado sus mentiras de antaño y que las sustituyó por otras más modernas y apropiadas, quizá, para un galeno a quien tal vez gustasen las películas del Oeste. Si, como se admite generalmente, muchos años después de haberse restablecido de su lesión en la mano izquierda habló con Hills y leyó la biografía que de él había escrito, es obvio que se calló de nuevo como un muerto en la referencia al vil papel. En el choque entre la realidad y la fantasía, más vale esta última si de ella puede sacarse más y mejor provecho, aunque sea autoconcedido.

Alternativamente, quizá en ocasiones importantes para su trayectoria Franco se creyó lo que iba inventando, bien sobre la marcha o a posteriori. Este síndrome también estará, imagino, identificado. Desde luego se aplica a un tema mucho más importante: su autoafirmado papel (presentado como fundamental) en la conspiración de 1936. Sobrevive todavía hoy y, si no, que se lo pregunten a alguno de los periodistas que se lo ha creído en una obra relativamente reciente.

(continuará)

(1) Se refiere a la Laureada.

(2) Primera noticia.

(3) Invento total. Quizá Franco, tras haber visto millares de películas y entre ellas muchas del Oeste, confundió los Regulares con el 7º de la U.S. Cavalry.

(4) Escena totalmente imaginada, con independencia de que ni la herida fue en el hígado ni la escena del desfiladero tuvo la menor relación con la realidad. Ya se le había olvidado que no se trataba de un desfiladero sino de tomar, supuestamente con las “pelas” a cuesta, una loma en fiero combate cuerpo a cuerpo.

(5) Ibid. Probablemente quiso insinuar que el médico “pasaba por allí”, como cuando se va a una verbena, solo que imaginó un desfiladero en el que llovían tiros, supongo que desde las alturas y no desde enfrente de la columna de avance.

(6) Que sepamos, al coronel no le pasó nada, pero la inventada respuesta del médico sería lógica: donde hay coronel no manda capitán.

(7) Detalle muy importante, aunque también inventado. Así podemos colegir tal vez que, en lugar de un fusil, Franco había llevado una pistola al entrar en combate, lo cual era más lógico. ¿Para qué quiso entonces un arma larga, según contó a Arrarás y han repetido innumerables historiadores?

(8) Pues no. No se llamaba así.

(9) Dicho nombre no aparece en ningún papel relacionado con la acción. Tampoco figura entre los médicos que quizá quisieron confundir a la Superioridad, echando una manita al malherido, según hemos expuesto en una entrega anterior. De la supuesta amistad entre el galeno y Franco en 1916 no hemos encontrado la menor constancia.

(10) ¿Significa eso que permaneció en el hospital de sangre Kudia (o Cudia) Federico diez días?

(11Tupé à gogo o condición de gagá. El lector, sin duda, llegará a sus propias conclusiones.

(12) Algo de esto es lo único que fue cierto. La descripción de lo que pasó se verá en una próxima entrega.

(13) Falso de toda falsedad. El subrayado es de servidor.

*Esta serie está dedicada a la memoria del Dr. Miguel Ull y de mi primo hermano, Cecilio Yusta, fallecidos a causa de la pandemia, que me ayudaron a desentrañar el primer asesinato de Franco, en la persona del general Amado Balmes.


Ángel Viñas es economista e historiador especializado en la Guerra Civil y el franquismo.



 Siempre hay algo o alguien que te estropea la foto



lunes, 1 de noviembre de 2021

 El ralentí de la Justicia Española



 Estampas callejeras



 

Hemeroteca




Los Legionarios de Cristo están en las élites en España

FUENTE:REBELIÓN

7 ENERO, 2019


Sanjuana Martínez es periodista freelance amenazada de muerte y despedida de una revista mexicana que se dice de izquierdas, por investigar la pederastia clerical. Tiene mucho que contar sobre los Legionarios de Cristo, una de las congregaciones más poderosas e influyentes dentro de la Iglesia católica y fuera de ella.

Sanjuana Martínez es periodista freelance, nacida en Monterrey (México) y ganadora del Premio Ortega y Gasset de periodismo en 2008. Colabora con La Jornada de México. Entre otras cosas. Quienes conocen su trayectoria la definen como periodista de investigación experta en derechos humanos, inmigración y género. Pero su vida viene marcada estos últimos años por la pederastia clerical. Hasta el punto de recibir amenazas de muerte y perder su empleo en una revista mexicana que se dice de izquierdas.

No buscaba el tema, sino que éste la encontró. Hace seis años, investigaba sobre inmigración irregular en la frontera con Estados Unidos y dio con los abusos que sacerdotes católicos infligían a niños y niñas. Lo recogió, entre otros, en el libro ‘Prueba de Fe’ (Planeta, 2007). Pero no acaba ahí. Tiene mucho que contar sobre pederastia y los Legionarios de Cristo, una de las congregaciones más poderosas e influyentes dentro de la Iglesia católica y fuera de ella.

Hablamos con ella aprovechando su reciente participación en la Semana Negra de Gijón. Afirma Martínez que con las denuncias sobre pederastia dentro de la Iglesia que están aflorando “se tambalea por primera vez uno de los grandes imperios de la civilización actual, y todo ello por unos delitos que se han cometido por los siglos de los siglos y que ahora salen a la luz gracias al valor de las víctimas para exigir justicia y reparación”. Sanjuana Martínez es más que directa y habla de “delitos sistemáticos y continuados cometidos a lo largo y ancho del mundo”. Entre los perpetradores “hay un personaje paradigmático, Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Orden surgida en Monterrey (México) e implantada en España, donde cuenta entre sus seguidores a Ana Botella o los exministros del Partido Popular José María Michavila y Ángel Acebes.

¿Quién es Marcial Maciel?

Primero de todo, cómo me alegro de que se hable de los Legionarios, ya era hora. Porque los Legionarios tienen mucha influencia en las élites españolas. Maciel es un personaje de terror, hablamos de la perversidad más grande. En cuanto funda la orden en 1946 forma una especie de harén y empieza a abusar sistemáticamente desde el principio. Le gustaban rubios y blanquitos. Les hacía ir a su habitación y les decía que tenía permiso del Papa para que le dieran masajes. Esas víctimas eran demasiado pequeñas para entender qué sucedía. Les decía que el Papa le daba permiso para que lo masturbaran. Algunas de las víctimas fueron violadas a partir de los ocho años y de manera sistemática durante diez o quince años. Era morfinómano y eran testigos de cómo se inyectaba.

Esos niños lo denunciaron años después ante el Vaticano, que los ignoró y permitió seguir la carrera meteórica y multimillonaria de Maciel, gracias al poder que iba adquiriendo con las élites en México y España. Maciel llegó a Monterrey, México, donde estaba el dinero y la oligarquía, y les prometió una parcela en el cielo a cambio de su dinero, que usó como quiso. Ahora ese dinero está en paraísos fiscales, práctica habitual del Vaticano. Se calcula que la Legión tiene cuatrocientos mil millones de dólares. Hace un año conocí a los hijos de Maciel. Porque además de morfinómano y pederasta tenía hijos carnales. El mayor me confesó que abusó de él desde los siete a los once años.

La faceta más oscura de Maciel ha salido a la luz, pero aún queda por investigar qué hizo con las grandes cantidades dinero que durante años le dieron familias oligárquicas de México y España. Con esto construyó un imperio educativo de 200 escuelas privadas y 20 universidades, consiguió implantar un nuevo modelo educativo de evangelización ultraconservadora que tras 50 años está muy implantado en México y que padecemos, tras la idea que tuvo Juan Pablo II de utilizar a los Legionarios para desplazar a la Teología de la liberación e implantar su modelo ultraconservador. Maciel murió hace dos años y nunca fue juzgado por sus crímenes.

¿Por qué el Vaticano sabiéndolo, no hizo nada?

Juan Pablo II fue el gran protector de Marcial Maciel , que siempre llevó grandes cantidades al Vaticano y el Papa prefirió admitir ese camino de abuso en lugar de apartarlo y someterlo al estado laical como hizo Benedicto XVI. Las primeras denuncias por abusos sexuales se dieron en los 50 pero el Vaticano las ignoró. Realizó una investigación superficial y las segundas denuncias llegaron en los 80. En ese momento Maciel tenía una posición de poder en el Vaticano y le bastó entregar sobres con dinero a la Secretaría de Estado o la Congregación para la Doctrina de la Fe, que estaba dirigida por el actual Papa. Con ese dinero dedicado a realizar las obras más pías logró mantenerse.

¿Cuál es la importancia e influencia de los Legionarios?

Tienen un plan muy bien estructurado a nivel educativo. Su objetivo principal es expandir su propio modelo conservador a las élites dominantes de los países, tanto de México, USA o España. Y lo han logrado. La implantación de este modelo educativo ha producido generaciones que hoy en día dominan México. Es un modelo centrado en los valores más tradicionales familiares y en la inequidad de la distribución de la riqueza. A pesar de que el modelo legionario insta a hacer buenas obras de caridad con los pobres, su objetivo final es ir reclutando adeptos más y menos influyente, para aumentar sus huestes. Así ha desplazado a los jesuitas en Latinoamérica.

Además, desde el Vaticano se apoya a los Legionarios como estrategia para neutralizar a la Teología de la liberación en Latinoamérica

Exacto. Wojtyla se obsesionó con los teólogos de la liberación. Su papado se caracteriza por la persecución contra ellos. Insistía en que todos ellos eran marxistas y que esto estaba en contra del catolicismo. No le gustó que buscaran la liberación de los pobres en América Latina. Y la fórmula que encontró fue apoyando a los Legionarios. No sólo para desplazar a los jesuitas del entorno educativo, que controlaban de manera exitosa. Además, estaban muy lejos de los Legionarios y otros grupos conservadores desde la óptica del cristianismo. Cuando empezó a sentirse la fuerza e influencia que la teología de la liberación iba tomando a nivel social y político en México y Centroamérica, Juan Pablo II vio en el modelo implantado por Maciel una gran oportunidad como arma para desplazar a la teología. La desactivó, fue removiendo curas, castigándolos. Ahí está el caso de Leonardo Boff, que tuvo que colgar los hábitos por la presión. Juan Pablo II arrasó con los aires de progreso que había traído Juan XXIII, y los Legionarios fueron pieza clave.

Ahora los Legionarios están en las élites. ¿Dónde los encontramos?

En México tenemos un modelo educativo implantado hace 50 años y que lleva dos décadas dando frutos. Están en la oligarquía mexicana. Empezando por el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, que es mexicano y legionario. Las elites mexicanas y españolas siguen aportando dinero a pesar de que hoy el Vaticano ha denostado a Maciel. Tienen el dinero repartido en paraísos fiscales y miles de propiedades distribuidas por el mundo.

¿Qué ha hecho el Vaticano para investigar a los Legionarios?

Destituye a Corcuera e impone a un experto en finanzas. Este tiene la misión de recoger todo el dinero, analizar las finanzas. Pero dudo que lo restituyan a las víctimas. El Vaticano pretende quedarse con el botín legionario y tal vez desaparecer la orden. Oficialmente dicen que la van a refundar para que no cunda el pánico, puesto que hablamos de miles de seguidores. Pero el modelo implantado por Maciel a sus sacerdotes, casi mil, es muy fuerte. Ves a uno y estás viendo a Marcial Maciel. ¡Son iguales! ¿Cómo renegar de su fundador? Lo más sano sería que lo desaparecieran.

¿Es una secta?

La definición se adapta perfectamente a su realidad de funcionamiento. Las familias entregan a sus hijos e hijas, los niños y niñas no tienen derecho a comunicarse con sus familias. El hijo o hija cede su patrimonio a la Legión, el lavado de cerebro es absoluto. He entrevistado a muchos padres que cuentan cómo la Legión les robó. Maciel es la figura predominante y el hombre que está incluso por encima de Dios; le llamaban mon père, nuestro padre.



¿Esta manipulación funciona también entre las élites formadas?

Sí, porque están ávidas de limpiar su conciencia y por eso dan dinero a la Legión. Aceptan el fanatismo como una defensa de los valores más tradicionales de la familia. Maciel celebraba sus bautismos, bodas, los llevaba al Vaticano etc. Había todo un culto a su personalidad.

¿Qué opinas de las investigaciones impulsadas por Benedicto XVI? Ha nombrado cinco emisarios, entre ellos Blázquez, antiguo obispo de Bilbao

Está obligado a hacerlo porque el coste es muy alto. El Vaticano vive su peor crisis en la historia reciente, tanto que ellos pueden caer. Maciel es el gran paradigma de la pederastia clerical. Han de hacer público el caso Legionario y mostrase muy estrictos. Por eso estos cinco visitadores que investigaron. Para mostrar que va a hacer justicia. Pero Maciel murió impune sin ser juzgado por la justicia, sin ser investigado. Ni siquiera le aplicaron el derecho canónico. Ahora intenta dar una imagen

¿Qué pasará con los sacerdotes?

Los mil sacerdotes serían reducidos al estado laical , ya no lo son. Igual las monjas, que son como esclavas.

¿Y los colegios y universidades?

El modelo educativo no lo quiere tocar nadie. Es el modelo neoconservador de Ratzinger y lo quieren obviar. Nadie lo menciona y es un semillero de más legionarios.

Desaparece la orden pero siguen impartiendo la doctrina

Exacto. Han quitado las fotos y los libros de Maciel. Han retirado su visión de la educación, pero es mentira. El espíritu de Maciel sigue ahí, forma parte de la escuela legionaria y siempre lo hará.

¿Cuáles son los centros en España?

Hay varios colegios y está la Universidad Francisco de Vitoria. En México dirigen la Universidad de Anagua, una de las más influyentes y donde se educan las élites

Has trabajado durante mucho tiempo la pederastia clerical. ¿Nuevos proyectos?

Ahora quiero cambiar pero ¡el tema me persigue! Estoy investigando la violencia del narco, para darle un poco de relax a mi vida. También investigo la trata de personas y de niñas y niños. En México desaparecen al año cien mil niñas y niños, la mayoría para adopciones ilegales, tráfico de órganos y explotación laboral. Hay muchos temas que requieren de investigación.

*Entrevista publicada en la revista Hika y cedida generosamente a Pikara Magazine